viernes, 3 de julio de 2009

Nenúfares

Sólo durante unos meses los nenúfares muestran su máximo esplendor sobre el lago de Wilhelma, el zoo alemán en el que he pasado la mañana. Algunas de sus hojas flotantes superan los 70 centímetros y si las presionas sobre el agua ejercen una resistencia curiosa: un hada del bosque podría pasear un rato sobre cualquiera de ellas. Hoy los nenúfares estaban bellos y con flores tan exóticas que todos los visitantes nos hemos hecho fotos entorno al lago -ver álbum Picasa-.

Contemplar animales templa el ánimo de cualquiera e inspira. Más en vacaciones: se lo recomiendo. ¡Hay tanto que aprender de ellos! No me extraña que el persistente Darwin dedicase la vida entera a su observación, aprendizaje y obtención de conclusiones que luego en parte proyectó a los humanos.

Les hablaba en otro texto de mi pasión por la sala de las mariposas. Hoy he gozado durante más de treinta minutos observando el aleteo jugetón de los bellísimos insectos. En el álbum Picasa hallarán una fotografía en la que pueden descubrir larvas de los más curiosos ejemplares: grandes, pequeños, con lunares, negras, rojas y de todos los continentes. Están en una urna de cristal a treinta grados y cuando rompen el capullo que las envuelve se quedan exhaustas del esfuerzo durante algunas horas al cabo de las cuales ¡alzan el vuelo! y se posan en las flores y arbustos de su gran recinto acristalado.


Incubación, espera, crecimiento, lentitud, proceso, paciencia, cambio a un nuevo estado, esfuerzo, logro y aleteo. Parecido a los sueños de los humanos ¿no les parece? Incubación (de un sueño), crecimiento en nuestra mente y corazón, proceso de mejora de esa idea/actividad/empresa/proyecto, lentitud muchas veces en todo ello seguida de espera para que se den los elementos que harán posible el cambio a un nuevo estado físico, económico, geográfico, profesional o de conciencia. Cambio.

Esfuerzo... desde luego ¡tendrían que ver el empeño que ponen las larvas para rompen las condiciones de estancamiento en que se encuentran! Y -por fin- logro y aleteo. Ya saben cuánto me gusta hablar de alas: incluso en el caso de los humanos...

Esta mañana -contemplando serena, lúdicamente, las mariposas- me he acordado de una reciente entrevista a la escritora y académica de la Lengua, Ana María Matute. Dice la genial novelista que "... a veces por la calle ves a una persona y enseguida descubres que es un hada... " Sí, eso dice la autora de Paraíso inhabitado. Hoy había hadas volando en el recinto -ver foto- y otras a pie, observando. No hablo por mí ¡cielo santo! mi ego no llega tan lejos... Me refiero a otras mujeres hermosas y jóvenes que -en este caso- son de mi familia: hadas, sobre todo una.

Tengo que poner la mesa para cenar en el jardín tras un tormenta de verano espectacular. Mañana toca shopping en la calle peatonal más larga y lujosa de Alemania (según dicen las guías de turismo). Ya les contaré, si quieren... ¡desde luego!

1 comentario:

Socrates dijo...

Yo sí, quiero :P