sábado, 5 de diciembre de 2009

Cotidianidad

Me visitan en el despacho asesores en declive. Terminadas las subvenciones europeas (tripartito), las agendas de innovación, los planes berrilan y la milonga de la formación cura-lo-todo se les despiezan los negocios sin hallar repuestos al puzzle ganapan. Buscan en el Coaching la panacea que no es. Porque el Coaching es vocación, es sudor y lágrimas, es creer para crear junto a las personas, para las personas, desde las personas. De verdad, porque de otro modo no funciona y se nota. El Coaching no es un juego intelectual, ni un juego de poder: yo sé, tú no sabes (postura del consultor); ni un juego psicológico como quieren presentarlo algunos.

El Coaching es un debate profundo en el que cada cual se mide con su propio potencial y esa batalla sólo se gana desde dentro. Conócete a ti mismo y habrás conquistado el mundo. ¿Quién está de veras interesado en conocerse? Ni siquiera algunos de mis mejores clientes. ¡¡Es taaaaaaaaaaaaan duro! Exije coraje, valentía, aguante al desafío, encaje para el feeback. No es para cualquiera. Tiene un alto precio en abordaje de la incomodidad y en gestión de la incertidumbre. No estamos educados en esto. No estamos educados para esto. El estado de bienestar era otra cosa... o eso nos vendieron.

Buenos tiempos para la lírica. Buenos tiempos para los amantes del cambio como lo único permanente, de la acción como lo único que mueve la vida. Malos tiempos para los asesores tradicionales. ¡¡Atrévanse a ser, Sres.!! Sin corbata, sin corsé. Es divertido y humaniza. Sus clientes lo notarán de inmediato y aliviados suspiraran acompasadamente y quizá hasta recuperen cuota de mercado.

Mi asesor se ha ido contento, esperanzado, casi alegre. Yo ya he cumplido. Otro día. Me voy a planchar, actividad prosáica que me equilibra. Sí, de verdad. Pienso y escribo, pienso y planifico, plancho-pienso-planifico P-P-P y escribo... estas líneas... para ustedes... por si todo esto tuviera algún sentido.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre de acuerdo con lo considerado "normal" o habitual" veía mi vida pasar, un día...y otro día...un poco de sol...mucha lluvia...y días de ni frio ni calor. Y me dije un día:¿y si apoyara todo mi pie en el suelo? ¿podría verse mi huella? Llevaba tanto tiempo "de puntillas"...Y así llegué al coaching: quería apoyar todo mi pie y descubrí que el reto de conocerse a uno mismo era (y es) excitante, a veces incómodo...pero me hace sentir juguetona, audaz y guau! me hace querer a la personita que soy yo...¡me encanta!.

Realmente no me educaron para apoyar todo mi pie...pero tampoco nací para "ir de puntillas"..., asi que Azucena !he vuelto! y esta vez es para quedarme ;-)

Socrates dijo...

Estupendas líneas, que siempre sirven ;)

Guremy, me alegro mucho por ti :D