martes, 31 de marzo de 2009

Fragilidad

Thrombocid pomada varias veces al día masajeando las zonas magulladas. Iburpofeno cinfa 600 mg -comprimidos- tres veces al día (en las comidas). Paciencia. Algo de descanso, if possible.

Anoche, volviendo a casa en bicicleta por el carril rojo que en el País Vasco llamamos bidegorri me dieron un porrazo considerable. De hecho las dos bolsas que llevaba en el manillar salieron despedidas varios metros por los aires, yo caía al suelo, la rueda delantera quedó textualmente como un ocho. ¿Qué paso, exactamente?

No sé decirles. Un crío (de unos... ¿doce años?) en una bicicleta de esas con el asiento muy bajito, casi pegado al suelo, pegó un salto desde la carrera a la acera en la que está montado el carril de bicicletas y me embistió frontal y brutalmente. Seis segundos después... ¡se dio a la fuga! No recuerdo su cara, sólo recuerdo que llevaba una cazadora negra, exactamente del mismo tono que los hematomas que tengo por casi todo el cuerpo. Tranquilos, estoy bien. Sé que me aprecian y se van a preocupar y esa no es la intención del post.

Les aseguro que iba tranquila rigurosa y formal por el carril derecho del bidegorri atenta a lo divino y lo humano aunque no a los fenómenos paranormales como el que me ocurrió. Las personas que vieron la escena le gritaron al chaval, me ayudaron y estuvieron un rato conmigo. Los caballeros se esforzaron por arrancar los frenos delanteros incrustados en las llanta de la rueda para que, al menos, girara y pudiera llevarla rodando hasta el garaje de mi casa. El primer hombre no lo consiguió aunque se llenó las manos de grasa, igual que yo. El segundo desmontó media bicicleta y le estaré eternamente agradecida porque liberó la rueda delantera. Un encanto de persona.

Somos frágiles. Eso es lo único que hoy quiero compartir con ustedes. Tantos desvelos profesionales, disgustos, aprendizajes, lecturas, auto exigencias de perfección...Tantas zarandajas y un día cualquiera al atardecer puedes dejarte la sien sobre el asfalto porque un ser inmaduro ¿descerebrado? arremete con su inconsciencia contra ti. Frágiles, de carne y hueso, limitados, imperfectos.

Sigo viva, entera: he venido a trabajar. Doy gracias por todo ello.
El cielo precioso sobre la bahía. Azul arriba, azul abajo. Movimiento de nubes arriba. Movimiento de olas abajo. Quería contárselo. Por favor ¡¡ no se tomen la vida tan en serio !! No somos nada, nada: Una mota de polvo en el universo. Frágiles.

domingo, 29 de marzo de 2009

Remeros en el Manzanares

Doy fe: Treinta y un remeros del Manzanares bien entrenados -marcando paletadas al unisono- llegan tan lejos como uno pueda imaginar. Treinta y un personas reunidas en dos jornadas durante catorce horas en el aula 2b de la Universidad de Alcalá de Henares y sintonizadas por la pasión de compartir (aprender-enseñar-enseñar-compartir) llegan tan lejos como uno pueda soñar.

Comenzamos siendo un grupo. Terminamos siendo un equipo. No lo digo yo (que no valdría gran cosa) sino ellos (y eso sí merece la máxima credibilidad) al cierre del workshop "Enfoque Creativo del Coaching" que este fin de semana me ha llevado de la Estación del Norte en San Sebastián a la Estación de Chamartín en Madrid (ver imágenes en el álbum Picassa).

Hemos reído, llorado, hablado, preguntado, respondido, jugado, abrazado, escrito, enseñado y aprendido. Todos juntos, ateniéndonos con rigor al guión estructural del taller. Quince puntos en el temario, siete dinámicas participativas variadas: rápidas-lentas, uno a uno-grupales, cómodas-incómodas, hard-soft. Diecisiete páginas grandes del papelógrafo (pizarra de papel) atestiguan la intensidad de nuestro esfuerzo por alcanzar la otra orilla: el necesario aprendizaje que algunos transformarán en su profesión de Coaches full time mientras que otros aplicarán a sus respectivas carreras.

La enorme trainera de la Escuela de Negocios Hune nos ha llevado lejos transitando partes teóricas, bibliográficas y experienciales (prácticas) tan vitales en el aprendizaje del Coaching.

Los remeros del Manzanares están interesados (como yo) en conocerse a sí mismos para así mejor trabajar y servir. Conocerse a sí mismos para disfrutar de lo que hay "sin ruidos limitantes" mientras nos acercamos al mundo de los sueños que se transforman en objetivos y en objetivos que se materializan en realidades. Disfrutar incluso de lo que no hay. Verán, al término de cualquiera de los workshops que imparto pido feedback por escrito, una especie de encuesta de satisfacción anónima en la que las personas aportan su valoración. Pues bien, en el epígrafe profesión una alumna escribe: "... me encuentro en paro y soy feliz..." Disfruta incluso de lo que no hay. ¡Qué estupenda paradoja!

Cuando les pregunto qué se llevan del workshop aluden a ciertos aspectos concretos del aprendizaje y a otros que provienen de su generosidad, niveles de consciencia o de su propio momento vital. Dicen cosas muy hermosas que a modo de homenaje retomo aquí en parte.
  • Me llevo... un espacio de libertad.
  • Me llevo motivación a raudales.
  • A partir de ahora me doy permiso para ser a un tiempo rigurosa y creativa sumando mis dos talentos.
  • Me llevo... alivio al comprobar que es posible ser uno mismo y manifestarlo sin sufrir rechazo de otras personas ni penalización por la diferencia.
  • Después de este taller me atreveré a practicar aquello en lo que creo dejando a un lado el miedo.

Y es que... en el Manzanares no hay cocodrilos sino duendes, trasgos, hadas remando juntos en la dirección de sus sueños que este fin de semana pasaban en forma de Equipo 31 por la calle Conde Serrallo número cuatro. Marcando paletadas al unísono, los remeros bien entrenados llegan tan lejos como uno pueda imaginar. Doy fe.

martes, 24 de marzo de 2009

Surcos de Arena

Por la mañana, camino del despacho, surcos de luces en la bahía. El sol arriba, saludando a quienes miramos hacia el cielo buscando inspiración.

Por la noche, saliendo del despacho, surcos de sombras en la bahía. La luna arriba, despidiendo la jornada de quienes -de vuelta a casa- seguimos buscando inspiración. Quisquillas en las rocas. Tiemblan de frío. Seis grados en La Concha. Ocho horas de trabajo. Veintiséis folios de apuntes frescos, nuevos, condensación de decenas de lecturas, de cursos, de reflexiones. Ya está. Todo listo para las Master Classes de Madrid.

Sesenta, cincuenta, cuarenta... horas me separan de la experiencia. Los granos del reloj de arena caen implacables. Treinta alumnos. ¡Qué gozada! Todo en marcha... Les contaré, al volver.

viernes, 20 de marzo de 2009

Master Classes en Madrid

Estoy bloqueda. Yo, la reina de las palabras, bloqueada y en pleno proceso de lo que mi amigo Pedro Zuazo denomina auto sabotaje. Trataré de explicarme. A finales de la semana próxima imparto unas master classes sobre Coaching en Madrid ante una treintena de profesionales afilados como un láser (según me han alertado los responsables de la escuela de negocios).

Mi planificación consistía en dedicar los cuatro días del puente de San José a pulir los últimos detalles del manuscrito incorporando materiales recientes -incluso muy recientes- procesados por mis neuronas. Es decir: lecturas de los últimos tres meses, cursos a los que yo misma he asistido como alumna, conclusiones parciales a las que voy llegando en compañía de líderes y equipos... El caso es que estamos al final de la jornada del viernes día 20 - en el ecuador del tiempo destinado a perfilar el dossier- y aún no me he puesto con los matices. Por supuesto que vengo al despacho, que trabajo, que ordeno papeles e ideas y que incluso he realizado alguna una sesión de Coaching. Pretextos. Auto sabotaje. ¿Otra vez los cuernitos del miedo asomando al otro lado de la barrera? ¡Cielo santo, qué cansino e imbatible resulta el dichoso miedito vital!

Acaso no sea eso sino ansias de diversión, de coqueteo primaveral, de comerme un helado a la orilla del mar, de abonar las plantas de mi jardín, de buscar ropas vaporosas en tonos claros. Estoy ¿cansada? ¿saturada? ¿"muriendo de éxito" como dice mi otro amigo Juan Ferrer? No, no es eso. ¿Entonces?
Pamplinas. Será la floja musculatura de la pereza o quizá el exceso de auto confianza: "Siempre sales airosa, je je..." dice dentro de mi una vocecita ególatra. "Ya sabes lo suficiente: comparte y olvídate de todo..." dice un lorito pretencioso situado sobre mi hombro izquierdo. "Diviértete y todo irá bien..." replica al fondo del coro mi niña creativa. Lleguemos entre todos a un pacto honorable. Yo avanzo aquí el tono general de las master classes y mañana sábado me pongo ¡ocho horas con los matices! Allá voy...

El Coaching no es sólo una profesión o un estilo directivo, el Coaching no es sólo un diálogo inteligente y estructurado entre iguales enfocado al logro del objetivo de la persona, tampoco es sólo un espacio en el que pensar en libertad, sin etiquetas ni juicios limitantes. El Coaching no es consultoría, no es terapia.

¡Es magia en estado puro, es ley de atracción en movimiento, es el sendero que atraviesan los sueños para hacerse realidades transitando el puente smart de los objetivos! El Coaching es el ropaje mundano que ha encontrado la esperanza para colarse en los consejos de dirección por la puerta grande de las empresas. El Coaching es un estado evolutivo que consiste en creer para ver, que propicia el fluir para confluir e influir (Cubeiro). El Coaching es una metodología revolucionaría de transformación personal-grupal-social ¿transpersonal? (Whitmore).

Tan antiguo como el mundo hunde sus raíces en la mayeútica socrática (4 siglos antes de Cristo), se alimenta de la psicología humanista y cognitiva, de la programación neurolingüística, del management empresarial, del humor, de la compasión (en sentido budista), de la luz, del intercambio de energía entre el Coach y el cliente (llamado rapport). Me estoy dejando algo... puedo escuchar el reproche de mis propios alumnos de otras universidades y escuelas de negocios: "Azucena (por obvio) te olvidas de lo esencial: el Coaching es acompañamiento- entrenamiento y un proceso de autorrealización que acerca a las personas y a las organizaciones a la mejor versión de sí mismas (Maslow). Es un soplador de brasas (L.Wolk), es un masaje a la conciencia y es una exploración de opciones".

Y sobre todo: el Coaching es desafiar. Lo haré en las dinámicas grupales de las master classes. Ellos son intrépidos, lo sé. Yo soy intrépida, ellos aún no lo saben ;-D Mañana me pongo con los materiales teóricos. Promisse. Saber que ustedes están ahí hace que me sienta comprometida con mi objetivo, je je... Igual que en el Coaching: saber que se comprometen conmigo les apoya... Interesante. El círculo que se cierra. Todo es uno. Entropía, caos fértil, de eso también quiero hablar en Madrid porque me apasiona la creatividad, la búsqueda de rutas inexploradas en el entramado existencial. Se aceptan aportaciones de todas clases. Donativos al fondo a la izquierda, en la hucha de la Caixa. Gracias a todos.

sábado, 14 de marzo de 2009

Veinte mujeres y una brocheta

Veinte mujeres y una brocheta de marisco y rape juntas anoche en la bahía de San Sebastián, muy cerca de las esculturas de Eduardo Chillida (Peine de los Vientos). ¡Cuánta vitalidad desplegada sobre manteles de lino! ¡Qué complicidad desde el aperitivo a los postres!

Veinte personas, una exquisita brocheta de marisco y dos periodistas cubriendo el encuentro de una veintena de pequeñas y medianas empresarias de Guipúzcoa (pertenecientes a Aspegi) practicando activamente dos conceptos de moda: el branding o la proyección de marca personal y el networking o el establecimiento de vigorosas redes sociales. Hubo intercambio de tarjetas (yo coseché siete y repartí otras tantas) con diferentes logos, estilos y poderío. Resultó estupendo aun cuando lo mejor fueron las mil anécdotas de sus tiendas, viajes, despachos, hobbies y fases de ruina-enriquecimiento... Algunas simulaban el vuelo del ave fénix que renace de sus cenizas una y otra vez remontando divorcios, derrotas, fraudes, fracasos, enfermedades... ¡Cuánto humor-aprendizaje-sabiduría-generosidad-lucha-persistencia!

Una ortodencista me explicó las desventajas del Invisalign... un aparatito dental caro y transparente muy de moda en algunos países de la zona euro y que -según esta veterana profesional- se puede sustituir (en la mayoría de los casos) por métodos más económicos y sencillos aunque menos fashion. Sin conocernos, una gerente del metal compartió conmigo su orgullo por haber pronunciado la primera conferencia de su vida sobre Responsabilidad Social Corporativa, algo que practican en su empresa como contribución al mundo contemporáneo.

Una propietaria de tiendas de moda -que se presenta a si misma como "tendera"- nos dio una lección magistral de ingenio explicando sus viajes a la capital francesa donde compra calidad a precios económicos en ghetos apartados del centro de la city para montar después (en sus tiendas de la capital guipuzcoana) auténticos bazares de estilo. A la salida de la cena nos enseñó el fular que guardaba en el maletero del coche como regalo de cumpleaños para un amigo: gris perla, lana fría -explicó- traído de París donde un hombre riquísimo con peluca polvorienta vende miles de esas prendas al mundo entero a precios ridículos.

La propietaria de una franquicia de viajes nos adelantó el folleto vacacional más flipante que puedan imaginar recién salido de la imprenta, casi caliente, antes de aparecer en los estantes de sus agencias. Primicia total. Dos profesionales de la arquitectura se comprometieron a enseñarnos a jugar al mus y a competir con las parejas de hombres a los que con frecuencia ganan en los concursos nacionales e internacionales. Contaron que cuando la cosa se pone fea... se abren el botón del escote. Bromas aparte nos reímos mucho con las mil anécdotas que compartieron sobre la práctica de un hobby tradicionalmente masculino.

En los congresos, las estadísticas universitarias y las escuelas de negocios dicen que las mujeres no cuidamos los contactos con fines lucrativos (de negocio). Sin duda las mujeres construimos y cuidamos las redes sociales: nos ocupamos de nuestros familiares y amigos, apoyamos sus proyectos y prestamos alas a sus sueños. Lo que quizá no tengamos tan claro sea transformar esos contactos en algo útil para nuestros negocios. Anoche -sin embargo- se conjugaron varios verbos a la vez: compartir, mostrar, apoyar, sonreír, intercambiar, comer, disfrutar, beber, emocionar y despedir algunos taxis blancos -a la una de madrugada- con luna menguante reflejada en la serena marea baja de la playa de Ondarreta. Una gran jornada. Veinte mujeres, una brocheta de marisco para cada una, vino blanco, algunas cubiteras y la promesa de seguir construyendo redes de complicidad...

sábado, 7 de marzo de 2009

Juego

Juego luego existo.
Hace unos días estuve en Alemania donde los ciudadanos practican estrategia jugando al ajedrez en los jardines de las ciudades aunque el termómetro se aproxime a cero grados. Utilizan enormes piezas (blancas y negras) huecas y ligeras sobre un tablero situado en el suelo de unos diez por diez metros cuadrados -ver foto correspondiente en el álbum Picassa de este blog-.

La tarde en la que me paré a contemplar la partida sólo había hombres. Parecían si no amigos al menos conocidos, parroquianos habituales de la estrategia mental que se reunen en un entorno hermoso cuajado de verde (árboles) y silencio y ajenos al ajetreo productivo de la ciudad -en este caso Stuttgart- para desafiarse cordialmente siguiendo unas reglas pre-establecidas que comparten.

Juegan y mantienen vivo al niño interior que todos llevamos dentro y se alimenta de actividades lúdicas cuya única finalidad es el gozo de practicarlas. Estuve allí un buen rato, me hice la fotografía correspondiente que ahora comparto con ustedes y me dio por pensar que el juego del ajedrez tal vez reproduzca a escala la vida misma. Negras y Blancas parten hacia la batalla dotadas con el mismo ejército y el triunfo o la derrota depende en exclusiva de la habilidad estratégica de quien lo mueva.

El contrincante más impulsivo (fichas negras) pensaba poco y sentía mucho. Con una agitación depredadora realizaba movimientos enérgicos -casi agresivos- y en su juego devoraba piezas como un tanque que avanza sin piedad sobre un campo de amapolas. Pronto cayeron a sus pies muchos peones, e incluso un caballo y un alfil blancos salieron del tablero humillados por el ejército enemigo -mucho más rápido y castigador-. El caballero negro parecía eufórico cuando en el movimiento decimotercero el jugador blanco (sin duda más estratégico) le espetó un jaque-mate al rey. Redoble de silencio. Contrariedad en el jugador de piezas negras. Derrota irreversible.

El temple lo es casi todo en la vida... pensé entonces y me alegré de llamar a mi empresa Coaching Estratégico es decir que tiene en cuenta los cambios, los vaivenes de las personas, los proyectos, el flujo financiero y hasta las modas. No me quedé contenta con esa reflexión y ya en casa -con el gato Fussel sobre mis rodillas- pensé que la esencia de la estrategia es la escucha; una escucha de calidad al propio fluir de la conciencia y a los movimientos externos del mercado, las personas y las tendencias.

In/ Ex ... Interno/ Externo... dos movimientos complementarios como el subir/ bajar de las mareas. Estrategia interna o saber hacia dónde te diriges (objetivo el Rey contrario) y estrategia externa o contemplación atenta de los movimientos que se van produciendo en el tablero (objetivo salvaguardar tu propio ejército). Si toda la atención está sólo en ti... pierdes perspectiva. Si toda la atención está sólo en el otro... pierdes perspectiva. In/ Ex... todo un vals.

Escuchar lo que las personas, circunstancias y situaciones dicen. También aquello que no dicen y que -a veces- es tan importante o más que lo que se formula en voz alta. En la vida y en el ajedrez las cosas precisan tacto, atención e intención. En fin, estrategia que entre otras cosas es pensar en el medio-largo plazo así como en las consecuencias de los actos que realizamos.

En el libro Controle su destino de A.Robbins se reproduce un experimento inquietante realizado con niños de tres años. Durante más de quince minutos se les dejó solos en una habitación en medio de la cual había una mesa llena de caramelos envueltos en papeles de colores. Se les explicó que mientras estuvieran en la habitación sólo podían coger un caramelo por niño y que el que no cogiera ninguno recibiría tres a la salida. De manera natural se formaron dos grupos: el de los niños que se comieron un caramelo de inmediato y el de aquellos que prefirieron esperar recibiendo tres caramelos a la salida. Al cabo de treinta años se realizó el seguimiento de las vidas de esos dos grupos de niños (entonces ya plenamente adultos). Curiosamente los que supieron postponer el placer inmediato por el triple placer posterior tenían mejor posición académica, económica, social y profesional. ¿Azar? ¿Coincidencia? o ... ¿Estrategia?

domingo, 1 de marzo de 2009

Empresas Bonsái

Desconozco la frecuencia con la que ustedes miran el horizonte. No sólo el marino Cantábrico, sino cualquier horizonte que aún estando tierra adentro aporte perspectiva -profundidad- a su visión del mundo. Yo lo miro a diario. Le dedico unos instantes cada jornada tratando de descubrir olas, cetáceos, sirenas, buques, piratas y tendencias.

Sí... Desde el horizonte llegan cada día inesperadas sorpresas. Una vez la marea trajo hasta mis pies un despelujado osito de peluche (que conservo). En otra ocasión fue un enorme anzuelo-simulacro de pez de goma. Más habitualmente llegan conchas, trozos de madera de rocambolescas formas, piedras, restos de azulejos de colores, esponjas naturales y corchos.

Últimamente del horizonte de las tendencias emergen empresas bonsái tan pequeñas como rápidas, tan vigorosas como frágiles, tan diversas como juguetonas. En la jerga empresarial diríase que se trata de Pymes -pequeñas y medianas empresas- o más concretamente de empresas unipersonales. Vale. Suena aburrido. Me quedo con lo de empresas bonsái que en los últimos meses son un ejército en movimiento. En este caso -y por continuar con la metáfora- un ejército de mar.

Dicen que la necesidad hizo virtud y algunas personas que han perdido sus empleos capitalizan el paro y apuestan por una idea emprendedora. Otros, ajenos a la coyuntura económico-financiera del planeta, deciden imponer su crono-biología y montar ¡ahora! justo ahora el proyecto de sus sueños. Unos por necesidad... otros por oportunidad.

Mi experiencia como Coach de Empresa es que sobreviven más y mejor aquellos proyectos que arrancan de una vocación profunda, aquellos en los que el promotor conecta honesta y rigurosamente con la misión-visión-valores de la empresa. De verdad, no como un disfraz barato adquirido en la víspera del carnaval sino como un traje a medida realizado con amor-dedicación-ilusión y esfuerzo: puntada a puntada, ojal a ojal.

Las estadísticas -esos hieráticos testigos parciales de la realidad- confirman que les va mejor a quienes emprenden por pasión-oportunidad (ver la revista emprendedores de Marzo 09, ya en los quioscos). Creo que a estas alturas del post ustedes ya habrán descubierto mi pasión por las empresas bonsái a cuya categoría pertenezco.

Ayer por la tarde (sábado) conocí a un emprendedor apasionante que vino desde Logroño hasta San Sebastián para dinamizar su proyecto empresarial de pequeño formato. El hombre desplegó en la mesa de mi despacho su portátil, su enorme cuaderno amarillo lleno de anotaciones, listados de ideas, mapas mentales y todo tipo de aproximaciones a la puesta en marcha de una empresa que ya funciona, que ya factura, y a la que desea dotar de una dimensión mucho más creativa, estructurada y rentable. En la actualidad está solo, por eso es un bonsái empresarial. Sin embargo ya en nuestra primera sesión de trabajo conjunto detectó a dos colaboradoras potenciales -Elisa y Corina- y a una palanca de cambio: el Coach, yo misma. Fíjense qué bonito, qué alentador que me incluyan en el equipo propulsor de un proyecto en calidad de entrenadora y acompañante del emprendedor en su desafío de crecimiento. Fíjense qué bonito que entre los dos espantemos a la diosa soledad que -con frecuencia- acosa a los empresarios bonsái.

El presente-futuro de las empresas bonsái, categoría en franca expansión no sólo en nuestro país sino como tendencia mundial, consiste en las alianzas, en el trabajo en red y en el compartir lo que se ha venido en llamar la "sociedad del conocimiento".

Yo te aporto/ tu me apoyas, hoy por ti/ mañana por mí, tu traes el soft/ yo el hard. Un ejército de bonsáis: pequeños empresarios valiosos que atesoran experiencia, conocimientos y redes (networking).

Detrás del horizonte casi siempre está la libertad: esa sirena esquiva a la que todos cortejamos.Acaso las empresas bonsái sean una de sus múltiples versiones. Estén atentos al horizonte mar o sierra adentro... Allá donde se encuentren siempre podrán conectar con el azul cielo de los sueños realizables, de los proyectos posibles: a su alcance. Es la última tendencia.