miércoles, 20 de enero de 2010

Tambores

Todo un pueblo dentro de un tambor mientras Sarriegui baila por las calles de la ciudad y observa a niños y adultos martillear con las baquetas, palillos o como ustedes quieran llamarlos. Toda la ciudadanía al redoble de una marcha que (bien entonada por muchas personas a la vez) pone los pelos de punta y recuerda lo que nunca debimos olvidar: que un pueblo -cualquier pueblo- entrenado, unido y caminando en la misma dirección mientras canta alzando al cielo su plegaria es, sencillamente, imparable.

Hablo de la tamborrada de San Sebastián en la que se recuerda cómo ese histórico golpe de efecto consiguió ahuyentar al enemigo. Ya saben, muchos tambores redoblando día y noche por toda la ciudad consiguieron intimidar a los franceses quienes pensaron que se aproximaba un poderoso ejercito... Los efectos del ingenio ante la escasez de recursos (en este caso militares), de la unión de todos los ciudadanos, del instinto de supervivencia, del coraje y de la organización popular sin estructuras... Todo ello dentro de un tambor y dos baquetas.


¡¡Celebremos los no-cumpleaños!! se dice en el cuento de Alicia en el país de la mil maravillas. ¡¡Celebremos las no tamborradas!! mientras nos mantenemos unidos, al paso rítmico y firme de la evolución hacia nuestros objetivos, imbatibles al desánimo, al cansancio, a las circunstancias. En cualquier lugar del planeta seamos pueblos que avanzan con orgullo de sí hacia la felicidad posible, hacia la prosperidad posible.

Hoy en San Sebastián la fuerza del redoble es tal que la lluvia se ha escondido entre las nubes dando paso a media mañana a un sol cantarín y juguetón. Todo un pueblo dentro de un tambor y Sarriegui, mi amigo Sarriegui, sonriendo un año más ante la fiesta que confirma la magia del poder de la intención.

No hay comentarios: