domingo, 14 de febrero de 2010

¿Gato o Liebre?

Muerto el Coaching ¡Viva la Formación!
Al menos una vez a la semana asisto a la presentación de escuelas de coaching, seminarios de coaching, masters de coaching, cursos de experto en coaching... Plaga de langostas. En parte por compromiso social, en parte por curiosidad, esta mañana he acudido a un desayuno de trabajo con café matarratas y pastas resecas donde un ex-directivo de banca (pre-jubilado a los 54) actuaba en calidad de experto y como ponente principal de un acto convocado para profundizar en el entrenamiento de los Comités de Dirección.

Durante hora y media se ha explayado el hombre sobre la política de recursos humanos que lideró en la entidad antes de su salida, sobre la contratación de Coaches externos para entrenar a los 300 tops de la compañía -entre los que, lógicamente, se encontraba- y el final felicísimo de todo ello propio de una comedia rosa de los años sesenta. Traje de Armani, colonia de Armani, reloj Swach y -siendo como era un acto de presentación de las bonanzas del coaching- ni una sola definición de lo que es el coaching, de su origen, de su práctica, de su coste o de su Roi (retorno de la inversión). A mi pregunta -en privado- de cuántas horas de coaching profesional ha realizado este ex-directivo de banca, él mismo ha reconocido que ¡ninguna! Se está formando con la escuela que propiciaba el desayuno de pastas resecas ¡vive Dios, hermano, qué frivolidad!

Hemos perdido el respeto al saber (aún no tiene una sola certificación), por la experiencia (ni una sola hora de coaching profesional), por la ética (se convoca a los presentes para hablar de coaching y él de lo que sabe es de banca), por el sentido común (es incoherente que sea el ponente principal y desconozca la definición de coaching) y hemos perdido el respeto por el sentido del ridículo. Vuelo de ida y vuelta a Madrid, hotel de cuatro estrellas, comida en el Arzak. Pagan los futuros alumnos.

Tomando un café con mi amigo Iñaki, hemos acordado afrontar esta plaga desde el compromiso de seguir luchando por lo que creemos: la belleza del coaching como una actitud ante la vida y los negocios que apuesta por el ser humano, que respeta la unicidad sagrada de cada persona, que mira al futuro y provee de esperanza, y que ofrece resultados cuando lo realizan profesionales. Por si el ex-directivo de banca en formación se asomase a este blog, generosamente le ofrezco una de las posibles definiciones de Coaching: un diálogo (socrático) profesional y estructurado (con método), enfocado al logro de objetivos que se realiza en total confidencialidad respetando un riguroso código de ética (el más ajustado el de la ICF).

Mi amigo, yo, y algunos otros bonsais del entrenamiento apostamos por hacer como en la historia del Caballo de Troya ¿se acuerdan? Trabajar dentro del sistema productivo (las empresas, sus equipos, sus directivos), desde la creencia auténtica en el poder revolucionario del coaching realizado por personas certificadas, con experiencia, éticas, con sentido común y del humor. Menos Armani y más Alma-ni. Más Alma.

1 comentario:

RICARDO J SANCHEZ CANO dijo...

Me gusta. Mas que hablar de gato o liebre, yo diría: ¿quién le pone el cascabel al gato?
Un amigo Holandés hace unos meses me dijo claramente que el feomeno del coaching -como tu bien lo has descrito- en los Paises Bajos fue una moda pasajera. "Coaching es entrenamiento" me sentenció. "Supervisión es formación a partir de la práctica cotidiana" Siguió. "En Holanda ya no hay confusión... Los coach se han hecho supervisores. Los superviosres se han interesado por el coaching..." Hemos regulado los curriculos y la cuestión es clara. Codigos éticos y prácticas colocan a cada uno en su lugar.
Mis referencias son la Supervisión (www.anse.eu) enraizada en el aprendizaje desde la práctica. Me acerque al coaching como lo describes en los años 90 como un proceso de aprendizaje y entrenamiento de los roles directivos en la empresa. En este momento necesitamos un debate serio desde la ética que nos lleve a las "buenas prácticas". Qué desvele formas y diferencias de actuar. Está claro que para algunos hay más negocio en la formación que en la práctica. En cualquiera de los casos ¿sigo preguntan(dome) quién le pone el cascabel al gato?
Gracias por tu clarividencia.