domingo, 15 de agosto de 2010

Stop

El país se para, no sé si porque es agosto (y eso parece justificarlo todo) o porque nos ha entrado una especie de moho en el alma, de nostalgia por la bonanza económica que se fue para no volver, como el primer amor.

Esta mañana llovía, así que he buscado un sustituto razonable a la playa-natación en la bahía y me he acercado con mi mochila al polideportivo del barrio después de hacer el crucigrama y leer un rato en la degustación de la plaza. Me he quedado boquiabierta al comprobar que estaba cerrado y una pareja de transeúntes me ha explicado que los domingos y festivos el polideportivo municipal cierra durante todo el verano. ¡Cielo Santo! de inmediato me he acordado de Alemania, de Holanda, países a los que viajo con frecuencia -por razones familiares- y en los que no sólo los centros de ocio sino la mayoría de los comercios (incluso los de lujo) están abiertos siempre, todo el año. No me extraña que la señora Merkel haya conseguido que el Producto Interior Bruto germano haya crecido un asombroso 2,2% durante el segundo semestre del año mientras el nuestro se desploma en caída libre hacia despeñaperros... es un decir. Sin duda algo influye también el nacionalismo alemán que propicia el consumo de productos fabricados en el país cerrando el paso a las importaciones. Me contaba hace poco una empresaria vasca del acero que Alemania ha dejado de comprarles porque prefieren adquirir piezas realizadas en su propio país: ellos se lo guisan y ellos se lo comen. El PIB sube ¡claro!

Vamos a contrapié de Europa y la moneda parece ser lo único que compartimos. Por la tarde, en Breakingviews Reuters, descubro varias demandas de empleo para la zona euro y me sorprendo porque sigue siendo agosto y parece que eso no explica nada en otras tierras. Busco el contraste y abro el suplemento Negocios de EL PAÍS: cero anuncios de empleo. Cero.

La Europa que se gestó en dos velocidades parece haberse escindido en veinte velocidades y la de España aún suena a charanga y pandereta: polideportivos cerrados porque es festivo, comercios cerrados los domingos, el PIB en dirección contraria de la autopista alemana e inexistente oferta de empleo a mediados de agosto. Stop. España se para ¡qué lujo! ¿no les parece?

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