miércoles, 5 de enero de 2011

Caruso quiere ser "gente"

Vengo de una empresa situada en el Parque Tecnológico de Miramón (San Sebastián) con el extraño sabor de boca de haber asistido a una cruenta batalla. A un lado, el ejército rojo (individualismo, egoísmo y el omnipotente "yo") y al otro, el ejército blanco (colectivismo, altruismo y el evolutivo "nosotros").

Se trata de un grupo de personas -altamente cualificadas, con perfiles y posiciones altísimas- que con frecuencia olvidan los rudimentos de la razón, el sentido común y la bondad más elemental. Aún no son un equipo porque no han comprendido que para alcanzar la plenitud el atajo es el equipo, obligado a conseguir objetivos que trascienden al individuo.

Es cierto que llevo algunas semanas sumergida en lecturas varias entorno a los equipos que me permitan hacer un compost de calidad para una ponencia que desarrollaré a mediados de marzo en el Palacio de Miramar en el marco de unas jornadas que llevan por título: Liderazgo, Motivación y Crecimiento Personal http://www.dialogosdecocina.com/2011/. Y que esta influencia tiñe el sesgo con el que observo la realidad de por sí evidente si miras con desapego del tinte emocional que colorea percepciones y lo que es más grave, decisiones.


Junto al agrio sabor de que en la sociedad civil asistimos a una cruenta batalla en la que a cada instante elegimos el color del ejército con el que nos posicionamos (rojo/ blanco), me da por pensar si los equipos no pudieran ser considerados como "unidades éticas" o más acorde con la jerga fashion contemporánea "nodos éticos", núcleos que se conectan entre sí hasta el infinito configurando el cosmos tierra y acaso más allá de ésta. Si los equipos están enfermos, la tierra languidece...

Piénsenlo por un momento, los equipos como "nodos éticos", entendiendo la ética como la capacidad de subyugar el actual salvajismo individual, al bien común. Si los "nodos éticos" sanan, la tierra florece y acaso más allá de ésta.

Cuando leía cuentos a mi hija, llegué a aprender casi de memoria el texto de una historia cuyo título era: Caruso quiere ser gente. Quizá la magia evolutiva consista en que usted, yo y Caruso seamos (a un tiempo) "gente" y seres únicos, sagrados y creativos. Amigo lector, usted ¿a qué ejército pertenece?

No hay comentarios: