martes, 26 de abril de 2011

ADN Profesional

He coincidido en el carril de bicicletas con Gorka, un hombre musculoso y atractivo. Cada uno camino del despacho, nos hemos parado un momento en el arcén donde apenas hemos intercambiado unas frases. Para Gorka "... algo tendrá de malo el trabajo... cuando nos pagan por él...". Sin duda este atlético profesional no ha leído a Douglas McGregor a quien yo misma he descubierto hace poco estudiando referencias empresariales USA. Y aunque sus reflexiones se remontan a mediados del siglo XX, hoy me ha dado por pensar que en parte explican la idea del trabajo como presunta maldición.

McGregor ha pasado a la historia del management como el padre de la teoría Y cuya médula teórica consiste en afirmar que el trabajo físico o mental es tan natural en el ser humano como el juego o el descanso. Siguiendo este hilo argumental, el compromiso con el propio trabajo proviene no sólo de las posibles recompensas (el salario) sino de la satisfacción del propio Yo, la llamada autorrealización. Además, las potencialidades de las personas están infrautilizadas y casi cualquier persona puede imaginar y crear soluciones a los problemas laborales.

Por contra la teoría X considera que al ser humano le desagrada el trabajo, que las personas han de ser coaccionadas y controladas para que alcancen los objetivos de la organización, y que la mayoría de los trabajadores prefieren ser dirigidos incluso bajo un estilo autocrático.

Más tarde algunos académicos contemporáneos han re-escrito y completado la historia con la llamada teoría Z que no desarrollaré. En cualquier caso, está claro que cuando Gorka formula su hipótesis lo hace desde la teoría X, aquella que entiende mi historia laboral (treinta años, diez meses y cuatro días de cotización a la seguridad social) como si fuera una condena en la cárcel de Martutene (Guipúzcoa).

Tras el breve intercambio verbal, cada uno ha seguido su camino en bicicleta hacia el trabajo reencarnando la idea del profesor McGregor para quien el ser humano -bajo condiciones correctas- aprende no sólo a aceptar sino a buscar la responsabilidad.

Sigo adelante con mis treinta años, diez meses y ahora ya cinco días de vida laboral con crecientes responsabilidades propias y ajenas. Y me gusta... muuucho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Da gusto empezar el dia asi¡¡¡
Se contagia?

TRAS MIS ESCRITOS dijo...

Estoy infinitamente más de acuerdo con la teoría Y que con la X. No creo que el trabajo sea, ni mucho menos, una maldición. Sí es cierto que hay alguna gente cuyo objetivo parece ser que nuestro trabajo se convierta en una tortura. ¿Por qué está la gente tan amargada?.A veces resulta muy dificil mantener el optimismo y la sonrisa.

Buen post, Azucena