martes, 25 de octubre de 2011

¿Resilencia o Idealismo?


Mis pies y no mi cabeza me llevan a los lugares más hermosos; lugares a los que debo ir aunque no sepa por qué ni para qué. Esta mañana -descalzos sobre los adoquines del puerto- mis pies han conectado con el recuerdo marino de Bermeo, la tierra de mis antepasados a quienes ¡paradojas de la vida! no llegué a conocer.

Dicen que hubo una fábrica de conservas en la que mi abuela paterna trabajo duramente, y que mi abuelo era guapo, y que pasaron penurias. Cuentan que durante la guerra civil española enviaron a Francia a muchos niños (entre los que se encontraba mi padre) que lloraban desconsolados preguntándose si volverían a casa y al mar.

Una vez que me he puesto los zapatos, los pies han desconectado del "tan tan de los recuerdos", de los desgastados adoquines del puerto donostiarra que -mentalmente- me han trasladado al puerto de Bermeo, acaso a todos los puertos del planeta, porque la realidad es algo que los escritores fagocitamos como caníbales trenzando imaginación con datos, ensoñaciones con hechos, personas y personajes. Y ese cúmulo de trucos nos ayuda a vivir.

Tomando el cortadito de las once en el Café de La Concha, he leído la reseña literaria del último libro de John Banville, un genio de la escritura contemporánea (nacido en Irlanda en 1945), y famoso entre los lectores por su personaje y alter ego Benjamín Black. En la entrevista que le hace Claudi Pérez para EL PAÍS, el escritor reconoce sentirse un samurai en el sentido de que la literatura es salir a pelear sabiendo que serás derrotado. Algunos le llamarán resilencia, tal vez sea idealismo... Yo me quedo con la frase, y la integro en mi focus de empresaria-bonsái: salir a pelear, sabiendo que serás derrotado. Thanks John!

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