miércoles, 31 de octubre de 2012

¿Hiper-actividad o Hiper-estupidez?


Una mujer con burka y zapatillas de estar en casa, se dirige a un negro con maleta en la estación central de autobuses, esta mañana a las diez. Ella pregunta en algún idioma o dialecto árabe, y él le contesta en africano; y aunque la escena bien pudiera ser de la Torre de Babel se entienden,  ella acaba comprando un billete de autobús a otra ciudad donde alguien espera tanto o más consuelo del que ella misma necesita, y donde los carteles electorales de los políticos aún ondean antes de que se dispongan a jugar con nosotros al parchís.

Dos encuestadoras registran lo obvio: el desastre en la terminal de autobuses de San Sebastián sin panel de información ni expendedora de billetes ¡sin orden ni concierto! Está bien que testifiquen lo evidente que de otro modo parece inexistente para la panda de políticos y sus secuaces.

Ocupo el asiento 62 (ventana): el sol calienta mi mejilla izquierda y ensombrece la derecha; dos profesores universitarios -a los que conozco- van delante al otro lado del pasillo y cogen llamadas de teléfono: al parecer  resuelven asuntos laborales. 

A la altura de Orio contemplo la belleza del puerto deportivo, y me pregunto sobre la calidad de las decisiones que tomamos por teléfono mientras comemos, conducimos, hacemos la compra, llevamos a los niños al pediatra, vamos en ascensor, estamos en un break del comité o -sencillamente- en el lavabo. ¡No exagero! Decisiones sobre contratos, proveedores, tarifas, proyectos, cirujanos, despidos, inversiones ... Crazy Worl.


Escultura del Museo de Bellas Artes de Bilbao
de la que me he enamorado.
Pertenece al artista británico John Davies
y sugiere la inocente mirada infantil.

Echo una ojeada al portátil: los alumnos del curso que imparto han creado un grupo (cerrado) en Facebook -al que aún no se han adherido todos los participantes por falta de pericia técnica-. Leo las aportaciones de Ana, Joseba, Amaia, Olaia, Antonio...: libros, links, artículos, casos... el equipo está en marcha ¡y lo celebro!

El viaje continúa hacia mi destino: el Museo de Bellas Artes de Bilbao donde me espera Fernando Botero. Al igual que Cenicienta mi "momento mágico" terminará a las 15.00 horas con el primer entrenamiento a una directiva del Guggenheim Bilbao ¡paradojas! Antes de que se desintegre la calabaza y el carruaje volveré a casa para contarlo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Botero

https://www.google.es/search?q=John+Davies&hl=es&prmd=imvnsob&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=axORUNrYEsTTtAawroCYCA&ved=0CDMQsAQ&biw=798&bih=668

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