domingo, 27 de enero de 2013

Ni Praga ni Yosemite


Las apariencias... a veces... engañan. Por ejemplo, esta foto no ha sido tomada en Praga, en un costoso viaje-huida de la monotonía.


Las apariencias producen absurdos espejismos. Por ejemplo, esto no es el Parque Nacional de Yosemite, y tomar la fotografía sólo ha gastado la suela de mi zapato.


Ambas fotografías han sido tomadas a dos minutos de mi casa habitual, en San Sebastián (Guipúzcoa, País Vasco), hace menos de una hora, aprovechando un claroscuro del invierno. 

En realidad he salido a estrenar el gudrun que mi hija ha capturado on line a un tercio de su precio y me ha hecho llegar desde Stuttgart. Aunque es una talla small (pequeña), tiene un diseño grandote, ligero, calentito y amoroso -como ella- y ha sido fabricado con algodón ecológico. Cuando me lo he puesto me he sentido arropada y contenta -seguramente lo que ella pretendía al comprármelo-.


Tarde de sábado. Casi nada es lo que parece. El camino cien veces recorrido resulta fresco, nuevo: algunos árboles han anchado más que otros, algunos pájaros son más atrevidos que la mayoría, ciertas flores ofrecen una tonalidad más intensa, y en Musikene -Centro Superior de Estudios Musicales del País Vasco- unos pocos estudiantes practican escalas ajenos a las orquestas que cierran en toda Europa y al paro que se ceba en la población juvenil española por encima del 55%. ¡A lo mejor estos datos tampoco son lo que parecen! Ojalá.

viernes, 25 de enero de 2013

Buenas Noticias II


Un fichero cerrado de la red profesional LinkedIn recopila perfiles de 8.000 mujeres como potenciales miembros de consejos de administración. Por primera vez en la historia, varias escuelas de negocios ponen en marcha un archivo en el que será posible hallar a profesionales del sexo femenino con cinco años de experiencia como presidenta o directora general, accionista de control, alta directiva de organismos públicos, o empresaria.

La representación de mujeres en los consejos de las compañías cotizadas en Bolsa es apenas el 14%. Se trata de mostrar el poderoso potencial de las mujeres para que las empresas puedan contratar sus servicios voluntariamente, es decir, al margen de cuotas.

El país que más mujeres integra en las cúpulas directivas es Noruega (42%) seguida de Finlandia (27%), Letonia, Suecia, Islandia, Francia y Holanda.  España se encuentra en el puesto número 22 con un 11% de mujeres participando en los máximos órganos de poder y decisión de las organizaciones.

Las profesionales interesadas pueden ponerse en contacto ¡ya mismo! con Heidi Gains del Financial Times en el Email: heidi.gains@ft.com


Algunas instituciones, algunos equipos directivos, y algunos líderes están haciendo las cosas bien.

Noticia de EL PAÍS completa

Buenas Noticias I


Inicio una serie de buenas noticias del mundo real. Lo abordo como una cruzada personal contra el desánimo que cunde como una plaga de langostas. Me propongo capturar noticias positivas del mundo empresarial, intelectual, laboral, educativo o artístico y hacerme eco de ellas intercalando su contenido con los temas habituales del blog. Las entradas serán breves y mantendrán un enunciado unitario: Buenas Noticias, acompañado de un número. Ésta es la primera de la serie.

El Palacio Euskalduna de Bilbao batió en 2012 su récord de facturación y asistencia al alcanzar un superávit de 502.000 euros (un 40% más que el año anterior)  y 506.000 visitantes. 

El impacto económico por la actividad desarrollada en el Palacio Eukalduna de la capital vizcaína ascendió a 87 millones de euros y generó unos ingresos para las Haciendas Públicas de casi 7 millones.

Algunas instituciones, algunos equipos directivos, y algunos líderes están haciendo las cosas bien   ;-D 

Noticia completa

jueves, 24 de enero de 2013

Stevia


De vez en cuando reservo una mañana (o una tarde) para producir "de otro modo", digamos que sin clientes. Hoy -que trabajo ininterrumpidamente con directivos de 15.00 a 21.00 horas- me he tomado la mañana para mí y he descubierto algunas cosas. Por ejemplo, ¿saben cuántas varillas tiene un paraguas Jani Markel? Exactamente todas las que el vendaval costero ha descabalgado en mi paraguas en menos de doscientos metros mientras trataba inútilmente de aproximarme a mi destino. Dieciséis varillas que -fuera de su soporte de tela- no sirven para nada. He tenido que movilizar toda mi fuerza y  coraje para alcanzar un lugar seco y seguro tras los doscientos metros de lucha fatricida contra el viento y la lluvia que cala hasta la goma de lo más íntimo.


Cuando dispongo de libertad de agenda siempre acabo -o empiezo- en la cafetería más tranquila y lujosa de la ciudad en la que esté. Es una costumbre tan antigua que no recuerdo su origen, y hoy me he dado cuenta de que estudiar rodeada de personas y cucharillas es un hábito desde que realicé mi carrera universitaria a salto de mata entre cafeterías donde robaba tiempo al tiempo porque ya trabajaba a jornada completa. Sobre la mesa de casi cualquier lugar de la tierra monto un despacho conceptual como los beduinos instalan la jaima en un corner del desierto. Mi abstracción es tal que puedo aprender la conjugación de los verbos irregulares en inglés, los siete hábitos de las personas altamente eficaces, o los trucos para la atención plena de Chande-Meng Tan, ingeniero de google ya referenciado en otro post.


El caso es que lo que bien empieza bien acaba y hoy -tras el desayuno doméstico- he dedicado media hora a deambular por la casa, conectar con las plantas, regar algunas y retirar hojas secas de otras, mientras escuchaba una sonata para flauta de Juan Sebastián Bach en un cd que estaba en casa desde hace más de cinco años y jamás había disfrutado hasta hoy. Más tarde, camino del vendaval que ha desplumado mi paraguas, me he encontrado varias monedas en el suelo: unas más diminutas que otras. Yo las he recogido todas por si el buen dios castiga a quienes desprecian lo humilde  ;-D 

Al filo de las doce del mediodía he pasado por mi tienda favorita de dietética donde ¡por fin! me he hecho con un kit de especias que estimulan la vitalidad: orégano, mejorana, romero, tomillo, jengibre, menta y comino. Después he trasteado por las estanterías y ¡voilá! ahí estaba -esperándome- la mágica stevia, edulcorante natural que tiene cero calorías, cero grasas, cero conservantes, cero colorantes, poquísimo sodio y algún que otro hidrato de carbono. Por si fuera poco no hace caries y es apto para celíacos y diabéticos.

Hay jornadas (o mitades) que son como la stevia: todo ventajas, cero inconvenientes. Les dejo ahora: comienza la etapa productiva de alta intensidad, con Iker, una preciosidad de directivo y de persona. Prepararemos una jornada participativa en su organización para decidir -entre toda la plantilla- qué nuevas vías de financiación pondremos en marcha en su empresa en primavera. ¡Allaaa vamoooooos! 

domingo, 20 de enero de 2013

Carta a un amigo


Estimado Eugenio: me llevará semanas (acaso meses) digerir el impacto que has dejado en mí tras el encuentro de este fin de semana en San Sebastián, con el pretexto de compartir tus conocimientos como consultor internacional especializado en organizaciones y sistemas.

Hay pocas personas que al coincidir en un cruce de caminos existenciales dejen una huella que merezca la pena seguir. Tú eres una de ellas.

Recordarás que nos conocimos en Innobasque, la agencia vasca de innovación, a la que llegaste para hablar de tu método "participación genuina" que después se convirtió en un libro y entusiasmó al punto de formarnos a un grupo de intrépidos consultores y coaches vascos. Por aquel entonces -como ahora- ya rebotabas como una pelota de ping pong entre Suecia, Sudáfrica, Nicaragua, Malí, España, Alemania y resto del planeta: vas donde te llaman para orquestar un "proceso participativo" en el que como un sabueso "tutelas" que se cumplan unos mínimos de transparencia y honestidad, dos cuestiones peliagudas en el mundo empresarial contemporáneo que se han hecho aún más críticas en un entorno de precariedad.

Desde la formación que se desarrolló en Eutokia -centro para la innovación social de Bilbao- en 2011, no te había visto aunque hemos mantenido un tibio contacto a través de Facebook y mediante el cruce de una docena de Emails que con frecuencia respondes desde la zona de embarque de los aeropuertos más exóticos de la tierra. Siempre unas líneas cortas, enérgicas, desnudas, recias -diríase muy nórdicas aunque nacieras hace 55 años en Madrid, y residas en el Santuario de Lord (Cataluña)-.  

Esta vez estabas mucho más delgado (15 kilos menos) tras lo que narraste como una cierta crisis existencial. Yo te encontré más sabio porque quizá sea cierto el adagio de que "donde hay sufrimiento hay un lugar sagrado sobre el que construir". Sin duda tu residencia en el santuario y el benedictino ritmo ora et labora vehiculan tu milésima trasformación. 

Con anterioridad nuestros egos solían chocar frontalmente con la virulencia de dos trailers ebrios. Esta vez, sin embargo, hemos fluido con hermosa complicidad cuya mejor evidencia acaso sea la fotografía en la que -tras más de diez horas de taller con los alumnos del curso Construcción de Equipos Transformadores- nos regalaron a ti una nariz roja de payaso y a mi una varita mágica. Nos pusimos reír, a bromear, y nos sintonizamos en un gesto espontáneo y mimético que expresa a la perfección el concepto empatía (rapport), habilidad que endulza la vida y los negocios. 


Ya cerrando el despacho me dijiste que ahora no chocamos porque yo te acepto como eres. Vale. Yo creo que ambos hemos cambiado y -como un buen vino- al envejecer nos hemos hecho más flexibles en nuestras creencias y más risueños, porque quizá como dijiste a los alumnos hemos asumido que "nunca es tarde para tener una infancia feliz".

viernes, 18 de enero de 2013

Un boddhisattva en Google


Tengo una hora antes del re-encuentro con Eugenio Moliní, un experto en consultoría de sistemas y organizaciones que trabaja en Suecia, España, Sudáfrica y resto del mundo, con el que me formé el año pasado. Es el invitado de enero al Taller Construcción de Equipos Transformadores que facilito en San Sebastián desde el pasado mes de octubre empujada -textual y físicamente- por Nuria, y que estoy disfrutando como no imaginé. El caso es que tengo una hora para colgar un post nuevo, fresco y nutriente, a los fieles lectores del blog que son más de 1.600 al mes: ¡gracias!

Me pongo a ello: una de las cosas que más ha desconcertado a mis familiares es la práctica de diversas artes artes marciales propias de oriente tales como el Tai Chi, el Chin Kung y -en menor medida- el yoga y la meditación. La adicción a estas disciplinas persiste en mí desde hace más de treinta años y se completa con las enseñanzas del maestro taoista Juan Li en retiros que propicia en los silenciosos montes de la Sierra de Gredos. 

He compatibilizado estas prácticas con una intensa vida laboral primero como periodista de RTVE y después como entrenadora de líderes y equipos empresariales, como si se tratase de una muestra del llamado "camino del medio": ni todo contemplación a 8.000 metros de altitud en el Himalaya, ni todo convulsa actividad productiva. 

Casi desde la adolescencia he tenido la certeza de que la sabia combinación de ambos enfoques (vida meditativa + vida productiva) propicia la felicidad, por lo que mi contento es infinito al descubrir esta semana la existencia de Chade-Meng Tan, ingeniero informático de Google a quien vemos en la fotografía.


Este oriental es conocido como el boddhisattva de Google, por tres razones que Daniel Goleman sintetiza en el prólogo del libro Busca en tu Interior: como poseedor de una exquisita capacidad de análisis, una desarrollada inteligencia social, y un corazón de oro. Y si bien Meng ya era famoso por ser la persona que recibía en Google a celebridades como Obama o Clinton, ha sido portada de Expansión por sus clases de meditación  en el gigante de búsquedas en internet. El titular no puede ser más esclarecedor: en Google la felicidad se logra con meditación.

Un viejo sueño personal es poner en marcha en las empresas talleres de respiración, auto-control emocional y estiramientos (educación postural) que provoquen mayor satisfacción en el trabajo, ausencia de contracturas, renovación mental, la creatividad y ¡buen humor! ese cúmulo de intangibles que todos decimos anhelar y nadie se pone a construir.

La aportación de Meng ya ha pasado a los anales de la historia y su libro ha sido publicado en castellano por Zenith Planeta: Busca en tu Interior  


domingo, 13 de enero de 2013

Airbag para el Desánimo


Esta semana he conocido la furgoneta de Carmen: amplia, resistente, e icono de recuerdos de un tiempo que se fue para no volver. En el corto trayecto que compartimos, me preguntó si yo siempre estaba feliz, a lo que tras una sonora carcajada le contesté que ¡no! Aunque nos conocemos hace tres años, nunca hemos profundizado en nuestras biografías, si bien algo sabemos la una de la otra. Cuando me bajé de la volkswagen granate me quedé rumiando la pregunta re-formulada de otro modo: 

¿Qué le hace pensar a esta mujer sabia 
que yo siempre soy feliz?


No es sólo ella la que me lanza esta pregunta, sino bastantes personas con las que trato en mi vida cotidiana y en mi trabajo: Alex -el camarero que hace el mejor capuchino de San Sebastián-, Iratxe (la secretaria del despacho de Bilbao), Amaia, Josu o Álvaro, recién llegado de México D.F. donde trabaja para Idom.


Siendo cierto que atesoro cierta satisfacción en el vivir, y que (pase lo que pase) he decidido ser feliz como una lombriz, tengo mis hormonas, mis achaques y hasta mis fracasos ¡vive Dios! como cualquiera, por no hablar de mis infinitas meteduras de pata por ausencia de diplomacia.

La cuestión es parecida a la cara que se te queda tras un resfriado: ojeras, nariz escocida, pelo sucio, ojos pitarrosos, palidez marmólea... ¿Acudes a tu trabajo con semejante aspecto? No. Lavas tu cabello, aplicas el corrector de ojeras, el maquillaje, el colorete, el pintalabios, te pones unas gotas de perfume, te vistes con algo favorecedor y ¡voila! sales a la calle con buen aspecto a pesar de tus hormonas, tus achaques y tus fracasos. Supongo que algo semejante ocurre con la felicidad: muchos días mi humor está sereno y afable, y otros hago el esfuerzo de poner en orden mi ánimo movilizando algunos recursos a los que llamo mi particular airbag (tras perfeccionarlo durante años parece que funcionan porque Carmen piensa que  siempre estoy feliz). Los airbags ante el desánimo son personales e intransferibles y lo que a mí me funciona quizá no le sirva a otro

Comparto con ustedes algunos de mis secretos: unos gramos de saludable cordura = dormir ocho horas, comer sano y hacer deporte cuatro veces a la semana, si es al aire libre mejor. La decisión de ser feliz en la convicción de que merece la pena por uno mismo y por los demás, y el deseo de no convertirme en una carga anímica para nadie.

Este fin de semana he repasado algunos artículos que aluden a la felicidad desde el ángulo científico, los referencio por si alguien quiere profundizar en ello: Mihaly Csikszentmihalyi, Martin Seligman, Daniel Kahneman en la revista Science, Lyubomirsky en Review of General Psychology, y al revista de estudios sobre la felicidad que recopila información para la Universidad Erasmo de Rotterdam, Holanda. Extraigo algunas conclusiones:

1º.-  La sensación de optimismo-bienestar es genética en un 50%. 2º.-  El altruismo aporta mayor felicidad que el hedonismo (búsqueda permanente del placer). 3º.-  Cubiertas las necesidades mínimas, riqueza y felicidad se desacoplan. 4º.-  Ofrece más felicidad dormir más cada día que comprarse un coche nuevo.

-Ahora sé por qué no me animo a comprar un coche nuevo, ni siquiera una antigua furgoneta volkswagen: he conseguido que mi agenda me permita dormir ocho horas con la intensidad de un peluche-. Supongo que eso también mejora mi cara. Je, Je.

jueves, 10 de enero de 2013

El tontomóvil


El término no existe en el diccionario aunque resulta una realidad tan sólida en nuestro día a día que quizá debieran incluirlo. Al menos en la wikipedia: tontomóvil.

Lo utilizamos tan adictivamente que me pregunto qué haríamos sin él en los veinte minutos de trayecto hacia el trabajo en tren, metro o autobús. También me gustaría saber si finalizaríamos con éxito la compra del sábado -en solitario en el super- si no encontramos la marca de cornflakes que nos ha puesto en la lista la pareja y no tenemos el artilugio a mano. Finalmente, en los viajes al extranjero, ¿cómo llegáríamos al museo de cera de Amsterdam, al zoo de Stuttgart, o a la Plaza del Capitol, sin el google maps del móvil?

Antaño (sin móviles) el mundo giraba a la misma velocidad de rotación y traslación, el día y la noche se sucedían con idéntica terquedad, el cambio climático ya estaba en marcha, y las mareas repicaban su vaivén de olas.   

Acontece sin embargo algo que me inquieta: las niñas bebés ya no están celosas de las madres, ni los niños bebés de sus padres, sino del tontomovil porque sus progenitores hablan con el mundo entero mientras les dan pecho, les pasean, acompañan al jardín de infancia, o buscan cuentos en la sección de taburetes bajitos del Fnac.


Acontece también que las parejas sentadas en la terraza de La Perla no se miran, no hablan, no intercambian ternura, sino que tan pronto se sientan con su aperitivo se ponen a consultar sus respectivos móviles. E incluso las cuadrillas de amigos rompen los invisibles lazos de conexión que otrora emanaban en forma de cómplices conversaciones porque ahora cada amigo porta un arma, un arma casi letal: el tontomóvil al que accede cualquiera, en cualquier momento, para casi cualquier cosa, en cualquier lugar. Cuando yo trabajaba como jefa de informativos en RNE, semejante disponibilidad se consideraba una esclavitud y estaba compensada con un plus que hoy sería el equivalente a unos... 600 euros ¿algo menos? sí, algo menos. En cualquier caso mucho dinero por estar permanentemente accesible. ¡Ahora lo hacemos gratis!

Lo que faltaba para la total des-ubicación del "aquí y el ahora", para la más absoluta dispersión mental, para la más prosaica de las escuchas, lo que faltaba para rematar in extremis la maltrecha atención plena.

Como saben quienes me conocen no uso móvil, de ningún tipo: ni viejo ni nuevo, ni personal ni profesional, ni público ni privado. Sencillamente no uso móvil y sobrevivo. Además nunca -fíjense, por favor, en la expresión- nunca he tenido el mínimo contratiempo laboral por no usarlo.

Cuál no es mi alegría al abordar hoy un texto escrito por J.M. Coetzee y Paul Auster en el que ambos intelectuales afirman que: "... el diálogo en el sentido pleno del término, simplemente no es posible por teléfono". ¡Ja!  Y como ambos escritores viven separados por un océano se han dedicado durante tres años a intercambiar correspondencia hasta completar el libro Aquí y Ahora, publicado en castellano conjuntamente por Anagrama y Mondadori.

"El diálogo en el sentido pleno del término 
no es posible por teléfono."

martes, 8 de enero de 2013

Travesuras de Adultos


No estoy segura de la hipótesis de Risto Mejide, personaje televisivo al que no conocía (ya que no veo nunca la "caja tonta"). 

Afirma el publicista, redactor, tertuliano y escritor que "molestar vende", y aunque Annoyomics resulta un libro entretenido no exento de argumentos, no acaba de convencerme.

En inglés Annoy significa molestar y omics supongo que es el último residuo de economics, así que a Risto le adorna el talento de crear vocablos a partir de la suma de los conceptos que constituyen el núcleo duro de su discurso: molestar y economía.

La hipótesis de que "molestar vende" está adobada con numerosos casos reales en los que el escándalo, lo políticamente incorrecto, lo inesperado, el oportunismo y el mal gusto se han transformado en algo rentable.

En la contraportada del libro -publicado por Gestión 2000 y prologado por Leopoldo Abadía- se recopila que Mourinho molesta, que Ryanair molesta y que también lo hacen Lady Gaga, Julian Assange, Benetton, Galliano, Salman Rushdie, Madonna y hasta Apple.

La lectura de este libro me ha recordado la intensa polémica que mantengo con dos emprendedores empeñados en comprar publicidad a cualquier precio, y en alcanzar la fama. Yo doy el O.K. ¡cómo frenar su arrogante fuerza juvenil! pero me permito recordarles que en el mundo empresarial hay que jugar a corto, medio y largo plazo; que es mejor construir prestigio que fama; y que la clientela se acaba quedando con el que genera confianza a base de coherencia, de calidad en el servicio, de seriedad en los argumentos, y de corrección en el trato (salvo que se trate de actores o políticos).


Molestar vende y te posiciona en google durante un tiempo (y eso quizá engorde tu cuenta corriente), pero no somos flor de un día ¿qué tal fidelizar a los clientes? y ¿tener principios? e incluso ¿contribuir a la construcción de un mundo mejor?

La propuesta de Risto Mejide suena a fuego de artificio, a traca de carnaval y a rostro cincelado con mega-pixels. Supongo que también hay que tener coraje y desparpajo.

Redimo algunas ideas de Annoyomics: Lo primero que se necesita para innovar es fascinación por el asombro. La clave del éxito de cualquier emprendedor está en jugársela. Y -sobre todo- la de la página 142: transgredir en castellano antiguo significaba hacer travesuras. ¡Me encanta! 

No me ha convencido, aunque me ha dejado inquieta: ¿y si tuviera razón?

sábado, 5 de enero de 2013

Mafalda viaja a Japón


Las manos me arrastran al ordenador con la imperiosa necesidad de escribir. Aunque no tengo tema, las yemas se precipitan sobre el teclado y -al tacto- buscan cauce a un sentir que aún no tiene sujeto-verbo-predicado. Ya conozco la dinámica: siempre emerge algo, así que aparto mi lógica adulta, cierro los ojos, suspiro y ¡me río! 


Mafalda y yo pertenecemos a la misma generación. Ella es un poco más joven: tiene 48 años y no ha cambiado de peinado en las últimas cuatro décadas. Yo tengo 54 y he modificado mi estética en varias ocasiones. Ella se ríe de casi todo y yo... ¡también! Ella es un dibujo animado y (por mi sentido del humor) tanto en la facultad de periodismo, como en las redacciones de radio y televisión en las que trabajé, decían que parecía un dibujo animado. Ella "aterrizo" hace dos años en Japón y yo jamás he estado allí.

Creo que hay otras similitudes y diferencias, pero no deseo profundizar en ellas. El caso es que esta tarde revisalseando en La Casa del Libro he topado con un  volumen titulado ¿Quién anda ahí? del genial Quino. Durante casi veinte minutos la dulzura de Joaquín Salvado ha dibujado en mi cara una tonta sonrisa, o una sonrisa en mi tonta cara, je je... Finalmente he resistido la tentación de comprar el tercer  libro de la semana porque me he propuesto minimizar mis adicciones y la lectura (estilo termita) está en el primer puesto.

Al filo de las seis de la tarde he dejado a medio mundo en el centro de la ciudad, sumergido en el fragor de la compra convulsa y poco planificada de los regalos de reyes, y me he dirigido a casa caminado por la playa con el gorro verde tejido por mi hija protegiéndome del frío -cuatro grados-. 

Cada vez que encuentro un profesional que ama su trabajo,  lo perfecciona durante décadas, lo documenta y lo disfruta ¡respiro mejor! y tiro hacia adelante con mis cosas propulsada por su deliciosa inspiración.

¡Gracias Quino!

miércoles, 2 de enero de 2013

Apunten ¡Fuego!


En algunas empresas están disparando a las piernas de los profesionales con la misma arbitrariedad de criterio con la que se tira al plato o al pichón. 

Acudir al puesto de trabajo se está convirtiendo en un deporte de riesgo para los empleados (observen, por favor, la virulencia con la que el arquero de la imagen dispara no se sabe a qué, a quién).

El disparo se practica con mayor perversidad y frecuencia tras procesos de fusión o adquisición entre entidades (no sólo financieras), y dos o tres meses después de la llegada de un nuevo director general -de regreso a España tras un período de expatriación trabajando para la compañía y obteniendo escandalosos resultados positivos-.


Los fusilamientos están resultando masivos entre las mujeres en general y entre altas directivas en particular bajo el criterio -jamás reconocido en público- de que tienen compañeros sentimentales que pueden hacerse cargo de la economía doméstica, y/o de que no tienen cargas familiares. Al parecer los solteros varones pertenecen a una especie protegida en el zoo laboral  ?!

He vivido de cerca cuatro casos en el último mes y medio. En los cuatro despidos las profesionales habían alcanzado sus objetivos anuales, cumplimentado su plan de carrera, realizado las formaciones recomendadas por sus jefes, y ejercido el liderazgo de sus equipos (medido con infinitos indicadores). ¿Entonces?  Tres de ellas son solteras, y la cuarta está casada pero no tiene hijos. Al tratarse de altas directivas (con una poderosa red de contactos) su recolocación será posible  en un plazo razonable aunque -seamos realistas- quizá no en similares condiciones a las vividas hasta ahora. Probablemente tendremos que asumir cambios de salario, de posición, de cultura corporativa, de equipo, de sector... quizá de continente, de idioma, de lugar de residencia y ¡hasta de dentista!

Ya lo dijo Heráclito: el cambio es lo único permanente. A lo que Darwin respondió: sólo sobrevivirán las especies que se adapten. Las mujeres y los niños primero ¡al menos en cuanto a cambios y adaptación llevamos ventaja!  

Alerta a directivas en activo: Pónganse bigote, o ¡corran en dirección opuesta a los disparos!