domingo, 16 de junio de 2013

Alicia en el Laberinto. Conferencia


Con frecuencia me pregunto si la creciente complejidad de mis lecturas tendrá alguna repercusión en la calidad de mi trabajo cotidiano con personas. Aunque todavía no alcanzo una respuesta, tiendo a inclinarme por la negativa, es decir: que a más información, contraste, sinápsis, cursos, conferencias, congresos y vídeos Ted no obtengo necesariamente mejores resultados en el servir y entrenar, mi trabajo de consultora artesana.  

La complejidad enreda a mi mente en laberínticos meandros. Cabe entonces preguntarse ¿por qué lo hago? Aquí sí he alcanzado una respuesta: por placer, por el puro placer de comprender la relación causal de las cosas intuyendo ciertas claves de éxito.

Pondré un ejemplo sobre la paradoja en la que vivo. Cuando en el 2003 me encargaban las primeras conferencias, me sentía bastante segura al coctelear cuatro-seis conceptos clave, cosificarlos en metáforas pedagógicas como la bellota (que ya tiene en sí misma el potencial para convertirse en roble) y ¡voila! contarlo con cierta soltura y desparpajo. Así me desplacé por la geografía nacional sentando cátedra (es un decir) en las Universidades de Vigo, Alcalá de Henares, Complutense (Madrid), Deusto (Bilbao)... y en varios centros de negocios. Todo el mundo se llevaba una bellota de los montes vascos. El caso es que -por lo que he sabido después- algunas personas han retenido en su memoria aquellos cuatro-seis conceptos durante mucho tiempo. ¡Misión pedagógica cumplida!


Diez años después me siguen encargando conferencias en foros ilustrados lo que añade una dosis de vértigo que -unida al laberinto de mi mente y a la complejidad de las lecturas de la última década- está convirtiendo en un auténtico desastre mi intento de contar algo coherente sobre mi trabajo en la conferencia prevista para el miércoles día 26 de este mes de junio en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Guipúzcoa.

He escrito ya dos borradores: más de treinta folios. De momento no veo sentido alguno a lo recopilado por ser poco o demasiado original, muy o nada personal, demasiado localista o internacional, emergiendo aún como una tendencia o ya consolidado en el mercado español, muy americano o europeo... A lo mejor me estoy volviendo loca, he perdido mis competencias comunicadoras y la capacidad de sintetizar, o sencillamente es que este año no he recogido bellotas. ?!

Por fortuna el tercer borrador avanza en dos tramos bien diferenciados. Hasta la página nueve he escrito el "estado de la cuestión", es decir: los últimos datos del entrenamiento empresarial según diversas fuentes planetarias. He sintetizado la encuesta Sherpa 2013, estadísticas de la Yale School of Management, mi propia percepción "a pie de obra" en los últimos diez años, el avance de tendencias del director del IE Business School, y la manera de impulsar proyectos emprendedores desde The Hub, Madrid.


Tras el repaso de lo que hay, he diseñado un diagrama de flujo en el que resumo el proceso de entrenar para lograr, a partir de cambios en las actitudes y los comportamientos. Aunque no lo cuento como en 2003 me sigue apasionando el impacto del entrenamiento en las personas y organizaciones.

Todo comienza con la sensación de malestar-inquietud que nos lleva a un proceso de reflexividad del que somos capaces de extraer un diagnóstico que -previa toma de decisiones- se volcará en un plan de acción que, a su vez, nos llevará al cambio -en este caso adaptativo (por presiones externas)- y de ahí al logro.

Si todo comienza con la sensación de bienestar-éxito el proceso es idéntico excepto por tres salvedades: en ese caso el cambio es intencional (por razones internas y búsqueda de auto-superación), el ritmo suele ser más ágil (voluntariedad), y el porcentaje de lograr éxitos se incrementa. Nosotros elegimos: ¿cambio adaptativo (porque no queda más remedio) o intencional (para evolucionar, progresar)?


Malestar + Reflexividad + Diagnóstico + Decisión + Plan de Acción + Cambio = ¡Logro!

El laberinto clarifica su caos. Alcanza la página dieciséis, en dos tramos bien diferenciados. Quizá no resulte del todo desastroso  ;-D


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