jueves, 12 de septiembre de 2013

Hipnotizados por el Móvil


Hipnotizados por el móvil, sumergidos en el pequeño rectángulo que promete una ilimitada percepción del mundo y sus bonanzas cuando -en realidad- la perspectiva que nos ofrece se limita a un re-encuadre de 12 x 7 centímetros ¡poca cosa! Seduce con la expansión perceptiva que, sin embargo, limita por desconexión con en el mundo tridimensional.

Antaño vivíamos sin móviles. No hace tanto, y no creo que fuéramos más infelices por ello. Entonces el objeto de nuestra fascinación era un hombre (una mujer) un trabajo (una vocación) una casa, un paisaje, un hijo o un  sueño. Ahora todo se limita al hipnótico móvil y a la sesgada percepción del mundo que nos ofrece 24 horas al día, 365 días al año.  

En el parque, las jóvenes madres enganchadas al móvil desoyen el sexto ¡mamá! porque acaban de recibir el whatsapp de una compañera de trabajo. En la parada del bus y abordo, dos tercios de los viajeros sólo miran sus pantallas de móvil. En el andén y los vagones del metro, los ciudadanos limitan la mirada -y percepción sensorial del mundo- a su móvil. En el hall de los restaurantes y en la mesa, las parejas no se miran y apenas hablan: cada uno consulta convúlsamente su móvil. Plaga de langostas con tecnología última generación, aplicaciones a go-go y musiquita para adolescentes de cuarenta.

Entiéndanme, ejerzo de activa internauta en blogs y redes sociales; mantengo una frenética actividad que supera el envío de doscientos e-mails laborales a la semana; utilizo dropbox en los grupos de trabajo y adjunto pdfs con soltura... simplemente formulo una pregunta-reflexión por si pudiera resultar de utilidad: el abuso del móvil ¿está hipnotizando / idiotizando a las personas?  




El mundo es algo más que una pantalla de 12 x 6 centímetros. Merece la pena contemplar serenamente el rostro del amado, el atardecer, el pájaro en el árbol, la ola cuando rompe y el olor de la hierba recién cortada hoy en el Palacio de Miramar. 

Otrora la fascinación era por una mujer (un hombre), una vocación (un trabajo), una casa, un paisaje, un hijo, un ideal, un sueño. Malos tiempos para la lírica.


4 comentarios:

Alberto Pérez dijo...

Ja, ja, ja....

Me río, pero por no llorar.

Un abrazo

Alberto

Azucena Vega Amuchástegui dijo...

Me encantaría saber cómo lo vives tú, Alberto... si apetece ;-D

alvaro dijo...

No has podido describir mejor la sensacion de limitacion que te ofrece el mundo cuando solo lo ves a traves de una pequeña ventanita. Exactamente como cuando hasta hace poco juzgabamos el mundo por las noticias de la television. O como ahora, cuando todo es crisis y las cosas van fatal, y sin embargo tu nos cuentas historias de gente que se lanza a emprender -con exito!- en pleno chaparron.

E mundo es amplio, complejo y está lleno de historias, oorrinidades y aventuras. Y tenemos que acordarnos incluso cuando la costumbre nos haga echar un vistazo a la pantalla del movil mas veces -muchas mas- de las que en realidad necesitamos.

alvaro dijo...

Disculpa los errores tipograficos y faltas de acentos. Es lo que tiene escribir desde el movil...

Con mucho cariño! Alvaro.