sábado, 16 de noviembre de 2013

¡Tanto por hacer! ¿Trans-Formar?


Esta mañana a las 9.15 con dos grados de temperatura en el Monasterio de Cogullada (Aragón). 


Dando un paseo junto a los nenúfares del lago minutos antes de iniciar la segunda jornada sobre la construcción de equipos transformadores (innovadores).


La aventura comenzó el viernes. Observen el pulcro aspecto del aula antes de que llegasen los alumnos. Todo preparado: la calefacción, los botellines de agua, las carpetas, las fotocopias, el proyector, el papelógrado, los rotuladores de colores... Una estructura ordenada, serena y profesional aunque... un poco rígida y exenta de emoción.










Este era el aspecto del aula al cierre de nuestro "equipo de proyecto": una estructura desordenada, fluida, revoltosa, juguetona... ¡alegre y emotiva! Están todos menos María Antonia e Inés que han tenido que ausentarse. Les he sugerido que imaginasen la bajada vertical de una montaña rusa en el vivir y trabajar. Lo han interpretado tan bien que ¡hasta hemos gritado! Observen como frena Paloma, en el primer plano a la derecha...

Supongo que tendría que explicar la experiencia docente y existencial, pero aún la estoy asimilando / disfrutando... así que por esta vez dejo que sean las imágenes las que hablen por sí mismas. 


Volviendo en coche a casa, cientos de alfileres caídos del cielo se han clavado sobre los diminutos montes de Olite. Aunque giraban sus poderosas aspas de acero rascando la barriga de las nubes no conseguían moverlas ni un palmo. Quijotescos molinos de viento.

Y en Aralar alguien ha pintado la sierra de ocre y siena: todos los árboles compiten con el granate de los viñedos mientras la lluvía cae del lado del parabrisas y el horizonte marino de mi casa aún se intuye lejos... ¡Zaragoza-San Sebastián, un viaje con alma!


No hay comentarios: