miércoles, 26 de febrero de 2014

Otro emprendedor cae en la cruenta batalla


A las 7.04 el cielo está encapotado y negro en la bahía y los autobuses pasan raudos por las desérticas paradas. Las señoras de la limpieza mueven las fregonas al ritmo de kiss F.MLas degustaciones abren sus persianas, las panaderías introducen las primeras barras  en el horno, muchos hombres -y algunas mujeres- practican running en la Concha.

En el Hotel Niza sólo dos habitaciones tienen luz y -escalera en mano- el limpiacristales mira al horizonte. Los termómetros de la ciudad no se ponen de acuerdo y oscilan entre los 4 y los 7 grados centígrados. La marea está baja, tranquila. 

El bolso blanco que me gusta sigue en el mismo escaparate, las rebajas cada vez más bajas, las zapaterías llenas de calzado y ¡otro local -a pie de calle- se alquila donde un pequeño emprendedor se ganaba la vida hasta ayer!




 Mi jornada comienza.


martes, 25 de febrero de 2014

Éxito = Hacer lo que quiero con mi vida


A las nueve de la mañana cuelgo la ropa en el balcón y mi vecina piensa que trabajo poco... tal vez le doy lástima. A las nueve de la noche hablo por teléfono con mi madre estando aun en el despacho. Piensa que trabajo mucho... y acaso le doy lástima. La cuestión es que ninguna de las dos acierta. Sencillamente soy la dueña y señora de mi agenda lo que se aproxima mucho a la libertad que es lo mejor de ejercer un oficio por cuenta propia seas consultor, traductor, o barbero como Salvador Chanzáformado en Europa, Estados Unidos, Rusia y Australia.




El éxito no es el lujo, el dinero o la fama,
sino hacer lo que quiero con mi vida.


sábado, 22 de febrero de 2014

En el epicentro del nirvana


Inicio una etapa en la que me propongo combinar algunos artículos largos -de elaborado contenido vinculado a mi trabajo- con otros más ligeros -vinculados a mi vida-. Y aún cuando no soy partidaria de la fragmentación de la existencia en "cajitas" -siendo todo lo que experimento de igual trascendencia para mi- deseo clarificarlo.


He dedicado la mitad del sábado a la montaña, donde me siento en el epicentro del nirvanaLa primera fotografía muestra mi conexión con el musgo que desafía al pedregal -último residuo de una antigua vía ferroviaria-.


Hemos recorrido catorce kilómetros por sendas sin huellas donde los tres pájaros negros que anuncian la presencia de Sun Bu´er han acompañado la magia del paisaje provocando un sobrecogimiento difícil de explicar.

Mirando a mi compañero de juegos de los últimos cuarenta años no he podido evitar pensar: no envejezcas, no enfermes, no te mueras, mientras me iba quedando rezagada y él -en la fotografía al fondo del camino- avanzaba con la vara y el paso firme.

Le he alcanzado en la cima del repecho donde saliendo del silencio ha vertido dos de esas frases que sólo adquieren sentido para viajeros de largo recorrido: -Algunos árboles tienen una increíble energía espiritual. Silencio. Quince minutos de paseo a la orilla del río y allí (de nuevo emergiendo de la nada) ha retomado su monólogo interior:- Cuando el maestro está listo, el alumno aparece...  Será al revés -he contestado yo. No, no -ha insistido él-: cuando el maestro está listo, el alumno aparece y sus palabras han formado remolinos en el riachuelo que fluía rápido en aquella zona:

  
Se ha hecho tarde y estábamos muuuy lejos de casa: había que regresar dejando atrás los pájaros negros de Sun Bu´er, algún buitre leonado en el azul cielo, el silencio sobrecogedor, la espiritualidad de algunos árboles y el  riachuelo cantarín. Después del piscolabis  campestre, ya en el coche, Radio Clásica  ha hecho sonar en exclusiva para nosotros algunas composiciones de Mozart para flauta y piano. Y el día ha sido redondo, como un inofensivo movimiento sísmico en el epicentro del nirvana.


jueves, 20 de febrero de 2014

La ecuación de la vida ¿simple o compleja?


La vida es sencilla
aunque...
podemos complicarla todo lo que queramos.



martes, 18 de febrero de 2014

Preguntas para una jornada Eficaz ¡y Feliz!


La semana pasada fue tan intensa que no tuve tiempo ni energía para escribir. Esta semana está siendo tan intensa que temo devore el margen para escribir. Así que mi parte creativa se ha plantado esta mañana en mitad del paseo de La Concha y al acompasado ritmo de las olas ha dicho alto y claro ¡Basta! ¡Hasta aquí! por lo que recién llegada al despacho he apartado físicamente proyectos y encargos desparramados por la mesa (y en stand by bajo una cercana dead line), he abierto el ordenador, tecleado la clave de acceso a blogger, me  he asomado al folio en blanco y finalmente ¡escribo!  ;-D

El tiempo y la energía son dos conceptos en apariencia abstractos que me importan hasta el punto de que les estoy dando entidad propia en los proyectos empresariales que facilito.

  • La vida está hecha de tiempo ¡es todo cuanto tenemos! y la energía es el gran contendedor: nada existe al margen de ella.
  • Los ejes del tiempo y la energía lo impregnan todo y -pese a nuestra ceguera- pautan la existencia.

Tomemos esta idea como punto de partida y ¡sigamos juntos! si les parece. La semana pasada han ocurrido tantas cosas que configuran una sobredosis de impactos. Creo que podría escribir cuatro artículos al respecto. Creo. Ahora bien, pertenecen al pasado... La semana que empieza se presenta con un planning semejante que probablemente también daría lugar al volcado de tres o cuatro artículos de cierto interés y contenido. Entonces aparece mi dilema: ¿miro al pasado o al futuro en mi reflexión compartida?

En realidad es una elección que abordamos en todos y cada uno de los actos cotidianos por lo que quizá resulte interesante investigar si habitualmente giramos la cabeza hacia el pasado o hacia el futuro para descubrir cuál es la principal fuerza tractora que orienta nuestras acciones, hábitos y finalmente nuestro destino. ¿Quién se impone, el pasado o el futuro? 

Llegados a este punto deseo comentar un monólogo interior que practico con estupendos resultados desde hace años y que consiste en la formulación de cuatro preguntas básicas.


Cada mañana, antes del primer zumo y de asomarme al jardín de la cocina me pregunto: Azucena, ¿cómo estás?  y tras haberme respondido avanzo hacia la segunda pregunta: ¿qué necesitas? Después de haber hallado una respuesta paso a la tercera cuestión: ¿qué harás al respecto? Una vez capturadas las respuestas -y alcanzado el compromiso de atenderlas- me noto más tranquila y en mayor control de mi jornada por lo que me formulo la cuarta y última pregunta: ¿qué harás hoy por el mundo (entorno + familia + clientes + proyectos)? ¿cómo contribuirás con tu tiempo y energía desde lo que eres y sabes? Una vez realizado este check in matinal salgo a la calle con cierta orientación para abordar eficaz y felizmente la jornada. Y como me sirve... he querido compartirlo.


sábado, 8 de febrero de 2014

Tiempo líquido


La vida está hecha de tiempo ¡es todo cuanto tenemos! Tiempo. Mi fascinación por la velocidad o lentitud con la que transcurre el tiempo es tan antigua que se remonta a la infancia. Pero... como tantas otras cosas que envejecen conmigo, la fascinación permanece y se agiganta con los más variados pretextos. En las última semanas me ha dado por mirar el calendario con escepticismo pertinaz negando el más mínimo significado al negro y al rojo que identifican los días laborales o festivos. Me explico...

Dado que soy autónoma, los días -transformados en tiempo líquido- tienen el color que me apetece ya que los lleno o vacío a mi antojo, o casi... Por lo tanto pierde todo sentido la dicotomía que establece dos categorías: los días negros (laborales) y los rojos (festivos). Mi calendario tiene días verdes y amarillos, días arcoiris y días túnel, días públicos y privados y -en todos los casos- el tiempo se estira o encoje como un chicle caprichoso. 


De este modo un lunes puede ser un "día privado" si lo destino en exclusiva al descanso, el placer o los recados personales, y un domingo puede ser un "día público" si lo ocupo en actividades vinculadas a tareas o proyectos que implican a terceros. 

Ocurre que -por razones que desconozco- cada vez preciso más tiempo para mí en forma de paseos por la playa, silencio en algún templo, contemplación de la naturaleza, sosegada lectura, dormir sin despertador, leer poesía porque sí, hacer estiramientos en el salón de casa, o nadar en la piscina a las 7.30 de la mañana oyendo mi solitaria brazada en el recinto.

Tiempo líquido. Bauman. Oro liquido: un chicle de tiempo que se estira y encoge. Días públicos y privados. Mi fascinación por el tiempo -ese inaprensible magma en el que transcurre la vida- se ha colado en el interlineado de este post cuya pretensión inicial era compartir mi contento -la cálida emoción que me embarga- ante el trabajo realizado que -a decir de los demás- aporta y contribuye a la totalidad de la existencia como las ondas de una piedra arrojada a la superficie acuosa del río Ebro. Eso dicen del encuentro que hemos vivido este fin de semana en Zaragoza. ¡Cielo santo, qué personas más fascinantes!

Invitados por Ibercaja, un grupo de profesionales de rango alto hemos entrenado intensamente la práctica y teoría que propicia la construcción de los equipos transformadores (innovadores) en el seno de las organizaciones productivas. Dos jornadas. Diez horas. Doce personas. Diez mil metros cuadrados de bosque en el Monasterio de Cogullada. Imposible mejorar lo que Rafa ha calificado como "...arte y magia..." que hemos construido transitando del desconocimiento mutuo al diseño de un objetivo compartido, el establecimiento de unas normas consensuadas, cierto grado de confianza, interdependencia, complicidad, pro-actividad, participación, respeto a la diferencia, apoyo incondicional ¡y sentido del humor! 

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En la fotografía Carlos y Carolina, dos altos directivos de Aragón -apasionados, internacionales y galácticos-, construyendo un "diagrama de afinidad" como parte del learning by doing (aprender haciendo), metodología que a mi entender propicia la integración de los conocimientos en los directivos de manera que tres semanas o tres años después puedan seguir utilizándolos.

Más allá de las convenciones y la diplomacia, he disfrutado y aprendido mucho de ellos, con ellos, porque se han volcado en las dinámicas, aportaciones, preguntas y apoyo mútuo. Mi conclusión es que tanto en los días públicos como en los privados la vida es pura magia y arte si permitimos que fluya en algún puento de equilibrio entre el control y el caos, polaridades extremas, pulsiones y estilos de liderazgo, que hemos de aprender a modular en el apasionante desafío de construir equipos transformadores (innovadores) como palanca de cambio hacia el "futuro deseado".

Esta formación experiencial -recién inaugurada en Zaragoza- ha despertado un gran interés en Aragón, y algunos profesionales que me conocen desde hace años se están dirigiendo a mi para saber si aún es posible incorporarse. Mi recomendación es que se pongan en contacto directamente con la entidad promotora: Ibercide, en el teléfono 976 971988  o en el e-mail: formación @ibercide.es


martes, 4 de febrero de 2014

Dios juega al escondite


Sobre los hombros llevo una jornada de doce horas que sin embargo no pesan. También es cierto que acabo de cenar con una copita de tinto ecológico (sin sufitos) y eso ayuda, la verdad.

En cualquier caso tengo la sensación de que Dios mismo lleva toda la jornada jugando conmigo al escondite, riendo en cada esquina, y asomándose a la intensa actividad de un lunes cualquiera del mes de febrero. Es un pillo que sabe lo que hace y se presenta en los poliédricos rostros de los humanos que encontramos así como en el laberíntico escenario en el que transcurre el drama risueño de la vida. Está, pese a que no siempre se deje ver con la intensidad que hoy lo ha hecho.

Las doce horas no pesan pero la espada del crono impone su ley implacable y -llegadas las diez de la noche- cierra las ventanas del castillo de mis ojos reclamando descanso. Sin embargo, escribo. Contra toda lógica y cordura, escribo.


Podría hablarles de Inma que me ha contado lo último de las vanguardias internacionales vinculadas a sofisticadas técnicas de resolución de conflictos, de comunicación no violenta y de justicia restaurativa... Inma vive a caballo entre Escocia y España, entre el sueño y la realidad, entre la proyección y el encantamiento de un hada de Edimburgo. ¡Así es ella!

Pero no profundizaré en tendencias sino en lo que hoy me ha alcanzado como una emoción profunda (sombra trascendente de lo humano). Durante casi seis horas he entrenado a once líderes en una jornada que se han empeñado en cerrar con un inmerecido reconocimiento hacia mi trabajo...

Una. Sólo una aportación antes de que el terco cansancio cierre las ventanas del castillo: al término de la jornada Esther ha verbalizado llevarse "esperanza" en el cambio y ¡¡en la vida!! y ahí he visto la chispa que el buen Dios sopla sobre el barro informe que somos. Esperanza. Tan sólo por escuchar esto una vez al año seguiría dejándome la piel en jornadas de doce horas que conectan lo divino con lo humano, la ensoñación con la realidad, lo imaginable con lo aprehensible. Esperanza ¡qué gran regalo José Antonio, Pilar, Ana, Edurne, Bakarne, Anuntxi, Ana II, Esther, Luis, Naroa, Lourdes! Gracias.


lunes, 3 de febrero de 2014

CeoDos


De plastilina, las barandillas de La Concha ceden a la arrolladora fuerza del mar, la mar. Enfurecido como un Dios traicionado el Cantábrico destroza las frágiles construcciones de los humanos.




De no ser por el coste económico para ciudadanos e instituciones, los destrozos me importarían un pito porque la naturaleza, el mar, la mar, tiene sus razones para rebelarse contra una civilización que no atiende, que no escucha, y que no respeta nada en un supremo ejercicio de soberbia.


sábado, 1 de febrero de 2014

Esa mirada ¡duele!


Hace días que este rostro me espera  a diez grados bajo cero en las heladas calles de Kiev

Resulta fácil rehuir su mirada si no entro en el blog, donde se ha instalado como un okupa. Pero si accedo a la bitácora aparece y me mira directamente a los ojos con una mezcla de dulzura, sufrimiento, rebeldía, súplica, cansancio, desesperanza, resilencia y belleza que me alcanza tanto o más que el dardo de la palabra cuando leo las noticias de lo que acontece en Ucrania (Europa del este). 


No entro al fondo del asunto porque desconozco la compleja política de la ex-república soviética. Me quedo con el ser humano que habita bajo el gorro de lana cubierto por la capucha del anorak. ¿Un hombre? ¿Una mujer? Sin duda tiene coraje porque a cuatro metros de distancia tiene al ejército armado y con capacidad para detener y encarcelar. Coraje para cuestionar el status quo y transgredir la norma que atenaza, amordaza y axfisia con gases tóxicos.

Su mirada duele.  Y -aunque mi territorio de juego laboral  no está a diez grados bajo cero ni llevo máscara antigas- mi mente establece conexiones con este ser humano porque -en mi opinión- casi todo tiene que ver con el cambio que se facilita o dificulta, que se acomete o postpone, que se realiza o aborta. Cambio adaptativo/intencional, sintomático/causal y cambio de arriba-abajo o (como en el caso de Kiev) de abajo hacia arriba (botton-up, que decimos en jerga empresarial).


Afirma hoy en El País Andrea Camilleri que " un pueblo que se resigna está acabado". A sus ochenta y ocho años el prestigioso escritor conserva intacta su lucidez y rebeldía cuando afirma que la justicia social se aleja cada vez más del horizonte. 

Ya está, ya he escrito. Pero él/ella no se marcha. Parece resignado/a a sufrir estoicamente el frío y el cansancio y sigue mirándome como si quisiera sacudir un poco mi conciencia. Temo por su integridad. Creo que voy a invitarle a casa porque su mirada refuerza mi  coraje para seguir empujando el cambio intencional en las organizaciones en las que trabajo desde el minúsculo córner de influencia que me otorgan.