domingo, 16 de marzo de 2014

Tromsø, la ciudad boreal


Es domingo. A las 8.30 mi hija ha llamado desde el aeropuerto de Toulouse (Francia) después de hacer el check in con una mujer que no le ha dejado pasar la cajita del violín como equipaje de mano así que se disponía a viajar con él en brazos como si de un bebé recién nacido se tratase.


A las 12.00 hacía transbordo en el aeropuerto de Frankfurt muy conocido para ella tras vivir dos años en Alemania. Mientras se tomaba una menta-poleo hemos charlado. De fondo yo escuchaba las voces que informaban de la salida de vuelos internacionales y ella oía las olas del Cantábrico.




Por la noche ella estaba exhausta y destemplada al haber transitado en una sola jornada de los 13 grados de Francia a los 10 bajo cero en Noruega donde se aloja en el Radisson Blue de Tromsø invitada por la Orquesta de Cámara de la capital lapona. Cuando ha llegado al hotel la sauna aún estaba disponible, pero el comedor ya había cerrado. Mañana será otro día, otra aventura que comienza... Ella con la ilusión de disfrutar de una aurora boreal en una ciudad situada a 350 kilómetros del Círculo Polar Ártico y yo con la añoranza de verle a ella...


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