viernes, 30 de mayo de 2014

La persiana gris de la mañana


He levantado la persiana gris de la mañana rastreando como un sabueso alguna explicación a mi nostalgia. Horas después olfateo las esquinas sin hallar grandes pistas que orienten mi desconcierto. 

Dada mi timidez radical sufro mini-ataques de pánico cuando me veo inmersa en actos sociales de tacón alto y maquillaje. Ayer, en Adegi .

Quizá sea la resaca del cóctel. Acaso haber conocido a Cándido -que me encantó-. Tal vez la brutal jornada de trabajo que afronté a pesar del sarao y sus derivados. Tampoco descarto que mis hormonas hiervan al pil pil, y desde luego me consta que mi listado de "tareas pendientes" me está estrangulando como la alargada sombra del asesino en una película de Hitchcock.




A veces no soy feliz como una lombriz. Y como a todos los mortales me cuesta salir del bucle del desánimo al que llamo ¡plof! plof, plof. 

Algunos lectores opinan que el blog es en exceso almibarado y quienes me siguen en Linkedin y Facebook conocen mi persistencia en publicar noticias positivas bajo el slogan de "optimismo realista". 

Para mi es importante que mantengamos el ánimo ileso. También que lo hagamos sobre hechos que se producen en el mundo real. Hoy, por ejemplo: en el País Vasco el salario medio es un 21,4% más alto que en el resto del estado. Consuela aquí pero no allí, y me importa la totalidad del "campo":  los humanos en su conjunto. Quizá este gran angular complica la permanencia del contento en mi conciencia ya que siempre hay un roto y no siempre un descosido. Ayer una persona me pidió trabajo ¡a mi! diminuto bonsái donde los haya. Me comprometí a ayudarle a sabiendas de que hay un desierto de ofertas en las que encaje su perfil.

Acostumbrada como estoy a no aceptar un "no" por respuesta, me cuesta encajar los imposibles y los desiertos, así que me pego con las paredes, araño el aire... y ¡me desgasto! Mucho.

Tomando un café me he encontrado con Luis, un empresario fabuloso que inspira a quien se cruza en su camino. No hemos hablado de mi nostalgia pero Luis es listo y sin venir a cuento me ha sugerido que sea menos austera en mis costumbres... ¡Es delicado el equilibrio entre el deber y el placer! ¿no les parece? Y en esa duda cósmica nos hemos despedido con un abrazo y una sonrisa. ¡Gracias Luis!


miércoles, 28 de mayo de 2014

¡Cero Bobadas!


Diez horas de trabajo, ayer, lejos de casa. Volcada en el "cambio intencional" de las personas a las que entreno. Presente en su momento. Acompañando la trans-formación de su carrera profesional hacia un lugar más acorde con el movimiento interno de su destino, de su alma.

Diez horas de trabajo cuerpo a cuerpo. Desnudos, como los hijos de la mar. Llanto, risa, avance, avance, retroceso, pausa, reflexividad, avance, avance, pausa, retroceso, avance, avance y así se escribe mi historia y la de mis clientes.

"Intencional" no es otra cosa sino que emerge desde el interior con la pulsión del ¡quiero! No son las circunstancias, no es el entorno, no son los paradigmas imperantes, porque entonces se trataría de "cambios adaptativos". No son teorías ni rarezas sino una desafío practico que consiste en preguntarse: ¿me muevo voluntariamente hacia la construcción del futuro que deseo o espero hasta que las circunstancias me arrinconan para mover una pestaña? Cambio intencional o adaptativo. Importa. En los resultados y en el margen de maniobra.

Ayer -en medio del trasiego de las diez horas de trabajo- comí con un cliente que ha vivido décadas en la abundancia -casi en la riqueza- y que ahora atraviesa una larga etapa de escasa liquidez. Vamos, que está en graves apuros económicos. Disfrutamos de la comida, el cariño y la mutua amistad y a la hora del café la conversación viró hacia "su momento". Al bucear en sus dificultades descubrí un ratoncillo paralizado por miedo que cierra los ojos ante las enormes fauces de una gato voraz que se va a comer lo único que mi amigo ha conseguido salvar: ¡su casa en propiedad! 

En mi opinión, lo peor que puede hacer un ratoncillo en peligro es cerrar los ojos y  negar la realidad porque las probabilidades de salir con vida del intento tienden a cero. 




Me he levantado esta mañana con esta preocupación instalada en los omóplatos mientras me acercaba al cuadro de mandos de mi nave espacial, es decir, el ordenador más potente del despacho donde he encontrado la resaca de ayer: 32 correos electrónicos puramente laborales sin contestar, más publicidad de 6 cursos en Chile y Argentina, 3 cursos en Madrid, 1 en Barcelona y 2 en Sevilla... También tengo pendientes tres llamadas en el contestador automático así como el listado de doce tareas que debiera "liquidar" durante la mañana junto a un cartel verde y rojo que pone: Cero Bobadas. ¡A saber lo que quise decir el pasado lunes al preparar el listado de prioridades para hoy! Supongo que "Cero Bobadas" quiere decir cero distracciones, cero escapadas a tomar el tercer café con galletitas, cero aportaciones a  Facebook hasta que elimine el listado de "pendientes"... En fin, les dejo. Me pongo con ello.

   

lunes, 26 de mayo de 2014

Remando juntos hacia la Sociedad 4.0


Deseo compartir con ustedes algo que me llena de ilusión: el viernes día 6 de junio próximo impartiré una conferencia en el Espacio Lehiberri, incubadora de proyectos empresariales y sede de la Agencia para la Competitividad e Innovación de Tolosaldea, entidad que agrupa a 28 municipios de Guipúzcoa.




Mi intervención comenzará a las diez de la mañana y lleva por título: Remando juntos hacia un objetivo compartido: la Sociedad 4.0. Aunque me apoyo en la trayectoria profesional de los últimos doce años como entrenadora de lideres y equipos empresariales, en la ponencia del próximo día 6 de junio 2014 resumiré los descubrimientos que me resultan más reveladores para seguir avanzando hacia la construcción del "futuro deseado", en contrapartida al "futuro por defecto" que tendremos si no cambiamos la trayectoria (John Kao).

Dado que como conferenciante tengo fama de llevar el tupper atiborrado de contenido,  he pensado en "aligerar" el speech de tres maneras. Por una vez hablaré al ritmo de una persona -y no como un dibujo animado-; además me dejaré acompañar de un power point ultra simple que hará mi hija desde Tronsö (Noruega) ya que es mucho más rápida que yo con la tecnología. Finalmente he dividido la conferencia en tres partes bien diferenciadas que se encajan unas en otras como matrioskas.

El Espacio Lehiberri fue diseñado para apuntalar la prosperidad de la comarca a través del emprendizaje y de la puesta en marcha de proyectos innovadores en producto o servicio... Desde los cimientos de su diseño y construcción es un lugar que respira en clave de presente y futuro para las personas y organizaciones  del entorno. Teniendo en cuenta el "sistema" en el que estaré, los tres ejes que vertebrarán mi intervención son: El inner game (juego interior) o el poder de la actitud, es decir, la conveniencia de creer para crear nuevas realidades en sintonía con John Whitmore y Martin Seligman.




En segundo lugar, la magia de los equipos (empresariales) como el eslabón perdido entre el uno (la persona) y el infinito (la humanidad). Equipos de innovación, es decir, que practiquen la reflexividad o la pregunta permanente ¿cómo lo estamos haciendo y cómo podemos mejorar? para lo que es necesario que existan organizaciones maduras. 

Finalmente -apalancando sobre el inner game y los equipos innovadores- plantearé el desafío de avanzar hacia la sociedad 4.0 asentada sobre la Teoría U de Otto Scharmer y Peter Senge. Se trata de evolucionar del ego-system centrado en el "yo" al eco-system centrado en el "nosotros" y en el "todos". 

Organización  del evento:  Gemma Zelaia, directora creativa de Bizzia. Programa completo pinchando aquí.
Video de seis minutos facilitado -a posteriori- por la organización.


sábado, 24 de mayo de 2014

Tonta Tentación


Estoy embarcada en varios proyectos apasionantes. El lunes 26 escribiré sobre el más inmediato. El caso es que a pesar de ser sábado -o precisamente porque es sábado- he venido al despacho a las 8 .a.m. para avanzar algunos temas que no podré trabajar entre semana porque precisan alta concentración, tiempo sin interrupciones, y consultas bibliográficas varias... Todo ello un poco incompatible con el fragor del acompañamiento a clientes hacia el logro de sus objetivos personales y profesionales. 

A las 10.30 he salido a tomar un café lo más cerca posible del despacho para evitar la dispersión pero... he caído de lleno en una frívola y tonta tentación. Tonta Tentación ¡tiene guasa!




Mi despacho de San Sebastián está en la calle San Marcial, en el corazón de la capital guipuzcoana, zona de negocios, bancos, cafeterías y comercios. Y dado que hace 24 horas que han inaugurado el segundo Zara más grande del mundo -casi idéntico al de la quinta avenida de Nueva York- no he podido resistirme a entrar y husmear. Ciertamente es gigantesco. Y -para su perfil- coqueto. 

Esta frivolidad me ha hecho perder una hora de trabajo, ha bajado la inspiración creativa al subsuelo del inmueble, y -un rato después- me ha hecho sentir culpable. ¡Al menos no he comprado nada! Algo es algo y el que no se consuela es porque no quiere. En fin... me pongo ahora a trabajar en serio. Usted ... ¿suele permitirse tentaciones? ¿qué tipo de tentaciones? ¿se siente culpable después? ¿tiende a "compensar" de algún modo el desliz? Yo tendré que volver al despacho por la tarde y prescindir de la siesta. Al menos han anunciado que lloverá ;-D

  

jueves, 22 de mayo de 2014

La belleza del vacuum y el tempo perfecto


Acabo de llegar a casa tras un ensayo general del Coro y Orquesta de Pau en la iglesia de Saint Jacques construida en el año 1861 sobre una capilla de franciscanos. 




Tres horas de ensayo. Ciento cincuenta personas dejándose el alma en la creación de una belleza sonora casi sólida. Es difícil imaginar que un hombre sea malo si canta música sacra rodeado de estátuas de mártires y santos. 

En este contexto se crea un extraño vacuum, un vacío aislado y ajeno a la vida exterior: móviles, ordenadores, prisas, comida basura, ropa de mal gusto, modales incorrectos o pura sordidez.

Durante los ciento ochenta minutos del ensayo se para el tiempo, y el espacio pasa a ser irrelevante ya que el sonido de cuerdas (vocales e instrumentales) se alza hacia la cúpula como una plegaria que conmueve a niños, adultos, ateos y creyentes. Resulta obvio el brutal esfuerzo de músicos y cantantes hasta alcanzar el dominio técnico de partituras  y libretos, y sorprende la persistente búsqueda de la perfección del director. En este oficio es imprescindible el ejercicio de la "interdependencia colaborativa" entre cada persona del coro y sus compañeros, entre cada persona de la orquesta y sus colegas, así como entre el coro y la orquesta... ¡una locura! de la que también forma parte el público con su silencio o su aplauso, con su reconocimiento y sus toses... Todo es un "sistema", un atrezo de intención, voluntad, esfuerzo, persistencia, errores y aciertos que se encaminan exclusivamente hacia la creación de una belleza efímera que se desvanece tras cada concierto. 

Todo tiene su tempo: tiempo para los ensayos y tiempo para la actuación, mañana, ante casi un millar de espectadores. Tiempo para el silencio y el aplauso, el allegro y adagio. Finalmente tiempo para un vacuum -que protege del mundanal ruido- y tiempo para volver a la complejidad del siglo XXI ajena a las bellas partituras del compositor francés Gabriel Fauré (Pamiers, 1845).


   
Acaso descubrir el "tempo" perfecto de las cosas 
¡sea propio de los sabios!


martes, 20 de mayo de 2014

Secretos del Himalaya para urbanitas


Este hombre merece mi respeto y admiración. Y aunque he buscado en Google una fotografía que le hiciera honor, hay pocas que no lleven tatuado el logo del BBVA, entidad que patrocina gran parte de las expediciones del montañero y a la que no tengo ninguna manía ya que mi padre trabajó en la central del BBVA en Bilbao durante más de treinta años. 

Pero... en el blog prefiero que aparezca el ser humano libre que es Carlos Soria. No logo.




Los datos que convierten a Carlos Soria en relevante son los siguientes: ha coronado 12 ochomiles, el último el Kanchenjunga (8.586 metros de altitud y el tercero más alto del mundo). Soria tiene 75 años. Mide 1,65 y pesa 60 kilos. Viaja ligero como los hijos de la mar y tiene dos secretos: una mente de hierro que se transforma en disciplina y voluntad -lo que le ha salvado la vida en numerosas ocasiones- y olfato para elegir a sus compañeros de viaje, concretamente a la persona que le ha acompañado en nueve expediciones y cinco cumbres: Mukthu Sherpa...




Kanchenjunga quiere decir en tibetano "los cinco tesoros de la nieve". Es una montaña de endiablada dificultad, máxime para una persona que supera los setenta años, pero en el interior de Carlos Soria se mantienen intactas las cualidades del ser humano original que transitó por la niñez, la juventud y la madurez... Algunas de esas cualidades acaso se encuentran mejor musculadas ahora que antaño; por ejemplo, la resilencia o aguante al el sufrimiento, la frustración o la cercanía a los límites físicos de un ser humano al borde del abismo.




Las personas trazan su sendero más alto o más bajo, y cuando se alzan en el firmamento inspiran como las estrellas en la noche por la que transitamos la mayoría de los mortales. Carlos Soria tiene 75 años y consigue récords fabulosos ¡yo aún tengo tiempo! Mide y pesa como yo y sin embargo su fortaleza de titan le mantiene vivo a muchos grados bajo cero... yo puedo resistir la exclusión, el fracaso total o parcial de proyectos, la pérdida de seres queridos, o el vómito ante la traición. ¡Puedo!

Me resultaría fácil hacer un decálogo en el que extrapolar las cualidades del montañero al liderazgo empresarial y al trabajo en equipo... pero ¡aburre tanto decálogo on line!

Ahí está la grandeza del montañero septuagenario para quien quiera verla, honrarla, reconocerla, y tomar su experiencia como un modelo inspirador para la vida y los negocios.


lunes, 19 de mayo de 2014

La felicidad crece a la sombra de la vida sencilla


Quienes siguen el blog desde hace años conocen la frecuencia con la que repito que soy feliz como una lombriz. Y las personas a las que entreno, o con quienes comparto aprendizajes en talleres, saben la respuesta que ofrezco cuando me preguntan ¿qué tal? Casi siempre contesto un superbien acompañado de un gesto genuino que hace creíble la increíble respuesta que no es de serie, ni se atiene al protocolo, ni a veces conviene, según el contexto en el que estés.

Sin embargo, es mi verdad: me siento "super", "genial" o algo semejante... según el talante del día y el grado de mi loca espontaneidad.




El caso es que han hecho una encuesta para descubrir cuál es la ciudad europea en la que se vive mejor, bueno seamos precisos: en la que los ciudadanos se sienten más felices. En el primer puesto no se encuentra mi ciudad natal (Bilbao), ni mi ciudad de adopción (San Sebastián), ni siquiera una ciudad por la que siento una querencia especial (Zaragoza). 

La ciudad europea en la que los ciudadanos se sienten más felices es Copenhague, un lugar de cuya existencia tuve conocimiento por primera vez a los dieciséis años cuando mi amigo Rafa -adolescente como yo- viajó un verano a Dinamarca y me envió una postal con la famosa sirenita.

Ahora que lo pienso, Copenhague tiene algunas cosas en común con dos de mis ciudades: el mar, el puerto, la zozobra de los pescadores, el olor a salitre y la posibilidad de ser feliz.

El escritor Jordi Soler cuenta que: "... Europa anda un poco despistada al haber olvidado que la felicidad crece a la sombra de la vida sencilla...". 




A Soler le gusta citar a Thoreau -uno de mis pensadores favoritos- quien se fue a vivir al bosque donde construyó una cabaña con sus propias manos, vivió en extrema sencillez, y a su extraña manera fue feliz, como una lombriz. 


domingo, 18 de mayo de 2014

Mi tribu


Al son de la txalaparta ayer se reunió mi tribu familiar. Durante dos días y dos noches las maderas de castaño sonaron sin tregua reiterando un mensaje que llegó certero hasta el último rincón de la geografía española por la que se encuentran diseminadas las personas a las que me unen lazos de sangre y recuerdos. Recuerdos de infancia. Verlos a todos juntos fue una inmersión en la que me resultó imposible evitar la sensación de "pertenencia", algo que siempre me ha costado... un poco.



Todo comenzó a las nueve de la mañana del miércoles. La tía Luisa había hecho unas lentejas y se dirigía al cuarto de baño... pero no alcanzó el lavabo porque de repente se hizo la completa oscuridad. Horas más tarde la encontraron sus hijos en el suelo. Ya en el Hospital de Basurto (Vizcaya), les ofrecieron un diagnóstico irreversible: ictus. Finalmente murió como siempre quiso: serenamente y en cristiana bendición. 

Antes de que partiera alcancé a decirle lo que durante treinta años no tuve el coraje de verbalizar: que le estaba muy agradecida por su ayuda en un momento trascendente de mi juventud.

En el entierro de ayer no me salieron lágrimas y a decir verdad no sentí pena por una vida larga (noventa y un años), plena (hijos, nietos y biznietos), trabajosa, comedida (ordenada, austera y ahorradora) y en muchos sentidos un modelo inspirador.

La vida es rara y presenta innumerables ocasiones para rectificar, agradecer, equilibrar y aprender a través de los diez mil rostros que encontramos dentro y fuera de nuestra tribu. En fin que la vida es rara... o quizá sabia.

miércoles, 14 de mayo de 2014

100.000 visitas al blog. ¡Gracias a los lectores!


El blog se aproxima a las 100.000 visitas. ¡Hemos de celebrarlo juntos! porque sin lectores nada de lo que pienso, reflexiono, escribo o documento tendría sentido. 

En realidad debiera organizar un homenaje, así que empezaré anunciando quienes son las dos personas que -al aportar su título preferente- han merecido estar gratuitamente en el curso de autor que impartiré un día a la semana en la Casa de Cultura de Aiete (San Sebastián) entre octubre y diciembre de 2014.  

El 16 de abril pasado escribí un post titulado Un espacio para la libertad: Aiete. Movida por la ilusión (y las ganas de contar con ustedes) me lancé a dar todo tipo de detalles desconociendo la normativa municipal que prohibe avanzar el contenido de los talleres antes de la presentación oficial en rueda de prensa en julio 2014. Así que tuve que retirar el post que había alcanzado los quince comentarios ¡todo un récord de aportaciones, propuestas y participación que agradezco! 

El título más votado fue: Del sueño a la realidad, la alquimia del coaching. Y las invitadas al taller son las personas que firmaron en los comentarios como Koro y Estrella.




La bitácora nació los últimos días del año 2007 cuando pasábamos las navidades en la diminuta casa que mi hija tenía en Sttutgart (Alemania). En el hall de entrada había una mesita con el ordenador. Fussel (el gato) entraba y salía de la casa por una ventana y en el jardín había nieve. En una de las sobremesas nos pusimos a crear un blog... jugando... Bueno, en realidad yo estaba sentada a su lado pero fue ella la que se puso a teclear vínculos y en catorce minutos ya había creado la plantilla. Voila. Solo quedaba llenarla de contenidos y eso -dada mi adicción a la escritura- no me preocupaba, la verdad.

En 2008 escribí 42 entradas y en los años posteriores seguí volcando contenidos, experiencias, lecturas, proyectos y emociones. Después aprendí a colgar fotos -algo que al principio me parecía imposible- y fui mimando mi cita con la escritura bloggera, mi compromiso con los lectores, mi deseo de compartir más y mejor añadiendo links, vídeos y referencias.  El año pasado (2013) escribí 140 post y este ¡no lo sé! no es algo que planifico... dejo que fluya el pequeño manantial interior hacia ustedes a través de este vínculo internauta. No siempre acierto a despertar su interés. En ocasiones provoco o les disgusto. A veces profundizo demasiado y les aburro. Otras consigo que se rían. Y el gran regalo es cuando dejan un comentario. Es taaan gratificante ;-D  Sea como fuere, alcanzamos las 100.000 visitas. Gracias por estar ahí.


domingo, 11 de mayo de 2014

¿Cuál es tu marca?


David Ogilvy, fundador de la mítica agencia de publicidad Ogilvy & Mather, decía que le gustaba perseguir el conocimiento con la misma intensidad que un cerdo persigue las trufas. Era un hombre del que podías enamorarte con facilidad, aunque no llegó a ocurrir.

Nacido en Inglaterra y asentado con posterioridad en Nueva York, fundó una de las mejores agencias de publicidad del mundo, y aunque hace tiempo que lleva la campaña de marketing de los dioses -falleció en Francia, el año 1999- sigue siendo un personaje de culto que inspira a quienes buscamos con vehemencia trufas que mantengan fresco nuestro granero laboral al servicio de los clientes, algo que orientó la trayectoria laboral de David Ogilvy no siempre glamourosa ya que hasta que triunfó como publicista ejerció como cocinero, vendedor y granjero.




La firma Ogilvy & Mather llega este jueves día 15 de mayo de 2014 al Palacio de Congresos del Kursaal (San Sebastián)  donde reunirá a casi mil personas (ya registradas) ávidas de conocimiento entorno a dos temas que -si no son tenidos en cuenta- pueden dejar fuera de juego a cualquier empresario por muy bien que produzca, innove, distribuya, compre, venda e internacionalice: la fuerza de la marca y la fuerza de la comunicación. 

Si tuviera que resumir en una frase mi propia percepción sobre el terreno empresarial en el que me muevo afirmaría que lo que no se comunica sencillamente ¡no existe! y esto en el mundo productivo es un error carísimo, letal. 

Lo que no se comunica ¡no existe!


Coincide el 12º Foro Eurogap que esta semana tendrá lugar en San Sebastián con mi lectura -aún incompleta- del último libro de Andrés Pérez Ortega titulado Te van a oír.  Insiste Pérez Ortega en la necesidad de dar a conocer lo que hacemos como profesionales, así como nuestro estilo, valores, fortalezas y triunfos. La propuesta de Pérez Ortega -considerado un experto en el tema- es utilizar todos los medios a nuestro alcance para presentar al mundo aquello que somos capaces de hacer por los demás sean personas, equipos, empresas o naciones... algo en lo que incidirán  Jordi Alavedra y Camil Roca, los ponentes de Ogilvy & Mather que hallaremos el próximo jueves sobre la tarima del Kursaal. Podemos ver un anticipo de su conferencia en este  vídeo.




Por mi parte reconozco estar enganchada a la comunicación desde hace treinta años. Primero como periodista, escritora y coordinadora de talleres de escritura... Después como entrenadora de profesionales en el bello arte de transmitir ideas, proyectos, ilusiones, éxitos y fracasos... oralmente y por escrito, en la intranet y ante las cámaras, en vídeo-conferencia, y ante congresistas... 

Comunicar es importante, y hacerlo bien una competencia-clave para transmitir una potente marca personal en cualquier lugar del escalafón, empresa o sector. Se dice que el noventa por ciento de las dificultades empresariales tienen que ver con la mediocridad en la comunicación. Y es aceptada como cierta la afirmación de que la competencia clave de liderazgo es ¡la comunicación!   Sin duda aprenderemos mucho de Jordi Alavedra y Camil Roca. ¡Nos vemos este jueves a las 19.00 horas en el Kursaal! 

viernes, 9 de mayo de 2014

Los líderes... ¿son humanos?


Conocí a Frank Gehry en 1997 cuando yo era periodista y el prestigioso arquitecto canadiense protagonizó una de las más divertidas ruedas de prensa de la historia del periodismo vasco, con motivo de la inauguración del Museo Guggenheim Bilbao. 

El Premio Príncipe de Asturias de las Artes ya era un líder carismático que podía permitirse ser también humano ante una treintena de cámaras, fotógrafos y plumillas que hacíamos preguntas osadas a las que Gehry respondía (entre sonoras carcajadas) mientras se movía por la estancia -sin dar reposo a los reporteros gráficos- y sentándose con frecuencia sobre la mesa donde los representantes institucionales mantenían hierática compostura. 

Talentoso, seguro de sí mismo y rico, Frank Ghery rompió los esquemas de los anfitriones políticos por la escasa ortodoxia en su manera de vestir (un desgarbado pantalón de pana marrón y unos informales zapatos Camper) unido a su trato risueño, cercano, casi irreverente.

Hasta conocerle yo sabía poco de su trabajo y fascinante trayectoria profesional. Después le he seguido en la distancia admirando la salvaje libertad con la que se mueve por el planeta y la fiereza con la que defiende a sus 85 años ¡que sigue activo! lo que para Gehry es como decir ¡que sigue vivo! Me cautivó entonces y lo hace ahora porque es un ejemplo inspirador de líder con perfil humano. 




Viene esta historia a colación de que recibo en el despacho frecuentes llamadas en las que profesionales liberales, jóvenes emprendedores, socios de micro-empresas y desempleados, me preguntan si trabajo con personas "normales". Siempre me sorprende esta cuestión que no se de dónde sale... En todos los casos comparto que acompaño todo tipo de proyectos personales o grupales en los que exista un gramo de entusiasmo.  Para trabajar conmigo no hay más barrera de entrada que convencerme del genuino interés, del anhelo radical de búsqueda y hallazgo de un objetivo con sentido. Con sentido para la persona o el equipo al que entreno durante un tiempo...

Por un lado, los líderes son humanos y por el otro, querámoslo o no todos somos líderes de nuestra propia vida. Finalmente es difícil que no encuentre apasionante algo que se me transmita con pasión: expandir un negocio, poner en marcha un servicio cultural, mejorar la relación de dos socios, sanear el clima laboral de una institución municipal, motivar a los directores de centros de formación profesional de la CAV o re-inventar la carrera de una ex-directiva de Tecnalia en voraz  pulsión solidaria...



Foto Jon Oyanguren. Zarautz.

Ayer trabajé con Xabier, un líder poderoso a quien entreno desde hace cuatro años renovando los objetivos que vamos logrando. Como la mayoría de las personas, Xabier tiene sus momentos. Anoche estaba un poco ¡plof! y -como hemos construido una bonita confianza- le pregunté si quería compartir lo que le apenaba. Entonces me habló de Emilia, afectada por Alzheimer en estado avanzado. 

Cuando termina su jornada Xabier visita a Emilia y la mujer le pregunta casi siempre: ¿quién eres?, algo que resulta descorazonador. Xabier y yo dedicamos quince minutos a aceptar lo que no puede ser cambiado (la enfermedad) y a mejorar lo que sí puede serlo: la actitud con la que aborda la decadencia de su madre y la posibilidad de poner un poco humor en la dolorosa situación.

Dado que a Emilia le gustaba mucho bailar -le dije- cuando te pregunte quién eres ¿ por qué no le dices que el instructor de baile? Después de reírnos en cómplice ternura, nos bebimos la tacita de te verde y abordamos el proyecto laboral que le ocupa. Xabier se fue más tranquilo y cuando ya salía del despacho sentí de nuevo la certeza de que los líderes ¡son humanos!


lunes, 5 de mayo de 2014

Ser arco para que otros lleguen como flechas


A ella no le gustará verse en el blog al que -de vez en cuando- se asoma desde cualquier rincón del planeta para después decirme casi siempre con ternura por Skype que "estoy grillada".

Pero mis dedos no resisten la tentación de compartir con ustedes una fotografía tomada -hace menos de 24 horas, cerca de Marsella- a una adulta viajera, valiente, políglota, creativa y casi por encima de cualquier otra consideración ¡una buena persona! Quizá demasiado... ?!

No le gustará verse y se enfadará conmigo hasta que le explique lo importante que es para mi... lo que me inspira... y lo feliz que me siento cuando la percibo serena en un contexto salvaje aunque sin soltar su timón profesional: el violín del siglo XVII que rescató en una subasta en la que ¡afortunadamente! sólo había especuladores y no músicos ni entendidos (lo que hubiera elevado el precio del instrumento algunos miles de euros).



Esto me hace recordar a uno de mis profesores de inglés, el británico Mark Fowler, cuando traducíamos artículos de actualidad, intercambiábamos opiniones, profundizábamos en los phrasal verbs y nos enredábamos en bizantinas discusiones sobre un tema que nos apasionaba a los dos: la educación. Una vez, paseando por el parque de Doña Casilta Iturrizar (Bilbao), defendió una metáfora sobre la relación entre padres e hijos, una hipótesis a la que ofrecí poca credibilidad porque él sólo tenía algunos sobrinos y alumnos en Saint George English School.

Según Mark los padres somos un arco y los hijos son flechas. Afirmaba mi profesor que la tarea fundamental de los progenitores es tensar enérgicamente el arco para proyectar a nuestros vástagos lo más alto y lejos posible desapegándonos con posterioridad de la trayectoria de la flecha una vez lanzada al infinito... Más tarde me habló de los practicantes del tiro con arco, de su concentrada actitud, y de la necesidad de olvidarse por completo de la flecha una vez que ha salido de tu radio de influencia.

Pero... yo no me siento sólo arco. Y ella no es sólo una flecha... ¿no les parece? Aunque es bonito eso de proyectar a otro ser humano lo más lejos y más alto posible... algo que también integro en mi trabajo y a veces ¡funciona!



jueves, 1 de mayo de 2014

Oleo sobre lienzo: paisaje interior, en Beasain


Hay días en los que me siento tan contenta que tendría que pellizcarme para estar segura de que no he muerto. Hoy, por ejemplo. Si además viajamos y ponemos Radio Tres Clásica, de Radio Nacional de España, entonces ya no tengo duda de encontrarme en el mismísimo cielo donde Dvorák toca al mismo tiempo el violín, el piano y el órgano encima de la iglesia de San Esteban en el municipio guipuzcoano de Larraul donde esta mañana hemos caminado durante tres horas monte arriba...


Me gusta observar los inequívocos signos del mundo salvaje que aún existe cerca, muy cerca, del lugar en el que vivo: la presencia del musgo que trepa por el tronco de las encimas y robles centenarios, la emergencia juguetona de los acebos, las pinchudas zarzas, las ortigas y los helechos que -en zonas húmedas poco transitadas por el hombre- alcanzan una altura gigantesca. 

También ocurre con frecuencia que una niebla densa y rápida cambia el panorama visual y perceptivo del entorno en apenas unos minutos dificultando la visibilidad de las señales y devorando los puntos de referencia de los montes más emblemáticos de la geografía vasca.


En medio de esa paz y sobrevolando la cima ha aparecido una poderosa y bella águila. No he podido evitar acordarme de Rosa, una mujer con la que he conectado profundamente a pesar de habernos conocido hace tan solo unas semanas. Incluso antes de conocerla ya había despertado mi interés con su dirección de correo electrónico que junto a su nombre incluye la palabra ¡artista!

En fin, que al igual que me gusta observar los inequívocos signos del mundo salvaje, me apasiona detectar el punto salvaje de las personas a las que aprecio, ese espacio interior que sobrevive (en algunos adultos) tras los mil golpes del destino. Me refiero a aquellas zonas del alma no contaminadas por el cinismo, así como a ciertos paisajes internos llenos de belleza y bondad.

En el caso de Rosa la bondad alcanza un límite extremo que en 2014 le coloca frente a un dilema de elevada intensidad: volar alto como el águila que es siguiendo su vocación, o quedarse casi a ras de suelo donde numerosos quehaceres propios y ajenos lastran su energía y creatividad. ¿Qué hacer?



















Rosa es una mujer sensata. Yo no lo soy tanto... pero comprendo que -como ya avanzó hace mucho tiempo el filósofo y ensayista Ortega y Gassettodos somos nosotros y nuestras circunstancias. Claro que mi parte salvaje se revela, patea, gime, argumenta y apunta en la dirección del águila que es Rosa animándole a retomar los pinceles de su arte, soplando las brasas de la ilusión, prosperidad, reconocimiento, exposiciones, éxitos y proyectos ya realizados y por realizar en Arteleku (Beasain), un estudio de pintura (útero y cobijo) en el que tantos niños y adultos han encontrado consuelo, alegría, autoestima y aprendizaje gracias al talento de Rosa y donde su vocación de artista y parte más genuina lucha por alzar el vuelo ¡renacer!