viernes, 17 de julio de 2015

Vivir con entusiasmo y esperanza


En San Sebastián esta mañana la felicidad era líquida

              

en la playa de mi barrio (Ondarreta) había más peces que nunca junto a las rocas del Pico del Loro. Sobre la arena, las niñas-ninfa paseaban su belleza mirando por encima del hombro a las ancianas que también fuimos sirenas del Cantábrico en un tiempo que parece remoto como un paisaje onírico.




El Serpentine Pavilion ilustraba las páginas centrales de El Viajero, cuadernillo central de El País, que he leído en la terraza de la playa mientras paladeaba un café americano con nube de leche y una ración de melón fresco que me ha sabido deliciosa.

Algunas cosas permanecen. Otras cambian. Splash de la marea que sube. Splash de la marea que baja. Olas que hacen charcos. Charcos que son lagos. Lagos de castillos en los que viven sirenas que nadan en el Cantábrico junto a los peces -hoy más bellos que nunca- en las rocas donde a veces me rozo un codo o un tobillo.




Todo era tan perfecto que daba miedo suspirar por si de un momento a otro pudieran desvanecerse la felicidad líquida del mar y la belleza sólida de la tierra.




La cometa del sol lucía tan lejos que no he podido descubrir donde estaba atado su ramal. Las niñas-ninfa soplaban a la brisa marina, y la nube blanca del café semejaba nieve sobre petróleo. 

Algunas cosas permanecen. Otras cambian. Pulsiones de la vida. Contrapunto que encuentro en personas, equipos, organizaciones y en la esfera del globo terráqueo cuyos habitantes analizan sociólogos como  Manuel Castells, de la Universidad de California, atento a la dualidad que mueve a los humanos.

En su libro Redes de indignación y esperanza (Alianza Editorial) Castells profundiza en la dualidad que -como las mareas y el cambio- oscila entre dos polos: el miedo-ansiedad y el entusiasmo-esperanza.

A cada uno de nosotros corresponde la elección: ¿Vivir con miedo y ansiedad, o plenos de esperanza y entusiasmo? 

Sin negar la  dificultad del dilema me pregunto si en verdad existe opción a elegir la blanca nube de esperanza sobre la negra mancha de petróleo (miedo).


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