sábado, 25 de junio de 2016

Reinventar las Organizaciones


Aunque en España la velocidad máxima es de 120 kilómetros por hora, conduzco por encima del límite evadiendo radares durante los 865 kilómetros que separan San Sebastián de Granada. Se trata de un viaje de trabajo -no por ello menos placentero- en el que la retina absorbe la exótica belleza de los olivares tan pronto alcanzo la provincia de Jaén: kilómetros que adornan las adelfas -arbustos con flores blancas y rosas- que solo las nubes riegan (muy de vez en cuando) en Andalucía.

Durante tres días consecutivos trabajo con equipos multidisciplinares en los que lo único que se mantiene como una constante es ¡la diferencia! de edad, sexo, formación, experiencia, rango, valores y creencias. Constato que tenía razón mi admirado Kurt Lewin al afirmar que el comportamiento es el producto del carácter por el entorno social y también encuentro apropiada aquella idea de Heráclito según la cual el cambio es ¡lo único permanente!

El caso es que la experiencia granadina me ha permitido sentir la grandeza humana que se muestra cuando se crean espacios de confianza y libertad, no juicio, confidencialidad, honestidad-sinceridad y humor, ese ingrediente que aprecio como una expresión del amor al que los budistas llaman "compasión" (empatía, apertura, aprecio, ternura). 

Las jornadas se han sucedido a tal velocidad que siento me he saltado los radares de la prudencia sin que me haya dado tiempo a asimilar una experiencia tan bella como desafiante y tan juguetona como profunda. Algunos de los focos temáticos han sido "Liderazgo de lo cotidiano: emociones que juegan a nuestro favor"  y "Liderar para el Bien Común: Personas y Proyectos. La sociedad 4.0. Como casi siempre, la propuesta inicial, el manual y las dinámicas en sala, son puro pretexto para que se despliegue la realidad de ¡lo que es! al menos para quienes desean ver y escuchar, aprender e integrar, diagnosticar y mejorar hacia una vida plena ¡también en el contexto laboral!  

 Liderazgo y Consciencia. Otto Scharmer, MIT.


 Comportamiento = Carácter x Entorno Social



Sin más reposo que los 865 kilómetros de vuelta, al día siguiente me embarco en una nueva aventura en Bilbao con el pretexto de "Construir Equipos para Transformar Organizaciones", una necesidad urgente porque en el entramado empresarial hay sufrimiento innecesario y personas atrapadas en una maraña de ignorancia más que de maldad. Con enfoque teórico-práctico trabajamos durante diez horas (apenas pautadas por diminutos descansos) y al final de la jornada -exhaustos y contentos- alcanzamos el chispeante frenesí que se produce cuando un grupo de profesionales se transforma en un equipo cruzando algunas "interfaces porosas del sistema" (Alain Cardon + Seán Gaffney + Guillermo Echegaray + Peter Senge) en las que se muestra lo más bello del ser humano: la complementariedad e interdependencia, la complicidad, ayuda mutua, orientación al objetivo compartido, los talentos múltiples...

No eres como yo, no piensas ni actúas como yo,
pero juntos... ¡Vamos más lejos!


Se tú el cambio que quieres ver en el mundo. Gandhi.


Es posible Reinventar las Organizaciones (*) y maravilloso ser testigo de la transformación de las personas genuinamente deseosas de contribuir-dar-enseñar-aprender-apoyar y ¡lograr! Acaso haya que poner el acento en diseñar algunas condiciones previas que aseguren la creación de entornos en los que las personas podamos realizar un trabajo que amemos o -en su defecto- amemos el trabajo que hagamos y -en cualquier caso- permanezcamos en conexión con el bello universo que habitan adelfas y olivos...

(*) Excelente libro escrito por Frederic Laloux -publicado en castellano en abril de 2016 por Arpa Editorial- que desarrolla la vanguardia del management contemporáneo. Ensayo recomendable y totalmente alineado con el contenido de este post. 


sábado, 18 de junio de 2016

Granada, Viaje de Trabajo.


Con el esmero propio de un gran evento preparo los últimos detalles de la intervención que me llevará a Granada durante cinco días (tres de trabajo y dos de viaje). 

Durante la tarde del sábado, aun en el despacho de San Sebastián, hago algunas fotografías del caos creativo que precede (como la "tormenta perfecta") cualquiera de las actividades que facilito en las empresas, encargos que agradezco y me obligan a una permanente "puesta a punto" teórico-práctica que me divierte. Aunque vengo haciéndolo desde el año 2002, en cada ocasión siento mariposas en el estómago ante el vértigo del directo con la mínima estructura y la máxima flexibilidad, pegada cada vez más al terreno como un jeep sobre la arena del desierto. Dado que no tengo tiempo de pulir este texto, escribo a chorro y comparto mis pensamientos a borbotones ¡según salen!  La primera fotografía muestra algunos de los artilugios que viajarán conmigo ¡menos mal que no pago pasaje por el bombero, la princesa, el policía...!





Reconozco mi fetichismo al llevar el viejo maletín cuyo origen se remonta a los tiempos en los que trabajaba como periodista allá por el año... ¿1990?  algo así... En esta ocasión portará el manual construido con primor línea a línea, imagen a imagen, con materiales que son el condensado de siete formaciones internacionales aplicadas en más de 300 empresas de todos los sectores productivos; si bien es cierto que desde hace un par de años estoy enganchada a las tecnologías blandas en las que -de un modo un tanto "casual"- me estoy especializando.



Casi un centenar de personas me concederán el honor de disfrutar de su presencia en unas instalaciones que conozco y que por su amplitud, medios y luminosidad, propician el movimiento de los profesionales, su activa participación, el uso de materiales low tech diseminados por las salas y el descanso en estupendas áreas de esparcimiento. Otra de mis manías es conocer la identidad de los profesionales con los que trabajo y por eso me encargo de teclear personalmente sus nombres en sendos identificadores. No hace ni diez minutos que he terminado con los del último equipo que entrenaré:



  


Un tanto agotada -y casi incapaz de poner orden en este caos- repaso los contenidos teórico-prácticos, me aseguro de que llevo algunos vídeos en el pen-drive, de que el índice del temario facilita la integración de los conceptos y se acompasa con las dinámicas espaciales que plantearé durante las tres jornadas consecutivas. Bajo al bar que hay frente al despacho, me hacen un cortado muy cargado y en vasito, subo de nuevo, enciendo el ordenador, saco una foto a la pantalla...



Mañana estaré en Granada, una tierra que he aprendido a amar a base de viajes de trabajo, de visitas a la Alhambra, de conciertos con Estrella -mi anfitriona-, y de desayunos continentales en el pequeño y céntrico Hotel Los Tilos.. Continuará.



miércoles, 15 de junio de 2016

Empresas Gozosas ¡Es posible! Evidencias.



Digamos que el día ha comenzado con mal pie: nada más salir de casa he pisado una baldosa floja de la acera y ¡zas! me he salpicado la pierna. ¡Qué rabia me da, cuando me pasa esto!

Después el autobús se ha desviado por Zarautz para recoger pasajeros lo que significa que la llegada al destino se retrasa veinte minutos. En Bilbao me esperaba un equipo de seis profesionales para acompañarles en la reflexión estratégica de su próspero negocio. A pesar de la baldosa y el desvío, he llegado al encuentro contenta y con el deseo de contribuir al máximo de mi capacidad, experiencia y conocimiento. 

Las dos primeras horas he facilitado el entrenamiento aportando algunas pinceladas teóricas y un práctico eje central que se ha volcado en una parrilla de decisiones de negocio consensuadas de manera eficaz (con piloto y fecha de realización). Después, dado que era el cuarto encuentro con estos profesionales -y habiendo explicado reiteradamente la dinámica que sostiene una reunión funcional-, he delegado en ellos la responsabilidad de gestionar el tiempo restante de manera que la experiencia les sirviera de "prototipo" para el futuro. Me he asegurado de que estuvieran claras las instrucciones, de que todos estuvieran de acuerdo, y que quisieran poner en práctica la metodología de trabajo que tan buenos resultados ha aportado en los encuentros anteriores. Entontes yo me he hecho a un lado y ellos han tomado las riendas, momento en el que como un tornado se ha desplegado en la sala un caos de alta intensidad de los que acontecen un par de veces al año, todos los años, en la trayectoria de un consultor.



Artilugios que propician el pensamiento disruptivo


Una de las propietarias ha perdido los nervios, se ha puesto de pie, ha agredido verbalmente a otro socio criticado ácidamente la manera de gestionar un departamento, formulado destructivamente algunas ideas brillantes y ha elevado la tensión al punto de ebullición de una olla express. He tenido que pedir time off para reconducir la situación ¡en tres ocasiones! después de respirar profundamente como el buda en meditación bajo la higuera.

Finalmente he conseguido serenar los ánimos y reconducir a los participantes transformando tensión en aprendizaje salpicado de humor y metáforas como la del cangrejo ermitaño que abandona su concha cuando ya no le permite seguir creciendo.

Pero claro, he salido "tocada" como en el juego de los barquitos. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué los seres humanos perdemos el control? ¿De dónde sale tanto resentimiento? ¿Por qué tenemos tanta necesidad de ser escuchados? ¿Qué fuerza nos habita para lanzar improperios contra otros que acaban volviéndose contra nosotros? Y... después de todo: ¿Será una utopía seguir creyendo que las organizaciones funcionen bajo el paradigma colaborativo? ¿Será iluso avanzar hacia la autogestión de los equipos? ¿Tenemos que renunciar al bien común? 
...

Por la tarde he entrenado al Ceo de una empresa en la que trabajo desde hace cinco años en los que he tenido la suerte de ser testigo de su crecimiento continuado. Todo ha ido bien con el directivo a pesar de que ha desplegado sobre la mesa algunas dificultades gruesas de financiación y re-diseño de producto. 




De vuelta a casa el autobús ha pasado de nuevo por Zarautz y las baldosas seguían bailando a su manera. Una piragua cruzaba el Urumea poco después de las ocho de la tarde. Para entonces yo había recuperado la esperanza en los humanos profundizando en Reinventar las Organizaciones, uno de los mejores libros que he encontrado en los últimos treinta años.

Frederic Laloux comparte con el lector un puñado de experiencias empresariales exitosas (*) en las que se argumenta de manera inequívoca la certeza de que es posible crear entornos que los que las personas se traten con respeto, disfruten, la producción fluya acompasada por el sentido común, los equipos se regulen solos y el control se minimice en favor de la libertad. Aliviada he respirado como el buda debajo de la higuera. Hogar, dulce hogar. He llegado. Y mañana... mañana ¡será otro día!



(*) Algunas empresas cuyos casos se despliegan en el volumen: AES + BSO / Origin + Buurtzorg + FAVI + Patagonia + RHD + Morning Star ...

domingo, 12 de junio de 2016

La práctica de lo salvaje



El caso es que algunas personas consiguen hacer de su pasión un oficio y estar en el planeta en plenitud. Por ejemplo, Gary Snyder ganador del premio Pulizer de Poesía en el año 1974, prolífico escritor, filósofo, ecologista y estudioso de las enseñanzas de Thoreau y Dogen, entre otros.
  
Si la poesía es la alta montaña de la literatura -leo en el volumen que tengo entre mis manos- la poesía en lengua extranjera es un lago glaciar en sus cotas más elevadas... Página 13 de La mente salvaje.  

Nado en las frías aguas del lago descubriendo los recovecos de la vida de este hombre octogenario que aún transita las montañas sintiendo los árboles como amigos y los animales como maestros. La lectura completa dos días de senderismo -que me regalo los fines de semana que no trabajo- y sus mensajes acompasan el latido de mis pies dentro de unas botas ya desgastadas por las rocas, el barro y las historias que en silencio cuenta el musgo del hayedo.






Me siento dichosa al vivir de un oficio que amo sorteando los obstáculos que parece acechan a los autónomos como lobos en el desfiladero. A la precariedad de nuestras condiciones laborales: ausencia de paro, jubilación minimalista... se añade la estadística del Eustat  en mayo de 2016 reflejando que somos el tercer colectivo con mayor riesgo de pobreza ?¿!¡!

Milagro. La vida me parece un milagro inabarcable. No solo porque desconozco la manera en la que se ha trazado mi destino hasta el hoy, sino porque no he seguido ninguna de las sendas que aconsejan las escuelas de negocios. Sorteo el riesgo de pobreza material y espiritual hallando satisfacción plena en lo que hago sin encontrar más claves que las de confiar -creer para crear-, dar lo mejor de mí misma en cada ocasión, leer con voracidad y sembrar lo que tengo en todas las direcciones...


Equipo de Trabajo en Bilbao. Junio 2016.


Participativos. Generosos. Chispeantes.
¡Fantásticos! 


Como en la naturaleza, el dar y el recibir forman una pareja inseparable que acompasa el latido de mis pies dentro de unos zapatos ya desgastados por las moquetas de los despachos y el cemento de las fábricas donde aprendo de paneles y lantegis gracias a profesionales como Ibon... (en la fotografía) mientras la mente salvaje busca la naturaleza para calmar la sed de silencio y de verdad. 




La naturaleza de un emprendedor avanza contracorriente fortalecida por la persistencia, el mimo en los detalles, la ilusión y el humor que tejen una sólida red de afectos, relaciones y proyectos que por tercer año consecutivo me llevarán este mes a Granada de la mano de Estrella, una directiva que apuesta por el cambio intencional en la vida y los negocios.

Finalmente la propuesta de Gary Snyder es "Crecer con menos". ¿Qué es crecer? y ¿Qué es menos? Crecer es vivir de la práctica de un oficio que amas en el que encuentras sentido al desánimo y el cansancio. Menos es menos: la absoluta gratuidad de dos días de senderismo con una pequeña mochila en la espalda y las viejas botas que avanzan sobre el musgo del hayedo.


lunes, 6 de junio de 2016

Sistemas Perfectos / Hombres Imperfectos



Quien hizo la ley ¡hizo la trampa! y así -en un perverso juego de apariencias- todo es legal y anti-ético; se atiene a convenio y resulta abusivo; encaja en la norma y desborda el sentido común... 

Aprovecho la mañana para caminar por la costa vasca. Amarro ¡es un decir! en el puerto de Guetaria, paseo por el montículo conocido como "el ratón" y reflexiono sobre el dilema de un directivo con el que trabajo cuya identidad empresarial deformaré para preservar la confidencialidad. 

Con casi un centenar de empleados, un balance saneado y una interesante cartera de clientes, la empresa aborda la mejora de los procesos incrementando el "control" con el objetivo de mantener la rentabilidad y el posicionamiento de liderazgo en el sector -sin caer en obsesiones y preservando la calidad de producto y servicio-.




Sabido es que los humanos huimos de los cambios como del napalm, y equiparamos "control" a opresión sin que halla más justificación que el prejuicio. Pues bien, la realidad del directivo es que puestos en marcha numerosos procesos de mejora -entre otros el lean canvas- que permiten monitorizar en todo momento en qué punto se encuentran los proyectos y la relación con los clientes, están teniendo una experiencia amarga al descubrir que mientras los paneles muestran una imagen idílica en cuanto al seguimiento de los protocolos y timing de solvencia ¡la realidad es otra! 

¿Cuál es la realidad? ¿Por qué difiere de los paneles? ¿Cómo puede ser que la foto del power point sea perfecta y el volcado de los clientes cada vez más imperfecto?




La realidad es que se están produciendo numerosas desviaciones en horas, quejas y no conformidades y -con ello- una merma sustancial de la eficacia, eficiencia y rentabilidad. La causa por la que en los paneles todo es correcto hay que buscarla en que algunos mecanismos de reconocimiento (como la retribución variable) se vinculan a esa foto estática y -por lo tanto- los profesionales (que no son tontos) dibujan la imagen de la perfección acorde con los incentivos que esperan.

Perversiones de los humanos. Perversiones de los sistemas. Espejismos de control que revelan datos perfectos sobre la imperfecta realidad. 

Recuerdo aquella "perla"  que me enseñó un consultor sueco: las personas cambian ¡si quieren! Hoy podemos añadir: las personas son eficientes ¡si quieren! y en último término: las personas son honestas ¡si quieren! porque lo que al final está en juego es el servicio y la satisfacción del cliente del que todas las empresas (como las arañas) penden de un hilo.





Perversión de los sistemas.
Boicot al control.
Resistencia al cambio.
Proyecciones y Realidades.
¡Desafíos de los profesionales y empresas del siglo XXI!



miércoles, 1 de junio de 2016

¡Pobre gente!


Hace dos décadas leía a mi hija un cuento titulado Jeruso quiere ser "gente" del que me he acordado al escribir el título de esta entrada. En realidad ¿de qué gente hablo? de los jóvenes de nuestro paisito a los que los sociólogos denominan millennials o generación Y (entre los 20 y los 34 años). 




No es solo que el paro les arañe las piernas como ortigas salvajes; no es solo que los mejores se vean obligados a emigrar a países receptivos al talento, la creatividad, iniciativa, preparación, fuerza y alegría; no es solo que el llamado "estado de bienestar" pertenezca al pasado de nuestra historia reciente, sino que además la mayoría de los bienes de consumo son inaccesibles para ellos. Pero es que ¡hay más! Pobre gente.




La banca despide a los empleados peor pagados que -en la mayoría de los casos- son también los más jóvenes y que menos tiempo llevan en la entidad, preservando a los empleados senior cuya indemnización por despido inclina negativamente la cuenta de resultados.

Curiosamente hasta hace poco tiempo la llamada Generación Y no daba preponderancia al salario frente a otras variables laborales como el buen ambiente, el horario, la posibilidad de aprender o promocionar. Sin embargo, en la última encuesta realizada por Manpower entre 19.000 profesionales de 25 países se pone por primera vez de manifiesto que los jóvenes de entre 20 y 34 años comienzan a priorizar el salario. ¿Qué ha pasado? ¿Se hacen mayores? ¿Se independizan y necesitan liquidez para pagar el alquiler? Sí... algo de eso ocurre y también que les estrujan como a un limón con largas jornadas, exigencias ilimitadas, presión y bajo reconocimiento. Ya que les exprimen ¡al menos quieren la recompensa salarial!



Ya que les estrujan como a limones,
los jóvenes comienzan a priorizar el salario.


En la página 11 del citado informe los jóvenes consideran que para pasar al siguiente nivel profesional lo que necesitan es mejorar habilidades. Hasta un 47% de los encuestados considera que la mejora de sus habilidades incrementaría sus posibilidades de promocionar en su empresa o en otra. También resulta curioso que al menos un 17% de ellos estima trascendente para su carrera contar con un mentor, un profesional senior ajeno a su empresa que le ayude a tener una visión global, le alerte de errores y facilite el incremento de su networking.

Y para terminar, en la prensa económica del fin de semana descubro que el "vuca" se ceba especialmente en los jóvenes. Se trata del un acrónimo que viene a significar que la vida laboral alcanza intensos niveles de incertidumbre, inestabilidad y complejidad. 

Afirma en su artículo Ramón Oliver que si bien antes mantenías tu puesto de trabajo mientras obedecieses ordenes y te portaras bien, ahora resulta imprescindible tener una visión global de tu empresa, sector y competencia, además de aportar valor a la compañía de manera permanente, superar las expectativas de tus directores y saber tanto competir como colaborar. En fin... como en el circo ¡más difícil todavía!