domingo, 28 de febrero de 2016

¡No imites a nadie! Sintoniza con tu frecuencia


Debes aprender a sintonizar con tu frecuencia, afirma la escritora Marilynne Robinson, de setenta y tres años de edad, que dirige el célebre taller literario donde enseñaron clásicos como Raymond Carver o John Cheever.

A su ritmo y a su paso ha construido una vida plena entorno a la literatura aunque no solo ya que siente una pasión desmesurada por la naturaleza y la espiritualidad (unidas en una obra que incluye entre otros galardones el Pulitzer por Gilead). 

Sus novelas, ensayos y clases en el Iowa Writers´ Workshop apuestan por el talento no imitativo que arriesga: primero haces tu obra y luego esperas a ver si hay lectores. ¡Sabia Marilynne Robinson! practicante de la necesidad de creer para crear nuevas realidades ¡incluso de ficción!




Me inspiran las personas que no se atienen al guión sino que trazan su propio sendero como el solitario caminante que somos sobre un manto de nieve recién caida durante la noche. 

Algunos de los grandes profesionales consiguen un destilado propio que proviene de diversas disciplinas que nutren y condimentan su especialidad. Por ejemplo, Marilynne Robinson lee y escribe, escribe y enseña, pregunta y contesta, pasea y reflexiona, contempla la naturaleza y resuena con ella al mismo tiempo que hila fino entorno a una espiritualidad laica y sagrada que me alcanza en una frase: ¡no imites a nadie, sintoniza con tu propia frecuencia! 

Si no imitas a nadie ¡eres único! y por lo tanto diferente a los demás y eso está bien al punto de que puedes triunfar en tu profesión y alcanzar puestos de reconocimiento ¡incluso en los negocios! 

El prestigioso Peterson Institute of International Economics ha realizado un estudio entre 21.000 compañías de todo el mundo (96 de ellas españolas) según el cual las empresas en cuyos puestos directivos hay al menos un 30% de mujeres obtienen un 15% más de beneficio. No percepciones ni sensaciones ¡beneficios! Desde que leí la noticia -y me puse a investigar en internet- he llegado a la conclusión provisional de que lo que está detrás de los buenos resultados es ¡la aceptación de la diferencia! unida a la inclusión, búsqueda de equilibrio y reconocimiento del talento masculino o femenino. Creo también que ese 15% de beneficio incremental pone en evidencia el agotamiento de ciertos modelos de negocio y la urgente necesidad de incluir más perspectivas y mejores conversaciones en nuestro entorno laboral.

Quienes deseen saber un poco más sobre la citada investigación pueden visitar la página 2020 Women on Boards o asomarse a este video.




La aceptación de la diversidad ¡de la diferencia! unida a la variedad de perspectivas, a conversaciones generativas y a la creación de nuevos modelos de negocio es la propuesta en la que vengo trabajando con entusiasmo a través de los equipos de trabajo entendidos como "células embrionarias de la transformación empresarial": incluir + aceptar + cooperar + escuchar + inteligencia colectiva + diversidad... son algunas de las claves de la construcción de equipos, una propuesta en la que creer para crear nuevas (y mejores) realidades para todos, sin olvidar nuestra frecuencia.


(*) El viernes 4 de marzo de 2016 comienzo la novena edición del curso Construir Equipos para Transformar Organizaciones. Se trata de un destilado de catorce años de experiencia profesional y siete formaciones internacionales. Metodología propia. Muy práctico y participativo. Esta edición se despliega en la capital vizcaína de la mano de Bilbao Business Trainning School, BBTS.


jueves, 25 de febrero de 2016

Plantar cara a la negrura ¡una de coraje!


El personaje femenino creado por la diseñadora gráfica Agustina Guerrero lucha contra la negrura que muestra sus fauces a la alegría de vivir y trabajar.

Me pregunto si la negrura solo quiere asustar al personaje que somos cada uno de nosotros, o si -por el contrario- quiere comerse los colores de nuestra alegría. Además... ¿por qué cuesta tanto frenar el avance de la tóxica negrura? -observen el esfuerzo del personaje en la segunda viñeta-. Y, en definitiva, ¿qué representa la negrura que se nos viene encima como una avalancha de carbón?




Tratando de hallar respuestas reflexivo-juguetonas pasé la viñeta a un grupo de profesionales senior a los que formo y entreno en liderazgo al frente de equipos de trabajo. Abordamos teoría profunda del management, modelos organizacionales, roles, feedback, reflexividad, cambios intencionales, reuniones delegadas... y -de vez en cuando- aligeramos la carga sin perder el foco en el aprendizaje.  

Tras un primer momento de desconcierto, los directivos guardaron la viñeta en sus carpetas, se la llevaron a casa como tarea y buscaron en su interior las resonancias que la imagen provocaba en el pozo profundo de su conocimiento y experiencia aunque... ¡no solo! también tuvieron que apelar a su intuición y a esa "inocencia en la mirada" que tanto me interesa: ¡observar + observar + observar! sin juzgar.

Sintetizo algunas respuestas del grupo por si pudieran inspirar / orientar / divertir o dar pistas sobre aquello que los humanos sentimos como una amenaza en el contexto laboral:




La negrura es: "la falta de medios para realizar correctamente la tarea encomendada" (María Jesús) + la sensación de que no se tiene en cuenta las aportaciones que realizamos al equipo + ciertas desigualdades (en reconocimiento) no explicadas... + ausencia de colaboración entre los miembros de un equipo (Fernando) + la negrura es "sentirse excluido" + lucha de poder + individualismo radical + ego + ego + ego desatado (Juan)  + ausencia de comportamientos empáticos...

Cada día siento mayor admiración y cariño hacia todas y cada una de las personas con las que tengo el honor de compartir un aula, una fábrica, una mesa de reuniones, un consejo + un despacho + un espacio de co-working... ¡sabias personas! si se apela a lo mejor de ellas mismas lejos de la negrura  que no es otra cosa -dice Helena- sino el rodillo de la homogenidad que a todos quiere igualarnos siendo todos diferentes y complementarios: bellos puntos de color que juntos trazamos el universo cotidiano ¡en la vida y los negocios!



   Plantar cara a la negrura en el vivir y trabajar
a base de 
"comportamientos empáticos" aunque no solo...


martes, 23 de febrero de 2016

Atravesar la incertidumbre


Resulta un tanto heroico cambiar la manera de cambiar en las organizaciones. Imaginada la resistencia de los más conservadores del lugar; conocida la llamada "zona de confort"; intuida la fuerza de los grupos de poder de cualquier empresa, sorprende que los promotores oficiales del cambio se revuelvan en sus asientos cuando perciben que "va en serio" el abordaje de cambios intencionales. 

Paradojas que me fríen el alma y congelan el corazón. ¿Ingénua? eso dicen quienes me conocen. Ingenua y a mucha honra porque el día que deje de dolerme el cinismo ¡se acabo! Entiendo por cinismo la incoherencia entre el pienso-siento-digo-hago y me acuerdo de una frase que siendo niña escuchaba a mi madre (refiriéndose a los clérigos): ¡haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago!

Brutal. Me resulta indigesto comprobar en diversos foros que las personas cuanto más dicen amar el cambio ¡más lo temen! y cuanto más afirman comprender la necesidad de cambiar ¡más se aferran a la manera habitual de funcionar con argumentos peregrinos!




Pánico. Creo que sienten pánico. Desconcierto. Pienso que necesitan un guión previo sin el cual se sienten desvalidos. Pero... cambiar la forma de cambiar es internarse en la incertidumbre, fértil y hostil territorio que exige movilicemos lo mejor de nosotros mismos y el miedo... ¡el miedo no cabe en la balsa que atraviesa el océano de lo desconocido y alcanza la orilla del porvenir!

Es amargo chocar contra muros de inmovilismo en las organizaciones, las empresas, las aulas, los comités, las asociaciones no gubernamentales, las fundaciones, los colegios, sirios y troyanos por igual. Y duele aun más cuando las personas se han afiliado al cambio, dicen apostar por la transformación y afirman comprender la necesidad de crear nuevos espacios, escenarios y contenedores de sentido (propósito).

¡Devolvamos a las palabras su fuerza original! Dejemos de utilizar conceptos como conffetis en una fiesta de cumpleaños. Tornemos a lo esencial: la coherencia entre el pensar-sentir-decir-hacer. Si apostamos por el cambio ¡coraje para asumir lo que exija de nosotros! Y si optamos por el inmovilismo ¡aguante para asumir lastres!

Por más resistencia que pongamos el cambio es lo único permanente (Heráclito). Y nunca puedes bañarte dos veces en el mismo río. ¿A qué vienen tantos aspavientos con la más pequeña modificación en los procesos, métodos, protocolos, espacios, retribuciones, ascensos, descensos...? Quien no se arriesga ¡no cruza la mar! y tampoco aprende-crece-se desarrolla.




Cansada hoy de comprobar que queremos el niño sin la gestación ni el parto y el músculo sin el entrenamiento y la delgadez sin la dieta y el gol sin sudar y la flor sin sembrar y mejores resultados haciendo más de lo mismo... qué aburrimiento ¡así no es posible! y alguien lo tiene que decir alto y claro. Si queremos una realidad mejor hemos de construirla entre todos, abordando ¡ya mismo! cambios intencionales ¡cambiando la manera de cambiar!


lunes, 15 de febrero de 2016

Esclavitud del siglo XXI en Europa


Les cuento... antes de explotar ¡de indignación! La responsable de internacionalización de una próspera empresa de quince trabajadores del sector de componentes eléctricos tiene una licenciatura, un máster y es bilingüe en francés e inglés. 

Por supuesto viaja siempre que ha de realizar acciones comerciales y cumple todos sus objetivos de venta. 

Además trabaja una media de once-doce horas diarias (sin compensación ni en días ni en dinero). ¿Mi indignación? gana 900 euros (sin bonus ni retribución variable) y quieren que la entrene para que sonría más, aporte más, piense más y sea más creativa...


He agradecido -y declinado- el encargo. Guajjj! 

sábado, 13 de febrero de 2016

El requisito de vaciar el "trastero" de la mente


Ayer facilité una jornada ante un grupo numeroso. Dado que era viernes, muchos de los profesionales llegaron un poco cansados y con muchas "pantallas abiertas en su mente". Pensé que con el disco duro tan repleto la receptividad al aprendizaje sería escasa, así que les pedí que volcaran en post it sus principales inquietudes y que por favor las pegasen en la puerta de acceso a la enorme sala en la que nos disponíamos a trabajar durante las próximas seis horas.  

Resultó eficiente en su simplicidad: las personas se mostraron más descansadas y ligeras tras pegar sus preocupaciones en la puerta donde podrían recogerlas -si lo deseaban- a la salida. 


¿Qué escribieron? Casa + Averías + Economía + Trabajo + Trabajo + Trabajo + Limpieza + Preparar comida + Proyectos + Futuro + Teléfono + Pendientes... 

La jornada resultó chispeante, participativa, risueña y muy fértil. Creo que el pequeño acto de psicomagia despejó el camino al aprendizaje "dejando marchar" el peso de las preocupaciones lo que me conecta a la Teoría U, metodología en la que profundizo desde hace tres años con todos los medios a mi alcance: el curso gratuito on line del MIT liderado por Otto Scharmer y su equipo, el seminario facilitado hace unas semanas por Arawana Hayashi en Madrid, y la relectura tanto de Leading from the emerging future (libro que recomiendo) como los manuales de Javier Ruíz, investigador de Tecnalia y miembro de Sol España (auténtico pionero de la Teoría U en nuestro país).




Letting go (en naranja en la ilustración) dejar marchar ... vaciar el vaso... atrapar en post it lo que nos preocupa-empequeñece-condiciona-limita... ¡es un requisito indispensable para que llegue lo nuevo! (letting come) pleno de potencial que se despliega ante nosotros en lo que los teóricos del MIT denominan "el futuro que emerge" y que implica: mente, corazón y manos. Bello. Muy bello para vivirlo en nuestras familias, barrios y empresas...


Dejar marchar lo que nos limita
para que llegue la plenitud del potencial


miércoles, 10 de febrero de 2016

El hombre no es un lobo para el hombre


La intensidad de algunas experiencias recientes me sobrepasa. Textualmente. Y cuando aún no he rumiado el impacto brutal -en el mejor sentido de la palabra- del "true movement" de Arawana Hayashi hace unos días en Madrid, llega una segunda bala de alto calibre: un workshop, hoy, en Bilbao, con setenta personas en sala durante tres horas de duración, sin más power point que mi varita mágica, las matrioskas, el diábolo (recién incorporado al arsenal de artilugios metafórico-conceptuales que utilizo) y los dos papelógrafos que al principio desconciertan a los asistentes.  

El caso es que la... ¿dulzura? del entorno que me rodea últimamente -diríase el cuidado de los detalles- sobrecoge con la resonancia de lo que el mundo pudiera ser si todos nos tratásemos siempre y en cualquier rincón del planeta con respeto y suavidad.




Las dinámicas en sala ponen de manifiesto la falacia de que el hombre sea un lobo para el hombre (*). ¡No! Las dinámicas en sala-fábrica-despacho-pabellón desmienten que hayamos olvidado la frágil humanidad que nos habita. Entonces -cabe preguntarse- ¿cómo hemos llegado al "círculo vicioso" que padecen nuestras organizaciones productivas? ¿cómo hemos creado tanto sufrimiento innecesario en las empresas? ¿a qué viene tanto ataque de ansiedad, depresión y stress físico-mental-emocional?



(*) Pensamiento atribuido al filósofo inglés Thomas Hobbes.


Hacen falta espacios de aprendizaje. Más que el aire, los humanos necesitamos parar, mirarnos a los ojos y conversar sin juzgar. En definitiva: abrir la mente, el corazón y la intención a cambios positivos en nuestra vida. 

No hay un solo lugar o situación en el que las personas no acepten con alivio el desafío de aprender, contrastar, probar y compartir. El animal social que somos y el alma que tímidamente se esconde en nosotros desean expandirse en plenitud en la vida y los negocios.

La intensidad de algunas experiencias positivas recientes me sobrepasa, y mientras las rumio cojo carrerilla y me lanzo como una loca -una auténtica loca- a diseñar proyectos porque el hombre no es un lobo para el hombre... y me pongo a pulir manuales que construyo con lentitud geológica (porque el hombre -que no es un lobo para el hombre- tiene sed de cambio)... y escribo, escribo y escribo mientras las emociones -que apuestan por apuntalar lo mejor de nuestra civilización- ¡me desbordan!

Ultima Hora: Mi colega Germán Gomez -que acudió a la jornada- ha escrito en su blog un post que agradezco. Para leerlo pinchar aquí.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Equipos. Inteligencia Colectiva. Taller Gratuito.



En algún lugar del universo empresarial se produce un cruce de caminos que hace posible el desarrollo del potencial de los profesionales, la obtención de resultados, y el contento de los clientes. Desarrollo + Resultado + Fidelización.

En algún lugar del universo empresarial existe un punto ciego en el que la cooperación y la competición se dan la mano, donde el talento individual se expande y crea la inteligencia colectiva. Los budistas hablan del "sabio camino del medio" que transita del yo al nosotros para terminar alcanzando el Todo. ¿A qué me refiero? ¿De qué estoy hablando? De los equipos como ventaja competitiva.




Los equipos de trabajo son un espacio de aprendizaje compartido apenas explorado desde mediados de los años noventa. En este tiempo he tenido grandes maestros. En primer lugar, la vida y mi trayectoria profesional como trabajadora por cuenta ajena (veinte años) y por cuenta propia (catorce años). Experiencia directa a la que debo añadir muchos maestros alguno de cuyos nombres despistaré (y me disculpo de antemano). Entre otros, han desarrollado mi sensibilidad hacia la tarea y las personas cuando trabajan en equipo: John Whitmore, Alain Cardon, Germán de Nicolás, Fidel Delgado, Juan Carlos Cubeiro, Luis Huete, Mario Alonso Puig, Martin Seligman, Otto Scharmer, Peter Senge, Sabino Ayestarán, Javier Ruiz, Eugenio Moliní, Robert Dilts, Meredith Belbin, Cecilio Regojo, Fred Kofman, David Cooperrider y Arawana Hayashi... 



Los grupos diversos son más inteligentes
porque neutralizan "errores".


Aunque son infinitos los ángulos desde los que se puede trabajar el "cambio intencional" en las organizaciones, elijo los equipos como la palanca de la transformación empresarial y es por ello que construyo un método juntando piezas con el espíritu artesanal de un maestro relojero. 




Avanzo muy lentamente con mi método porque tardo tres meses en poner una coma y dos días en quitarla. Además siempre incorporo los últimos aprendizajes para que el contenido se mantenga útil, atractivo y ¡fresco! Pero claro, a veces la ultima joya desabarata el complejo universo construido con anterioridad... ?!

Pues bien, en esa búsqueda permanente de conocimiento esta semana he encontrado un pequeño diamante tallado por Anita Williams Woolley en la Universidad Carnie Mellon, USA. La investigadora aporta (en un artículo publicado en España por El País) un puñado de datos que calzan a la perfección con el método que hasta la fecha (2016) aplico en las empresas: los equipos más eficientes desarrollan sistemas de atención (almacenaje de información + resolución de problemas + coordinación, lo que se conoce como "memoria transactiva"); además practican el liderazgo participativo y finalmente -recuerda Anita Williams- las personas tienen una extraordinaria necesidad de relacionarse en un entorno de comunicación psicológicamente seguro...

Por último, Mark Klein, investigador del Centro para la Inteligencia Colectiva del MIT (USA) informa de que la participación no jerárquica está resultando muy exitosa en las empresa norteamericanas y que en la solución de problemas complejos la última palabra la tiene la "inteligencia colectiva".




Las personas interesadas en saber más de los equipos de trabajo tienen la oportunidad de acudir a un taller gratuito que ofreceré en Bilbao el día 10 de febrero de 2016, a las 10.00 de la mañana. Será entretenido e incluirá un coffe break. Toda la información y registro (obligatorio para asistir) pinchando aquí.