sábado, 29 de octubre de 2016

El inconsciente "diseña" nuestra realidad


La conexión con algo mucho más hermoso que la realidad evidente a los ojos me alcanza una hora antes de llegar al bosquecillo urbano de Aiete (San Sebastián) donde hay un robledal, algunas setas, muchas bellotas, un estanque, algunas flores de temporada y un palacio donde -los miércoles, de octubre a diciembre- nos reunimos un grupo de personas.


Es el tercer año en el que observo esa presencia robusta, hermosa y silente (cercana a la emoción expectante) ante un acontecimiento que se repite de manera diferente en cada ocasión. ¿Qué ocurre -exactamente- en Aiete los miércoles de octubre a diciembre?



En la segunda planta, aula 4, del Palacio de Aiete -donde se ubica la Casa de Cultura- se crea un espacio inmenso de libertad y expresión.




La conexión profunda a ese espacio-canal de libertad y expresión me conmueve y llena de júbilo una hora antes del comienzo paladeando el gozo de esa parte de mí que sabe lo que solo se puede intuir, que intuye lo que solo se puede soñar, que sueña lo que fluye... algunas veces... en la vida. ¿Qué hacemos -exactamente- en el aula 4 con ventana al estanque y al cisne que ha enviudado esta temporada?




Aprendemos los unos de los otros y de lo que "emerge" en el espacio que nos contiene y compartimos las dificultades que afrontamos los humanos cuando nos planteamos Liderar la Propia Vida. Digamos que yo soy el pretexto para que las personas exploren su potencial, retomen sus sueños, recobren la esperanza, pongan rumbo hacia el horizonte deseado, tracen objetivos ambiciosos y diseñen planes de acción que los hagan realidad.




Las personas entienden muy rápido el "juego" y se suben animosamente a la ola porque anhelan incorporar alivio al maltrecho cuerpo -y sufriente alma- que tenemos los adultos... 

Una hora antes de que ocurra siento un latido especial: sé que me espera una experiencia siempre gozosa y completamente distinta a la anterior. Y nunca sé a ciencia cierta lo que ocurrirá, ni cómo reaccionaré a cada desafío. Pero todo se coloca igual que un puzzle perfecto como si algo o alguien hubiera diseñado el desenlace para cada encuentro que comienza con una energía alta y termina con una energía alegre que estalla literalmente paredes, escaleras y jardines abajo. ¿Quién / Qué provoca esa magia? ¿Cómo sucede? No lo sé exactamente. Ahora me voy a vivirlo...




Post influenciado por la lectura de varios textos del prestigioso analista junguiano Robert A. Johnson.


martes, 25 de octubre de 2016

Llámame Rara y ¡Cambiemos el Mundo!



Me ha costado cincuenta años comprender que el sentimiento de exclusión -que padecí en la infancia cuando otros niños me llamaban "rara"- encubría algo más simple y neutro: yo era "diferente" y eso penalizaba ¿por qué? Aún no he hallado la respuesta, si bien una vez que he dado el primer paso -la comprensión- he podido avanzar hacia el segundo escalón en el que la diferencia se transforma en peculiaridad-singularidad. Digamos que te convierte en... ¡especial! (que suena mucho mejor ¿no les parece?). 

Una persona que comercializa mis creaciones dice que lo que mejor funciona es el slogan "ponga una Azucena Vega en su empresa! A mi me hace gracia porque entiendo que es una broma y un halago de Larraitz, pero ella insiste en que es lo que más fuerza tiene: ¡el quién! Al final las personas optamos por trabajar con los profesionales que nos generan confianza. Por ejemplo, acabo de llegar de LÓccitane porque estaba Sonia, una experta en el uso inteligente (y minimalista) de los cosméticos. Ella me enseña, orienta y aconseja y merece la pena esperar a que esté de turno para que te haga un fabuloso masaje facil. ¡El quién por encima del qué! 



En el MIT no buscamos a los niños populares,
sino a los que son diferentes.


Por el mero hecho de existir cada ser humano es único-singular, si bien algunos nos desmarcamos desde la infancia. Yo me gané a pulso el calificativo de "rara" porque en el colegio prefería los patines a las muñecas y los columpios a los cromos. De adulta me he ganado el calificativo de "rara" por preferir el trabajo por cuenta propia al empleo por cuenta ajena -que ya tuve y desestimé-. También me consideran "rara" porque no visto con traje y tacón, porque no me tiño el pelo, me río mucho, regalo tiempo -el mayor de los tesoros- y porque nado en el mar en invierno. Llámame rara ahora que ya no duele.

Además reconforta leer a Rafael Reif, presidente de la mejor universidad del mundo (MIT, Cambridge, USA), cuando afirma que les interesan las personas "diferentes", las que se preguntan por el funcionamiento de las cosas ¡las cuestionan y rebaten! En ocasiones -afirma Reif- cuando los alumnos llegan al MIT sienten por primera vez que "pertenecen a algun sitio" tras haber padecido años de exclusión, burla, rechazo e incomprensión.

Por quinto año consecutivo el MIT se alza con el galardón de ser la mejor universidad del mundo para 11.000 alumnos y mil postdoctorados a los que hay que añadir el aprendizaje en línea a través de los cursos MITX y edX.org. He tenido el honor de participar en algunos programas del MIT (Teoría U con los profesores Otto Scharmer, Arawana Hayashi y Peter Senge) y de comprobar hasta qué punto es cierto que se valora la diversidad en la ferviente búsqueda de pistas que permitan comprender la naturaleza humana y descubrir las necesidades de las nuevas ciudades, países... ¡del mundo del siglo XXI!  



Tú no eres como yo, no piensas como yo, y no actúas como yo,
pero juntos ¡vamos más lejos! Belbin.


Al cierre del post dos ideas medulares con las que trabajo en las organizaciones: la imparable fuerza de la complementariedad de talentos, habilidades, capacidades, especialidades... y la imparable fuerza de la colaboración. Trabajo con ello en las empresas y sería estupendo llevarlo también a la sociedad. ¡Quizá en la próxima década me alcancen el tiempo y las canas!




domingo, 23 de octubre de 2016

Nos espían ¡Fuera el móvil!



He estado varios días sin conexión. Sin conexión wifi a esa parte de mí que reflexiona y escribe en el blog porque la intensidad (y velocidad) de los proyectos profesionales han sido de tal envergadura que se lo han llevado casi todo por delante hasta hoy que he recuperado (un poco) la calma, la conexión a esa parte de mi que reflexiona, escribe y comparte con ustedes.

Con motivo de la publicación de su autobiografía titulada Volar en círculos, el prestigioso escritor John le Carré alerta sobre los riesgos del ciberespacio a los que estamos sometidos y afirma: "... Una nota manuscrita o un microfilm deslizado en un buzón clandestino son mucho más seguros que el ordenador mejor encriptado...".




Mi propia experiencia confirma la sensación de que el big data lo invade todo con sus largos y sofisticados tentáculos que se inmiscuyen en los pliegues íntimos de la almohada: cinco minutos después de comprar unos zapatos Camper el ordenador del despacho recibía el agradecimiento de la marca por la confianza depositada. Diez minutos más tarde L´Óccitane me bombardeaba con ofertas de crema de manos por haber comprado un after shave para mi pareja. En la misma semana he sentido el frío de un alien soplando sobre mi nuca a cada acción, paso, compra o gesto realizado. 

Creo que está pendiente una quinta revolución social en la que los ciudadanos del mundo -conscientes del hiper-control al que estamos sometidos- nos revelemos contra el uso permanente de tarjetas de crédito y móviles.

Quienes piensen que exagero quizá desconozcan que el gobierno de Xi Jinping usará datos personales privados para catalogar a los habitantes chinos como parte de un plan que se anuncia como supervisión del comportamiento ciudadano. El gobierno chino preve que el sistema esté implantado para 2018 y -entre otras cosas- permitirá excluir de las escuelas privadas a los hijos de los ciudadanos considerados "deshonestos" por las huellas que dejen en la nube sus operativos móviles. La "medición" se extenderá también a las empresas en una especie de "caza de brujas" que parecía superada hace décadas...  En fin, un buzón clandestino ¡mucho más seguro!




La quinta revolución social que propongo consiste en renunciar al uso permanente de tarjetas de crédito, móviles, tablets y otros artilugios sin los que probablemente estaríamos más equilibrados al mismo tiempo que morirían de hambre las fauces de los perversos sistemas de control. Se crea o no, yo no uso móvil y no tengo la mínima dificultad para encontrarme con clientes en cualquier lugar del planeta, realizar on time proyectos complejos, coger trenes y aviones, sobrevivir como emprendedora-bonsái y -en general- acompasarme a las necesidades propias y ajenas pero... al gobierno de Xi Jinping le costará "supervisar mi comportamiento" porque tras la experiencia en Camper y L´Occitane he decidido radicalizarme un poco más y pagar siempre ¡en metálico!


sábado, 15 de octubre de 2016

Taller de Escritura en San Sebastián



Estuve en el restaurante japonés Kabuki con un cliente habitual del establecimiento y nos pasaron a una zona discreta donde el empresario cenaba con frecuencia cuando los negocios le llevaban a Madrid. Era un hombre rico, aunque no lo había sido siempre. De hecho, cuando nos conocimos era un joven emprendedor al que yo ayudé a construir un imperio.

Ambos estábamos en la capital por razones laborales y -aunque no lo verbalizó- creo que quiso agasajarme y mostrar su agradecimiento por una relación profesional que le había llevado lejos. Conocedor de mis gustos eligió cenar con champagne; yo bebí poco, pero él pidió que le llenasen cinco veces la copa. Calculo que tan solo el coste de la bebida superó la mitad de un salario de renta básica. Cuando despidió mi taxi estaba contento así como elegante en su traje de diseño en el que un ego inflamado forzaba los botones del chaleco. 

De eso hace un par de años y seguimos juntos explorando opciones lucrativas que aseguren su fortuna y el porvenir de doscientos empleados que trabajan para él. 

Si me he acordado de esa historia es porque leo al japonés Keisuke Matsumoto cuyo cuarto libro (primero editado en España) se ha convertido en un referente del zen como práctica cotidiana al explicar detalladamente el ritual de limpieza de un templo budista: "No limpiamos porque esté sucio -afirma Matsumoto- sino para librar al espíritu de cualquier sombra que lo nuble".






No sé a ustedes, pero a mí me importa evitar las sombras que pudieran nublar mi espíritu. De hecho busco lo que pueda iluminarlo. A veces lo consigo en la naturaleza salvaje -casi inhóspita-, pintando al agua (acuarela) y sobre todo al escribir, práctica que me acompaña desde que la madre María me enseñó las vocales que nunca completé a la perfección en el cuadernito de prácticas escolares. 

Desde hace más de cuatro décadas escribo diarios, reportajes, libros, reflexiones, mini-ensayos, artículos y entradas en el blog. Como alumna he asistido a muchos talleres de escritura creativa con personajes ilustres como Vargas Llosa y García Márquez, menos ilustres como Rosa Montero o Juan José Millas, escuelas como Fuentetaja y lecturas de Silvia Adela Kohan, Natalie Goldberg y Julia Cameron, entre otros. Como profesora impartí numerosos talleres de escritura en Bilbao y alguno en San Sebastián (2004) donde llegamos a estar quince escritores compartiendo relatos. Pues bien, conectando con el espíritu de las montañas que susurran mi propio destino he decidido abrir un taller de escritura en San Sebastián. Comenzará el 11 de enero de 2017 y las plazas son limitadas a las sillas del despacho (doce). Información y reservas: azucenavega_coach@yahoo.es



 

Taller de Escritura en San Sebastián.
Un espacio de expresión, 
exploración y libertad a
 través de la escritura.



domingo, 9 de octubre de 2016

Re-Pensar las Prioridades



Pocas personas ponen en el centro de su actividad profesional la lucha contra la desigualdad con la determinación que lo hace la economista francesa Esther Duflo -profesora del MIT- galardonada entre otros con el Premio Princesa de Asturias.

Muchos somos, sin embargo, los que de una manera soterrada ponemos nuestro oficio al servicio de la igualdad. Igualdad de poder, de información, de relación, de salario, de competencias y habilidades. El maridaje con nuestro oficio de "agentes del cambio" resta precisión a la lucha pero -por contra- llega a lugares que de otro modo no alcanzaríamos: las fábricas y los despachos.




El deseo de acabar con la desigualdad debiera ser la máxima prioridad junto con el deterioro del planeta. Dos gritos sepultados bajo un sinfín de vanalidades.

Hija de matemático y pediatra Esther Duflo impulsa una metodología que pone de manifiesto las relaciones causales de la economía -sobre todo de la pobreza-. ¡El origen de lo que acontece! Pocas veces los profesionales de primer nivel profundizan en las causas porque les confronta con la dolorosa verdad de nuestro mundo -lo que les amarga el croissant de la mañana-.



Cuando la desigualdad alcanza abismos 
resulta anti-ética.



Otra mujer, Cristina Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), reconoce que la institución no nació para abordar la desigualdad. Sin embargo, en 2016 lo plantea como un tema prioritario ¿por qué? ¡no seamos ingenuos! el FMI contempla con inquietud la desigualdad porque lastra el crecimiento -base del sistema capitalista- y porque mina la estabilidad -necesaria a su vez para el crecimiento-.

Ante lo que acontece importa reflexionar sobre lo que es causa y lo que es efecto, y proponerse corregir con valentía el origen de los desafíos porque cuando la desigualdad alcanza abismos feroces es obscena y anti-ética.



jueves, 6 de octubre de 2016

El desafío de vender ¿cómo se hace?



La prestigiosa Universidad de Harvard inmortalizó hace décadas el "modelo caso" en las escuelas de negocios que hoy sigue siendo válido como prototipo de lo que se puede hacer incluso en las empresas industriales de la Guipúzcoa profunda. Y no solo en las industriales, sino en las de servicios o consumo.

Ahora bien, un modelo conocido no resulta útil hasta que no se lleva a la vida, es decir: a la fábrica, el despacho, el comité de dirección y a la propiedad. Ésta es la razón por la que suele haber un gap profundo como un foso medieval entre lo que sabemos y lo que hacemos.

Me gusta decir que solo la acción mueve la vida; si bien es preciso que antes abordemos dos fases: conocimiento y reflexión para -finalmente- volcar en la realidad tridimensional aquello que creemos conocer. Esto es lo que ha aportado la jornada vivida en el Parque Tecnológico de Miramon organizada por Adegi y Eurogap. Aunque la convocatoria presentaba un sesgo formativo, ha tenido cierto aroma de presentación comercial de la firma que lidera Enrique Larumbe. Por cierto, elegante aroma ¡como es propio de la firma!


 


El título no podía ser más sugerente: Cómo transformar la empresa desde el mercado y al reclamo han acudido una treintena de profesionales vinculados de una u otra manera a los anfitriones del evento: variados perfiles, sectores, momentos biológicos de las organizaciones que representan y -sin embargo- desafíos compartidos ante un mundo en veloz cambio ante el que conviene prepararse y -quizá- adelantarse.

La firma de consultoría propone un modelo en cinco pasos que son: Escuchar al cliente + Descubrir nuevos horizontes + Propuesta de valor + Modelo comercial + Alineamiento hacia el mercado. Nada nuevo bajo el sol y sin embargo revolucionario a poco que nos pongamos a trabajar en ello como han hecho tres firmas cuyos casos se han desplegado en la sala noble de la primera planta de Adegi: Agem Consultores, Angulas Aguinaga y Orbinox -empresa especializada en válvulas de guillotina- con más de quinientos trabajadores y creciendo...


 



Mucho por hacer para quienes nos dedicamos a propiciar cambios en las organizaciones productivas porque sólo un 10% de las empresas tienen clara su "propuesta de valor": aquello en lo que realmente son diferentes, únicos, para servir más y mejor a los clientes.

Mucho por hacer para quienes nos dedicamos a acompañar a los directivos en su proceso de reflexión estratégica porque un 80% de las empresas carecen de un modelo comercial rentable que incluya respuestas a preguntas como las siguientes: cómo vendemos + en nuestra empresa ¿quién vende? + ¿qué procedimientos sencillos seguimos en la venta? + ¿cómo estamos argumentando? + ¿cuál es nuestro posicionamiento en el mercado?...

Dos horas, dos anfitriones, tres casos empresariales, treinta asistentes y un foro fértil de debate que continuará en fábricas, despachos, comités de dirección e incluso en la propiedad de algunas pymes vascas.


martes, 4 de octubre de 2016

Vivir Creativamente ¡a diario!


He salido a dar un paseo por la playa de mi barrio (Ondarreta, San Sebastián) como algunas tardes que sin tenerlas libres me las cojo... La cafeína ha tirado de mí hasta el puntal donde hay una cafetería junto al peine de los vientos de Eduardo Chillida. El mar estaba bravo y algunos surfistas cogían olas. Uno -muy gordito- vagueaba sin remar sobre tu tabla de paddle surf y flotaba en mitad del Cantábrico como un corchito rojo (tono de su chaleco salvavidas).  




Me ha atendido uno de los camareros al que suelo vacilar por su camisa (diferente a las demás). He pagado al momento mi euro treinta y cinco y me he puesto a leer junto al ventanal desde el que se divisa la isla de María Cristina y gran parte de la bahía de La Concha. Aun no había terminado el cortado cuando el camarero se ha presentado en mi mesa y me ha devuelto el dinero porque -según ha dicho- soy guapa y simpática. Me he quedado muda y bloqueada. Por supuesto que el muchacho solo ha querido ser amable porque esta semana termina su turno y vuelve a la universidad, pero lo que me ha descolocado ha sido mi extrema vulnerabilidad: hubiera salido corriendo hasta el otro lado de la playa e incluso mar adentro.




He logrado reponerme, centrar el ojo en el libro y conectar con planteamientos que ya conocía como "la cita con el artista", una propuesta de Julia Cameron en el volumen El Derecho y Placer de Escribir que leí por primera vez en el año 2010.




Se trata de quedar con uno mismo -al menos una vez a la semana- para alimentar el alma o esa parte juguetona-chispeante y creativa que todos tenemos dentro. Alimentar-Oxigenar-Desarrollar-Cultivar... ¿En qué ha consistido la cita con mi artista interior? En visitar las dos floristerías del barrio cogiendo inspiración sobre búcaros, soportes, tierras y plantas bellas a la venta. También he ojeado cuadernos en la librería y he comprado un bolígrafo de gel 0,7 en color azul. Después me he acordado de un obrador al que iba hace años porque hacían unas magdalenas integrales riquísimas. De inmediato he conectado con el olor dulzón de los pasteles horneados y he comprado un croissant argentino para el desayuno de mañana. Finalmente he pasado por la modista donde llevé a arreglar los pantalones de un familiar hace semanas y los he traído de vuelta a casa. Ha sido una tarde deliciosa.

La "cita con el artista" es una de las dos propuestas sobre las que se asienta el método de Julia Cameron para vivir creativamente y que desarrolla en el libro The artist´s way. Otro día les cuento el segundo "truco".


domingo, 2 de octubre de 2016

Aligerar y Crear Futuro



Aligero las estancias de objetos que descubro como nuevos después de dos-tres décadas en desuso. Entre otros, un librito de haikus con los que nunca conecté ¡hasta hoy! Editado por Mondadori está lleno de polvo y -en su interior- mantiene intacta una hoja seca del árbol de la vida cuya procedencia no recuerdo.


La rama seca
con un cuervo posado.
Tarde de otoño. Bashó.



Aligero mi vida cuanto puedo quedándome con lo esencial que se dibuja en nítidas señales que serenan el fondo de agua en mi alberca ¿el alma? Estoy haciendo sitio porque mi pasado se prolonga y desparrama ya en exceso y (si le dejo) se come el presente y el futuro que quiero construir.

No estoy teniendo resistencia a tirar bolsas de objetos, regalar montones de libros y -en general- a deshacerme de todo lo que en este momento no utilizo. Así que me quedo con un par de estanterías de libros sobre el arte de escribir; otro sobre la pintura con técnicas de acuarela; algunas guías de países y ciudades en las que ha vivido mi hija y en las que tengo recuerdos entrañables; unos cuantos libros de poesía; todos los manuales de tai-chi y chi kung (que no alcanzan la docena) y poco más por lo que a mis hobbies se refiere. Me está costando más deshacerme de los materiales profesionales que usaba -o que pensé en usar- y que he venido acumulando durante décadas: artículos, manuales, fichas de feedback, memorias de proyectos ¡qué vértigo!

El "divertimento" de revisar, ordenar, limpiar y tirar me está confrontando con el pasado de lo que soñé, el presente de lo que soy y el futuro que quiero construir. El proceso me está resultando fascinante y espero concluirlo hacia la Navidad.



¿Qué está resultando fascinante?


Dejar de acumular en la certeza de que ya tengo lo que necesito para desplegar mi creatividad y mi trabajo y que si surge una necesidad nueva ¡podré colmarla en su momento! Confiar.

¿Qué más está resultando fascinante? Constatar que lo que me serena, armoniza, alegra y fortalece ¡es gratis! como el mar (este año he batido mi récord de baños marinos); como visitar el acebo y la alberca de las fotografías (ambas en Leva, Burgos); como paladear un haiku diminuto... Finalmente me está resultando fascinante descubrir que lo más valioso que puedo ofrecer como profesional no es lo que sé, sino lo que soy. Están bien las técnicas, herramientas y métodos que recopilan mis manuales y las formaciones realizadas cuyos títulos cuelgo en el despacho. Están bien y viajan conmigo porque ya forman parte de mi ser, pero lo más valioso es mi centramiento (cuando lo consigo), mi silencio acogedor, mi escucha total del "sistema cliente", mis intervenciones minimalistas... Cuanto más ligera, silenciosa, centrada y presente mejor para la práctica de mi oficio. ¡Casi todo sobra!