jueves, 27 de abril de 2017

Trufas de Vanidad



He templado el sable durante dos horas, recomendación de prudencia de los samuráis (guerreros japoneses) antes de cortar una cabeza.  Además he cenado en la terraza de casa, tan ricamente, contemplando las florecillas. Creo que ya he templado el sable del mar humor que me ha generado el show de Eurogap hoy en el palacio de congresos y auditorio Kursaal de San Sebastián entorno a la figura de Pilar Jericó.

El ratio de bolsos de marca por metro cuadrado era elevado. El de trajes y corbatas también. Eran todos los que estaban, aunque no estaban todos los que eran.




Casi quinientas personas entre políticos del máximo rango, representantes del empresariado guipuzcoano, periodistas, directores de entidades bancarias, consultores, socios de agencias de publicidad... media Guipúzcoa instalada en el palacio de congresos asistiendo a una venta descarada de marcas (Bodegas Olarra, Giroa-Veolia y Eurogap). Lo único vivo del show muerto ha sido el discurso de Javier Roquero, líder de Salto Systems quien -al recoger el premio que le han otorgado- ha puesto una nota de fluidez verbal, contenido temático, frescura y humanismo que ningún otro ponente ha llegado a rozar.




El Diputado General de Guipúzcoa ha confesado que estaba sobre el estrado para "vender su folleto" -entregado a los asistentes con el resto de la documentación-. Pilar Jericó ha confesado que estaba sobre el escenario para promocionar su empresa y su último libro. Enrique Larumbe ha informado sin rubor que le interesaba proyectar la marca de su empresa. Pero los asistentes no hemos ido a comprar nada, sino a escuchar algún concepto útil-sensato sobre "La construcción de valor en la empresa a través de la determinación" (título de la charla).

He resistido cuarenta minutos, me he lanzado el abrigo sobre los hombros y he salido del Kursaal con mal sabor de boca. ¿Por qué? Por la oportunidad fallida de llenar de contenido la sala repleta de "decisores" empresariales, políticos, sociales y económicos. Son tantos los que se han quedado hasta el final que no pueden estar equivocados. Sin duda me falla el prisma, el ángulo, la mirada. Decididamente ¡he de hacerme una revisión ocular!



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