miércoles, 12 de abril de 2017

Una extenuante y bella vocación.



Mi trabajo es duro. También bello. Siempre interesante hasta la extenuación. Llevo quince años en ello con una intensidad de kamikaze -sustantivo cariñoso que me otorga uno de mis mentores-. Lo quiero como a un amante y atiendo con devoción todo lo que me pide: tiempo, atención, mimo, energía, detalles, centramiento, dedicación y esfuerzo.

Bailo con mi oficio y me acompaso a sus necesidades que -como un perro de presa- persigue el objetivo del cliente hasta la frontera de la cordura y más allá. Vale que acompaño. Claro que apoyo. Y pregunto y sostengo y escucho, escucho, escucho.




Mi oficio consiste en hacerme a un lado y vaciar mi cabeza por completo para estar al servicio del cliente. Orillar mis temas me resulta extremadamente fácil y -desde ese vacío- la esponja de mi mente absorbe los matices, el tono, el dolor, la felicidad, los sueños, los fracasos, las necesidades, los nacimientos, las muertes, los divorcios, la apertura y cierre de negocios, la expansión y la contracción de las empresas... Lo absorbo todo y es un ajetreo enorme que a veces satura mi mente en la que las neuronas flotan como corchitos. 




Suele ocurrir cuando llevo muchas horas trabajando, muchos días consecutivos, en distintas ciudades, con poco o nulo margen de descanso. En esas circunstancias la cabeza me pesa mucho, tanto que quisiera desenroscarla y dejarla casi en cualquier lugar ¡encima de la mesa del despacho, por ejemplo! pero no lo hago, sigo con la tarea -hasta que termino- y entonces ¡me voy a casa!

Este mediodía estaba "fundida" y la situación ha sido más o menos como la cuento, así que después de comer he tomado algunas decisiones y me he puesto en marcha: he dado un paseo de 30 minutos por el parque que hay junto a mi casa; he pisado un montón de margaritas; he coqueteado con el sol y respirado con tranquilidad; me he tomado un cortado en la degustación del barrio, he visitado la biblioteca y ojeado unas revistas... Cabeza vacía. ¡Como nueva! Vuelvo a colocarla en su sitio y retomo el paso...



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