domingo, 6 de agosto de 2017

El estrés positivo ¡mejora el rendimiento!



La mayoría de mis colegas, algunos conocidos y yo misma ¡estamos de vacaciones! En teoría. Entonces... ¿por qué publicamos en redes profesionales como Linkedin, compartimos contenidos y contestamos emails aunque tengamos puesta la respuesta automática por vacaciones?

Los acontecimientos se despliegan ante nosotros a tal velocidad y estamos sometidos a tantos impactos (desde la pantalla del móvil u ordenador), que desaparecer durante cuatro semanas significa una muerte casi segura en la mente de nuestros clientes, competidores y adictos al "like". Así que aunque estemos en una casa rural donde la conexión a internet sea imperfecta, nos esforzamos por bajar al bar del pueblo más cercano para tomar un carajillo y publicar algo que de fe de que nuestra mente sigue activa mientras el cuerpo toma una tregua y enfoca el último cuatrimestre del año bajo una presión que no siendo recomendable comienza a ser habitual. 

En medio de este contexto reaparece la investigación de dos profesoras, Daniela Kaufer y Elizabeth Kirby de la Universidad de Berkeley California, EE.UU., según la cual un poco de tensión y algunos puntos de estrés en la masa neuronal de nuestro cerebro ¡son positivos!


Cómo tantas cosas, es cuestión de intensidad. Hace años se hizo famosa la frase "el estrés mata" tan aplicable a numerosos profesionales de la élite empresarial. Ahora las investigaciones constatan que cierto nivel de estrés positivo (deshilado rosa de la imagen) nos hace más eficaces e incluso propicia el desarrollo de nuevas neuronas.

Así que bajo de nuevo al chiringuito del pueblo y tecleo antes de que se enfríe el cortado con espuma que tan bien hace Sara -la camarera más dicharachera de la zona- que parece un ejemplo viviente de estrés positivo (eustrés) ya que canturrea mientras recoge tazas y vasos e incluso a veces ¡silva!




Me  voy a casa por el sendero. Saco una fotografía a las campanillas silvestres que silenciosas me saludan, y me acuerdo de algunos de mis mejores directivos: ciertamente toleran entornos exigentes y toman decisiones bajo presión... Finalmente memorizo las claves para que el estrés moderado resulte positivo: aislarse de los factores que desestabilizan y enfocarse en la tarea. Fin. Desconecto. Me vuelvo a la campiña.


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