sábado, 30 de septiembre de 2017

De hombres y semillas


A los osos no les gustan los humanos, y cuando nos huelen caminan en otra dirección ¡sus razones tendrán! 

En el Kumano Kodo (Japón) habitan muchos osos. El monte sagrado está lleno de señales que alertan al peregrino sobre la presencia de este gran mamífero y recomiendan llevar -atado en la mochila- un pequeño cencerro que les avisa de la presencia humana de manera que puedan alejarse de nosotros cuanto antes.




Nuestra ignorancia sobre los animales y las plantas es monumental. La falta de respeto por la vida -entendida como algo más que lo humano- roza el sacrilegio.

Visito estos días Kew Gardens, uno de los templos de la naturaleza, donde se reproducen algunas de las especies más exóticas de plantas e incluso algunas semillas del mismísimo Charles Darwin, y donde he visto trabajar a Carlos Magdalena -uno de los más reputados botánicos del Reino Unido, conocido popularmente como el Mesías de la naturaleza-. El asturiano agita el cascabel de su conocimiento experto y nos recuerda que una de cada cinco plantas está en peligro de extinción y que sin plantas no hay oxígeno -imprescindible para la vida en la tierra-. 

Recorro uno de los grandes invernaderos del Kew, y descubro que las plantas son mucho más que un placer estético ya que de ellas extraemos caucho, café, perfumes y medicinas -como la Madagascar Periwinkle, que se utiliza en la lucha contra el cáncer-.


Una de cada cinco plantas 
está en peligro de extinción.


Tras caminar más de quince kilómetros en el perímetro del Kew alcanzo una serenidad zen que emerge de ese fondo común que compartimos con los osos y las plantas, y del que nos alejamos cada vez más. Me paro en el bosque de los acebos y observo tantas diferencias como en los humanos: altos y bajos, grandes y pequeños, jóvenes y viejos, verdes con hoja pinchuda, verdes con hoja casi redonda, verdes con variegado, con bolitas rojas y sin ellas...

Si tan solo una de las especies de Kew Gardens (Londres) presenta tantos matices diferenciales ¿qué nos hace pensar que los humanos hemos de ser iguales y que existe una verdad única?




De regreso a casa subo al segundo piso del 65, típico autobús rojo inglés, cuyo conductor es negro y donde voy sentada junto a un hombre joven con turbante azul marino, detrás de una niña y su madre (cubiertas de negro de pies a cabeza), y frente dos niños con bombín y chaqueta (azul con rayas blancas)... 

Humanos distintos con verdades distintas en un planeta habitado por osos y plantas de cuya pacífica y amónica convivencia depende la sostenibilidad del planeta, la casa que habitamos.



Las plantas no solo son bellas,
sino el "pegamento" de la vida en la tierra, 
afirma el reputado botánico Carlos Magdalena.



En Cambridge, cerca de estos lares, Meredith Belbin explicó hace algunas décadas que las diferencias enriquecen la convivencia y el trabajo en las empresas. Investigó y constató que existen al menos nueve maneras distintas de abordar la vida y los negocios, y que todos los arquetipos poseen fortalezas y debilidades, virtudes y defectos porque: "... Tú no eres como yo... no piensas como yo... y no actúas como yo... pero juntos ¡vamos más lejos!"


miércoles, 27 de septiembre de 2017

Sobrevolando Heathrow



Hay días con duende en los que descubro una ardilla en los bosques que transito. Hay días en los que soy consciente de la belleza que sobrevuela los cielos. Hay días en los que encuentro un hongo (boletus) precioso y comestible.


Cuando en una sola jornada ocurren las tres cosas es que los dioses han venido a visitarme ;-D


domingo, 24 de septiembre de 2017

Cuando trabajar es amar y servir



Hace días que no escribo. Hace días que no escribo en el blog, lo que significa que apenas  respiro ante la avalancha de proyectos que trae el otoño con una velocidad-intensidad propia del tren bala japones. Y me acuerdo de un libro (basado en una historia real) titulado: El japonés que estrelló el tren para ganar tiempo, y se dispara mi sistema de alarma (porque no quiero estrellar ningún proyecto) y me pongo en marcha hacia el monte -templo reparador- donde supero los diez mil pasos que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mantenerse sano y en forma.

De hecho, multiplico por cuatro los pasos hacia la cordura y me adentro en el bosque donde la mitad del tiempo piso musgo y el resto piedra, hojarasca y barro; y donde las ramas bajas del hayedo se enredan en mis canas y juegan con los pensamientos de una semana bella en la que he necesitado movilizar todo mi conocimiento y experiencia al servicio de las organizaciones cuyas necesidades y expectativas me afano en completar.

Retomo el paso y el pulso del blog -este lugar en el que comparto con ustedes el devenir de mi oficio- para escribir una reflexión poco cool: en el trabajo con personas lo que funciona es el amor entendido como servicio al Todo: la sociedad en la que vives, la organización que te contrata, los profesionales que entrenas y tú mismo, depositario de un cierto conocimiento que se vuelca en los desafíos que cada organización tiene en un momento de su historia.




Tiene gracia que me atreva a escribir esto con mi perfil pudoroso y racional... El amor entendido como servicio que doblega el ego y sus demandas para compartir atajos descubiertos durante cuarenta años de vida laboral. Atajos para no perderse en los desvíos de la inercia, el desconocimiento, las ideas limitantes, la pereza, el desánimo, la frustración y otras alimañas que acechan en los rincones de todas las empresas y sectores.

Si analizo reflexivamente mi actividad durante la última semana concluyo que lo más valioso de mi oficio es el lugar interior desde el que trabajo: una profunda creencia en el ser humano, un sagrado respeto ante el dolor ajeno, una fe rotunda en la capacidad de mejora de cualquier profesional, una certeza casi naif en la inocencia de aquel niño que fuimos y pervive en nosotros a pesar de la traición, decepciones, desgaste, incomprensión, falta de reconocimiento, coyunturas y contextos.

Igual que la vibración sonora de la cuerda de un violín reverbera en la de cualquier otro instrumento presente en la sala, las personas -directores generales, informáticos, consultores, encargados ingenieros, obreros, comerciales y financieros- vibramos con quien muestra su vulnerabilidad, esa cuerda-hilo-luz-estrella que nos hace humanos. Las neuronas espejo saben. La inteligencia social sabe. La intuición sabe. Y lo demás -el contenido, las soluciones, la experiencia y los atajos- son hojarasca útil como la que hoy he pisado ¡tan a gusto! durante más de cuarenta mil pasos. Sorprendente. Sorprendente para mí. ¿Qué les parece?




Resonancias:

  • Batalla Privada concepto de Stephen Covey.
  • Juego Interior (Inner Game) concepto de John Whitmore.
  • El "lugar" desde el que trabajas, concepto de Otto Scharmer.
  • Vulnerabilidad en el trabajo, concepto de Brené Brown.
  • ¿Eficiencia a cualquier precio? concepto de Gabriel Ginebra.

martes, 19 de septiembre de 2017

Elevar la visión porque el límite... ¡es el cielo!



Tengo una semana enloquecedora en la que bien pudiera colgar el cartelito de "out of the office", si no fuera porque "mi oficina" está en cualquier lugar donde haya personas con inquietudes y cierto entusiasmo por la mejora permanente.

Más que "fuera de la oficina" el cartel pudiera decir "fuera de mi zona de confort", si es que alguna vez la comodidad estuviera presente en mi día a día de los últimos... ¿cuarenta años?

Bueno, lo diré de una manera simple: estoy muy atareada en proyectos que textualmente llegan caídos del cielo a través de empresas con las que vengo colaborando desde hace años y persisten sin que yo nunca entienda por qué lo hacen.

Un encargo, dos jornadas, diecisiete profesionales, veinte horas de convivencia e inmersión en el cambio cuya pretensión última es elevar la visión de los profesionales que -siendo grandes expertos y trabajadores comprometidos- se pierden (un poco) en la trazabilidad los proyectos lo que en ocasiones implica pérdida de eficacia, eficiencia y rentabilidad.

Protejo a mi cliente y sólo muestro algunos detalles del aula que cobijará nuestra "reflexión para la acción" en un entorno que inspira ya que es un auténtico canto a la belleza y a la vida.





Parece la preparación de un banquete ¡y lo es! aunque la invitación es a compartir conocimiento, experiencia, percepciones, discrepancias, valores e ideas que nos permitan profundizar en los aspectos que lastran a estos profesionales -genuinos expertos en su oficio- descubriendo las áreas de  mejora y diseñando un enérgico plan de acción. ¿Cómo lo haremos?  Apelando al poderoso y bien formado hemisferio izquierdo de los adultos que son, y al chispeante hemisferio derecho habitado por el niño que -como dijo Antoine de Saint Exupéry- todos llevamos dentro...






Juegos, dinámicas disruptivas, actividades por parejas, tríos y en plenario que se recogen en planes de acción diseñados entre todos "on time" que se llevan a la fábrica para su inmediata aplicación. 

Un encargo, dos jornadas, diecisiete profesionales, veinte horas de convivencia y un inmenso agradecimiento a la vida que me permite el ejercicio de mi vocación al servicio de las personas en las organizaciones productivas. La magia comienza mañana muy temprano y -aunque ya lo he hecho muchas veces- tengo mariposas en el estómago y la ilusión que siente una niña ante un helado de mandarina. 



lunes, 11 de septiembre de 2017

Reinventar las organizaciones



La Dirección General de Tráfico, DGT, organiza en Bilbao una jornada bajo el claim Responsabilidad Compartida, en la que me han invitado a participar.

Aunque les he dicho que incluso en carreteras comarcales son una conductora temeraria, insisten en que participe, y me piden un avance-resumen de mi ponencia para incluirla en los papers que distribuirán entre las decenas de asistentes al evento que se celebrará en Archivo Histórico del País Vasco con sede en la capital vizcaína. Comparto el abstract y las "ideas fuerza" que imprimirán en el entregable.




ABSTRACT:   
Con una larga experiencia de entrenamiento a líderes y equipos empresariales, la ponente observa mucho “sufrimiento innecesario” en las organizaciones provocado por la escasa talla moral o ética de las personas, más que por dificultades inherentes a la complejidad productiva, la globalización o la competitividad.


Reconociendo que la relación causa-efecto no es una ecuación simple, Azucena Vega Amuchástegui aplica la “teoría de los sistemas” al análisis y búsqueda de soluciones a los dilemas humanos en las empresas, y propone una reinvención de las organizaciones basada en: asumir el trabajo con espíritu vocacional al servicio del bien común; incrementar el nivel de consciencia desde el que operan los profesionales; empequeñecer el ego; practicar la  honestidad y -finalmente- vivir las empresas como “prototipos” de la evolución humana.


IDEAS FUERZA:
·         Sufrimiento innecesario en las organizaciones productivas.
·         Necesidad de un cambio de paradigma.
·         El bien común como horizonte.
·         La consciencia como clave del liderazgo.
       Las empresas como prototipos de la evolución humana.



viernes, 8 de septiembre de 2017

La "tercera vía" en la toma de decisiones



Cuatro son los "grandes" modelos organizacionales, según el experto francés Alain Cardon: feudal, humanista, tecnocrático y en red. El profesor de Esade, Alfonso Durán y Pich, despliega algunos modelos más en El canon del management, un libro que sintetiza la historia de la gestión empresarial (y que recomiendo). Por su parte el activista Frederic Leloux sintetiza los estilos gerenciales por colores: modelo rojo, ámbar, naranja, verde y teal-evolutivo. Diversas aproximaciones, ideologías, contextos y valores que sin embargo permiten atisbar una evidencia:

La cultura que vive cualquier organización productiva (de cualquier país, sector empresarial y tamaño) revela su esencia (su "alma") en cuatro indicadores. Cuatro: ¿Cómo fluye la información? ¿De qué manera se toman las decisiones, y quiénes lo hacen? ¿Cómo se ejerce el poder y/o la influencia? y -finalmente- ¿Cuáles son las prácticas de reconocimiento para el trabajo bien hecho?




Dado que estoy entrenando a varios equipos industriales que me confrontan con la realidad de sus fábricas, puedo testar sobre el terreno los cuatro síntomas referidos, si bien hoy me centraré tan solo en la toma de decisiones.

No hace falta ser un experto para deducir que una organización donde solo el director general, el Ceo o el propietario, toma las decisiones está cerca del modelo llamado "feudal" y que teniendo sus ventajas (que las tiene) representa un anacronismo que pronto le pasará factura incluso en la cuenta de resultados. Tampoco hace falta ser un experto para intuir que algunas cooperativas donde todo se decide por consenso acaban viviendo auténticas pesadillas que hacen honor al dicho "parálisis por el análisis". ¿Entonces? Entonces, como en tantas ocasiones, emerge la tercera alternativa que algunas empresas están poniendo en práctica con excelentes resultados (también en la cuenta de explotación): Zobrist, Sun, FAVI, AES, Buurtzorg etc., con miles de trabajadores implicados. ¿Cómo lo hacen? ¿De qué manera toman decisiones en las "organizaciones teal-evolutivo"?

A partir del "proceso de los consejos" que consiste en que una persona hace una propuesta y la lleva a término tras pedir la opinión de todos los que vayan a ser afectados por la misma. Tiene que pedirles su opinión, tenerla en cuenta, analizarla y finalmente tomar una decisión que es suya -y solo suya- con sus riesgos y oportunidades. Piensen que estamos hablando de decisiones que pasan por abrir una delegación en Estonia, contratar a cinco profesionales, o doblar el presupuesto de un equipo. ¿Qué ventajas ha demostrado la toma de decisiones mediante el "proceso de los consejos"? 




Una persona se responsabiliza de la decisión. Todos los que serán afectados han hecho oír su voz -que se tiene en cuenta-. Las posibilidades de acierto se incrementan al contar con más aportaciones. Las personas sienten que el empoderamiento es algo más que una moda ya que pueden tomar decisiones relevantes. Los profesionales perciben que se confía en su criterio, conocimiento y experiencia. Se fortalece el "orgullo de pertenencia". Se descongestiona el cuello de botella en que suelen convertirse los comités de dirección...

En el siglo XXI, y hasta donde está documentada la historia del management, la toma de decisiones pasa por tres opciones: vertical (de arriba hacia abajo, una o pocas personas); horizontal (pares, muchas personas, modelo cooperativista) y -finalmente- el proceso de los consejos (de abajo hacia arriba). Aunque no exenta de dificultades, merece la pena explorar la tercera vía.  

    

lunes, 4 de septiembre de 2017

Bajo Sock



Nada más salvaje que lo cotidiano. Sometidos a todo tipo de impactos on line, y acostumbrados a vivir cuan avatar, nuestros sentidos confunden la frágil frontera entre lo real e imaginario. Y claro, tendemos a deslizarnos del lado de lo ficticio porque ofrece el dulce consuelo de saber ¡que no es real! y no alcanza nuestra alma en tránsito hacia algún otro lugar...

Pero nada es más brutal que lo cotidiano, ni más sobrecogedor que lo que acontece en la acera de tu propia calle.




En el garaje de casa se ha producido una inesperada conversación con unos vecinos a los que saludo desde que vivo en San Sebastián (2002). El diálogo se ha prolongado durante diez minutos y en ese tiempo ha alcanzado una desnudez conmovedora.

Se han arruinado. Tras diversos acontecimientos adversos y un butrón en el negocio familiar, lo están pasado mal. A las zozobras económicas se suman un cáncer reciente en la mujer, y un derrame cerebral en el hombre que (afortunadamente) no le ha dejado más secuelas que el susto y la consciencia de la fragilidad humana. Las desgracias han sacudido sus cimientos y hecho tambalear la esperanza en el porvenir, mientras la vejez avanza ajena a todo argumentario.


No es una pareja con la que haya convivido especialmente en el pasado. Ni son amigos, ni hemos compartido mucho más que un ¡buenos días! y ¡hasta luego! y -sin embargo- su tristeza me alcanza de lleno porque no se puede ser feliz si a tu lado alguien sufre con un dolor transparente y radicalmente humano. Nada me han pedido, pero ya he pensado cómo contribuir a su momento. Se lo cuento otro día, ahora me siento un poco plof.

  

sábado, 2 de septiembre de 2017

El cambio se produce... ¡si lo provocas!



Las buenas historias incluyen una introducción, un nudo y un desenlace ¡como la vida misma! y al igual que ésta en algún momento surge un ¡de repente!

Un "de repente" para el que el escritor ha preparado al lector con una trama propicia. En la vida, sin embargo, no siempre estamos preparados para un "de repente" no buscado -tal vez no deseado- que nos confronta con un cambio adaptativo a la nueva realidad. En eso se diferencian la literatura y la vida porque si bien el escritor nos conduce de la mano hacia el precipicio de su imaginación, la vida no alerta con semejante precisión, así que el "de repente" nos pilla a contrapié.






Esta semana he aprendido mucho de Ángel Gabilondo, catedrático de metafísica en la Universidad Autónoma de Madrid -de la que también fue rector-, y ex-ministro de Educación en los años 2009 al 2011. He aprendido que en griego el adverbio "de repente" se expresa como exaphnés y que aparece con frecuencia en textos religiosos y laicos de todos los tiempos.

¿Qué importancia tiene el "de repente"? Mucha, a decir de Gabilondo, quien está persuadido de que para que las cosas ocurran ¡hay que propiciarlas! porque no se adelgaza leyendo libros de gimnasia ni se engorda leyendo libros de cocina... El "de repente" ocurre cuando te pones en marcha y saltas a la acción para transformar la realidad ¡y cambiarla!




La inercia -afirma el catedrático- es el gran enemigo del cambio, por eso hay que vivir cada jornada con la intensidad de la eternidad y recoger la luz del sol con las manos, mientras caminamos hacia el horizonte sabiendo que cuando te acercas ¡se aleja!".

Quienes deseen profundizar en el pensamiento de este vasco universal pueden asomarse a sus libros, a su blog, o al resumen de la ponencia ofrecida en la Universidad del País Vasco: Sinopsis.