Este hombre es un modelo para las escuelas de negocios. Pertenece a la cooperativa india de los dabbawalas, profesionales que -a pie o en bicicleta- reparten a diario cientos de miles de fiambreras en la caótica Bombay donde habitan más de dieciocho millones de habitantes.
Vestidos de blanco y tocados con el gorro que popularizó Gandhi, realizan su trabajo con agilidad antes de la una del mediodía. Lo hacen con tal eficiencia que no existe en el mundo una red mejor de distribución de última milla (término que hace referencia al último trayecto de entrega de un producto).
Cuando las escuelas de negocios estudian el "caso de los dabbawalas" elogian tres características del proceso. Es sostenible, eficiente y asequible. ¿Cómo lo hacen? Utilizan un rudimentario sistema de códigos, símbolos y colores que fue ideado hace más de un siglo. Cero tecnología. Pero la magia no reside ahí. Veamos qué pueden enseñar los dabbawalas al mundo empresarial.
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