sábado, 26 de abril de 2025

Equipos: lo mejor y peor del ser humano


Supero las cuatro décadas de vida laboral, un lujo que me ha permitido acumular diversas experiencias profesionales. Algunas cosas he aprendido en los libros, otras en formaciones regladas y no regladas, muchas de mis mentores y la mayoría de cada una de los cientos de personas con las que me he cruzado en el camino.

En este trasiego existencial las empresas han jugado un papel relevante al propiciar mi aprendizaje desde la observación directa de los comportamientos funcionales y disfuncionales de las personas en el contexto productivo. 

Siendo cierto que los comportamientos de los profesionales se muestran de una manera diferente en privado (uno a uno) y en público (grupo), los mejores teóricos internacionales del management aseguran que  si quieres conocerte ¡trabajes en equipo! y si quieres conocer a tus colegas observes cómo trabajan en equipo.



En el territorio de lo colectivo emerge tanto lo mejor como lo peor del ser humano y los resultados bailan al son de la experiencia: si hay cooperación, ayuda mutua, comunicación honesta, feedback cotidiano, seguridad psicológica, roles claros y funciones bien diseñadas las cosas fluyen. Detrás de esa magia hay un líder y un equipo. ¡Van de la mano! La falacia de los equipos autogestionados muestra justo la excepción que confirma la regla. (Ver libro Facilitación de Equipos de Innovación, de Sabino Ayestarán, UPV).

Aprender sobre el terrero (en las empresas) permite testar las diversas teorías sobre el trabajo en equipo. Algunas de las siete formaciones internacionales que he realizado están más cerca de la realidad que otras, son más aplicables a entornos industriales o resultan inapropiadas en algunos contextos. El compendio de lo observado, analizado y construido en las cuatro décadas de trabajo con equipos empresariales es lo que considero "la joya de mi corona", el espacio en el que más he sufrido y disfrutado, y donde algunas verdades emergen como fórmulas de valiosa aplicación. A ese compendio de conocimiento y experiencia le llamo "Construir Equipos para Transformar Organizaciones". Es un manual interactivo y un curso que en otoño alcanzará su XXX edición en abierto (profesionales de varias empresas). Me siento orgullosa de esta formación que abordo con espíritu aventurero.

Si consideras que aprender a trabajar en equipo es tu asignatura pendiente, esta es la formación que buscas. Si aspiras a ser promocionad@, este curso te permitirá liderar equipos, una competencia clave para ser un directiv@. Si perteneces a un Comité de Dirección y no te sientes cómod@ en ese rol es posible que desconozcas las normas tácitas que rigen el trabajo en equipo, y si eres un empresario que aspiras no solo a "mandar" sino a "liderar" disfrutarás del aprendizaje en compañía de otros los profesionales. Puedes consultar los detalles del curso en el vínculo que aparece al final del post. Ah! antes de terminar, dos detalles: la valoración de los alumnos en las veintinueve ediciones anteriores es de sobresaliente alto y algo que cada vez me parece más importante: además de aprender ¡nos divertimos!


Construir Equipos para Transformar Organizaciones

miércoles, 23 de abril de 2025

¿Eres cómplice del éxito de un malvado?



¿Al servicio de qué / quién pones tu talento, energía, conocimiento y experiencia a trabajar? Si uno contribuye al éxito de un malvado, es cómplice de sus fechorías... 




Acabo de salir de un Comité de Dirección en Madrid. Sector duro. Profesionales curtidos en mil batallas. Cuando abandono la fábrica pienso en la conveniencia de preguntarse -con honestidad radical-: ¿al servicio de qué / quién pongo mi talento a trabajar?
 
Dado que participo en algunos Comités de Dirección de diversos sectores, tengo claro que no quiero ser cómplice del enredo, la rumorología y -sobre todo- la deslealtad a los compañeros y al bien común. 

Pelín quemada -lo reconozco-, aunque como dice un directivo al que aprecio poder hacerse preguntas de este calado y elegir con quién trabajas ¡es un privilegio! Gratitud.


domingo, 20 de abril de 2025

Caminar, un acto de resistencia


Este hombre nació en la ciudad francesa de Le Mans, unos doscientos kilómetros al suroeste de Paris ¡poco importa! Resulta más relevante descubrir el origen de su vocación: de joven se sintió mal consigo mismo y con la sociedad, lo que le llevó a estudiar antropología para comprender lo que pasaba a su alrededor. 

Desde entonces hasta hoy no ha parado de buscar y hallar respuestas sobre algunos dilemas contemporáneos y ha atrapado el fugaz pálpito de su sentir en libros como "La naturaleza del dolor" o "Desaparecer de sí", aunque lo que ha disparado su popularidad hayan sido títulos como "Caminar la vida" y "Elogio del caminar".

 



El profesor de la Universidad de Estrasburgo incita a caminar como "... un acto de resistencia frente a un mundo que evoluciona hacia el sedentarismo y la inmovilización de los humanos...". 

Para el prensador francés el acto de caminar resulta terapéutico al movilizar el cuerpo, refrescar la mente, desconectar de la tecnología y sentir el abrazo de la naturaleza en todo su esplendor. Además Le Breton pone sobre la mesa un dato inquietante: hace un siglo los niños ingleses correteaban alrededor de su casa una media de 10 kilómetros al día, hoy no alcanzan los 300 metros.  El antropólogo establece conexiones entre el sedentarismo físico y el mental lo cual -explica- tiene  implicaciones políticas...

Escritos en un lenguaje directo, los textos de David Le Breton están salpicados de citas de otros pensadores que han hecho del acto de caminar un principio existencial. Entre otros: el poeta japonés Basho, el filosofo estadounidense Thoreau o el naturalista y aventurero Peter Matthiessen.