lunes, 28 de febrero de 2022

¿A quién corresponde solucionar el burn out?

 

Todos los días dedico algunos minutos de mi jornada al seguimiento de las redes sociales en las que participo. Si por premura he de elegir una, opto por Linkedin -la red profesional por excelencia y donde están la mayoría de contenidos que me interesan-.

Esta mañana he descubierto un artículo que cuestiona la validez de algunas técnicas de relajación y bienestar para paliar el burn out (sobrecarga laboral), stress y otras disfunciones. Es un texto largo (exige 11 minutos de lectura) donde se ponen en solfa algunos recursos que las empresas contratan (mindfulness) al considerarlos parte de un "lavado de imagen" que se produce al mismo tiempo que se mantienen largas jornadas laborales y accesibilidad ilimitada al empleado (incluso en fines de semana y festivos).



Sigo un rato el debate en Linkedin y aporto mi modesta opinión que comparto ahora en el blog. Para empezar, casi nada es blanco o negro, es decir, ni las técnicas de relajación son inútiles ni tampoco la panacea.

Para continuar, conviene realizar un análisis de qué es causa y efecto y tratar de corregir las causas de cualquier disfunción profesional: enfermedad física, mental emocional, absentismo, rotación, accidentes laborales etc.

También puede ser revelador estudiar qué es estructural (inherente a la manera de organizar los proyectos en una compañía) y qué es coyuntural (un pico de trabajo, un proyecto concreto...).

Por último, generalizar casi siempre lleva a imprecisiones: no todas las empresas que facilitan a los empleados programas de bienestar o relajación son cínicas del mismo modo que no todos los empleados reaccionan de igual manera a idénticas circunstancias laborales.

Finalmente, la corrección de asuntos disfuncionales en las organizaciones corresponde a la totalidad de los agentes implicados aunque quizá con un porcentaje distinto de responsabilidad en la solución: los empresarios tienen su responsabilidad, los directivos la suya, los trabajadores la que corresponde. Hablar de prácticas de relajación como panacea de todos los males profesionales es cargar sobre una sola espalda el burn out. Cargar en la mochila del empresario (o directivo) no siempre se ajusta al análisis de los hechos y -por último- emerge el modesto (y bello) papel del "consult@r artesano" cuyo objetivo es facilitar cambios sostenibles en las empresas que conviertan las fábricas y los despachos en lugares no solo rentables sino armónicos. Nadie dijo que fuera fácil. El desafío es colosal y el logro del objetivo un sueño... ¿alcanzable? ¡En ello paso mis días!


domingo, 13 de febrero de 2022

Directivos... ¿halcones o tiburones?

 

Learning from Reality. El relevo de un directivo de primer nivel es un tema clave para una compañía. ¿Queremos un San Bernardo o un tiburón? Quizá necesitemos un halcón...



Disfruto y aprendo mucho en los procesos de entrenamiento a los directores generales de algunas compañías. Un lujo que agradezco.

La semana pasada tuve dos encuentros de trabajo con una empresaria (distribución) y un Ceo (automoción). Ambos con desafíos interesantes que (curiosamente) desembocaron en la necesidad de incorporar a un nuevo profesional al Comité de Dirección.

Como saben, las sesiones de entrenamiento sirven para reflexionar en voz alta, contrastar, analizar, encauzar soluciones y ¡decidir! Ambos querían zanjar en un plis plas el perfil a contratar pero la cuestión -a mi entender- no es el tipo de licenciatura o MBA, ni siquiera si hay que pasar determinados test de personalidad... La cuestión es otra.

Si sabes dónde quieres que esté tu empresa en cinco años (estrategia) y conoces los desafíos del próximo año  (gestión) y además contemplas las fortalezas de tu comité de dirección (el que ya tienes) y analizas las debilidades de tus primeros espadas (los que ya están) sabrás qué perfil hay que contratar que cumpla al mismo tiempo varias funciones. En primer lugar, que resuelva la operativa de su departamento (finanzas, recursos humanos, producción, logística...) pero también que tenga una visión global del negocio, que se mueva con soltura en el mercado internacional, que se integre con fluidez en los órganos de gobernanza y que refuerce la compañía de cara al futuro que se presenta incierto, exigente, ambiguo, rápido y muy competitivo...

Ambos Ceos me hablaron de la bajada de márgenes, de la mengua del ebitda, de la presión de los consejos de administración y de la carestía de las materias primas... cuestiones por conocidas no menos preocupantes.

Llegados a ese punto hice uso del lenguaje metafórico (para desbloquear-avanzar) y pregunté:  Teniendo en cuenta las variables mencionadas ¿qué necesitas un halcón (visión global, rapidez) un tiburón (agresividad, insaciabilidad) o un San Bernardo (bonachón, protector)? Continuará...




lunes, 7 de febrero de 2022

Una lección y dos maestros

 

En el último cambio de despacho (hace cuatro años) decidí renunciar al 70% de las certificaciones profesionales obtenidas en cuarenta años de vida laboral. ¿Para qué colgarlas de la pared? Al fin y al cabo ninguno de mis clientes ha exigido ver físicamente los diplomas que acreditan las formaciones en las que he tenido el privilegio de participar. Uno de los títulos que no está en la pared es el de "Autenticidad y Presencia" de la mano de Arawana Hayashi (facilitadora en Presencing Institute, MIT, USA). 

El contacto con Arawana se remonta al año 2017 en Madrid en una formación organizada por Emana en la que Javier Ruiz contribuyó de manera relevante con un manual fantástico sobre la Teoría U (Otto Scharmer, MIT) que incluía aportaciones específicas sobre el Teatro de la Presencia (Arawana).

Cinco años después los protagonistas principales de la historia (María Carrascal -Emana-, Arawana Hayashi y Javier Ruiz) han vuelto a causar un impacto relevante en mí al encontrarse en una sesión abierta on line y gratuita en la que participaron 310 personas, el pasado 24 de enero 2022.



En la fotografía vemos a dos maestros que se conocen hace tiempo, se respetan y disfrutan del flujo de su conversación -diríase también de su energía, incluso on line-. Como profesionales reflexivos, con largo entrenamiento en dar y recibir conocimiento, supieron centrar la atención en los principales contenidos del libro escrito por Arawana y en las polaridades de las "cartas estéticas", naipes que reflejan algunas de las tensiones que se producen en todo cuerpo social, también en los equipos de trabajo. Entre otras: arriba/ abajo, centro / periferia, movimiento/ quietud, inclusión/ exclusión, conectado / desconectado... Pero eso no fue lo más bello... ¿Entonces?




La genuina fascinación fue observar el centramiento desde el que viven (y transmiten), la alegría de sus expresiones, su complicidad, el ego minimalista y la lucidez con la que expresan conceptos complejos coherentes con su sistema de creencias... ¿Cómo se consigue vivir así? -me pregunté durante la sesión-.

Al día siguiente, en mi cuaderno de reflexiones matinales, encontré algunas respuestas: ambos practican disciplinas físicas y meditativas a diario, cuidan su intelecto, pertenecen a una tribu que nutre y poseen un entorno social que sostiene... Diríase que ambos cultivan el alma y que esa orientación se despliega (sin estridencias) de manera bella en sus quehaceres cotidianos... Gracias por hacerlo posible, fluir y mostrar el sendero. ¡Pura lección en movimiento!