domingo, 31 de marzo de 2013

Buena Noticia XIII


Persisto en mi periplo de búsqueda y captura de buenas noticias que equilibren el desánimo. Hoy, puesto que la mayoría de nosotros estamos de vacaciones, hablaremos de turismo. 

Según datos recientes de la Organización Mundial del Turismo, OMT, España tiene la "mejor balanza turística del mundo". Es el cuarto país en recepción de turistas y el segundo en ingresos. En 2012 (cuarto año de recesión económico-financiera) el turismo creció en nuestro país un 2,7%.

Como ya he escrito con anterioridad, "me conformo con un dedal" lo que me permite disfrutar mucho con poco, también como turista. Esta Semana Santa he viajado a Francia donde vive y trabaja mi hija y he aprovechado para descubrir el Museo de Historia Natural de Toulouse con dos millones y medio de piezas, un recorrido de 3000 metros cuadrados, y una arquitectura remodelada por Jean Paul Viguier integrada en un antiguo monasterio.


El descubrimiento del Museo de Historia Natural de Toulouse junto a varias decenas de micro-gestos de mi hija, micro-detalles en familia, micro-aprendizajes y micro-aventuras, hacen que me sienta feliz como una lombriz o como una perdiz, especies que también he visto hoy en el recinto museo. 


Algunas personas como Henri Gaussen 
-responsable del Jardín Botánico- 
algunos equipos y organizaciones, están haciendo las cosas bien.


sábado, 30 de marzo de 2013

Descubrir los rincones de la tierra ¡viajar!


Una muestra de todos los fenómenos climatológicos se cierne sobre la ciudad: tan pronto hace sol como llueve a bocajarro, asciende la temperatura a 16 grados centígrados como baja a 7, se levanta un viento saharaui como aparece una calma que adormece. 

Entre el Pont Neut y el Pont Saint Michel esta tarde había un cisne negro y las enormes gaviotas de Toulouse no se dignaban a volar sino que estaban todas -absolutamente todas- en el desbordado caudal del río Garoña.



De paseo por los recónditos barrios de la ciudad del ladrillo, volviendo una y mil veces al río como fluida orientación entre los grandes puentes, he sentido frío y calor, me ha despeinado el viento, me he calado el dobladillo de los pantalones, y he pisado barro, hierba, empedrado, asfalto y hasta un charco en el que jugaban dos patos. 


En total he caminado tres horas. Ya en casa, he repuesto el cuerpecillo con dos tazas de Thé des Songes Blanc -una de las infusiones favoritas de mi hija- y me he lanzado sobre el teclado como el drogadicto fuma opio: con la misma intensidad y adicción.

Mis viajes consisten en integrarme en la vida de las ciudades y las gentes que visito. Huyo como de una bacteria de los lugares turísticos, de las terrazas de foto, de las heladerías, de las postales y camisetas serigrafiadas. Me gusta fundirme con la vida de los ciudadanos porque de ese modo casi siempre aprendo cosas que no aparecen en Google Maps. Por ejemplo, hoy en el mercado central de Toulouse el precio de las espinacas baby era de 19 euros el kilo. No hay confusión alguna: 19 euros por un kilo de espinacas baby. Me pregunto cómo se cotizarán cuando crezcan ¡qué despropósito! y ¿cuánto le pagarán al agricultor que las cultiva? Aunque llevaba mi cesto de mimbre y me encanta llenarlo de verduras no he comprado ni una hojita de espinacas.

La ciudad está hecha un descalabro por las obras del metropolitano. Supongo que en unos años quedará estupenda, pero ahora mismo es como si un dinosaurio gigantesco oradase palmo a palmo los mismísimos cimientos de la tierra cortando carreteras, aislando calles y llenándolo todo de polvo.


Originalmente las callejuelas de la vieja ciudad son estrechas para una convivencia pacífica entre bicicletas, motos, coches, furgonetas y peatones. Con las obras del metro, las calles han adelgazado tanto que resultan anoréxicas. No crean que exagero: anoche tuve que utilizar el coche para recoger a mi hija cuando salía de trabajar y con tantas desviaciones, cambios de sentido y circunvalaciones Garmin se puso muy nervioso, tanto... que le dio un ataque de ansiedad. 

Garmín es mi GPS y espero que se recupere pronto porque le necesito para regresar a San Sebastián  ;-D

jueves, 28 de marzo de 2013

Sufrir ¡con encanto!


El ensayo general del Ballet du Capitole ha comenzado a las dos en punto de la tarde y el teatro del Casino estaba casi lleno, aunque mirado desde la última butaca hubiérase dicho que estaba casi vacío porque no se veían las diminutas cabezas de los escolares. Yo estaba allí por una única razón: mi hija dirigía una orquesta de cincuenta músicos la mayoría de los cuales le doblan en edad. Mi intención al viajar, al estar allí, no era otra sino disfrutar de ella apenas un café en la pausa y momentos robados al tiempo durante los próximos cuatro días en los que ella seguirá trabajando.

Un hombre robusto de mediana edad, rodeado de mujeres maduras con moño, de excéntricos coreógrafos y de gerentes, iluminadores, fotógrafos, y toda una corte de aduladores frenaba el desarrollo del ballet en cada ocasión en la que algo no salía perfecto. Puesto que he viajado directamente desde casa (España) hasta el Casino (Francia), y he llegado minutos antes de las dos, no he tenido tiempo de leer el programa, ni he podido hablar con mi hija que se ha metido al camerino tras darme y rápido abrazo de bienvenida. Así que no sabía lo que he averiguado después: que ese hombre robusto y atractivo es el director del Ballet du Capitole:


El ensayo general ha durado más de tres horas en las que la orquesta -en el foso- y los bailarines sobre la tarima han dado lo mejor de sí. Todos son brillantes y -pese a su juventud- la mayoría llevan diez-veinte años dedicados completamente a mejorar su técnica: saben lo que es sufrir y no ponen la mínima resistencia a la perpétua evaluación  del director, del coreógrafo, del público o la crítica. El feedback se administra sin anestesia alguna delante de periodistas, niños y adultos, expertos y profanos: por favor, cambia esto; por favor, sintónizate con tu compañero; mueve esa mano más arriba; salta con más ímpetu; repite dos, tres, veinteitres, ciento veintitres veces el movimiento de tu pierna derecha.

El feedback (o devolución) es acogido como parte del proceso de mejora y búsqueda de la esquiva perfección. ¡Cómo me he acordado de la arrogancia de ciertas personas en algunos despachos! ¡Cómo he añorado esta aceptación-integración del feedback como lo que es: un regalo que permite mejorar! ¡Cuánto que aprender viendo la trastienda del espectáculo: el sudor, el esfuerzo, los infinitos detalles precisos y la bellísima colaboración-cooperación-sincronía para que realmente el todo sea más que la suma de las partes. Esto sí es trabajo en equipo y no lo que yo veo en las multinacionales, en las pymes y en las instituciones. ¡Que gran lección de anatomía! que diría Rembrand. Qué enorme aprendizaje visual y orgánico. Todo está ahí. En el foso, o sumas o restas. Y si tu música resta al conjunto ¡te despiden! En el escenario, todo está ahí: o sumas o restas. Y si tu danza resta ¡no cuentan contigo en el próximo programa!

Mi hija se ha hecho amiga de una de las bailarinas principales. Pesa 42 kilos y tiene los pies deformados desde que le alcanza la memoria. La joven me ha dicho que es muy feliz  porque está viviendo su sueño al bailar en el Casino de Toulouse, aunque su fotografía aún no aparece en los carteles.


martes, 26 de marzo de 2013

El tío Zóvar = Un gramo de esperanza


Ya no es tan joven, pero sigue siendo bella y mucho más sabia. Clarissa Pinkola Estés viene iluminando el firmamento femenino desde hace casi cuatro décadas como poeta galardonada, contadora de cuentos arquetípicos y relatos antiguos de la tradición latinonamericana, estudiosa, y psicoanalista junguiana. También ha ocupado diversos altos cargos en instituciones públicas y privadas. A través de sus libros, talleres, consulta terapéutica, y presencia pública ha "liberado" muchos fantasmas especializados en constreñir la vida y en recortar las alas de los sueños.

La primera vez que oí hablar de ella fue en un taller de escritura al que yo asistía como alumna, en un caluroso Madrid (España) de los años noventa. Impartía el curso de relato breve la escritora y periodista de El País, Rosa Montero, y nos recomendó la lectura de Mujeres que corren con lobos. Entonces sólo existía una edición cara de tapa dura, ahora es posible adquirir una edición económica de bolsillo.


El caso es que ayer -buscando una lectura adecuada al delicado momento que atraviesa una de las directivas a las que entreno- me salió al encuentro El jardinero fiel una narración breve en formato diminuto (Ediciones B) en la que Clarissa Pinkola Estés te lleva en volandas de comienzo a fin del relato en un suspiro. De hecho, comencé su lectura anoche y lo he terminado ahora mismo. 

Es un relato sencillo con encanto que -sin embargo- porta algunas "balas" en el forro del zurrón. En la página 33 se narra el encuentro de un vendedor de seguros con el tío Zóvar, un campesino de origen húngaro, recio y amante de la tierra, que -tras haber sobrevivido como prisionero en los campos de concentración nazis- emigra a Estados Unidos donde se desarrolla la escena que reproduzco:

... Al mostrar desinterés por adquirir un seguro médico, el vendedor le dijo a mi tío Zóvar que era un "palurdo ignorante". Pero aquel vendedor no conocía a mi tío, no sabía que su vida había sido arrastrada por el fuego hasta los cimientos y que, a pesar de todo, seguía mostrándose bondadoso con los niños y cariñoso con los animales y seguía creyendo que la tierra es un ser vivo, con sus propias esperanzas, necesidades y sueños...

miércoles, 20 de marzo de 2013

Comunicar con uno mismo, los demás y con Dios


Esta tarde he liberado tiempo y -dado que hacía sol, el mar estaba en calma, y la temperatura resultaba agradable- me he dado un paseo por la playa donde he descubierto una montaña de palitos huecos idénticos a la canela en rama excepto que -en este caso- su olor ha taquigrafiado en mi mente un mensaje de salitre lejano...

Después he visto una exposición de Iban Barrenetxea (Elgoibar, 1973) y me he enamorado de los personajes de sus cuadros en la exposición Alicia en el País de las Maravillas


Ya en casa he recuperado el cuaderno en el que desarrollo temas para mis sesiones de entrenamiento con profesionales, proyectos creativos al margen del coaching, guiones para jornadas temáticas (artesanales) en empresas, y cuestiones que van proponiendo los alumnos del Taller Construcción de Equipos Transformadores en el que participamos catorce personas de Cataluña, País Vasco y Galicia. Le llamamos Transformer Team (nos encanta este nombre), comenzó el  pasado mes de octubre 2012, se prolongará hasta junio 2013,  y ¡está siendo una gozada!

Dado que el grupo va poniendo en práctica los rudimentos de las metodologías que abordamos, a veces se producen zozobras más humanas que procedimentales, y la salpicadura de aprendizaje nos alcanza a todos como los restos de un gozoso naufragio. El pasado sábado por la mañana tuvimos el privilegio de contar con un facilitador invitado, Nice Lazpita.  Por la tarde el taller terminó con decisiones varias y la propuesta de Antonio de profundizar en la comunicación, el perejil de todas las salsas. 

He aprovechado algunos viajes para reflexionar esta semana entorno a la comunicación, un tema en absoluto baladí ya que es un dato cierto que hasta el noventa por ciento de las disonancias empresariales tienen que ver -directa o indirectamente- con dificultades en la comunicación. Es también una irrefutable verdad que la comunicación es una de las  competencias clave del liderazgo.

La comunicación es "el tema" de mi vida por mi licenciatura en Ciencias de la Comunicación, porque las conversaciones con mis clientes son el núcleo georgiano de mi trabajo, porque comunicar es "... lo que el otro entiende...", según me enseñó el sabio Rafael Echevarría; porque comunicar es fluir, confluir e influir, según me contó Juan Carlos Cubeiro... La aplicación del verbo comunicar tiene para mi al menos tres niveles: comunicar con uno mismo, con los demás y con Dios. Y fíjense qué curioso: yo creo que si una persona se comunica armónicamente consigo misma y mantiene cierto diálogo con Dios, será más eficaz en la comunicación con los demás...

Además, la comunicación humana tiene al menos tres registros: uno gestual (55%), otro tonal (38%) y , finalmente, el verbal (7%), según los neurocientíficos. La coherencia con la que es percibido un líder depende directamente de la alineación entre las tres frecuencias: el gesto, el tono y el mensaje.   


Las reflexiones en mis viajes sobre el papel de la comunicación en los equipos de trabajo continúan... No quiero (sin embargo) abrumar en este post que ya se presenta largo. Tan sólo citaré a Stephen Covey quien dejó escrito en uno de los Siete hábitos de las personas altamente eficaces: Primero escucha y comprende a los demás, antes de pretender que te escuchen y entiendan a ti.  

Por su parte Álvaro Gonzalez Alorda -profesor del IESE Business School- ha publicado un libro titulado The Talking Manager donde despliega mil argumentos para mantener conversaciones inspiradoras con nuestros jefes, homólogos y equipo. El vídeo dura 22 minutos que bien merece la pena invertir porque deja en el espectador un motivante impulso hacia la acción.

viernes, 15 de marzo de 2013

Yosi, un personaje con alas


Como una estrella fugaz atraviesa la negrura de la noche, de vez en cuando conectas con una persona cuya luz te acompaña durante mucho tiempo. Me paso la vida a la caza y captura de estos personajes, estén donde estén y provengan del sector, especialidad, país o continente de donde provengan. 

Igual que un zahorí rastrea betas de agua, yo busco manantiales de vida que inspiren mi propia existencia y mi trabajo. En esta infatigable búsqueda -que se prolonga ya más de cuatro décadas- cada diez años encuentro un diamante... En esta ocasión se trata de Arantzazu Martínez, nacida en Vitoria en el año 1977, pintora y -sin saberlo-  mística contemporánea y motivadora existencial.


Tomando un cóctel de cava con Arantzazu en el BCC me confesó que a la hora de abordar su trabajo como pintora guarda una rigurosa y única exigencia a la que ha llegado tras dolorosas experiencias profesionales: jamás acepta un encargo si no despierta su deseo (su pasión), si no le empuja a saltar textualmente de la cama para lanzarse sobre la tarea como un surfista  sobre la cresta de la ola. Tras beber un sorbito de cava y  con una sonrisa muy dulce Arantzazu me explicó que no realiza trabajos que no le motiven por tres razones. La primera de índole totalmente práctica: porque no salen bien; la segunda, porque ella se pone físicamente enferma; y la tercera -y a la que parece otorgar mayor importancia- porque no le hace feliz.

Otro aspecto que me fascina de su discurso es lo que la pintora denomina la comprensión del “proceso” se trate de pintar, entrenar, coser, auditar, cocinar, escribir, investigar o lo que fuera. El “proceso” comienza con “un intento básico” siempre fallido que confirma tu presunta incapacidad para hacer algo realmente bueno. Este “intento básico” devora la seguridad en ti misma, boicotea tus sueños, y te paraliza hasta que comprendes que es el balbuceo de tu propia creatividad que pugna por salir al exterior. Pero la magia del proceso consiste en seguir hacia adelante “pasito a pasito y disfrutando” porque aprendes, integras, te transformas e incrementas tu propia capacidad de hacer. Y una vez encauzada la creatividad humana (y roto algunos límites) abres camino a otras personas… Cuanta más herramientas tengas, mejor. Cuanta más información tengas, mejor. Y cuanta mayor sea la calidad de tu información, mejor.

Esta mística contemporánea dice vivir para la búsqueda de la serenidad y el equilibrio que encuentra en su trabajo cotidiano, en la práctica deportiva, y en la naturaleza que -a su entender- es la puerta de acceso  “al estado de presencia”.

Ya en el segundo cóctel se le suelta un poquito la lengua y me enseña el dibujo del personaje Yono en un catálogo. Se trata de una mujer con enormes alas, una metáfora que con frecuencia utilizo yo misma en los entrenamientos con profesionales de “altos vuelos” que -sin embargo- se arrastran por el lodo organizacional. 

La historia de Yono nace del cuento escrito por una amiga de Arantzazu cuya protagonista siempre está diciendo: “… yo no puedo matricularme en la universidad, yo no tengo dinero para hacer ese viaje, yo no soy lo bastante guapa-delgada-elegante-culta..., yo no sé lo suficiente para liderar mi equipo… yo no…” La cuestión es que a ese personaje le salen alas -yo diría que en realidad despliega las alas que ya tenía- y el cuento continúa en lo que pudiera titularse Yosi: Yo sí puedo volver a la universidad con cuarenta años, yo sí puedo sacar el carnet de conducir con cincuenta años, yo sí puedo ser jefa de mi departamento, yo si puedo ser feliz, como una lombriz. Yo ¡sí!  ¿Y usted?

miércoles, 13 de marzo de 2013

¡Va por ustedes! Los lectores del blog


¡Hemos alcanzado los 63.000 lectores! Es algo muy hermoso para mi. Todo se lo debo a ustedes: habituales lectores del blog que se asoman a curiosear los contenidos de mi vida, trabajo, reflexiones, pesares y alegrías. Estoy infinitamente agradecida.

63.000 Lectores

Por países, la mayoría de los lectores son de España y China por igual. Es increíble, estoy fascinada. Puesto que escribo en castellano, no alcanzo a comprender algo tan curioso -quizá algún sociólogo, o ingeniero informático pueda darme alguna clave-. Los países con más lectores tras España y China son: Ucrania, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, México, Colombia, Argentina, Honduras, Perú, Francia...

En cuanto a las páginas leídas alcanzan la cifra de 87.000, distribuidas en un amplio y variado abanico temático (701 artículos) que aún no he analizado en profundidad: tan pronto se disparan las entradas a post de corte sentimental como de temática filosófico-existencial, referencias culturales (libros, cursos, congresos, películas) o nimiedades como mis silenciosos paseos por el hayedo... Ciertamente, como target (que dirían mis amigos marketinianos) no muestran un perfil único ¡y es fantástico!

87.000 páginas

Dado que no creo en imposibles, mi felicidad suprema consistiría en que siguiesen ahí: al otro lado de la pantalla. Y que -si algún tema "les alcanza el alma"- dejen un comentario.¡Alienta mucho para seguir escribiendo-compartiendo!

¡GRACIAS!

martes, 12 de marzo de 2013

Depredadores poco creativos ¡los humanos!


Por segundo día consecutivo estoy en el Basque Culinary Center. Dentro de media hora dará comienzo la primera ponencia de Diálogos de Cocina 2013 con los japoneses  Shinji Terauchi y  Yukio Suzuta quienes tratarán de responder a la cuestión ¿Es posible hablar del artesano contemporáneo? 

Terauchi es un prestigioso alfarero de Arita capaz de manejar con igual soltura la cerámica tradicional y la contemporánea. Pertenece a la cuarta generación de una familia dedicada a la cerámica japonesa. Por su parte Suzuta ha sido Director del Museo de la porcelana de Arita y guarda un conocimiento enciclopédico de la evolución de este arte del que ha sido testigo en las últimas décadas.



Por la tarde llegarán las ponentes femeninas. En primer lugar Tachy Mora quien disertará sobre la presunta dicotomía entre valor y rentabilidad en el mundo de la artesanía, el diseño y la industria. Después Arantzazu Martinez compartirá sus conocimientos expertos entorno al dibujo a mano en el mundo digital. Por último intervendrá Daniel Canogar (iconoclasta de las nuevas tecnologías) que realiza un Máster en Fotografía en la Universidad de Nueva York.

Mientras digiero los contenidos de las cinco ponencias de ayer lunes, tecleo algunos tweets que acaso puedan inspirar:   

Piensa globalmente y actúa localmente... Juan Luis Arsuaga. Se puede terminar con las desigualdades en la propiedad de las tierras y los capitales, mediante una revolución, pero las desigualdades culturales son irresolubles... Antonio Ariño. Existe el "hambre grande" y el "hambre pequeña" (the greater hunger, the lesser hunger). La primera es la necesidad de hallar sentido a lo que hacemos en nuestra vida. El hambre pequeña es la que sacia la comida... Geoff Mulgan. En el siglo XXI hay un exceso de comportamiento depredador y una falta de pensamiento creativo... Geoff Mulgan. En el mundo digital (que todo lo invade) faltan espacios libres de tecnologías, momentos dedicados a escuchar pájaros y a contemplar flores: lugares para la tranquilidad... Geoff Mulgan. Podemos "esculpir nuestro cerebro" a partir del material que hemos heredado: algunos parten de un material más duro, otros más blando... Ignacio Morgado. Antes de ponernos a "esculpir nuestro cerebro" conviene preguntarse ¿quién soy? y ¿qué quiero?... Ramón Fauria. "Esculpir el cerebro" tiene que ver con los hábitos, con lo que pensamos, nos decimos a nosotros mismos y hacemos cada día... Geoff Mulgan.

Al filo de las siete de la tarde -y fuera de programa- Joan Roca nos regaló un vídeo que dura cinco minutos y resume buena parte de lo que se expone aquí, en el Basque Culinary Center, en estos Diálogos de CocinaVer trailer de el Celler de Can Roca

jueves, 7 de marzo de 2013

Un inesperado encuentro: West


Desde que oí hablar de él sentí una irresistible atracción, así que me prometí a mí misma que no pararía hasta conocerle. Impulsada por la curiosidad y la admiración, no escatimaría esfuerzos hasta propiciar una situación en la que ambos pudiéramos estar cara a cara. Más que el resultado de nuestro encuentro lo que anhelaba era el hecho mismo de que se produjera. Después, ambos calibraríamos si merecía la pena persistir en el empeño, es decir, profundizar en la relación. 

Oí hablar de él por primera vez en el año 2009. Entonces me dijeron que Michael A. West era un mito, un sabio, un referente mundial y un hombre de éxito que trabajaba como profesor en la Universidad de Lancaster.


De inmediato me puse a investigar olfateando cualquier huella o registro que me condujese hacia él. Incluso llegué a plantearme un viaje a la Universidad de Lancaster que, finalmente, desestimé. 

Con el paso de los meses y los años mi pasión por West se desinfló un poco, así que me fui conformado con estudiar gran parte de sus publicaciones como autor principal o en colaboración con otros expertos en management en general y en la construcción de equipos (y sus claves de funcionamiento) en particular.

Pero la vida siempre tiene un as en la manga y hace dos semanas me tropecé con él cuando ya casi había olvidado mi anhelo. Sin buscarlo, en una jornada de corte primaveral, con 18 grados de temperatura, sol y mar en calma, me encontré frente a él en la estantería de empresa de la biblioteca de Lugaritz, en mi querida San Sebastián, ciudad de adopción. Cuando él me guiñó un ojo, yo ya había elegido el último  Speak Up para actualizar mi inglés Advanced. Verle fue tan fascinante que sin cruzar una sola palabra le seguí casi a ciegas para descubrir que ¡existía un libro en castellano titulado Los secretos de la gestión de los equipos de trabajo, publicado por Blume Empresa . Así que allí estábamos los dos, por fin solos: el uno frente al otro... Y Michael A. West no me defraudó.

Tras nuestro efímero encuentro él regresó a Inglaterra y yo me quedé tan contenta en la bahía. Finalmente podría recomendarle a mis alumnos, gerentes y empresarios (que no leen en inglés). Estudié su libro en castellano, saqué apuntes, los pasé a ordenador y -llegado el plazo de devolución del libro- estaba emocionada: cuatro años largos de espera habían merecido la pena.

Llegué a casa. Me puse a buscar el libro en Google para comprar algunos ejemplares y regalarlos... pero la vida siempre guarda un as en la manga y el título está agotado y descatalogado: ni rastro del libro, salvo algún que otro ejemplar del año 2004, en el mercado de segunda mano. El más barato a 88 euros/unidad.

Fue bonito mientras duró. Otro día escribo sobre lo que más me fascina de West -además de su acento británico y sus canas-: la reflexividad, clave-alma-médula de las personas y organizaciones que progresan y mi pasión profesional más intensa.


domingo, 3 de marzo de 2013

La gratitud como antidepresivo


Acabo de dar un suculento paseo por la playa. Es domingo. Luce el sol y la temperatura es agradable. He leído la prensa económica de cabo a rabo, sacado apuntes varios, tomado mi apetitivo y saludado al maitre del Narru. Con estos trucos he volteado el gris de la mañana, pero sigo inquieta y me reconozco vulnerable. Cada vez más vulnerable a la injusticia, la desesperanza y el sufrimiento ajeno. Aunque me cuido, a veces me pregunto si con esta hiper-sensibilidad podré seguir trabajando con personas (para las personas) individualmente, en equipos y organizaciones.  ?!

El pasado miércoles, analizando temas puramente empresariales, un cliente muy querido se puso de pié y empezó a deambular por el despacho. Después rompió a llorar. Más tarde hizo gestos con las manos mientras -refiriéndose a su empresa- verbalizaba: "... Esto a mi me supera, me sobrepasa... No puedo más... No lo soporto... No les soporto...".

Hice todo lo que pude desde el instinto, el afecto y el sentido común: le abracé, intenté que razonase,  permití que vomitara su impotencia sobre la alfombra del despacho, guardé silencio, cogí su mano, y le serví una taza caliente de té verde japonés (bancha). Me puse de pié junto a él. Me senté del otro lado de la mesa frente a él. Le ayudé a ponerse el abrigo. Le acompañé hasta la puerta, le pedí que por favor visitase a su médico de cabecera y que me escribiera por la tarde. Finalmente quedamos para vernos el viernes. 

Buscando orientación, hoy he retomado el libro Los Estados de Ánimo, aprendizaje de la serenidad, escrito por el médico psiquiatra y psicoterapeuta Christophe André y  publicado por Kairós. 


Mi cliente querido atraviesa una crisis existencial y -dado que tiene una tendencia colérica- dispara su ira a diestro y siniestro contra personas, circunstancias, realidades, sueños y fantasmas. Le han dado tranquilizantes que le tienen anestesiado cuando lo que -realmente- necesita es todo lo contrario ¡lucidez! para descubrir y enfrentar los diversos ángulos del caleidoscopio de su vida que no le satisfacen.

Enfrentarlos uno a uno con la persistencia de una termita, el sentido del humor de un niño, y la paciencia de un anciano. Sin perder nunca de vista el hermoso cielo a veces gris plomo, a ratos azul cobalto, negro azabache cuando anochece en la bahía. Como afirma el experto Christophe André es posible vivir ¡serenamente! Posible, no fácil. 

Apoyado en el rigor de las últimas investigaciones científicas, André recomienda lo que ya sabemos: un poco de deporte, uno poco de vida social, deshacerse del materialismo, cierta espiritualidad (sentido en lo que hacemos), meditación adaptada a la vida de cada uno, y mucha gratitud.