miércoles, 28 de noviembre de 2018

No somos dioses



En el bello Palacio de Aiete (San Sebastián) imparto un taller al año para los habitantes de Guipúzcoa. Es mi manera de transferir a la ciudadanía todo lo aprendido en una vida dedicada a leer, escribir, formarme, formar a otros, y acompañar procesos de cambio en las empresas. 

El grupo de este año es fabuloso y -aunque estamos a punto de cerrar el ciclo- seguiremos en contacto más allá de la programación oficial de Donostia Kultura. Hoy, una mujer apasionante que viene desde Zarautz ha lanzado una pregunta a debate cuya respuesta he articulado lo mejor que he sabido en ese momento.

Dado que el curso versa sobre el liderazgo de la propia vida, la cuestión que ha planteado resulta pertinente: ¿cuánto hay que planificar la vida: poco, mucho... todo? ¿es mejor no planificar? ¿cuál puede ser la diferencia?




No somos dioses y por más que planifiquemos la vida se encargará en hacer saltar en mil pedazos el mejor cronograma, la más perfecta hoja excel, el mejor plan de cálculo y hasta el fin de semana en el hotelito con encanto en la Sierra de Gredos.

Los negocios son volátiles, inciertos, ambiguos, cambiantes... la vida -acaso más que nunca- es volátil, incierta, ambigua, cambiante y por más que nos propongamos estructurarla en un corsé ¡se revela! Conviene practicar la flexibilidad del junco y la adaptabilidad de la que ya alertó Darwin: no sobrevivirán lo más fuertes, ni los más inteligentes, sino aquellos que mejor se adapten al cambio...

Planificar como si fuésemos dioses (y el destino estuviera en nuestras manos) sabiendo que el vaivén de las mareas sorprenderá cualquier día nuestro amanecer.

Planificar sí y no planificar... ¡abiertos a la vida! pegados al terreno con la humildad de la oruga que sabe que algún día se convertirá en mariposa.


jueves, 22 de noviembre de 2018

Transferencia



Debo a mi amiga Esther la inspiración para escribir sobre el concepto "transferencia" que responde a una imperiosa necesidad empresarial de doble escala: interna y externa.

Transferencia de conocimiento de los profesionales senior a los júniors, preservando el know how de la compañía, uno de los principales activos en la sociedad del conocimiento. 

Cuando recibí el primer proyecto de transferencia no capturé la importancia del encargo hasta que conocí a los cinco directivos de primer nivel de la empresa del sector de automoción brillantes en todos los aspectos: líderes exitosos, remontadores de dificultades en diversos mercados, y profesionales que rozaban la excelencia. ¿Entonces? -recuerdo haberle preguntado a la responsable de recursos humanos-. "No delegan", me contestó con gesto circunspecto como si estuviera mencionando una enfermedad contagiosa. No delegan, repitió moviendo su cabeza con la gravedad de un péndulo que oscila.




En 2018, muchas empresas y encargos después, asisto a la fuga de talento de algunos profesionales que -siguiendo su ambición- vuelan de una empresa a otra llevándose consigo el conocimiento adquirido en cada compañía. Observo el fenómeno con especial intensidad en el sector informático donde la demanda de profesionales supera la oferta de especialistas cualificados.  En un renombrado grupo empresarial hemos asistido a una auténtica hemorragia de conocimiento al abandonar la compañía seis de sus principales técnicos en menos de un año. Hemos aprendido la lección y estamos construyendo metodología de flujo de transferencia de manera que (estén o no determinados profesionales) el conocimiento permanezca en la compañía, espacio en el que se genera y desarrolla durante décadas a base de mimo y mejora continua.  

La delegación de funciones, tareas, roles y responsabilidades, junto con la creación de metodología que asegure una transferencia de conocimiento forma arte del core business de las organizaciones que aprenden. 

Junto a la escala interna de la "transferencia" es fácil adivinar la importancia de transferir externamente la aportación de valor de una compañía al mercado generando demanda de sus productos y servicios. Continuará.


martes, 20 de noviembre de 2018

El triunfo del bien sobre el mal





Recogida de caléndulas en Katmandú (Nepal) para hacer guirnaldas y ofrendas a los dioses en la festividad de Diwali, la noche más oscura de la luna nueva del mes hindú de Kartika. 

La bella imagen ha sido tomada por el fotógrafo de la agencia Reuters, Navesh Chitrakar.

Además de flores, se utilizan velas y lámparas que iluminan la noche y simbolizan el triunfo del bien sobre el mal. Inspirador. ¿No les parece?


domingo, 18 de noviembre de 2018

El Futuro de la Humanidad



El próximo jueves, día 22, se publicará el último libro del divulgador científico norteamericano, Michio Kaku, titulado: El Futuro de la Humanidad (Editorial Debate).

El prestigioso científico afirma que en el corto plazo la inteligencia artificial no representará un peligro para los humanos ya que la inteligencia de las máquinas "será comparable a la de una cucaracha". A medio plazo, sin embargo, los robots pueden convertirse en una amenaza... Inquietante. ¿No les parece?




En ese medio plazo -que el divulgador sitúa hacia el año 2048- la inteligencia artificial alcanzará un volumen económico superior al del sector de la industria del automóvil en 2018. 




Finalmente, Michio Kaku pronostica que "... nuestros nietos tendrán la opción de parar el envejecimiento de sus cuerpos...". Continuará.
  

jueves, 15 de noviembre de 2018

Los equipos como agentes de transformación


Mañana empiezo en Zaragoza la décimo sexta edición del curso Construir Equipos para Transformar Organizaciones, una metodología propia que considero la "joya" de mi trayectoria profesional...

El curso ha rodado ya en quince ediciones anteriores, se ha aplicado en más trescientas empresas de todos los sectores, y ha sido catalizador de la transformación de personas, equipos y organizaciones. Aunque alcanza la decimosexta edición yo aun viajo con mis mariposas en el estómago...




En la fotografía explico el enfoque sistémico de las empresas con la metáfora de la matrioska: el uno configura el todo y el todo contiene al uno. Cada parte respira e influye en las demás. Próxima parada ¡Zaragoza! una tierra que he aprendido a amar. ¡Gracias por hacerlo posible Alberto Pérez Lorente y Virginia Lasala!
Foto: Ibon Goikoetxea.

sábado, 10 de noviembre de 2018

¿Dentro o fuera de la pantalla?



No es lo que acontece sino lo que hacemos con lo que acontece lo que transforma la vida. No importa si nos dan o nos quitan sino nuestra capacidad de reciclar lo que trae la marea.

Los seguidores del blog, algunos clientes y ciertos amigos me dicen que me notan "ausente" porque llevo unos días sin escribir en la bitácora. Lo cierto es que estoy totalmente "presente" recogiendo la cosecha de proyectos antiguos, sembrando semillas de proyectos nuevos y arrancando malas hierbas del sendero. En medio de ese trajín pasan los días enredada ahí fuera, en el lugar donde transcurre la vida -que no son las redes sociales ni el teclado del ordenador-.

Además de entrenar a profesionales y equipos y de diseñar jornadas formativas, la gestación de nuevos proyectos conlleva gran parte de mi tiempo y exige nutrientes de calidad: paseos por el hayedo, recogida de hongos, silencio, conexión con el cuco que habita al fondo del robledal, pintar acuarelas, coser algunas telas, visitar algunas bibliotecas, estudiar manuales y visitar ciertas exposiciones. 






En la sala Kubo de El Kursaal (San Sebastián) hay una curiosa exposición titulada "La idea en un signo" que muestra numerosas esculturas que provienen de Nigeria, Congo y otros países africanos. Las piezas carecen de sofisticación y esa frescura les confiere de un magnetismo que captura la mirada curiosa de la niña que fui: he disfrutado observando la variedad expresiva de las figuras, representación a escala de la multitud de vidas que encarnamos los humanos. 




La exposición me ha aportado nutrientes con los que preparo la esencia de algunos proyectos que irán emergiendo en el blog de una manera acaso más loca y creativa por su complejidad e impacto. 



¿Complejidad e Impacto?


No es lo que acontece sino lo que hacemos con lo que acontece lo que transforma la vida. No importa si nos dan o nos quitan sino nuestra capacidad de reciclar lo que trae la marea.