jueves, 30 de diciembre de 2010

Rue del Percebe

Ya estoy en la Rue del Percebe. Bueno... quizá ustedes no recuerden aquel cómic de los años noventa en el que aparecía una gran viñeta y varios personajes divertidos que compartían calle e incluso portal: la Rue del Percebe, número 13. A mi me gustaba mucho. Me he acordado de esta anécdota porque ya estoy "al cabo de la calle" -recuperada de una gripe malvada- a base de zumos, reposo, mimos, solidaridad de muchos clientes y amigos y algunos regalos que merecen mención de honor, tres en especial. Un libro titulado "Sopa de pollo para el alma" -cocinado por Itziar-, una caja de manzanas reinetas -cultivadas por Josean en su caserío- y un kilo de dátiles cuyas propiedades sanadoras del asma, la bronquitis o el catarro desconocía hasta ahora (por no hablar de su rico contenido en hierro, potasio, fósforo y vitamina A). También azucares, claro. Dejemos eso para otro día.

El caso es que esta mañana me he llevado algunos dátiles para energetizar la mañana laboral y he topado con uno tan gigantesco que era imposible introducirlo entero en la boca ¡enorme! Lo he mordisqueado poco a poco deleitándome con su pulpa carnosa, suave, dulce, natural, y ya en casa, he mirado la caja con curiosidad y he descubierto que han sido cultivados por granjeros del Valle del Jordán. Estos pequeños manjares son de la categoría groumet, naturales, sin aditivos, conservantes ni colorantes, y en su tapa roja pone Medjoul, tropical fruit, Categoría I entre dibujos de palmeras. ¡Muchas gracias Orfeo!

Ahora sólo cabe esperar que se fragüen a conciencia las propiedades afrodisíacas de los dátiles... y entonces tendremos la fiesta completa ;-D

lunes, 27 de diciembre de 2010

An apple a day, keeps the doctor away

Estoy "fuera de servicio", como una gasolinera en mitad de la noche castellana. Y aunque el refrán dice que good news are no news (buenas noticias no son noticias), hoy me ha dado por pensar que somos necios cuando estando sanos no cantamos y bailamos de alegría sin más motivo que gozar de vida en plenitud.

Rebotando por los ambulatorios para hacerme una analítica, para hacerme una placa, para revisarlo todo con mi médico de cabecera, he constatado de primera mano el brutal gasto sanitario español. Como afirmaba un experto norteamericano hace unos días en EL PAÍS, si bien el estado de bienestar europeo es una panacea que cualquier ciudadano del mundo desea compartir, no es sostenible como sistema. He visto kilométricas colas de personas esperando para hacerse un análisis, otras tantas para radiografiar sus pulmones, e interminables salas de espera repletas para los especialistas de oftalmología, otorrinolaringología...

Good news are good news. En cuanto vuelva al combate, al mundanal ruido, al cumplimiento de mi agenda compartimentada al milímetro, daré gracias al cielo por la fuerza, por la salud y... a lo mejor me decido a bajar la intensidad de la tarea ?! Ando cuestionándomelo estos días que estoy pachucha y "fuera de servicio". ¡Ojalá no se me olvide después!

jueves, 23 de diciembre de 2010

Blanca Navidad

La Navidad era blanca, o al menos el árbol de navidad de aquella familia rara. Lo colocaban en el amplio hall de la casa junto a un taquillón amarillo y dorado (orgullo de la madre) que a mí, ahora, me hubiera parecido extravagante. La prima Marisa -soltera recalcitante experta en manualidades- aparecía exacta como un reloj el día 23 de diciembre por la tarde y las cuatro hermanas nos poníamos a construir "centros de mesa" y adornos con piñas -que pintábamos de purpurina- cerezas artificiales y ramitos de pino natural. Volcada en la tarea, a mis ocho años me sentía importante, como si mi contribución a la fiesta navideña resultase trascendental. Ahora me doy cuenta de que era la manera de que las niñas estuviéramos entretenidas mientras mi madre cocinaba su tradicional y exquisita sopa de pescado, pelaba los mariscos, limpiaba el besugo -que hacía las delicias de los comensales- y ponía en fuentes coquetas los turrones, el jamón de la viña, el paté, los espárragos gordos y otros manjares de época. A veces venía la abuela cuyo peinado me hacía reír porque tenía tan poco pelo que las horquillas apenas podían sujetarse entorno a lo que ella pensaba que era un moño. Con tanto niño y tan poco adulto terminábamos las veladas jugando a la oca, al parchís, a los Juegos Reunidos Geyper -una caja enorme de casi un metro de largo por medio metro de ancho que habían traído los Reyes Magos "porque yo había sido buena"-.

Hoy he sentido un puño de nostalgia en el estómago recordando el árbol blanco, el taquillón amarillo, la prima Marisa y las niñas que ahora tenemos el escaso pelo de la abuela. Ya no disfrutamos de los Juegos Reunidos Geyper y nadie hace aquella deliciosa sopa de pescado ;-(

martes, 21 de diciembre de 2010

Hambre de Gol

A orillas del Urola hay un sendero de tierra y hierba del que disfrutan los azpeitiarras en los soleados días de invierno. Ayer. Una bandada de patos sobrevuela la zona y aterriza de repente sobre el río. Práctican esquí acuático al comienzo de la tarde para los cuatro privilegiados que andábamos sueltos por allí en la víspera de Santo Tomás, festividad popular donde las haya, en el País Vasco.

Llegué a la localidad guipuzcoana a primera hora de la mañana. El pretexto era la motivación, el lugar un coqueto salón de belleza de la localidad y el equipo catorce personas receptivas al aprendizaje, tímidas -casi cerradas a las 10.30 de la mañana- participativas y chispeantes a las 13.30. ¡Qué gran experiencia para mí poder compartir con ellas algunas ideas, algunas dinámicas, algunas lecturas y algunos conocimientos! El empresario y artífice de la magia del encuentro se llama Javier. Admiro el nervio de este hombre, su capacidad de romper moldes en una tierra en la que todos se conocen por su nombre. Azpeitia no es Nueva York aunque puedan vestir, peinarse, producir y consumir al mismo nivel que en Brooklyn.

Tomé café en la Oñatz Taberna de la plaza del ayuntamiento donde había un mercado de frutas, quesos y verduras del país. Todos me hablaron en euskera con rítmo rápido y acento cerrado porque las montañas protegen Azpeitia de la invasión de otros acentos. Urraki, Samiño, Ernio y el macizo de Izarraitz custodian usos y costumbres de un pueblo recio, firme, trabajador, hecho al sacrificio y a la lucha. Ayer pude palparlo y me sentí honrada de estar allí, entre ellos, desafiando algunos paradigmas del comportamiento humano en el contexto empresarial.

De regreso a San Sebastián -41 kilómetros de distancia- observé el Balneario de Cestona (queda a la izquierda camino de la capital) que parece un inmueble fantasma anclado en una novela de Patricia Highsmith. Por la tarde, ya en el despacho, tocaba reunión de sabios. Alguien en un momento dado formuló en voz alta la definición de un equipo de alto rendimiento: "... Personas ambiciosas que han llegado a comprender que juntas pueden responder mejor a los intereses particulares de cada cual". Interesante. Cuadra con la experiencia matinal. ¿Qué entiende usted por "persona ambiciosa"? pregunté al más anciano, a lo que me contesto: una persona es ambiciosa cuando tiene hambre de logro, hambre de gol. Y sonrió.

viernes, 17 de diciembre de 2010

La tierra, el hogar compartido

Alto, delgado, con un poco de pelo blanco cobijando sus orejas y un impecable traje gris marengo sólo animado por una tenue nota de color en la corbata, Zygmunt Bauman ha dejado en San Sebastián un mensaje de inquietud, algo que se repite como una letanía cada vez que escuchas a los grandes pensadores.

Durante una hora de perfecto inglés, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010 ha desarrollado una ponencia interesante, un tanto inconexa, con referentes históricos al comunismo y al capitalismo porque en sus ochenta y cinco años de existencia le ha dado tiempo a estudiar, aprender y enseñar mucho. Judío de origen polaco (Poznan), es Doctor Honoris Causa por quince universidades y ha mostrado ante el público -que llenaba la sede de la Diputación Foral de Guipúzcoa- la irreverente osadía de quienes ponen sus contrastadas verdades éticas por encima de las conveniencias políticas o sociales.

El pretexto era hablar de las personas y el consumo como una relación de amor-odio. El discurso ha transcurrido por meandros de ironía bien orquestada por un verbo fácil, una mente prodigiosa, y una capacidad de improvisación necesaria en las tres-cuatro veces en las que se ha despistado por completo del discurso.

Muchas ideas potentes para compartir con ustedes. Sin embargo, elijo la que Bauman ha presentado como una certeza: para que todos los habitantes de la tierra viviéramos como lo hacemos en los países desarrollados necesitaríamos cinco planetas. Y no es posible: dejemos de consumir. Este ha sido el epitafio de su discurso duro, sarcástico y profético sobre el cercano final de la tierra a la que el Premio Príncipe de Asturias se refiere como "el hogar compartido".

martes, 14 de diciembre de 2010

La última frontera

Caído el muro de Berlín, acordada la moneda única europea, y comercializados los vuelos low cost, los ciudadanos nos movemos libremente por un mundo en el que la piel acaso sea la última frontera.

Recuerdo la historia entre una mujer negra de Surinam y un hombre blanco de Holanda. Al parecer, todo dio comienzo con un paseo por un bosque en el que las hojas del otoño revoloteaban juguetonas en círculos concéntricos -cada vez más pequeños- hasta convertirse en diminutos tornados de aire, tierra y fuego.

Muchas conversaciones, paseos, películas, risas, bailes y conciertos después, la piel no representaba una frontera para encontrarse a solas, sino un coqueto balanceo hacia la intimidad de dos seres. Observados por un invisible espía ruso, hubiérase dicho que traicionaban a sus ancestros, educación, nacionalidad, idioma, gastronomía, cultura, religión y ritos sociales. Observados por un ángel negro de Antonio Machín, hubiérase dicho que juntos empujaban la última frontera en un intento (entre desesperado e irreverente) de ir más allá de todas las convenciones.

Persistieron en su empeño con los altibajos de noria inherentes a la vida, y pese a las dificultades llegaron a convivir un tiempo y tuvieron un niño -de gran belleza e inteligencia- al que llamaron Orfeo. La historia pudiera tener un final feliz si la dejásemos ahí, pero no sería honesta del todo si no les contase un pequeño detalle, Orfeo nació rayado: blanco, negro, blanco, negro, como una cebra. Diríase que su anatomía reflejaba con descaro y precisión cada una de las fronteras que sus padres habían decidido transgredir.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Detalles

La mañana ha amanecido con escarcha sobre coches y tejados. El mar en calma y el sol, tenue casi tímido, coloreaba de amarillo la bahía: perfecto escenario para un cita largamente esperada con Arundhati, la amiga (a la que no había visto en los últimos ocho años) presente en la ciudad para presentar su último libro. Hoy era el día. Se preparó con mimo en los detalles: el aceite de pelo de Origins, la crema corporal de Adolfo Domínguez, el anticelulítico de última generación y un toque discreto de Dolce Gabbana y pinta labios.

A las diez y media se encontrarían en "los relojes" -lugar estratégico de la ciudad-, ese era el acuerdo y allí aparecieron puntuales las dos amigas, sonrientes, un tanto envejecidas y con mucho que contar. Hora y media y un café más tarde seguían con interés el desarrollo inconexo del diálogo alterno mientras ojeaban con aire errático las tiendas más bonitas de la ciudad. También entraron en una galería de arte donde el marchante les explicó el porqué de la cotización del pintor. Se llevaron un catálogo editado en un fabuloso papel couché y entraron en Imaginarium donde adquirieron dos lapiceros con un hada en el puntual. Después buscaron zapatos divertidos tan comunes en centroeuropa y tan escasos en el norte del país. Hallaron poca cosa, deambularon hasta la chocolatería de "lo viejo" donde esquinaron el deber para arrojarse en brazos del placer tomando dos chocolates y una docena de churros. Después hubo un caleidoscopio de colores en la retina contemplando los puestos de las aldeanas: alubias pintas, las mejores nueces del país, queso de oveja con label de calidad, pimientos rojos para asar, espárragos naturales... Todo tan hermoso como caro. Siguieron caminando por la ciudad, perdidas en el tiempo, en el recuerdo, en el presente compartido y en el futuro que ambas intuían incierto.

Por fin llegaron a la tienda de ropa infantil donde se demoraron más de media hora. Cada diminuto jersey, body o vestidito levantaba una doble exclamación de entusiasmo y elogio que las dependientas acabaron por obviar. Compraron algunos regalos para los recién nacidos de las amigas, y con un suspiro agradecido a la vida vibraron al unísono ante el título del último libro de Arundhati Roy: El Dios de las pequeñas cosas. Sonrieron entre calles cuando el sol ya declinaba.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El canon del management

Hace unas semanas acudí a una conferencia de Juan Carlos Cubeiro en la Alhóndiga de Bilbao en un acto organizado por Aecop. Entre otros muchos datos y curiosidades, Cubeiro informó de una característica común a la mayoría de los triunfadores del mundo empresarial: leen doce libros al año (uno al mes). Aunque me sorprendió tan poca lectura, observé entre las filas de tiburones que asistían al acto (ya saben treinteañeros con despacho, traje de marca y reloj Breitling) que se quedaban boquiabiertos. ¡Un libro al mes -exclamó un pelirrojo a mi derecha- qué barbaridad, de dónde sacamos tiempo!

Entrevistando en una ocasión a la editora Carmen Barcells, aprendí que se cataloga como "gran lector" a las personas que leen entorno a treinta libros al año (dos ejemplares y medio al mes). A alguno de ustedes la cifra les parecerá inalcanzable y a otros simbólica. Personalmente leo unos sesenta libros al año voluntariamente elegidos en las librerías de las ciudades que visito, es decir, al margen de aquellos que son obligados en ciertas formaciones. En fin, unos cuantos libros... lo que explica el colapso barroco -casi churrigueresco- de las estanterías de mi casa y despacho, la invasión de los espacios familiares comunes y la cada vez más floja aportación que hallo en los volúmenes nuevos, muchos de los cuales resultan un recorta-pega y colorea de manuales anteriores o de clásicos de la empresa, el liderazgo, la escritura o la comunicación. En algunos casos se quedan en recorta y pega porque el autor ni siquiera colorea, de insulso que resulta el volumen. Es algo que me enfada porque amo sobremanera la lectura y tener la sensación de pérdida de tiempo, de dinero y de aprendizaje me resulta lamentable.


El caso es que de vez en cuando topo con una joya. El pasado fin de semana la prensa económica recomendaba un volumen escrito por Alfonso Durán-Pich, titulado El Canon del Management y editado por Deusto. Ayer me hice con un ejemplar y aprovechando la jornada festiva he devorado lenta y apasionadamente algo más de cien páginas. Se trata de un ensayo riguroso en el que este emprendedor, directivo, conferenciante y profesor de escuelas de negocios repasa todos los referentes históricos del management, desde Taylor hasta Fayol, pasando por Carnegie, Drucker, Maslow... Con un estilo académico y ameno aporta la esencia de los principales pensadores empresariales de la historia de la humanidad. Apasionada por las ideas de Chester I.Barnard, he repasado tres veces su capítulo hasta memorizar que las organizaciones que quieran sobrevivir han de tener un propósito compartido, la voluntad de cooperar y la habilidad de comunicarse. Sencillo, obvio y, sin embargo, ausente de nuestras empresas del siglo XXI.

¿Cómo está su equipo-departamento-empresa en cuanto a propósito compartido, voluntad de cooperar y habilidad para comunicarse?

lunes, 6 de diciembre de 2010

Fauna

Por primera vez en los últimos ocho años estoy completamente sola en la playa de La Concha, ni un alma a las 9.00 de la mañana del lunes 6 de diciembre, festivo. Es una extraña sensación: nadie haciendo footing, ninguna pareja atusándose el bigote, cero veleros, traineras y piraguas en el horizonte. Calma chicha con un mar sereno, doce grados de temperatura y una brisa agradable que presagia lluvia al mediodía. Respiro bien, muy bien, conecto con el yodo marino, recojo una exótica piedra con dos agujeritos simétricos, la meto al bolsillo izquierdo de mi parka ¡pesa! ¡concho cómo pesa! y miro al Sagrado Corazón, única presencia en el entorno.


Ya en el asfalto, observo la fauna: hombres neopreno descalzos y en moto portando la tabla de surf camino de La Zurriola, ancianos insomnes, amoñis (abuelas) comprando croissants y magdalenas para los nietos aún dormidos, rumanos que deambulan, disciplinadas amas de casa que compran el periódico, policías municipales y controladores de la OTA. También algunos perros con sus amos, barrenderos y turistas con niños camino del Acuario. ¿Y yo? Observo a mis semejantes escribiendo su historia sobre la página en blanco de un festivo. Saco el libro de Pimentel, lo abro al sistema zahorí... donde caiga... para ver qué frase me depara el cercano porvenir y leo la definición de entusiasmo en griego: llevar un dios dentro ¡qué hermoso! tengo que contárselo a Natalia que investiga el entusiasmo en los equipos de trabajo como aportación a su Master de la Universidad de Mondragón (País Vasco) a cuyo tribunal pertenezco.

Entusiasmo = llevar un dios dentro. Me quedo con esto, mientras la ciudad se despereza.


viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Gutter?

Jugando a los bolos hoy en el Centro Recreativo Oostervant (Rotterdam) -a seis minutos de casa caminando sobre la nieve- he hallado la metáfora perfecta para el entrenamiento directivo: una mezcla de técnica, conocimientos, fuerza, talento, habilidad, coordinación, concentración y ¡sentido del humor!

Sí, sentido del humor cuando aparece en la pantalla que registra los resultados de cada jugador la patética palabra holandesa: gutter, que significa cero patatero = ningún bolo derribado = risas de todos los participantes menos tú que te quedas con cara de póker (un poco frustrado) tratando de descubrir qué has hecho mal -exactamente- para no repetirlo.

Hay bolas de variados pesos que se distinguen por colores y números. Yo he jugado todo el tiempo con dos de color verde del número 6, bastante ligeras porque las usan algunos niños. He perdido la partida ¡ni que decir tiene! A pesar de la concentración plena en el objetivo buscado: tirar alguno de los diez bolos en cada ocasión.

A la salida de la bolera americana -un poco enfurruñada- me he acordado de lo cuenta Manuel Pimentel en el volumen que estoy leyendo El libro de la escritura vital: "los hombres piensan, los dioses ríen" así que he abandonado la frustración sobre la nieve, y me he reído imitando a los dioses ;-D

jueves, 2 de diciembre de 2010

Oh my God!

Uno de los amigos de la sirena es un afamado masajista tailandés al que conocí ayer tras el concierto en De Doelen. Según ella, estar en Rotterdam y no visitar a Dopey (www.i-lotus.nl) es imperdonable, así que este mediodía he tomado el tren y me he alejado seis kilómetros de la estación central para acceder a la sala de torturas ¡perdón! salón de de moxa, aceites, ventosas, acupuntura, shiatsu y un largo etc.

Acostumbrada como estoy a vivir en mi cabeza, abandonado mi cuerpo a un cuidado de mínimos puritanos -higiénicos exentos de hedonismo- la experiencia con Dopey ha sido cuando menos placentera.

Tumbada boca abajo -respirando por un escueto agujerillo- Dopey se ha dedicado a meter su codo, dedos y mullidas manos por los infinitos recobecos de mi cuerpo insensibles al comienzo, dormidos (casi anestesiados de conciencia) para ir despertando poco a poco al dolor (tensión agazapada en cada célula) calor, picor, relajación y placer en sucesivas oleadas de masajes apoyados en aceites esenciales que el propio Dopey trae cada vez que viaja a Tailandia. También me ha regalado algunos consejos sobre el mantenimiento de mi salud, actitud y "asignaturas pendientes de esta u otras vidas". Ciertamente un personaje curioso y sabio que habla poco, observa y siente mucho. Si le preguntas, te facilita la información que necesitas. No más, no menos.

Para mi vesícula biliar -al parecer un poco maltrecha- me ha recomendado tomar infusiones de barba de maíz, un remedio propio de la ancestral medicina oriental tailandesa. Salgo a comprarlas a la tienda biológica más cercana. Barba de maíz, oh my god! Como dicen aquí cuando algo resultada divertido-sorprendente.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Vestigio de un mundo amable

Hay muchos mundos pero están en éste y a veces -por un instante- desaparece la delicada cortina que los separa y se entrevé el otro lado: la trascendente belleza de lo efímero perfecto, el sublime sonido del genial Tschaikovsky y su Serenade in C op.48 compuesta en el lejano 1880 y hoy sentido hasta las huesos en la Jurriaanse Zaal, De Doelen, Rotterdam. Hay mundos aparentes, ocultos, burdos, sutiles y todos -absolutamente todos- encarnan cuerpos, nombres, profesiones, fortunas e imperios.

Sentada en la fila 4, asiento 14, butaca granate, de vacaciones en Holanda, he añorado que estuviesen allí los equipos que entreno para integrar -sin una sola palabra- conceptos trascendentes sobre la conjunción perfecta entre el talento individual (en su máxima expresión) y equipo que trabaja acompasado, tanto... que parecen un sólo cuerpo. La llamada "conectividad" hoy era visible en la Orquesta de Cámara del Codarts. Mirarse, reirse y conectar, pasar la página de la partitura en silencio y conectar, tocar forte o piano y conectar: un sólo y completo cuerpo musical dirigido por Gordan Nikolic y entonado por un puñado de músicos de la élite europea, aunque alguno sea japonés o serbio.

Los músicos en general y Gordan en particular estaban tan centrados que podía observarse una cuerdita saliendo de su cabeza (coronario) y conectando con el buen Dios que hoy sí que estaba allí. Marionetas de lujo al servicio de la música, conectando la barbarie del siglo XXI (tan real fuera de la sala de conciertos) con el mundo amable de Teleman, Vivaldi y Haydn, siglos XVII y XVIII respectivamente.

El alma de los espectadores anclada en las butacas se sacude el polvo ancestral de la desidia, y se rinde ante un puñado de locos que luchan afanosamente por ser felices haciendo lo que aman con la máxima perfección, cada día e instante. Todo un modelo referencial para mí, los equipos, y acaso el mundo que quiera escuchar las verdades a voces que llegan de todos los rincones de la tierra. Hoy, en formato musical.

martes, 30 de noviembre de 2010

Lo esencial

-Mi fortuna por un gorro de lana que cubra las orejas- dijo Charles Leickert y se movilizó media ciudad en busca de la rústica prenda. Parece algo desmesurado (impensable) y sin embargo se entiende caminando sobre el puente Erasmus (Rotterdam): un viento gélido y escarcha en las aceras y sobre los gigantescos cargueros que pasan vacíos bajo el puente de regreso a sus puertos de origen.

La ciudad pedalea a un trepidante ritmo laboral. Ajenos a la oscuridad (nunca acaba por ser de día), a la niebla y la nieve, corren de un lado a otro empujados por el frío y las ganas de llegar a su destino con las bicicletas atiborradas de maletines, ordenadores, flores y compras.

Charles se hubiera tomado un chocolate caliente en la zona peatonal, tercera planta de Selexyz, en el número 58 de Hoofdstuk donde hoy -excepcionalmente- no había conexión a internet. Lástima que el bueno de Charles muriera hace muchos años, tras pintar algunos de los gloriosos cuadros colgados en el Rijks Museum (www.rijksmuseum.nl). Sus paisajes reflejan los Países Bajos, una tierra en la que la arquitectura, el diseño, las artes gráficas, la música y la cultura mantienen a la población entretenida y calentita en sus casas, pubs, cafetines de tertulia y fiestas privadas. Nunca sin guantes y bufanda o no alcanzarán tu destino sin un colapso térmico. He comprado una reproducción de Leickert "Paisaje de invierno" pintado en 1876: podrán verla en el despacho, cuando regrese embutida en el gorro de Charles ;-D

Esta tarde toca concierto con la sirena de solista y sus treinta amigos multiraciales. En el intermedio hay un aperitivo, como es tradición en Alemania, Suiza y Holanda. Prometo compartir... será mañana.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El Ancho Mundo

La noche ha dejado una capa de hielo sobre la bicicleta, el pavimento, las macetas y jardines de Rotterdam city. Seis bajo cero, a las diez de la mañana de un domingo de sol radiante. Dos horas más tarde en la cafetería Rekening 5 (www.rotown.nl) disfrutamos del segundo desayuno -mientras los holandeses almuerzan-, leemos la prensa española que llega a centroeuropa (El País), ponemos al día nuestros correos electrónicos y colgamos en Facebook el "evento" de mañana.


La sirena toca como solista (violín) en De Doelen junto a su profesor de master Gordan Nicolic, de pie y con cuerdas "de tripa", como en el siglo XVII (Barroco). Manías de genios. Al concierto acudirán una treintena de amigos y ninguno habla castellano. Por segunda vez, en este breve viaje a Holanda, conecto con lo evidente: It´s a big, big world (un ancho mundo) al que pertenezco. No quiero que me cesen ¡he de retomar mis clases de inglés conversacional!

sábado, 27 de noviembre de 2010

Cosas que sólo se hacen por amor

A quince minutos del embarque Puerta Cuatro del Aeropuerto de Loiu (Sondica, Vizcaya), abro y escribo en mi Samsung, compañero de viaje, testigo de mis andanzas, que hará posible mantener la conexión con ustedes, los lectores del blog.

Es sábado, y aún llevo encima mil impactos de bala de la última semana -laboralmente muy intensa- para dejar los principales asuntos del despacho encauzados. Atrás he dejado mi casa que -animada por la calefacción- parecía un nido acogedor. Sin embargo, poco después de las siete de la mañana he salido a la calle de noche, lloviendo, con tres grados de temperatura, nieve en las montañas y rodeada por una niebla intensa: hay cosas que sólo se hacen por amor.

Ya saben que la sirena vive en Rotterdam y allá voy a compartir experiencias porque los dos meses sin abrazos me parecen dos siglos y aunque la distancia no es el olvido, el Skype, los Emails y las llamadas telefónicas no huelen a vida, no saben a caramelo y no se sienten del todo.

Hay una enfermedad (al parecer muy extendida en occidente) llamada alexitimia, preludio de la depresión, que se caracteriza por no abrazar, no tocar a las personas y no hablar nunca de los propios sentimientos. Tendré boletos para sufrir diversas enfermedades en la próxima década. Sin embargo, deseo desterrar de raíz la posibilidad de padecer alexitimia, por eso suelo practicar abrazos de oso, en San Marcial ocho.

Última llamada para el vuelo 8354 Vueling con destino a Amsterdam... Les dejo ahora, seguiremos en contacto. Bye.

martes, 23 de noviembre de 2010

El anciano buho

Al mediodía he capturado tres miradas sobre mí. Seamos precisos: en el restaurante vip donde he almorzado hoy, he sentido el peso de la mirada de un anciano en tres ocasiones. Juguemos juntos: ... he sentido sobre mi -para ser exactos sobre mi pecho- la mirada de buho de un anciano ¿o la anciana mirada de un buho? En fin, allí estaba el hombre trajeado -con un pañuelito fino Casa Landa en el bolsillo de la americana- repitiendo alubias blancas del perolo que habían dejado en el centro de su mesa conociéndole, como parroquiano que es.

Llevaba gafas que a la hora de elegir los postres he descubierto que no eran bifocales porque se ha tenido que acercar la carta hasta la prominente nariz. Ahora entiendo que se haya fijado en mí: seguramente me veía como una mancha borrosa en movimiento y eso explicaría todo, o casi todo. La cuestión es que la edad media de los comensales del restaurante vip superaba con mucho los sesenta ¡como en el teatro, la ópera, los cruceros y los conciertos de la sinfónica!

¿Qué hago yo aquí? Me he preguntado por un instante (uno solo) porque tenía muy claras las razones de mi elección: cercanía al despacho, poco tiempo a mi disposición, hambre, y la certeza de que la comida sería sana y correcta que ¡no es poco! Además de un precio razonable, hilo musical, sillones de cuero en los salones, periódicos y revistas de todas clases y unas vistas fabulosas.

Yo, la más joven del geriátrico, parece el titulo de una comedia y la antesala de lo que aguarda. ¿Saben? El otro día se lo contaba a mi socio: yo quiero fallecer a los 67 años, en plenas condiciones, de un infarto y a poder ser dormida. No quiero arrastrarme lastimosamente por los salones de postín en busca de presas visuales que alimenten mis fantasías. No quiero husmear el rastro de otras vidas que aligeren la mía, ni imaginar cómo será el viaje en compañía de esos desconocidos que hoy han posado en mí sus miradas de buho entre sorbo y sorbo de Rioja del 82.

Por lo demás la city espléndida: lluviosa, rápida, llena de trajes, de paradas de metro, de grandes almacenes. Muy rico el pastel de arroz, casero. Mañana... ¡será otro día!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Lavanda en Aiete

El talento es una energía encerrada en un sistema.
Pisando hojas, el filósofo de Aiete (bosque cercano a mi casa) y yo misma hemos caminado dos horas bajo una lluvia horizontal típica de San Sebastián. La soledad y belleza del lugar merecen levantarse temprano un domingo, ponerse botas y chubasquero, y dejarse azotar por la brisa marina que alcanza la ciudad entera y sus recodos.

- El talento es una energía encerrada en un sistema- ha dicho él.
- ¿Encerrada? -le he desafiado yo- nada que esté encerrado puede contener la pulsión del talento que se caracteriza por respirar, de dentro a fuera, de input a output, de neurona en neurona, de sinápsis en sinápsis...

- Bueno, si no encerrada, contenida -ha matizado tras un largo silencio mientras recogía castañas que después asa su horno doméstico.

- Ya... ¿y qué más?

- Bueno, no sé... la cuestión es que es una energía y que preservarla, cultivarla, es lo esencial.

- ¿Preservarla o cultivarla?
- Preservarla si el talento aún te acompaña, y cultivarla si lo has despistado en algún momento...

Después hemos llegado al acer rojizo que se está quedando desnudo porque es de hoja caduca. Más adelante había unas matas de camelias llenas de capullos aún cerrados -está lloviendo demasiado para que se abran las flores de las camelias- ha dicho el filósofo. Por fin hemos alcanzado la zona más baja donde este año han sembrado un largo sendero de lavanda que él llama espliego.

-La energía ni se crea, ni se destruye, se transforma, ya lo dijo Einstein- le he provocado para que soltará la madeja de su pensamiento y verbalizara su peculiar enfoque de la vida que a veces me parece alocado y otras tan cuerdo como un sabio fuera de contexto.

- La energía se degrada con nuestra manera de vivir, de pensar, con nuestras acciones, con la calidad de la intención de lo que deseamos... Más castañas para su casi repleta bolsa de Lidl. La luz de la que hablan los yogis orientales no es otra cosa que la energía original con la que nacemos preservada por la sabia intención y la acción correcta hacia el entorno y los seres que lo habitan. De esa energía original que pervive en nosotros nace el talento, que en unos está obturado y en otros brilla con luz propia-. Suenan doce campanadas en la parroquia de Aiete, me mira y dice - agur, otro día nos vemos- mientras se aleja sin mirar atrás. Nunca mira hacia atrás.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Es usted huérfano?

Aunque en teoría es huérfano el niño que carece de padres, en las últimas semanas he topado con curiosas modalidades de orfandad.

Hay niños con padres que no ejercen y son huérfanos funcionales, otros que -tras una separación- son semi huérfanos del arquetipo masculino o femenino ausente en la vida cotidiana. Hay niños que ejercen de padres de sus padres desde la más tierna edad. Por último, hay niños que han perdido a uno de los progenitores por accidente o enfermedad y son medio huérfanos.

Además, he descubierto varios casos de adultos que se confiesan huérfanos y me han llenado de estupor. No me refiero a los casos descritos cuando se hacen mayores, sino a cincuentones que pierden a sus padres y -por primera vez en sus cinco décadas de existencia- sienten la oceánica, abismal e incomparable, soledad de saberse con la espalda al descubierto. Cuando murió mi padre sentí físicamente que la espalda se me quedaba a la intemperie -en carne viva- y desde entonces no he vuelto a sentir la cálida compañía que me aportaba su frágil figura, casi triste figura como la del hidalgo (Don Quijote).


También hay adultos que son huérfanos porque no mantienen relaciones con sus padres tras la ruptura del "hilo emocional" en algún tramo de la historia. Estos huérfanos acaso sean los más frágiles porque las ausencias pesan más que el plomo -seguramente el amigo Freud tendría algo que decir-. Plomo en las alas de los adultos huérfanos de padres vivos: orfandad, recuerdos y añoranzas de un tiempo de vida infantil que se fue para no volver. Y el desafío de construir contra-reloj un nido para los polluelos propios; y el deseo de arroparles para que no sean huérfanos emocionales de veinte, treinta o cincuenta años.

Y un último apunte: acabo de llegar de hacer la compra en un gran centro comercial donde hoy pedían a los que entrabamos con el carrito que aportásemos algunos productos para familias y niños necesitados. Cuando he entregado mi bolsa de alimentos, he aprovechado para charlar con la voluntaria de la organización y le he preguntado a qué país los enviarían (pensando en Ruanda, Etiopía o Benin). La mujer ha abierto los ojos como platos y con paciencia -no exenta de perplejidad- me ha dicho que los alimentos son para huérfanos ¡de Guipúzcoa! la provincia en la que resido: niños que pueden ser vecinos, transeúntes o escolares. La voluntaria me ha contado con vehemencia que hay hambre de macarrones y garbanzos ¡a un metro de mi piel! He sentido mi vida como "los mundos de Yupi" y de golpe mis quebraderos de cabeza laborales me han parecido frívolos y estúpidos. Acaso todos seamos huérfanos de diferente intensidad.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El otoño y sus alfombras

Hoy he sido irresponsable. Me he saltado la sesión matutina de gimnasia y me he ido a caminar por un bosque cercano donde el otoño ha pintado alfombras de hojas granates. En una casita de madera -convertida en tasca- me he tomado un cortado, un quesito diminuto y dos galletas: un pecado porque dos horas antes había desayunado un montón. He abierto el libro de Ramiro Calle titulado Conversaciones con Yogis (editorial Kairós) y he disfrutado de un rato de lectura frente al cedro. A las once me he puesto a trabajar abordando los asuntos "gordos" (como el libro de Petete). Culpabilidad cero. Remordimiento cero. Feliz, como una lombriz.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El ego al servicio del talento

En febrero de 2011 Eurotoques y el Basque Culinary Center publicarán Papeles de Cocina, revista especializada en la que se resumen las ponencias que desarrollarán Luis Rojas Marcos, Antonio Damasio, Tony Segarra, Luis Huete, Miguel Beato, Fidel Delgado y Mario Alonso Puig los días 14 y 15 de marzo en el Palacio de Miramar (San Sebastián). Avanzo para los lectores del blog parte del contenido de mi propia ponencia en el congreso que en esta ocasión se configura entorno a Liderazgo, Motivación y Crecimiento Personal. El tema que desarrollaré es: Equipos Eficaces. Estas son algunas de las preguntas que me ha hecho el editor.

¿Qué es realmente un equipo? ¿Qué elementos son necesarios para que exista, funcione y merezca ese nombre?

Un equipo es una energía colectiva puesta al servicio de un objetivo transpersonal muy superior al alcanzable con la suma de las partes. Para hablar de equipo todos los participantes han de estar orientados-alineados-ilusionados hacia el logro de una meta trascendente que si bien tiene su reflejo en indicadores concretos (mayor producción, beneficio, reconocimiento, internacionalización o lo que fuera) está inspirada por una misión, una visión y unos valores, como la contribución, la mejora de la humanidad, la erradicación de la enfermedad o la pobreza, la aportación singular o el sentido último.

¿Es posible un equipo sin líder? ¿El liderazgo puede compartirse?

El management internacional del último siglo ha estudiado largamente esta cuestión sin alcanzar consenso. Cuando se desea honestamente que un equipo funcione todos sus componentes han de dar lo mejor de sí mismos al margen de la jerarquía, y comportarse como un conjunto de talentos sumando exponencialmente para lograr resultados excepcionales. En este sentido, un gerente integrado en un equipo de trabajo tiene una voz y un voto idéntico al de otro participante sin rango. En la base del concepto “equipo” se asienta la horizontalidad: todos participamos, todos aportamos, todos nos esforzamos, todos respetamos la diferencia, todos conocemos la estrategia empresarial, todos practicamos el compromiso y la lealtad. Por último, según Sabino Ayestarán (Catedrático de Psicología Social de la UPV y uno de mis supervisores) no se puede hablar de equipo si no hay un liderazgo compartido.

¿Existe una fórmula para sacar el máximo rendimiento de un equipo que pueda aplicarse de forma generalizada?

La vida no es una fórmula exacta, las organizaciones son sistemas tan vivos como las plantas y las personas ¡gracias a dios! tan singulares como cada estrella del firmamento. Una de las diferencias substanciales entre la consultoría y el coaching es que los entrenadores (coaches) trabajamos con una metodología artesanal: persona a persona, equipo a equipo, organización a organización, en la aproximación al desafío único de cada caso.Yo desconfiaría de una persona que afirmase tener la fórmula mágica que asegure el máximo rendimiento de cualquier equipo. Sin embargo, le diré algo: creo en el trabajo, en la perseverancia y en el optimismo como condiciones necesarias aunque no suficientes para alcanzar el éxito de un equipo. Algunos factores más escurridizos tienen que ver con la comunicación entre los participantes, entendiendo por comunicación una apertura honesta a los demás, una confianza en su bondad, una escucha de calidad, la práctica de la asertividad y un respeto a prueba de bombas.

¿Qué importancia debe tener el líder del equipo a la hora de "gestionar los egos" de sus miembros?

El primer ego que debe gestionar cada persona es el propio. Por mi trabajo con líderes empresariales, políticos e institucionales tengo la sensación de que su ego está un poco más inflado que el del resto de los mortales. La lógica indica que al encontrarse en posiciones de poder tienden hacia la auto-complacencia -amiga íntima del ego- foso en el que es fácil caer una y otra vez. En los equipos, como en las familias, impactan más los hechos (comportamientos y las actitudes) que las palabras. Si no hay una gestión de egos, en realidad no tenemos un equipo, tenemos una caja de grillos, una orquesta de solistas, un caos.

¿Debe existir un término medio entre el equilibrio de los egos y la potenciación de los talentos y aptitudes personales?

Considero el talento personal como un don divino: recuerde la parábola bíblica de “los talentos”... En mi trabajo como entrenadora lo básico es preservar el talento original de cada ser humano. La grandeza del coaching reside en que su enfoque da por cierto el hecho de que la persona posee pleno potencial para alcanzar la mejor versión de sí mismo: no se trata tanto de añadir o de quitar, cuanto de alcanzar un nivel de consciencia que permita la fluctuación armónica de los elementos en juego. La dicotomía que usted plantea, ego versus talento, no es real. La cuestión está en que el ego -y su frivolidad mundana- sea un fiel sirviente del talento.
¿Alguna receta para motivar a un equipo desmotivado?

La primera obligación de todo jefe o directivo es no desmotivar. Así de simple. Las personas por lo general abordan su vida laboral con cierto ánimo que van perdiendo con el paso del tiempo, la ósmosis con los valores que se practican en la organización, y las limitaciones humanas de su jefe directo. Piense una cosa, hasta un 90% de las personas que abandonan un empleo fijo y bien remunerado lo hacen por mala relación con su jefe directo.

Centrándonos en el mundo de la gastronomía en España, vemos que los cocineros y sus equipos han alcanzado objetivos realmente elevados, lo que los ha convertido en referentes a nivel mundial. ¿Y ahora qué? ¿Qué pasa cuando se ha llegado mucho más lejos de lo que se esperaba?
Como dice mi amigo Anthony Robbins "el límite es el cielo". Los humanos estamos perdiendo la capacidad de soñar despiertos, de visualizar la felicidad posible, el logro infinito, la belleza del arco iris. Mi propuesta es recuperar la capacidad de soñar mientras bregamos en la materia, y gozamos del privilegio de estar vivos. Y le diré algo, la gastronomía española ha llegado lejos. Usted dice que más de lo que se esperaba, quizá la prospección era incorrecta ¿no le parece? A veces somos nosotros mismos los que nos ponemos techos de cristal con nuestras creencias, paradigmas obsoletos e ideas limitantes. Los techos de cristal son letales ya que no se ven y sin embargo nos acotan en nuestro desarrollo, en nuestro devenir como almas en tránsito hacia otro plano, otra dimensión, donde los chefs, sin duda, serán reconocidos como genios.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Pin Pan Pun Spam

Hoy ha sido un día redondo. No sólo porque a media mañana me he comido un donut -antojo que arrastraba desde hace semanas- sino porque el cielo parece dibujado por un ángel, el sol más propio del verano, y el termómetro ha estado por encima de los veinte grados toda la jornada. He tenido tiempo de comprarme tres libros, y de salsear con las páginas de otros tantos en la librería central de la ciudad (Fnac) donde el martes a las 19.00 horas presentaré a un amigo que promociona su libro La empresa y los cinco elementos.

Todo tiene sin embargo su "manchita de mora", como decía un colega andaluz. Al llegar a casa y repasar mi correo electrónico (23 Emails de trabajo y 12 personales) reviso el spam y ¡plof! un día más entre el estupor, la indignación, la risa y el llanto: yo no quiero un alargamiento de penis, ni acudir al "embarque inmediato hacia Tenerife", ni la máxima calidad de viagra ¡cielo santo! ¿ustedes no están hartos de estos envíos masivos de chorradas? Ya perdonarán el léxico es que... venía tan Om de mi paseo vespertino, con mis libritos inspiradores, las olas en la retina y en el tímpano, que asomarme a esta vulgaridad me ha descentrado. No es la primera vez, me temo que no será la última, y me pregunto ¿por qué hemos de estar sometidos a la invasión del espacio íntimo? Espacio auditivo, visual, olfativo...

De un tiempo a esta parte tengo hiper-desarrollado el olfato y no saben qué tormento. Recuerdo una auténtica joya literaria titulada El perfume, de Patrick Süskind -un tanto perversa en su argumento- basada en el sentido del olfato. Como les digo, es casi una maldición: olor a vino a primera hora del domingo entorno a una discoteca del centro de la ciudad. Olor a sudor en los probadores de una exitosa marca española de ropa expandida por el mundo. Olor a residuos de perro en el puerto. Por favor, tomen nota quienes sean que me remiten los anónimos Emails: no deseo un alargamiento de penis. Ya vale.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Kit Kat

Una querida amiga con la que colaboro en un proyecto acaba de anunciarme que no podrá estar en una reunión que tenemos con algunos compañeros la próxima semana. En su Email se confiesa "desbordada" y expresa su necesidad de un kit kat.

La primera vez que escuché esa expresión fue a un inversor a quien entrenaba en el objetivo de alcanzar la prosperidad. Paradojas de la vida, todas, todo el tiempo. Confieso que aunque conseguimos hacer rentable su negocio, no alcanzó la prosperidad porque Enrique -le llamaré así preservando su identidad- tenía algunos vicios confesables (las motos, las inversiones arriesgadas en bolsa, cierta ludopatía con el ordenador) y otros inconfesables relacionados con las chicas. Había mucha fuga de dinero y aunque avanzamos raudos hacia el incremento de clientes, ingresos y facturación, él era aún más rápido gastándolo.

En fin, que Enrique hablaba de un kit kat, momento en mitad de la jornada laboral en el que se sentaba a pensar, a mirar la vida e incluso a leer algunos ensayos de su sector, mientras tomaba un café en las Ramblas. Un kit kat, una parada técnica en la que re-conectar con nosotros mismos sintiendo el cuerpo y vaciando la mente del trasiego laboral. El gurú del management Covey lo llama "afilar la sierra" y es uno de los siete hábitos de las personas altamente eficaces.

Mi amiga pisa fuerte el acelerador y aunque es una mujer recia, voluntariosa, creativa, sociable y encantadora creo que está forzando los límites de su propia resistencia. Desbordada, está desalojando de su vida todo lo que no es trabajo y clases de ingles (imprescindible para su trabajo). Este rítmo descapitaliza y quizá dentro de un tiempo sea menos creativa, animosa e incluso sociable porque el cansancio hace estragos en el cuerpo y en el alma.

Esta tarde -en plena semana laboral- me he tomado un laaargo kit kat, toda la tarde para mi: siesta, lectura, gym, paseo, cafecito negro y blog. Mañana tengo un día de combate con dos equipos de empresa y quiero darlo todo. Como decía Pareto (ver en Google Ley de Pareto) del 20% de nuestra actividad obtenemos el 80% de nuestro rendimiento. Hoy me he acostado con Pareto y excepto por su larguísima barba me ha parecido un tipo encantador ¡se lo recomiendo!

martes, 9 de noviembre de 2010

Cantábrico Psicótico

El Cantábrico da miedo. No es que yo me asuste con cualquier cosa: no me despeina la rótula de mi hija en carne viva tras un accidente de esquí, ni las placas de hielo de las pistas negras de Cauterets, ni una víbora a un centímetro de mi bota en los Ibones Azules (Pirineos).

Hoy, sin embargo, el Cantábrico da miedo: olas de dos metros en la orilla de la playa ¡dos metros! muy por encima de mi cabeza. Rompen con violencia extrema en un ¡splash! espumoso que se prolonga hasta el edificio de La Perla (termas) donde temen la quinta inundación en la última década. En la zona del Peine de los Vientos de Chillida, las olas se alzan por encima del petril barriéndolo con agresividad psicótica. Los barcos han desaparecido del horizonte: ni una piragua, ni un velero, ningún surfista se sumerge en las revueltas aguas del Cantábrico tras una noche de lluvia torrencial.

Contemplando el espectáculo me he acordado de un empresario al que entrevisté en mi etapa de periodista, Yvon Chouinard, propietario de Patagonia, una empresa volcada en la fabricación de materiales deportivos. Nacido en 1938 y asentado en California, Ivon es un hombre curtido por el viento, el frío, la montaña y la vida (acaso la prueba más extrema). El mensaje de este empresario de raza, de este pionero del surf y de la aventura en el vivir y fabricar, no es otro que el de aunar satisfacción plena y beneficio empresarial. Parte de la experiencia de Patagonia se recoge en el libro titulado Que mi gente vaya a hacer surf -Ediciones Desnivel- donde el gerente aparece fotografiado en bermudas, con los pies encima de una mesa de bambú y algunos aperos de surf al fondo de la estancia.

Me contó Chouinard que cuando su plantilla veía olas surfeables salían de estampida hacia la playa -abandonando las tareas- para retomarlas en los tediosos días de calma chicha, haciendo posible las presuntas dicotomías: placer - deber, naturaleza - interiorismo, ocio - negocio. Al despedirnos tras la entrevista, Chouinard me dijo algo que entendí como un piropo siendo - como es- hombre de escuetas y firmes palabras: que yo era un tornado con la fuerza de un maestro, de un lama. Le agradecí educadamente el cumplido calibrando que me veía con la piedad de un padre bondadoso.

Años después, cuando las olas de dos metros me han golpeado, me he acordado de él. También hoy, ante la contemplación del mar enfurecido... y (con humildad y realismo) he plegado alas: tenía razón el intrépido montañero Chouinard, sólo la persistencia terca en el empeño de "ser" sobrevive a la barbarie de un destino.

sábado, 6 de noviembre de 2010

La cuidadora de plantas

Conocí a una mujer a la que llamaré la cuidadora de plantas. Siempre llevaba consigo un saquito -de color naranja- en el que portaba las valiosas semillas de la creatividad que los dioses le otorgaron al nacer.
Los talentos jugueteaban entre sí para alzarse con la victoria, que no era otra cosa sino salir al mundo transformándose en belleza; porque la cuidadora de plantas estaba persuadida de que "donde no hay belleza, no hay conciencia".

Aquella mañana de otoño, la semilla de la creatividad había llevado a la mujer hasta la Casa de Labores (Elkano 5, San Sebastián) una antigua tienda de madera en la que -sin saberlo- las sabias del lugar se daban cita en las dos plantas repletas de tesoros.
Era sábado, y algunas de ancianas se habían lanzado a la calle en busca de botones, hilos, drapeados, lazos, puntillas, cremalleras y otros artilugios de magia con los que crear belleza para sí mismas y para otros. La cuidadora de plantas invirtió casi media hora en la búsqueda de un adorno para su boina negra, herencia de un querido familiar. Con delicadeza y curiosidad, revolvió los cajones de los botones opacos y brillantes, de los cordones y de los lazos. Finalmente se decidió por tres botones de diferentes tamaños que cosidos uno encima del otro formarían el efecto de una rosa tricolor un tanto snob, casi extravangante. Sin duda la llevaría en su próximo viaje a Rotterdam donde el termómetro apenas alcanza los cinco grados al mediodía.


De regreso a casa, la cuidadora de plantas paseó por la playa donde descubrió que el tiempo -como el horizonte- es un continuo que no tiene principio ni fin: siempre ha estado y estará ahí, y se le antojó absurda la percepción humana del tiempo biseccionado en pasado, presente y futuro. Todo es uno. El pasado está incorporado en las células y en la memoria, el presente es un fugaz hálito de vida en el que raras veces anidamos, mientras que el futuro es un tapiz entrelazado de pasado y presente en un eterno causa-efecto-causa-efecto-causa-efecto sin fin. Se agachó para recoger una concha, miro de nuevo el horizonte y pensó: sí, en verdad el tiempo es un continuo, todo está aquí-ahora, con nosotros. Y esa idea le pareció esperanzadora.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Un hombre de cristal

Hay días mágicos en los que conoces a una persona de cristal. Se las reconoce porque sobrevuelan el suelo a un centímetro del asfalto. También porque escuchan con los ojos, acarician con las orejas, sienten con la nariz y -en general- tienen muy desarrollados los cinco y otros sentidos. Hoy ha sido uno de esos días mágicos a orillas del Nervión, dando un paseo al comienzo de un proceso de entrenamiento.

El cristal puede ser cortante o dulce. Cortante si se siente atacado, herido o infra-valorado. Y dulce como una canica si se siente reconocido y apreciado. En todos los casos el cristal resulta atractivo, transparente y juguetón en su parpadeo de luces y color. También es frágil por su sensibilidad, ¿hiper-sensibilidad? En verdad me pregunto quién está moralmente capacitado para etiquetar a los demás, para otorgar clasificaciones de insuficiencia o exceso... ¡Convenciones! Vivimos sumergidos en una pecera que se encoje en la medida en la que la llenamos de convenciones: paradigmas no revisados.

Hablo de un artista de cristal vestido de negro, de ojos negros, de ágiles conexiones neuronales, de radares axiales en la captación reflexiva de los conceptos y del aprendizaje. Fluido en el verbo, me ha explicado con exquisitez qué hace. Sin embargo, se ha bloqueado al preguntarle quién es. Curioso... ¿no les parece? El tema no resuelto de la identidad, resta potencial al desarrollo del talento, lastra el vuelo, acorta alas, empequeñece sonrisas, encoje sueños y -quizá- agiganta el desconcierto. La identidad. ¿Quién soy? ¿Quién eres? Aquí estoy... te veo... me importas hombre de cristal, pequeño genio de los fogones ¿o eres grande? ;0)

lunes, 1 de noviembre de 2010

Chef Genial

Estoy contenta porque un famoso chef vasco desea mejorar sus competencias de liderazgo, comunicación y mediáticas entrenando conmigo. No es vanidad, es alegría que deseo compartir. Puesto que he de preservar la confidencialidad, su nombre y su marca quedan para siempre entre nosotros y su equipo. ¡Tiene gracia que entrene a un destacado chef -que un día sí y otro también aparece en el New York Times- cuando yo no sé hacer ni un huevo con puntilla que decía mi madre (frito). Ahora quizá aprenda en el intercambio de energía, ilusión y saberes que es toda relación de Coaching.


Aún no nos conocemos en persona, pero me han hablado y he leído mucho sobre él, lo que en los últimos días me ha llevado a reflexionar sobre el agudísimo filo que separa la genialidad de la marginalidad. Parece como si todo dependiese del momento histórico, del contexto social y hasta del azar de encontrarse (o no) con una persona de prestigio, poder, renombre e influencia que reconozca lo que haces como algo excepcional. Da igual que se trate de escritura, pintura, cocina, arquitectura, costura, cine, música o teatro. El agudísimo filo que separa genialidad de marginalidad es como el de una navaja de yonqui: hasta que consigues salir como un diestro triunfador por la puerta grande de Vista Alegre (plaza de toros de Bilbao) nada está asegurado.

Dicen que cuando trabajas por cuenta ajena la "capacidad de adaptación" es un salvaconducto para conservar el empleo, mientras que cuando tienes tu propia empresa, si no te diferencias mueres más rápido que una mariposa. ¡Paradojas!

Leo estos días Y tú ¿qué marca eres? un libro diminuto de 122 páginas publicado por Alienta y escrito por Neus Arqués. Sabido es que todos somos una marca y que nos proyectamos en las redes sociales, los blogs, los actos públicos y sociales en los que participamos así como la ropa, los accesorios y el coche. Todo habla de nosotros. Cuando tienes tu propia empresa: diferenciarse o morir. La verdad es que hasta donde me alcanza el recuerdo (el patio de mi colegio de monjas) siempre me he sentido un poco diferente ¿rara? Un amigo psicólogo diría que poseo personalidad narcisista y tiene razón: mi cabeza razona de manera peculiar, escucha donde otros oyen, intuye donde otros obvian, imagina cuando duermen y sueña cuando desfallecen. ¿Geniali-dad o Marginali-dad? Acaso lo importante sea ese dad... lo que sea... como sea, a quien sea... ¡Dad!

domingo, 31 de octubre de 2010

Innovación Social ¿Revolución Silenciosa?

Aunque se favorece la innovación con variadas iniciativas y resultados exitosos en la creación de productos y servicios, quizá aún podamos hacer algo más. Mi propuesta es la innovación social, en la que podamos participar todos los ciudadanos (uno a uno, a pie de calle) asumiendo nuestra responsabilidad como una armónica multitud que avanza hacia el porvenir.

La innovación quizá sea otra cosa que empapelar las paredes de los despachos con post it de colores (técnica original de la Universidad de Búfalo), el brainstorming (tormenta de ideas), el juego de sombreros (Eduard de Bono) o los mapas mentales (Tony Buzan). Finalmente, aunque es interesante reunirse y compartir sin censura el pensamiento, la innovación es algo más que verbalizar cuanto se cruce en el frontal de nuestra mente -tenga o careza de coherencia, lógica o tino-.

Convertida en cajón de sastre, la innovación está en boca de todos sin que nadie atine a practicarla a ras de suelo, es decir, al nivel operativo en el que -quizá- resultase abono fértil a la parálisis social agudizada ahora por el miedo a perder el empleo, el cliente, el bonus o la promoción.

Los departamentos gubernamentales, clusters y think tanks hacen sus aportaciones valiosas, aunque de bajo impacto social. Echo en falta algo… ¿revolucionario? al menos esperanzador ya que en ocasiones me da la sensación de que la humanidad busca al tacto un rayo de esperanza en la negrura de la noche, y acaso nos encontremos en un momento crucial cuyo desafío consista en plantearse un modelo diferente en el vivir, que derive hacia un modelo diferente de relaciones. Diría sin rubor un modelo innovador si el término no estuviera tan contaminado como el río Liaohe (China).
Innovar pudiera ser caminar por la mañana hacia el trabajo o ir en bicicleta. También comunicar empática, receptiva, amablemente, y en el contexto organizacional, la gestión del ego que se desata como un tigre tan pronto como se promociona a un directivo. Se gane poco o mucho, innovar pudiera ser vivir austeramente como una elección ecológica y respetuosa con un planeta sobrecargado que agoniza; y apostar por el ser arrinconando el tener rescatando tiempo de calidad para mirar a las estrellas y orar.

Innovar es construir un sueño y vivir de acuerdo con los propios valores -estén o no de moda-, desde la unicidad del ser, porque en un mundo de clones, yo prefiero ser un gnomo. Y ser agradecidos con lo que somos y tenemos antes de perderlo (la salud, el empleo) así como creer en la felicidad posible, profunda inspiración hacia la mejor versión de uno mismo. Innovación reflexiva en lo cotidiano, que se interrogue sobre lo qué está pasando, el aprendizaje y -sobre todo- cómo mejorar con honestidad, libertad y apuesta firme por el cambio. El cambio, como lo único permanente.

En síntesis, lo que propongo es una revolución silenciosa y armónica uno a uno hasta alcanzar una masa crítica que haga posible otro modelo de existencia, ciertamente innovador en el vivir, porque acaso lo más valioso sea avanzar hacia la plenitud-autorrealización (Abraham Maslow) y el sentido último Viktor Frankl (neurólogo y psiquiatra austriaco), la razón por que la estamos en el planeta tierra.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Pisando charcos, al norte

He pisado 33 charcos de mediana profundidad para eliminar la arena de mis camper rosas de cordones grises. Antes, descalza, he saltado 33 olas disfrutando de un agua cuya temperatura resulta soportable a finales de octubre. Mientras paseaba por la orilla, ha caído txirimiri (fina lluvia del norte), calculo que habrán sido unas 33 gotitas diminutas porque apenas han dejado un registro efímero en mi Gudrum rojo talla small (impermeable de origen nórdico comprado hace dos años en Stuttgart). He tomado 33 sorbos de café en el Niza y un bloque de queso de cabra que recomienda mi homeópata bilbaíno. Calculo que habré estado leyendo unos 33 minutos en la mesa pequeña desde la que se ve el mar. He disfrutado mucho con la expertise de Iñaki Piñuel sobre el acoso moral en el trabajo, en los valores y en la vida. Aunque... tiene una visión tan reptiliana del ser humano ¡tan primitiva y rastrera! que he sentido 33 nauseas por la humanidad (en la que me incluyo ¡of course!).


El caso es que tras los 33 charcos he competido con unas gemelas de tres años que pretendían imitarme. Sus padres no han consentido y ellas han protestado ¡cómo corresponde! Después he llegado al despacho, he escuchado el contestador automático: 33 segundos de silencio y el mensaje de una Escuela de Negocios de Madrid que me invita a participar en su programa formativo con el temario que quiera, en las fechas que pueda. Con el auricular aún en la mano he mirado al techo (hay una telaraña en la esquina izquierda del fondo) para agradecer a los 33 dioses del Olimpo que sigan protegiéndome. Hay buena gente, Piñuel, no todo son psicópatas de poder, ni narcisistas retorcidos... Existen personas que ofrecen proyectos a personas en un silencioso reconocimiento de lo que hay, de lo que es. A 33 pasos del jardín zen del despacho, me apresuro a regar las plantas: el laurel que me regaló Andrés y mide ¡más de dos metros! el rosal enano cuyas flores se comen los caracoles, las azaleas que afortunadamente no les gustan, las camelias con 33 botones a punto de florecer, el tejo que me regaló Eli y ya tiene muchas bolitas rojas, y el acer japonés, la joya de la corona de mi jardín. Cae de nuevo fina lluvia refrescante, apenas 33 gotitas de txirimiri otoñal. Conecto con ustedes y escribo unas propuestas para la Escuela de Negocios, unos emails y este post. Tardarán 33 segundos en leerlo.

domingo, 24 de octubre de 2010

Tiburones

Trabajo con directivos de varias entidades bancarias, algunas vascas, otras no... Dirigen por objetivos de pasivo, de hipotecas, de fidelización, de volumen de negocio, de venta de seguros y ... hasta de vajillas.

Llegan al despacho textualmente "fritos/as" como pollos de cervecería: alto nivel de stress, inconmensurables esfuerzos para alcanzar la imposible rentabilidad que les marca su director regional quien -a su vez- es marcado (como en rúgby) por el director de zona quien a su vez... Permitan que respire porque me agoto tan solo con recordar la secuencia que se produce en cada entrenamiento con estos directores de sucursal.

Todo está cuantificado (a veces pienso que hasta las veces que respiran, tosen o se ríen porque acaso les rebaje el ratio de productividad para el bónus, o para el ranking en el que diaria o semanalmente (según las entidades) les catalogan como en la lista de Schindler.

Con el tiempo, estos tiburones macho o hembra se convierten en sanguinarios depredadores de sí mismos y de otros porque del resultado de la totalidad de su equipo depende la promoción propia... ¡claro que sufren! ¡claro que se agotan! ¡claro que duermen mal! ¡por supuesto que anhelan un tiempo mejor en el cada vez más alejado porvenir! Sin embargo, han caído en la trampa narcisista de la que habla Iñaki Piñuel (Universidad de Alcala de Henares) en el libro que estoy leyendo Liderazgo Zero (Lid Editorial). El foso consiste en obedecer órdenes de los superiores de manera casi ciega, robótica, hasta exprimir la última gota del zumo neuronal y de la resistencia física de los subordinados. Los directores de sucursal se convierten en autómatas vestidos con traje por fuera y con neopreno emocional y ético por dentro: todo vale al servicio de los objetivos que indica el superior.

Ahora resulta, sin embargo, que este sistema está dejando de dar resultados o -al menos- está dejando de ofrecer la excelencia cuantitativa de antaño. Leo en Negocios a Iván Martén (The Boston Consulting Group) quien afirma que junto a la dirección por objetivos cuantificables hay que aplicar un enfoque cualitativo en el que se precise la forma (a poder ser ética y humanista) de lograrlos.

En una idea: pasar de la dirección por objetivos que puso de moda el austriaco Peter F. Drucker (uno de los padres del management) a un nuevo modelo de gestión que incluya variables como la innovación, los procesos, el desarrollo directivo, la actitud de los trabajadores y la responsabilidad social de la empresa. Para quien no haya leído sobre ello, algo muy cercano a la ética.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Reflexividad?

Una vez al mes un grupo de profesionales nos reunimos con un sabio: personalmente absorbo lo que dice, lo que calla, y lo que respira junto con algunas certezas, varias dudas, muchas lecturas, cientos de investigaciones y una vida dedicada a la enseñanza. Es catedrático de psicología social en la Universidad del País Vasco y un especialista en equipos académicos y empresariales.

A veces soy irreverente con las preguntas-desafío que le formulo, y pese a su edad (más de setenta años) y condición "aguanta" el envite con señorío. Tiene cintura, y una sonrisa pícara desde los ojos que calibra y piensa: comprendo... quizá... voy a revisarlo... tal vez... mientras vuelve a la ortodoxia de su pensamiento bien armado-alimentado durante cincuenta años.

Hoy hemos profundizado en la rivalidad entre dos-tres componentes de un equipo empresarial. Para ello hemos aplicado el "diagrama de afinidades", algo que le gusta mucho a Sabino Ayestarán. Tras gastar casi un taco de post it hemos alcanzado algún consenso, alguna conclusión y muchas incógnitas porque... a veces el diagnóstico de una situación es hipótesis en la que cualquier parecido con la realidad resulta pura coincidencia. Entiéndanme, no es que ponga en solfa los conocimientos, ni el diagnóstico, ni la interpretación del sabio, sino que la vida no es una fórmula exacta ni -a mi entender- existe una sola manera de abordar-solucionar-mejorar un dilema.

De hecho, el propio Sabino está interesadísimo en la innovación y en la creatividad que -al fin y al cabo- si yo no ando muy despistada, no es sino la ilimitada exploración de opciones, al menos en la fase de pensamiento divergente, de pensamiento lateral. Se ha interesado mucho por un curso de Neuronilla que organizan en Bilbao http://www.up-art.org/ mis amigas Miren e Isabel a mediados de noviembre 2010, porque intuye que hay algo que incorporar al pensamiento poliglota y articulado de los congresos y las sesudas publicaciones internacionales.

Hoy hemos aprendido mucho con el sabio, tanto, que excede el formato de un post. Sin embargo, quisiera cerrar la impronta con una idea: la reflexividad o capacidad de las personas, los equipos o las organizaciones para reflexionar conjuntamente sobre lo que están haciendo, lo que ocurre... Se trata de pararse a mirar, a observar lo que hay, lo que es.

Buen aporte vitamínico para la jornada: con honradez, libertad, y genuino deseo de cambio, pongamos un gramo de reflexivilidad en nuestra vida: ¿Qué está pasando?

Juego de Espejos

Puesto que estamos hechos de la misma materia que las estrellas (Sagan), es comprensible el anhelo de convertirnos en dioses. Y de entre las mil ventajas que conlleva ser un dios, hay una que -para mi- se alza sobre todas las demás: la capacidad de evitar el declive de quienes amamos, entiéndase desánimo, enfermedad, envejecimiento y muerte. La muerte acaso sea lo de menos porque en verdad lloramos por nosotros, los que sobrevivimos a la ausencia irreversible del otro. Sin embargo, el paulatino deterioro nos confronta con la tristeza del ser que conocimos y ya no es, de la fuerza que conocimos y ya no está, de la belleza que se marchita... Y aunque desde el nacimiento sabemos que somos mortales, cuán duro es verlo en el otro intuyendo, a su vez, que lo que descubrimos no es sino un espejo de nuestra propia evanescencia.

sábado, 16 de octubre de 2010

Dos

Dos bajo un paraguas un domingo al atardecer, con un cielo naranja-acuarela, y el mundo es un exceso.

Dos en silencio, a carcajadas, dialogando, de la mano, separados, en paralelo, frente a frente, de pie, sentados, en coche, en autobús, en funicular, en barco, en bici, en moto, un lunes al amanecer. Dos jabonándose mutuamente la espalda con un guante de crin, tomando chocolate con churros en el casco antiguo, compartiendo chicles sin azúcar, un martes por la mañana. Un hombre y una mujer, un miércoles por la tarde, de escaparates por el centro cogiendo ideas para combinar ropa, reciclar complementos, absober tendencias de moda pensando en él, imaginándole a ella. Dos. Y un jueves de librerías buscando recomendaciones bibliográficas de los amigos, escuchando un poco de música en el Fnac, antes de comprar un CD de gregoriano para los ratos de relax, en casa, en solitario, de uno en uno, aunque sigan siendo dos. Y llega el viernes y es el momento de decorar la mesa para la cena que señala el comienzo del fin de semana: velitas, servilletas de colores, entremeses y un buen vino, blanco, como le gusta a ella, de aguja. Y sábanas estampadas de diseño oriental, y muchas risas antes y después de que el edredón resbale al suelo. Y el sábado, dos llenando un carrito de la compra con productos alimenticios y de limpieza: momentos para lo prosaico. Y el domingo de nuevo sobra todo en un tiempo lento, compartido y pleno en el que el mundo es adorno, escenario, pretexto, música de fondo para dos que se quieren más allá de lo efímero.

viernes, 15 de octubre de 2010

Encefalograma plano

En un mundo de clones, prefiero ser un gnomo.
Jueguen conmigo, por favor, a encontrar una página web, un blog, un artículo en Expansión, en Negocios (EL PAÍS) o en el Financial Times (Economía) que no referencie alguno de estos conceptos: innovación, sinergia, creatividad, optimizar, crear valor, transversal, liderazgo, misión-visión-valores, desarrollo de personas, gestión del tiempo, del cambio, responsabilidad social corporativa e inteligencia emocional. Si lo encuentran... ¡bingo! Parece como si una gigantesca apisonadora hubiera igualado la totalidad de las neuronas del planeta dejandolas a ras de suelo del tamaño de un champiñón, ralentizando las sinápsis (conexiones) e invalidando -en todo o en parte- el proceso generador de múltiples realidades, enfoques y sensibilidades. Les confieso que esta homogeneización es algo que me hiere como el punzante filo de una navaja.

Re-leo estos días a Confucio. Afirma que existen tres métodos para alcanzar la sabiduría. El primero y más noble, la reflexión. El segundo, la imitación (el más cómodo y sencillo). El tercero, la experiencia, el más amargo. Puedo asegurarles que reflexiono y experimento con intensidad hasta el punto de que me considero un canto rodado... sin aristas de tanto golpearme con las esquinas de la vida (las magdalenas también ayudan al redondeo).

El caso es que en las últimas semanas se han multiplicado las experiencias en las que hallo: empresas clonadas, idénticas ideas, miméticos diseños, libros plagiados, discursos copiados y enfoques repetidos. Me invade la tristeza por un doble motivo. En primer lugar porque -como saben- creo en la unicidad de las personas y, por lo tanto, en la unicidad de los cerebros y en la unicidad de sus recursos para pensar, escribir, vender-comprar, o lo que fuere. Y en segundo lugar porque si bien todo concepto u objeto nuevo lleva la impronta enérgica y vital de su creador, las imitaciones resultan huecas, vacías, faltas de aliento.

En un mundo de clones, en el que el camino más transitado es el de la imitación (ni siquiera para alcanzar la sabiduría sino para enriquecerse) prefiero ser un gnomo.

domingo, 10 de octubre de 2010

Puzzle Organizacional

A pesar de mi potente ADSL, no tengo línea directa con Dios y -por lo tanto- me resulta imposible preguntarle qué quiso decir -exactamente- al transmitirnos la idea de que "... El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros... ". Si hay teólogos entre ustedes quizá puedan aportar ?!

La palabra es un rudimento sonoro, punta de iceberg del inmenso y sofisticado océano que somos. Y -aunque la manejamos con frivolidad- crea el mundo. Todo comienza en un concepto que etiquetamos con una palabra, que (a su vez) provoca una emoción, que impulsa un comportamiento que se transforman en un hábito y forja -finalmente- un destino. Su destino, mi destino. Un ingeniero naval con el que trabajo describe el proceso en un plis plas: de gaseoso (concepto), a líquido (palabra) y a sólido (realidad).


Consciente o inconscientemente, cada una de nuestras palabras evidencia nuestra visión de la vida y los negocios, de los valores y las creencias, de las relaciones y sus entresijos. Escuchada con precisión, la palabra evoca ecos profundos del plancton marino de quien habla, revelándonos la unicidad de ese ser humano sagrado y especial.

Porque... no somos iguales. Afortunadamente somos diferentes: no mejores, no peores, no iguales. Únicos, insisto. Por eso esta mañana adquiere sentido (y se dimensiona en mi) la filosofía que me enseñaron en Cambridge según la cual la armonía -acaso el equilibrio- y tal vez la felicidad, consiste en situar a las personas adecuadas en los lugares adecuados. Hoy me permito añadir por mi cuenta: personas adecuadas, en lugares adecuados y en los momentos adecuados. Pura sincronicidad (Carl Jung) y quizá... algo más.

Cuando Mr. Meredith (Universidades de Henley y Cambridge) profundizó en la investigación de las claves que aseguran el máximo rendimiento en las organizaciones académicas o productivas, el mundo giraba a velocidad de peonza y las personas adecuadas en los lugares adecuados podían asegurar óptimos resultados. Hoy el mundo gira a la velocidad de la luz y lo que ayer blindaba el éxito hoy puede estrangularlo. Hace un par de días coincidí en un paseo de bosque con Koldo Saratxaga -propulsor del boom Irizar (Grupo Mondragón)- quien reconocía sotto voce que las claves de un éxito sonoro no siempre se pueden reproducir una década después.

Las personas adecuadas, en los lugares adecuados, y en el momento adecuado es una propuesta de equilibrio organizacional que conlleva ¡ay qué peregrino! un ajuste de cuentas con lo que es: un honesto reconocimiento del talento, de la experiencia, de la iniciativa, del conocimiento... Principio de orden -diría Hellinger-. Principio de justicia... ¿quizá?

viernes, 8 de octubre de 2010

Inspiración

Mi amiga Olga Boo (Decofs Estudio) ha pronunciado hoy su primera conferencia. Ha sido tan hermoso contemplar el despliegue de sus conocimientos, entusiasmo y certezas, que ha resultado un canto a la vida y al potencial (en este caso de mi amiga). La sala ha estado casi llena. La duración del evento se ha ajustado a sus previsiones -algo más de una hora- y se han producido muchas más preguntas de las que esperaba: casi una docena (lo que ha sido todo un síntoma del interés suscitado).

Tiene mucho mérito porque Olga es de un tímido casi autista, y de un humilde casi franciscano, y huye de los focos como los gatos del agua. Hoy, sin embargo, lo ha hecho y ha sido fantástico observarla. Ella, su brújula Luo Pan, y las enseñanzas del maestro Joseph Yu -radicado en Toronto (Canadá)- sobre el milenario arte del feng shui.

No les contaré el contenido de la conferencia, tan sólo una frase de mi amiga -al cierre del encuentro- "...El feng shui es a los espacios lo que la acupuntura al cuerpo humano: tonifica, fortalece y equilibra lo que hay, lo que es...".

Homenaje a mi amiga, a la persistencia, a la bondad, y al mimo-cuidado de aquello que le apasiona. Otra muestra-perla viviente del creer para crear realidades, sueños, eventos, negocios, conferencias... ¡Enhorabuena, Olga!

Cambio

EL CAMBIO ES LO ÚNICO PERMANENTE
En un mundo que gira a la velocidad del vértigo, los Líderes, Coaches, Mentores y resto de la humanidad somos testigos de que el cambio es lo único permanente. La supervivencia de las razas, los negocios, las carreras profesionales y hasta la pareja depende en gran medida de la capacidad de encarar los cambios con elegancia y animo ¡acaso disfrutándolos!

LOS CAMBIOS ABRUMAN
Cambios de empresa, fusiones, deslocalizaciones, diversidad racial, cultural, generacional, despidos, ascensos, traslados: todos los cambios exigen salir de la “zona de confort” (a la que somos tan aficionados) para aventurarnos en nuevos e inexplorados territorios que, a veces, abruman y, sin embargo, cobijan la llamada “zona de oportunidad”.

SIN CAMBIOS NO HAY AVANCE, RENOVACION
En 1968 un atleta estadounidense llamado Dick Fosbury desafío todos los cánones deportivos del momento y se atrevió a probar una nueva técnica de salto por encima del listón: de espalda. Fue campeón olímpico en México ese mismo año y cambió para siempre la forma de entender el salto de altura en lo que aún hoy se conoce en el mundo como el estilo Fosbury Flop.

LOS CAMBIOS EXIGEN UN GRAMO DE ESPERANZA
Entendida como creencia en el desarrollo del máximo potencial de las personas, los equipos y las organizaciones. Decía el político y filósofo chino Confucio que los líderes son proveedores de esperanza. A mi me gusta la idea de que a diario trafico con ese material gaseoso, la esperanza, hasta hacer de ello un líquido plan de acción, que acaba cuajando en una sólida realidad.

La esperanza de la que hablo no es un soufflé, sino una actitud enraizada en la certeza de que hay que creer antes de ver, mientras se diseñan objetivos Grow o Smart es decir: realistas, específicos, alcanzables, desafiantes, medibles y diseñados por etapas.

EN LAS CUMBRES ORGANIZATIVAS HAY FRIO Y SOLEDAD
Los máximos responsables de las organizaciones no pueden mostrar debilidades y, en ocasiones, no tienen con quién contrastar sus ideas, decisiones o temores, ni quien les ofrezca un feeback honesto, descarnado y útil, para la mejora de procesos, habilidades, competencias o resultados. Van solos hacia el acantilado rodeados de cantos de sirena. Los Coaches acompañan, facilitan la gestión de los cambios, y ofrecen un valioso feedback.

LOS CAMBIOS SON TAN VELOCES QUE EXIGEN TODO Y MÁS DE LOS PROFESIONALES
En la civilización del conocimiento, los Líderes, Coaches y Mentores propiciamos que las personas se paren a pensar. En sí mismos, en sus organizaciones, en sus proyectos, en sus valores, en lo que tiene/ no tiene sentido. La escucha de calidad, las preguntas socráticas, el rapport y el feedback son poderosas herramientas que ayudan a pensar.

TODOS SOMOS APRENDICES
Los papeles de Líder, Coach y Mentor son transitorios e intercambiables a lo largo de la vida, y han de ser vividos desde la humildad (evitando escrupulosamente la tentación de clonar) ya que, mientras estamos vivos, todos somos aprendices de mago.

Más sobre este tema en las V Jornadas Coaching & Mentoring, Universidad-Empresa en la Universidad Politécnica (Madrid) del 23 al 25 de noviembre 2010.

sábado, 2 de octubre de 2010

¿Príncipe o Sapo?

Todas las mujeres nos hemos propuesto, alguna vez, convertir un sapo en un príncipe. De veras. Así de tercas somos, a ratos, las mujeres. Los manuales de psicología humanista, las estanterías con libros de autoayuda, y los filósofos de todos los tiempos, afirman que no se cambia a nadie que no quiera ser cambiado.

Un poco como en mi trabajo: imposible propiciar el cambio, si el alma entera de la persona no está ahí. -Vean la foto en el álbum porque merece la pena: fue tomada el pasado fin de semana en Amberes (corazón de Bélgica) ciudad con casi medio millón de habitantes y una larga tradición de maestros chocolateros-.

La mujer de la foto aún cree en el amor ¿aún? Humm suena raro. El caso es que cree en el amor: con o sin pareja, con o sin vicaría, con o sin niños, con o sin papeles... Cree en la vida y en el Amor con mayúscula y por eso mima a la niña interior que ella (como usted y como yo) lleva dentro. A la niña interior le gustan el chocolate, los calcetines gorditos de felpa, los zumos naturales, las bicicletas, la ternura, las cometas, los cielos rojos capturados a las seis de la mañana de un sábado con planes... La niña interior juega para no envejecer, cree para no morir y crea hasta el infinito.

Me pregunto si el principe no terminó convertido en sapo por alguna trastada del destino, algún conjuro o traición; y si acaso el sapo no volverá a ser principe si le amamos. Otra vez la misma idea recurrente: el juego interior, el poder de la fe, el inner game, mi mentor ¡Sir John Whitmore! El mago blanco me acompaña todo el tiempo, como una permanente clave de sol.

¿Y la chica? Feliz, como una lómbriz: princesa en sí misma, como enseña Shinoda Bolen, analista junguiana, mi maestra en el arte de vivir.

martes, 28 de septiembre de 2010

Diálogos de Cocina

En marzo de 2011 Diálogos de Cocina organiza en el Palacio de Miramar unas jornadas en las que participarán: Luis Huete, Mario Alonso Puig, Fidel Delgado, Tony Segarra... Se trata del tercer congreso bianual y en esta ocasión el lema genérico que engloba las conferencias es: Liderazgo, Motivación y Desarrollo Personal. Yo pondré mi granito de arena con una ponencia centrada en la Eficacia de los Equipos cuyo avance les presento ahora... Quedan invitados al congreso los días 14 y 15 de marzo de 2011 en San Sebastián (Guipúzcoa). Las jornadas cuentan con el apoyo de Eurotoques y del Basque Culinary Center.

Un equipo es un grupo humano que gestiona sus egos (Josep Rosanas). Claro que los monjes de un monasterio budista situado a tres mil metros de altura en el Himalaya gestionan sus egos y cabe preguntarse si son un equipo (?). Parece que en el caso de los tibetanos falte empuje (riñones) para avanzar hacia el logro de un sueño, o mejor dicho hacia el logro de un objetivo que es un sueño con piernas (en acción) y fecha límite (plazos).

Los monjes orientan sus esfuerzos hacia la búsqueda de un objetivo individual, la iluminación, lo que les permite ascender por la pirámide de Maslow hacia la autorealización mediante el incremento de los niveles de consciencia y la armónica convivencia, lo cual no es poco. Sin embargo, así formulado ¿lo consideran suficiente como para ser tomados por un equipo?

Acaso sea necesario contar con un objetivo compartido e ilusionante para todos cuya conquista esté inspirada por una visión trascendente que prime lo colectivo sobre lo individual. No hablo de mística, sino de humanismo y acaso de filosofía.

Cocinemos los ingredientes básicos de un equipo: gestión de los egos, un objetivo conjunto, un sueño compartido, una visión transpersonal y un cierto humanismo. Añadamos un pizca de polvo estrellas, la misma materia de la estamos hechos los humanos (Sagan), un poco de humor y otro poco de física para hablar de las interfaces (Cardon), esos espacios de energía en estado puro entre dos cuerpos sólidos. Las interfaces explican la magia del porqué el todo de un equipo es mayor que la suma de las partes.

Entiendo el equipo como una entidad con vida propia que nace, crece y acaso muere como cualquier organismo sometido al enfoque sistémico (Bert Hellinger) regido por tres leyes: el sentido de pertenencia, el respeto a la autoridad y el equilibrio entre el dar y recibir. La sencillez de estos conceptos no les resta practicidad, bien al contrario son extremadamente aplicables a cualquier equipo. Algunas cuestiones referidas a la trilogía de principios sistémicos son las siguientes: ¿se respetan las normas? ¿se establecen agravios comparativos? ¿existe un orgullo de pertenencia a la organización? ¿se responde a las demandas de la empresa con la misma eficacia y entusiasmo con el que se piden favores o privilegios? ¿hay puntualidad y rigor en los protocolos y procedimientos? ¿existe lealtad? ¿cuáles son los niveles de rotación de personal? ¿y de bajas?

Un equipo es un conjunto de personas que gestionan sus egos empezando por el líder, porque donde no hay un líder es difícil que haya un equipo. Poco importa que se trate de una cooperativa o de un regimen comunista, sin líder la molécula del equipo carece de cohesión, guía, inspiración, aliento, modelaje (patrón de comportamiento), coordinación y sentido último (Viktor Frankl).

Las tres etapas evolutivas por las que ha de transitar el líder son: fluir, confluir e influir (Cubeiro), hermosos verbos que aluden: al arte de vivir centrado (en la zona); a comunicar de una manera empática y eficaz; y a inspirar desde el carisma y el respeto que se ganan con el ejemplo, la coherencia y la autenticidad.

En cuanto a las etapas que atraviesan los equipos buscando el alto rendimiento son cuatro: El Rey y su Corte, un Coro de Solistas, una Trainera Disciplinada... Mi ponencia continúa una veintena de folios más... Será un placer verles en el Palacio de Miramar en marzo de 2011 en el congreso Liderazgo, Motivación y Desarrollo Personal.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Israel: dos lectores

Acabo de averiguar quién es la segunda persona que lee habitualmente el blog desde Israel. Como saben, la geolocalización permite conocer cuántos IPs (*) se conectan, desde qué lugares exactamente, y en ocasiones a qué hora y durante cuánto tiempo están vinculados al blog. Sabía que un músico de la Orquestra Nacional de Israel es asiduo al blog; ahora conozco a mi segunda lectora en Jesusalem, Ruth -una mujer bellísima- con quien he tenido el honor de conversar durante casi dos horas coincidiendo con su visita a la ciudad para visionar películas en el Festival de Cine de San Sebastián.

Esta mujer de ojos oceánicos hace honor a su nombre -que significa amistad- y sin apenas conocernos me ha regalado unas sales de baño con aroma de eucalipto que acabo de estrenar. En nuestra larga conversación hemos hablado sobre lo divino y lo humano, el espíritu y la materia y ¡cómo no! sobre nuestra profesión: el entrenamiento de personas que desean desarrollar su potencial. Tomando un cortadito en la terraza de Mikel -que hay junto a mi despacho- me ha preguntado con exquisita educación si podía decirme algo. Intrigada y coqueta, le he contestado que ¡por supuesto! a lo que me ha lanzado un simple-compuesto: ¡nunca dejes de ser tú, no te vendas! Me lo he tomado como lo que es: un regalo desinteresado y acaso... uno de esos mensajes que llegan a través de alguien justo cuando debes oírlos.

Veamos, no es que corra el riesgo que Ruth parece haber detectado, sino que tanto ella como yo apreciamos la autenticidad por encima de la conveniencia (en la vida y los negocios) y claro... esa frase suya se produjo tras intenso debate sobre las trampas de la vanidad, el poder y la influencia que a veces -algunas veces- van unidas al ¿éxito? o algo así.


El caso es que en mi relajante baño aromático de hoy Ruth (las sales de Ruth) han estado conmigo y lo harán durante bastante tiempo ya que pienso escatimar este tesoro que nos une en la materia aún cuando ella esté en Petach Tikua o en Jerusalem (Israel) y yo en el País Vasco.

Me recomendó la película Comer, Rezar, Amar en la que al final del periplo de Julia Roberts por la India -en busca de paz interior- su maestro y chamán le dice que "desequilibrarse por amor es parte del equilibrio". Tupenda paradoja. Tupendos paisajes y hombres bellísimos -no sólo Bardem-. Julia utiliza todo el tiempo una vieja bicicleta -creo que se ha puesto de moda- y a lo mejor por eso me la robaron je je. Sea como fuere, he conocido a la hasta ahora anónima lectora del blog: Ruth ¡Gracias por venir desde tan lejos, y por tu sabiduría!

(*) IP es la etiqueta numérica que identifica la interfaz de cada ordenador. Los ordenadores se conectan entre sí por sus IPs.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Rosa Palo

Son las 7.25 de la mañana y escribo desde el despacho. No, no he dormido aquí, je je... Acabo de llegar en mi bicicleta voladora ¡por cierto! trafico intenso hoy en el carril rojo -llamado en Euskadi bidegorri-, tráfico intenso de peatones que cruzan por todas partes y más allá -al fondo del paisanaje- tráfico automovilístico también intenso.

Los obreros en las obras, las degustaciones horneando, los últimos camiones de recogida de basura regresando al taller, las señoras de la limpieza abrillantando las oficinas de la avenida... Perpetuum Mobile. ¿Y la bahía? Rosa, un rosa de cuento, de acuarela ¡espectacular! Cielo agua-vino que se refleja sobre la totalidad de La Concha mansa, quieta, silenciosa, donde sólo las gaviotas dejan huella sobre la inmaculada arena. Comienza el día con una sonrisa -agradecida de tanta belleza, vida-.

Suena el tiembre del portal. Primer round ;0)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Idea-Fuerza

He pasado la tarde con Victor Hugo ¡gran personaje! ¿Saben lo qué dice? Que nada tiene más fuerza que una idea a la que le ha llegado su momento ¡zas! Como un higo maduro en septiembre: su momento. Y en esas estoy… preparando la conferencia que impartiré dentro de unos días en Bilbao a partir de una idea a la que le ha llegado su momento: el desarrollo del potencial en el siglo XXI ¿potencial humano? Nooo ¡divino! Querámoslo o no, sea correcto o no, hemos de hablar de la chispa esencial que llevamos dentro desde el momento mismo de nacer y que eclipsamos a base de ego, de las diez mil caras poliédricas del ego.

Desarrollo del potencial uno a uno, colectiva y socialmente: personas, equipos y organizaciones caminando al frente como un entrenado ejército para alcanzar el sueño de ser quienes somos: almas encarnadas -plenas de recursos- esperando pacientemente su momento, en verdad nuestro momento.

El tiempo es ahora y el lugar es aquí: donde estamos, sin más pretexto que armarnos de coraje para dar un paso al frente (sólo uno) en la escalera que lleva al infinito.

Ustedes ya conocen la manía recurrente que me habita de perseguir mis sueños: un libro, un hijo, un árbol; una conferencia, un curso en la universidad, un workshop en una escuela de negocios; una acuarela, una clase de inglés, un viaje a Rótterdam, un poco de gimnasia ... Tengo esa manía desde que era niña y leía todos los tebeos del mercado: jamás me plantee que hubiera imposibles, ni siquiera en la catedral de Santiago (Bilbao) donde mi abuela Julia metía reiteradamente una moneda en una cajita de madera en la que ponía: limosna para un imposible…

El desarrollo del potencial divino acaso sea lo más humano que podemos plantearnos alcanzar. Aún no he completado el texto que compartiré en la Cámara de Comercio de Bilbao, si bien cerraré la exposición con la "asamblea de carpintería", un relato de mi amigo Blas Campos, a quien le he pedido permiso para utilizarlo. En ese caso, la metáfora alude al desarrollo del potencial de los grupos en los que la aportación única -singular- de cada uno dimensiona el potencial de logro ¿exponencialmente? Siií.

Esta vez no llevaré bellotas. Los que me siguen, saben que casi siempre acudo con el símil de mi mentor Sir John Whitmore: donde hay una bellota, hay un roble en potencia, como donde hay un niño hay un adulto, y donde hay un sueño, una realidad alcanzable, y donde hay miseria humana puede existir luz divina. Cuestión de desarrollar el potencial. Supongo que es a lo que me dedico… aunque aún no lo tengo claro… Perdonen que hoy haya escrito a chorro, sin corregir fondo ni forma: comunicando, comunicandoME con ustedes, de corazón a corazón, como aquel programa de la radio pública de los años ochenta… tiempo ha... y, sin embargo, hay verdades que no caducan, como la de Victor Hugo: nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento: ¡Desarrollemos el Potencial!

sábado, 18 de septiembre de 2010

Primicia

La sociedad contemporánea precisa palancas de cambio en una secuencia progresiva que vaya del individuo al grupo y del grupo a las organizaciones. Y aún siendo el cambio lo único permanente, parece que cuesta salir de la zona de confort para adentrarse -con valentía- en la zona de oportunidad, lugar que algunos confunden con la innovación, y otros vinculamos al desarrollo del potencial. Es mi caso.



Existen en España tan sólo 260 profesionales independientes dedicados en cuerpo y alma al desarrollo del potencial, según la única Encuesta de Mercado Coaching Ejecutivo realizada en España por Jaime Bacas y Jorge Salinas con una periodicidad bianual desde 2006: poco remero para tanta marejada ¿no les parece? Si a esto añadimos que la mayoría de esos profesionales prestan variados servicios -entre los que destaca la formación- tendremos un diminuto puñado de profesionales (cercano al centenar) volcados exclusivamente en el Coaching para cubrir todo el territorio nacional. Pocos, aún sin entrar en el detalle de su formación-experiencia-profesionalidad-ética que reduciría aún más si cabe la oferta de Coaches de calidad en España dejando el número en apenas una treintena.



El estudio -reconocido por las tres organizaciones gremiales que existen en España, la Asociación Española de Coaching (ASESCO), AECOP y la International Coaching Federation, ICF- será presentado el jueves día 30 de septiembre de 2010 en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao en un acto en el que estarán los autores de la investigación y yo misma para hablar del desarrollo del potencial.


Avanzo para los lectores del blog algunos de los datos contenidos en la encuesta: en 2010, la mayor concentración de profesionales del Coaching se da en Madrid correspondiendo el perfil medio a una mujer entre 31 y 49 años que realiza procesos de Coaching a casi una veintena de clientes nuevos al año siendo cada sesión individual, presencial y de noventa minutos de duración.


La encuesta arroja un precio medio de 230 euros sesión que -en mi opinión- está muy alejado de la realidad norteña (País Vasco) ya que situaría el precio/ hora de Coaching individual entorno a los 150 euros.


Las conclusiones del informe que se presentará a finales de este mes son las siguientes: se preve un paulatino incremento de la demanda de servicios de Coaching en la próxima década, lo que irá unido a una mayor competitividad entre los profesionales, que se verán empujados a la especialización y quizá a reducir tarifas. La Encuesta de Mercado de Coaching Ejecutivo en España EMC 2010 alerta sobre el riesgo de que las grandes consultoras y las escuelas de negocios absorban el mercado en detrimento de los Coaches independientes.


Estas y otras conclusiones serán ampliadas en la Cámara de Comercio de Bilbao el jueves día 30 de septiembre 2010 a partir de las 18.00 horas en un acto -organizado por ASESCO y apoyado por AECOP- cuya entrada es libre y gratuita. Nos vemos allí.