Comencemos por el principio: no soy una experta en innovación social. Sin embargo, a las empresas y a las organizaciones les ha dado por pensar que lo soy, así que en las próximas semanas intervendré como ponente o moderadora de algunos eventos. A través de Ruth me llega el encargo del Smooc (que lidera Ginés Haro). Desean que protagonice una videoconferencia en dos partes bien diferenciadas: mi speech teórico-conceptual de quince minutos, seguido de treinta minutos de preguntas de los especialistas en innovación social. Será el viernes día 4 de octubre próximo y tan pronto tenga el vídeo lo colgaré en la red. Por invitación de Teresa también moderaré una mesa redonda que promueve Innobasque en San Sebastián el día 22 de octubre con participación de seis expertos en innovación social.
Al situarme frente a ambos desafíos considero necesario clarificar por escrito mi propio pensamiento, articularlo, y compartirlo con ustedes. Trataré de hacerlo de una forma amena, aunque no estoy segura de conseguirlo.
Frente a la innovación en productos, servicios, procesos o geolocalización, la innovación social se alza con dignidad poniendo a las personas en el centro de la escena. Las personas, el núcleo duro de mi trabajo como entrenadora empresarial. Y frente a las cuatro modalidades de cambio: adaptativo, intencional, causal o sintomático, me inclino a pensar que si ahora el mundo entero mira hacia la innovación social es tras el derrumbe de todo lo demás. Se trata por lo tanto de un cambio adaptativo. Ahora bien, no hay mal que por bien no venga ¡hagamos de la necesidad virtud!
Frente a la innovación en productos, servicios, procesos o geolocalización, la innovación social se alza con dignidad poniendo a las personas en el centro de la escena. Las personas, el núcleo duro de mi trabajo como entrenadora empresarial. Y frente a las cuatro modalidades de cambio: adaptativo, intencional, causal o sintomático, me inclino a pensar que si ahora el mundo entero mira hacia la innovación social es tras el derrumbe de todo lo demás. Se trata por lo tanto de un cambio adaptativo. Ahora bien, no hay mal que por bien no venga ¡hagamos de la necesidad virtud!
Los comisarios europeos que finales de julio pasado presentaron la Guía para la Innovación Social en la sede central de Kuntxabak (Bilbao) diseñaron cuatro escenarios propicios a la innovación social: los centros tecnológicos, las organizaciones no gubernamentales, las fundaciones y las empresas. ¡Voilá! las empresas, el contexto en el que me muevo y donde opto por estar para impulsar cambios basados en las personas.
La innovación social es un concepto complejo que emerge con fuerza en un mundo complejo y severamente castigado desde 2008 en sus coordenadas económico-financieras. Resultaría ingenuo pensar que el camino de la innovación social será de rosas, no al menos sin sus correspondientes espinas, pero cada vez hay más personas que individual o colaborativamente están dispuestas a esforzarse en pro de la colectividad.
En el libro El futuro del trabajo ya está aquí Lynda Gratton describe el "futuro por defecto" (aquel que se producirá si no intervenimos enérgicamente los ciudadanos) y el "futuro deseado" (el que podríamos construir entre todos con esfuerzo no exento de satisfacciones). La catedrática de la London Business School describe un apocalíptico "futuro por defecto" que en 2025 pudiera caracterizarse por: fragmentación, soledad, ansiedad, familias desestructuradas, adicción al trabajo siete días de siete, depresión, y pobreza en numerosos sectores del mundo desarrollado que aún viven en el estado de bienestar. Por el contrario, el "futuro deseado" se construiría abandonando la voracidad consumista del presente y apostando por la frugalidad y la innovación social entendida como solidaria, colaborativa, sin fronteras, creativa, tecnológica y llena de microemprendedores que realizan trabajos gratificantes y rentables.
Se trata de la onda colaborativa, del espíritu Hub, del código abierto, de la permanente búsqueda del ganar-ganar (Covey), del ejercicio de la quinta disciplina (Senge), de la búsqueda de la auto-realización (Maslow), de la actividad laboral entendida como exploradora y no explotadora (Ayestarán), de la aceptación de la diferencia y la complementariedad (Belbin), del ejercicio permanente de la reflexividad (West)... Se trata también de alinear el beneficio empresarial con el bienestar de las personas en un sentido pleno.
En realidad... quizá nos estemos jugando la evolución de la humanidad. En realidad... quizá la innovación social sea LA opción: personas en el centro de la escena, desarrollando su potencial -sin renunciar al yo ni a la prosperidad- ¡en actitud colaborativa! ¿Se animan?
En realidad... quizá nos estemos jugando la evolución de la humanidad. En realidad... quizá la innovación social sea LA opción: personas en el centro de la escena, desarrollando su potencial -sin renunciar al yo ni a la prosperidad- ¡en actitud colaborativa! ¿Se animan?