miércoles, 31 de octubre de 2012

¿Hiper-actividad o Hiper-estupidez?


Una mujer con burka y zapatillas de estar en casa, se dirige a un negro con maleta en la estación central de autobuses, esta mañana a las diez. Ella pregunta en algún idioma o dialecto árabe, y él le contesta en africano; y aunque la escena bien pudiera ser de la Torre de Babel se entienden,  ella acaba comprando un billete de autobús a otra ciudad donde alguien espera tanto o más consuelo del que ella misma necesita, y donde los carteles electorales de los políticos aún ondean antes de que se dispongan a jugar con nosotros al parchís.

Dos encuestadoras registran lo obvio: el desastre en la terminal de autobuses de San Sebastián sin panel de información ni expendedora de billetes ¡sin orden ni concierto! Está bien que testifiquen lo evidente que de otro modo parece inexistente para la panda de políticos y sus secuaces.

Ocupo el asiento 62 (ventana): el sol calienta mi mejilla izquierda y ensombrece la derecha; dos profesores universitarios -a los que conozco- van delante al otro lado del pasillo y cogen llamadas de teléfono: al parecer  resuelven asuntos laborales. 

A la altura de Orio contemplo la belleza del puerto deportivo, y me pregunto sobre la calidad de las decisiones que tomamos por teléfono mientras comemos, conducimos, hacemos la compra, llevamos a los niños al pediatra, vamos en ascensor, estamos en un break del comité o -sencillamente- en el lavabo. ¡No exagero! Decisiones sobre contratos, proveedores, tarifas, proyectos, cirujanos, despidos, inversiones ... Crazy Worl.


Escultura del Museo de Bellas Artes de Bilbao
de la que me he enamorado.
Pertenece al artista británico John Davies
y sugiere la inocente mirada infantil.

Echo una ojeada al portátil: los alumnos del curso que imparto han creado un grupo (cerrado) en Facebook -al que aún no se han adherido todos los participantes por falta de pericia técnica-. Leo las aportaciones de Ana, Joseba, Amaia, Olaia, Antonio...: libros, links, artículos, casos... el equipo está en marcha ¡y lo celebro!

El viaje continúa hacia mi destino: el Museo de Bellas Artes de Bilbao donde me espera Fernando Botero. Al igual que Cenicienta mi "momento mágico" terminará a las 15.00 horas con el primer entrenamiento a una directiva del Guggenheim Bilbao ¡paradojas! Antes de que se desintegre la calabaza y el carruaje volveré a casa para contarlo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Botero

https://www.google.es/search?q=John+Davies&hl=es&prmd=imvnsob&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=axORUNrYEsTTtAawroCYCA&ved=0CDMQsAQ&biw=798&bih=668

domingo, 28 de octubre de 2012

Empresas barrocas y obesas

Gracias a medio invierno caído de golpe sobre la ciudad, y a media gripe caída no menos de golpe sobre mi nariz, me recluyo unas horas en casa -envuelta en lana como una centenaria en Alaska- y me dispongo a sudar mientras ¡por fin! leo El japonés que estrelló el tren para ganar tiempo, regalo de Iñigo Beldarrían -a quien no conozco- que lleva la campaña de marketing de  Gabriel Ginebra, el autor del volumen. 

Aunque el libro se ha publicado hace menos de un mes, la intensa -y probablemente eficaz- campaña de lanzamiento del texto ha ido a un ritmo trepidante, tanto o más que el tren conducido por Ryujiro Takami el 25 de abril de 2005 cuando se estrelló cerca de Osaka por exceso de "celo profesional". Me explico.

Se trata de una historia real acaecida en Japón un día primaveral en el que Takami, nervioso porque el convoy ferroviario que conducía llevaba minuto y medio de retraso, quiso evitar una sanción en su expediente, buscó la excelencia, apretó el acelerador, descarriló el tren, y terminó con su propia vida y la de cientos de pasajeros y peatones protagonizando la mayor catástrofe ferroviaria de la historia del país desde 1963. 


El libro de Gabriel Ginebra está cuajado de anécdotas que parodian muchos de los procesos, métodos, modas y sistemas de gestión y calidad que el ex-consultor de Arthur Andersen conoce de primera mano. El también profesor universitario hace gala de un excelente dominio del management contemporáneo debido a su larga experiencia profesional, ridiculiza lo que encontramos a comienzos del siglo XXI en la práctica totalidad de las empresas españolas, y propugna "... el reconocimiento de la incompetencia como paso previo a la corrección de la misma por parte de los máximos responsables de las organizaciones y desde ahí -en cascada- hasta la base de la pirámide productiva...".

En los argumentos iniciales del volumen Ginebra peca de cierta demagogia. Sin embargo, hacia la página 137 te ha ganado para la causa. Es a esa altura del relato cuando el escritor comparte el accidente de un avión de la compañía Avianca en vuelo 052 procedente de Medellín por algo tan simple como haberse quedado sin combustible. Tanto la caja negra como la reconstrucción de los hechos permitieron descubrir que cuando se pidió al copiloto colombiano que se diera un par de vueltas antes de aterrizar por exceso de tráfico aéreo en pista, éste no se atrevió a contradecir las órdenes recibidas de la torre central, es decir, que no ejerció la elemental comunicación asertiva: no informó de que se estaban quedando sin combustible.    Finalmente esa "leve incompetencia" acabó con la vida de pilotos y pasajeros.  

Uno de los diagnósticos del autor que suscribo con entusiasmo es la calificación de la empresa española como "barroca y obesa". Barroca por la primacía de los procesos, las estrategias y la hojarasca en detrimento de la producción y obesa porque se producen demasiadas reuniones, que duran demasiado, con demasiados participantes, y demasiados asuntos, que -de nuevo- olvidan lo esencial: producir. 

En una palabra: en la empresa barroca priman los procesos sobre la sustancia, y los árboles no nos dejan ver el bosque. Después habla del principio de Peter y cita mucho a Dilbert. En fin, les dejo ahora: aún me faltan dos capítulos. La tormenta y la fiebre amainan. 

jueves, 25 de octubre de 2012

Casi todo... ¡es posible!

Conocí a Teresa en Zaragoza: ella formaba parte de los alumnos del curso Experto en Coaching Profesional, yo compartía mi pasión por esta novedosa profesión en dos módulos: Técnicas Creativas y Construcción de Equipos Empresariales. En 2009 Teresa estaba embaraza, llegaba puntual a las clases -a veces en taxi- y se iba también en cuanto terminábamos. Se mostraba solícita, sonriente, participativa, colaboradora, inteligente, fuerte, madura, y me hacía muchas preguntas. Ella sabía quien era yo (una aguja en un pajar) y yo no sabía quién era ella (una triunfadora con voluntad y brazos de hierro). Entre el segundo y el tercer módulo que impartí en Khunel Zaragoza tuvo a Nano cuya cabecita podemos ver en la fotografía: sobre las piernas de Teresa, la primera por la derecha  que mira hacia la cámara.


Han pasado tres años y he tardado todo este tiempo en descubrir que Teresa Perales tiene tantas medallas olímpicas como Michael Phelps -veintidós-  y que comparte con él la disciplina en la que compiten como atletas: la natación. Ella se quedó parapléjica a los 19: su camino no ha sido de rosas. Lo cuenta en su libro Mi vida sobre ruedas (Editorial La esfera de los libros) del que extraigo algunas ideas que conmueven el firmamento.

Hay dos tipos de personas los que dicen "no voy a poder" 
y los que preguntan ¿por qué no voy a poder?

La primera vez que me lancé a una piscina lo hice con chaleco salvavidas. 
Hoy no sé donde está el límite.


Con su entrenador, en Zaragoza:
"Gané el oro con la mente".


Perales ha sido diputada, madre, atleta, escritora. El próximo 12 de noviembre estará en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) de la capital vizcaína participando en la jornada Hablamos de Personas. Me acercaré para abrazarle y rendirle el homenaje que merece. A partir de las  15.30 ella estará sobre el estrado de ponentes, yo entre los alumnos. Será un día muy feliz. 

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/09/12/actualidad/1347465698_768910.html

http://deportes.elpais.com/deportes/2012/09/28/actualidad/1348834463_671417.html

domingo, 21 de octubre de 2012

Redes


Siempre hay un nuevo amanecer. Y cuando no lo hay de nada sirve lamentarse porque ya es demasiado tarde. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, camino sobre la mar. 

Mi vida galopa a un ritmo trepidante que no era previsible cuando me trasladé a vivir a San Sebastián hace ahora diez años: Zaragoza, Bilbao, San Sebastián todas las semanas; coches, autobuses, trenes, metros. Entrenamientos individuales, grupales, formación; gestión de los despachos, estrategia del negocio, posicionamiento de marca... Familia ¡tengo familia!   ;-D 

Anoche mi hija y yo charlamos brevemente mientras embarcaba en el aeropuerto Charles de Gaulle (Paris) camino del otro lado del globo terráqueo para ofrecer algunos conciertos de música clásica. Este mediodía he vuelto a contactar con ella apenas unos instantes mientras comía sushi en el aeropuerto internacional Narita (Tokio) camino de Nueva Caledonia, colonia francesa donde permanecerá una semana.


En este nuevo amanecer paseo por la querida playa de mi ciudad donde a ratos llueve. El Cantábrico es una delicia que templa la gaita (con perdón) de cualquiera. Es una barato y eficaz bálsamo contra el stress, las preocupaciones, la sobrecarga emocional, el entumecimiento de las piernas y el embotamiento de la creatividad. Además te salen pecas en el rostro. Entre mis pensamientos recurrentes la idea de que todo avanza a un ritmo que no permite la reflexividad, el pararse a pensar cómo va la vida, qué puede mejorarse y cómo contribuir a crear una sociedad mejor.

Con las botas aún llenas de arena he pasado junto al colegio electoral en plena jornada de trasiego de ancianos ¿por qué votan todos los ancianos y tan pocos jóvenes? Pienso en tres noticias interesantes capturadas hoy en el portátil: Elsa Punset participará asíduamente junto a su padre (Eduardo) en el programa Redes,  que se emite a las 21.30 los domingos en la dos entorno al mundo de la ciencia, la inteligencia emocional y la empatía. Educada en Oxford, la bella Elsa nos regala una frase de Shakespeare para comenzar la semana energéticamente:

"Hay que ser dueño y no esclavo de la propia vida". 

Dejo a un lado la mochila, el chubasquero, sacudo las botas y -después de comer- retomo los diarios para descubrir una encuesta que refleja el mundo del coaching en la España del 2012 (ver enlace más abajo) y un experimento en el que militares españoles -de la Escuela de Guerra del Ejército- entrenan con tácticas aplicadas en Afganistán a jugadores de rugby de la selección española (ver link más abajo). El mundo gira a excesivas revoluciones por minuto. Hemos de ir ágiles, ligeros (como los hijos de la mar), por eso corro tanto en mis intervenciones con el equipo Transformer y quiero pensar que es el caos creativo el que emerge cuando garabatero en las pizarras de papel.

 http://www.atesora.es/otros/EMCE_12.pdf 

jueves, 18 de octubre de 2012

Brave


Fotograma de Brave: película de animación ambientada en las tierras altas de Escocia, producida por Pixar Animation Studio, estrenada  en el Festival de Cine Internacional de Seattle (Estados Unidos) el 22 de junio 2012, y en cartelera este otoño en nuestro país.


En el cine me permito llorar, no sólo en el cine pero con mayor asiduidad y menor recato que en la vida civil. En el cine también me permito reír a carcajadas, no sólo en el cine aunque por motivos que el resto de los espectadores no siempre comparten ni adivinan. Y me gusta acudir a las salas entre semana, cuando están casi vacías, silenciosas, sin palomitas, aplausos infantiles, móviles que suenan ni ronquidos de insomnes. En día laborable y a la función de las 16.15 que está de moda en la ciudad.

Acabo de llegar de ver Brave, mágica historia cuyo núcleo central es la relación madre-hija, el amor-odio por el que transita dicho vínculo y la profundidad de un lazo atávico que trasciende la lógica, la conveniencia, las normas y hasta el sentido común, aunque la película acaba bien y de haber compartido asiento con niños hubieran aplaudido. La moraleja la dejo para ustedes, aunque se repite como un mantra la frase... "cada uno construye su destino...". La joven pelirroja que aparece en el fotograma es valiente, fuerte, rebelde, ama la naturaleza y los animales, y vive a contrapié de las costumbres: me ha recordado mucho a mi hija -que vive desde hace más de cinco años en el extranjero- y la historia me ha tocado porque la echo de menos. 

No quiero escribir siempre de negocios, de management, de liderazgo y de equipos sino también de emociones que fluyen como un río manso en la oscura caverna de Platón.

martes, 16 de octubre de 2012

Construcción de Equipos Transformadores

Narcotizada por el fuerte olor a algas que hoy invade la bahía, preparo el curso Construcción de Equipos Transformadores que comenzará este sábado en San Sebastián: catorce personas, una tonelada de ilusión, y una comunidad de aprendizaje (terminología aportada por Joseba, uno de los participantes). 

Es un milagro de los que vivo desde que fondeé mi barca profesional en el mar de la mejora permanente (kaizen), de las conversaciones motivacionales, de la mayeútica socrática (o el arte de preguntar) y del entrenamiento de equipos directivos. Resulta excepcional que en menos de dos meses se haya creado un grupo de catorce personas dispuestas a aprender, compartir, reír y cooperar. Increíble cuando poderosas organizaciones académicas y empresariales del entorno apenas logran reunir una docena de alumnos pese a sus redes sociales e inversiones publicitarias. ¡Es el milagro de los outsiders, en el que tanto creo! 

El curso nace como petición de Nuria quien tras haberse formado con prestigiosas instituciones desea "aprender de verdad" los rudimentos del entrenamiento de equipos directivos. Aunque me resistí cuanto pude, Nuria es persistente como el látigo de Nerón y consiguió arrancarme un "... sí, vale ¡¡adelante con ello!!..." tras algunos meses de insistencia. La mayoría de los cursos para profesionales de nuestro sector  resultan poco prácticos porque el profesorado (en general) no ha entrenado ningún equipo y por lo tanto desconoce el sinfín de fenómenos que emergen tan pronto te encuentras en la sala de reuniones de un comité de dirección. Lo sabe Nuria y lo saben gran parte de los alumnos que llegarán el sábado al despacho en busca de un poco de esperanza en la transmisión de conceptos y experiencias aplicables a su realidad cotidiana como directivos, mentores, entrenadores o líderes. 


Cada jornada abordará "casos prácticos" así como supervisión de sesiones individuales de entrenamiento con objetivos reales. Además repartiremos nuestro tiempo en la profundización teórica y práctica con la meta de ir construyendo un equipo sobre nosotros mismos entre el 20 de octubre de 2012 (inicio) y el 15 de junio de 2013 (cierre). El auténtico diploma será habernos convertido en un equipo transformador después de superar las inevitables zozobras, frustraciones y discrepancias propias de todo colectivo humano.

Como ángel caído del cielo mi amigo Ander me ha hecho llegar hoy varios archivos sobre la Indagación Apreciativa que acabo de leer con fruición. Es una aportación apasionante que debemos al profesor de la universidad de Cleveland (USA), David L. Cooperrider, sobre el que hay infinita información en la red aunque ningún libro en castellano.http://www.teachamerica.com/ial/Cooperrider/index.htmLa aportación de Cooperrider es la de abordar los desafíos desde las fortalezas de las personas y las organizaciones sin renunciar a los sueños alcanzables. Es una metodología cuajada de esperanza para un planeta que agoniza y coincide con el artículo que este fin de semana recogía la noticia de que la empresa Google pone el acento en potenciar las virtudes de sus empleados en lugar de focalizar sus fallos: todo un cambio de modelo -acaso de paradigma- que algunos consideran una auténtica revolución en el logro de resultados empresariales (beneficios) y personales (felicidad). 


La fotografía corresponde a la web de la World Business Academy donde Mr. Cooperrider es considerado una eminencia por su expertise empresarial.

sábado, 13 de octubre de 2012

Mo Yan

Viro la mirada a oriente -como un girasol hacia el sol- desde que me alcanza el recuerdo. Y quienes me conocen (aunque sea un poco) saben de mi pasión por las artes marciales, el budismo zen, la meditación, el sushi y la sopa misho que esta noche cenaré. La civilización asiática jamás deja de sorprenderme en usos, costumbres, valores y creencias que con firmeza avanzan en la conquista del mundo.

Leyendo las páginas culturales del New York Times descubro el humilde origen campesino del nobel de literatura 2012,  Mo Yan, nacido en Gaomi (China) en 1955, quien ha sabido integrar en sus novelas la mejor tradición de la literatura de su país e incorporar algunos rasgos occidentales lo que quizá le haya valido el reconocimiento de la academia sueca.




Sorbo mi cortado en la terraza de La Perla, dejo a un lado el rotativo y miro al mar un poco furioso -no sé con qué, con quién-. Me resulta inquietante que un hombre elija como seudónimo el de Mo Yan que significa textualmente No Hables lo que nos remonta a su férrea educación comunista. Aunque nunca entrevistaré a Mo Yan para confirmar mi hipótesis, creo que cuando a uno le prohíben hablar se dedica a pintar, esculpir, escribir... o hace la revolución. ¡Por algún lugar han de canalizarse las poderosas fuerzas creativas!




Termino la última gota de café, palpo el bolso para recuperar las llaves del despacho, y tropiezo con el japonés Haruki Murakami cuya novela Sputnik, mi amor me ha regalado Borja, un directivo con el que trabajo. Nunca hemos hablado de mí ni de mis preferencias orientales y, sin embargo, este hombre singular ha dado en la diana de mi pasión literaria: con fruición devoro la novela de Murakami. 

No hables: 
escribe, cocina, 
cose, pinta, sueña,
juega, diseña, proyecta... 
¡¡Crea!!

jueves, 11 de octubre de 2012

Selección de Personal

Como negras moscas flotando en una sopera, contemplo a los surfistas al mediodía en el Cantábrico: hombres que danzan con las olas y atrapan últimos destellos apenas a unos metros del asfalto. San Sebastián es la ciudad europea más integrada en el mar. Pasear hacia el despacho por la costa me ha despejado la cabeza y dado impulso para ofrecer mi modesta opinión a un importante hombre de negocios que me ha consultado para su relevo generacional enviándome a su candidato preferido. Quiere que filtre, sabe que seré honesta, y -sin embargo- se hace duro decirle lo que no quiere escuchar. Supongo que me pagan para esto ¿o no? para ser incómoda, para verbalizar lo que otros callan y algunos ocultan: no estoy segura de haber elegido este papel en el gran teatro del mundo.


Llegando al despacho cojo carrerilla, me envalentono, subo los dieciocho peldaños, abro la puerta blindada, me asomo al teclado del yahoo -que me funciona cada vez peor- y redacto un texto corto y profesional en el que aconsejo la contratación del sustituto del importante hombre de negocios por dos razones: su perfil no se ajusta a las necesidades del puesto, y sus competencias chocarán con el equipo a liderar. Lo repaso diez, veinte veces, lo guardo en borradores. Lo leo en voz alta, lo imprimo. Sí, es honesto; sí, he sido correcta (aunque no diplomática); sí, es respetuoso con la persona. Doy al clic de enviar... ¡Qué alivio! Tres horas más tarde regreso a casa. Aún flotan las negras moscas en el Cantábrico. Todavía San Sebastián lidera el ránking de ciudad europea más integrada en el mar. Los hombres juegan con las olas, dominan y son derrotados en un baile casi perfecto de equilibrio y selección natural.

En la empresa,
los problemas entran por la puerta de la contratación.

La persona adecuada, 
en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Belbin.


lunes, 8 de octubre de 2012

¿Eres una sowfty?


Tratamiento de belleza ¡por ósmosis!

No se trata de una terapia de moda en un selecto balneario de los Alpes, sino de incrementar la belleza y el nivel de satisfacción en el vivir por ósmosis con personas jóvenes de veinte, cincuenta, o setenta años dispuestas a probar cosas nuevas, por ejemplo: embutirse en un neopreno y sumergirse en el Cantábrico en el mes de octubre para descubrir peces de colores a doscientos metros de la orilla, alguna estrella de mar, un tímido pulpo adosado a unas porosas rocas verdes y un vaivén enérgico cuando sube la marea.

Junto al truco de probar cosas nuevas, el tratamiento por ósmosis consiste en reír mucho sin preocuparse demasiado del porqué. 

Ayer me encontré con un amigo. Yo iba en bicicleta y él haciendo jogging. Cuando coincidimos en la calle, nos queremos lo suficiente para frenar nuestra actividad e intercambiar algunas frases: ¿Qué tal? -me preguntó- superbien -le contesté-. Ya vendrá alguien a jo...te -me dijo con la ironía que le caracteriza-. No, no creo (le respondí) porque no me dejo... Y aunque nos despedimos de inmediato, su pesimismo se alojó  como una piedra al fondo de mi mochila.

Esta mañana el vestuario de la playa estaba atiborrado de swofties, de mujeres de cincuenta o más años (con cuerpos estupendos) que entre ducha y exfoliación se ríen a carcajadas de casi todo. Las swofty son una tendencia internacional cuyos referentes mediáticos son mujeres como Madonna, Susan Sarandon, Sharon Stone o Demi Moore: sin la servidumbre de sacar adelante una familia, con hijos adultos, interesantes carreras creativas, saneadas cuentas corrientes, excelente sentido del humor, y algunos admiradores. Estas mujeres reconocen ser más sabias que a los treinta y desde luego practican a diario actividades lúdicas, deporte, viajes, lecturas y compañías novedosas: se mantienen bellas y jóvenes por ósmosis. A nuestro estilo ¡todos podemos ser swofty! 

sábado, 6 de octubre de 2012

Conexiones Improbables

Con la luna voy... con la luna vengo... y en el camino ¡yo me entretengo! Los martes salgo de casa hacia Bilbao cuando aún es de noche y -al despedirme de la bahía- saludo a la luna colgada del Hotel Amara de la capital guipuzcoana. Después trabajo una media de diez horas y regreso cuando la luna ya despunta sobre el Parque Tecnológico de Zuazu (San Sebastián).  

En el intervalo entre la luna que se esconde y la que emerge ocurren infinitas pequeñeces que configuran mi vida. Por ejemplo, coincidí accidentalmente con el momento en el el que el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar, visitaba la escultura de Botero instalada -a la altura de  Kutxabank- en la Gran Vía de Don Diego López de Haro.


Algunos momentos casuales y aparentemente inactivos constituyen lo que el consultor empresarial Enrique Arce (*) denomina white spaces, espacios abstractos cuajados de potencial. En la empresa, los white spaces aparecen entre los "silos" de poder interdepartamental, lugares que a nadie pertenecen en exclusiva y que a todos pueden favorecer. Considera Arce que cuando los directivos no impactan sobre los "espacios en blanco" la organización pierde agilidad y capacidad competitiva.

El concepto merece una sutil atención. Retomemos el hilo: white spaces, espacios en blanco, fértiles por su transversalidad entre equipos, departamentos y personas; espacios en blanco en los que -si nadie interviene- perdemos rapidez de respuesta a necesidades del mercado, oportunidades de negocio, opciones de satisfacción y desarrollo del máximo potencial.

Cuando me formé con Alain Cardon, el experto francés estaba obsesionado con la exploración de las "interfaces" -concepto originalmente vinculado a las conexiones entre ordenadores-. Descubrí el brillo de sus ojos cada vez que en mitad de una master-class aludía a las interfaces como espacios reales y/o virtuales cuajados de potencial en estado puro.


White Spaces en la empresa / Tierras de Todos y de Nadie/ 
Lugares de Fertilidad/ Opciones de Ventaja Competitiva/ 
Conexiones Improbables/ Interfaces  ¡A explorar-trabajar!

(*)   Enrique Arce es co-autor del libro Talento para crear valor, editado por PeopleMatters.

jueves, 4 de octubre de 2012

Outsider

Tengo un plan. Siempre tengo un plan, aunque en ocasiones al ponerlo en práctica me invade la sensación de viajar en dirección prohibida: tal es la inadaptación al mundanal ruido y sus negocios.

El plan consiste en disfrutar -el mismo día de su inauguración- de la exposición dedicada a Egon Schiele en el Museo Guggenheim Bilbao. La pinacoteca diseñada por Ghery mostrará 110 obras del artista vienés  entre el 10 de octubre 2012 y el 6 de enero 2013.

La hipocresía en el mundo de los negocios tiene grados, como el whisky: de la desnuda mentira a la callada verdad pasando por un infinito arcoiris de matices que terminan por romper el "hilo" de la confianza que sostiene cualquier relación, incluso la mercantil. 

Contracorriente. En la infancia me colgaron en la espalda el cartel de "rebelde" porque hacía muchas preguntas y porque -en el recreo- me subía a los árboles. Esta mañana leo en El País al diseñador Jean Paul Gautier "... si uno es un auténtico rebelde, no puede estar dentro del sistema..." ¡Ah! vale, era estooo.


El comisario de la exposición es Klaus A. Schröder, director del Albertina Museum de Viena, un hombre elegante, cosmopolita y un poco irreverente, quien -en la presentación del evento- recordó que el pintor vivió obsesionado por dos preguntas: ¿Quién es el hombre? y ¿Qué roles juega? Antes de morir, formuló una respuesta que no empuja al optimismo: El hombre está roto y al final del día está sólo.  Su esposa -en el lienzo que aparece más abajo- esbozó una sonrisa, se dio media vuelta en la amplia cama de matrimonio, y se durmió.


lunes, 1 de octubre de 2012

A vueltas con la ética

No hay paseo con mi amigo franciscano en el que no me tire un poco de las orejas: siempre encuentra algún ripio ético que debo afinar, pulir, exigir o cambiar en las empresas. Ciertamente su reino no es es este mundo y acaso por ello se acalora con vehemencia cuando comparto casos en los que los intereses antagónicos de personas, equipos, y organizaciones, están en juego y yo... ¡como el perejil! en todas las salsas.

Ética en la Empresa es el título con el que Gipuzkoa Berrtizen-Innobasque promueve un acto en el Parque Tecnológico de Miramón (San Sebastián) con la intervención de Guillermo Dorronsoro de IK4 y de Jonan Fernández de Baketik. El 23 de octubre próximo, durante dos horas, los ponentes hablarán de ética en el contexto productivo y lo harán a escasos metros de la patronal vasca, ADEGI, donde ese día estaré entrenando a gerentes en el despacho 2B, en cuyo papelógrafo habrá diseños de equipos que zozobran entre la escasa demanda de los consumidores, la salvaje competencia, y la internacionalización a la que se ven abocados como única salida.



A vueltas con la ética llegó el pasado martes Begoña -una directiva marketiniana a la que entreno- tras una de las jornadas de su máster en la Universidad de Deusto porque había descubierto que su gran objetivo no es conservar el mullido trono que ocupa en una multinacional del sector del automóvil, sino "vivir y trabajar con dignidad". En realidad dijo entre sollozos: "recuperar la dignidad". 

Le pregunté qué entendía -exactamente- por vivir con dignidad. Entonces sacó del portafolios los apuntes del modulo 4 en los que se profundiza en la vida y obra de varios grandes genios: Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Darwin. Tras leer en voz alta algunos párrafos -en su exquisito inglés británico- saltó a la página diez en la que se habla de "... abandonar la inercia del hacer-hacer para recuperar las actividades que de verdad tienen sentido, creando "otro tipo de agenda" que propicie el desarrollo del potencial y recuperar la dignidad...".

El largo módulo 4 del máster desarrolla otros muchos conceptos entre los que se encuentran el liderazgo compartido o como dejar de ser un mánager para ser un líder. Sin embargo, lo que Begoña quiere con toda su alma es "vivir con dignidad". La semana próxima retomaremos los entrenamientos y ansío ver su "nueva agenda" con espacios cotidianos reservados para la contemplación, la belleza, el arte, la lectura, la conversación o la amistad.