jueves, 29 de agosto de 2013

Liderar desde la presencia. Arawana en Bilbao.


En la reinante mediocridad docente de vez en cuando aparece una auténtica estrella del conocimiento, un sabio, una sabia. Es el caso. A finales de septiembre 2013  estará en Bilbao Arawana Hayashi, discípula aventajada de Peter Senge y de Otto Scharmer, quien imparte seminarios y talleres en el Instituto de Tecnología de Massachusetts -conocido mundialmente como el MIT-.


Emana trae a Bilbao a Arawana Hayasi

Arawana llegará a Bilbao tras un largo retiro siguiendo las prácticas que desde hace cuatro décadas le mantienen centrada, presente, lúcida, serena y llena de encanto. Yo misma estoy ilusionada con participar en el segundo de los dos talleres que ofrecerá en regimen de internado en la localidad vizcaína de Bérriz, bajo el título genérico de "Liderar desde la presencia" (25 y 26 de septiembre 2013). 


Las enseñanzas en inglés de Arawana Hayasi serán complementadas en castellano por cinco asistentes entre los que se encuentran instructores de la Teoría U (Otto Scharmer) y la promotora del encuentro, María Carrascal.



Hace unos días envié a Arawana unas preguntas que agiganten mi comprensión del seminario que impartirá. Tan pronto las reciba las compartiré con ustedes. Mientras tanto, estudio la Quinta Disciplina de Peter Senge, marco teórico del enfoque sistémico en el que se engloba la posición teórico-práctica-existencial de Arawana Hayashi.

En espera de sus respuestas, avanzo algunas ideas: 

En entornos complejos, los líderes han de estar centrados, conscientes de las causas y los efectos de las acciones que emprenden.

Es necesaria una "presencia" que genere confianza y cambios sostenibles mediante el aprendizaje de una metodología (Teoría U).

Conviene poner atención en el cuerpo mediante el trabajo con recursos no verbales necesarios en entornos que exigen cambios complejos.


lunes, 26 de agosto de 2013

Voces para un coro discrepante


Voces para un coro discrepante. La diputada islandesa Birgitta Jónsdóttir opina que hemos de "salir" del consumismo y "destruir" el capitalismo. Toda la información pinchando aquí.


Inteligentes voces para un coro discrepante. El economista y profesor universitario francés, Serge Latouche, considera necesaria una revolución que consista -entre otras cosas- en "trabajar menos horas para trabajar todos". Toda la información pinchando aquí.


Voces inteligentes para un coro discrepante. El escritor norteamericano, Richard Ford, considera que la civilización actual no sabe escuchar, ni practica la empatía, ni la compasión. Ford entiende que "las conversaciones actuales consisten en un grupo de personas haciendo cola, esperando su turno para hablar".

¿Deprimente o esperanzador?  Dependerá de lo que hagamos con los vocingleros discrepantes.


sábado, 24 de agosto de 2013

Innovación Social, My Way...



He aprovechado esta mañana de sábado para acercarme a la Imprenta Garin donde he encargado dos cajas de tarjetas de cara a la temporada laboral otoño-invierno. 

Antxon (mi experto encuadernador) tendrá preparado el material para el lunes día 2 de septiembre, momento de arranque del último cuatrimestre productivo, y rentrée a la vorágine profesional.

He pedido dos cajas cada una de las cuales difiere en algo de la otra. Las dos tarjetas comparten un sobrio fondo blanco marfil con letras azul-san sebastián y llevan ni nombre completo, pero difieren en el cargo: en una pone "funambulista" y en otra "francotiradora", dos conceptos que (a mi entender) propician la innovación.

Estoy muy contenta de haberme atrevido ¡por fin! a estampar dos pulsiones que reflejan la originalidad de un despacho profesional especializado en Coaching, cuyo aliento se sostiene honestamente sobre una rotunda base teórico-intelectual, y una práctica-metodológica contrastada, al abordar encargos de mejora de líderes y equipos empresariales. En jerga MBA: Know How + Do How.


Sobre el bonsái que me regalaron unas amigas,
Brave, la francotiradora, en el despacho de San Sebastián. 

Las amigas que me regalaron el bonsái y yo tuvimos ayer un encuentro de cinco horas cuyo eje central fue la innovación social aplicada a un proyecto europeo -impulsado desde Innobasque y presentado en Bilbao el pasado mes de junio 2013-. Reseña completa del evento pinchando aquí.

Dado que los expertos internacionales no se ponen de acuerdo sobre la definición del concepto "innovación social", era previsible que nosotras discrepásemos también en el enfoque del proyecto. La reflexión resultó fértil, alcanzamos algunas conclusiones provisionales, y nos llevamos a casa más preguntas que respuestas lo cual refleja: la complejidad del tema, y la ingente cantidad de trabajo que exigirá presentar en Bruselas algo realmente valioso, es decir, que aporte mejoras a la sociedad y a la vida de las personas dentro y fuera de las organizaciones productivas.

Esta mañana, antes de acercarme a la imprenta Garín, he alcanzado la síntesis de la maraña de conceptos que manejo entorno a la innovación social, y he llegado a las siguientes conclusiones: 1º.- Hay organizaciones explotadoras y exploradoras. 2º.- Las empresas explotadoras no están interesadas en la innovación social. 3º.-  Dejo al margen a las numerosas empresas explotadoras. 4º.- Me centro en las organizaciones exploradoras, aquellas que aprenden y están interesadas en el desarrollo del potencial unido a resultados. 5º.- Cuando recibo encargos de empresas exploradoras, las posibilidades de intervenir con éxito exigen:

Dejar atrás el confortable territorio de lo conocido + internarse en el mar de incertidumbre creando "equipos innovadores" ¡justo, mi trabajo! + coraje + conocimientos + determinación + mantener el rumbo cuando se está lejos de la costa en la que aún reman los "equipos de mejora" (indicadores, calidad, procesos). Lo resume en una frase el premio nobel de literatura André Gide:

Uno no descubre nuevos territorios
 a menos que consienta perder de vista la costa 
por un largo tiempo.  

miércoles, 21 de agosto de 2013

Sembrar, Confiar... ¿Cosechar?



Aún es agosto. Y aunque disfruto de la playa y de las noches largas, siembro semillas laborales que darán sus frutos en el otoño-invierno. Hago las cosas lo mejor que sé, desde lo que soy y ¡confío! 

Algunos clientes, y muchos amigos, dicen que soy "adicta al trabajo" porque siempre tengo un libro, un proyecto, o una ilusión profesional entre manos, como las hilanderas de Velázquez. No soy adicta al trabajo ¡soy autónoma! y mis cosechas del mañana depende de las plantaciones del hoy. Además, en 2013 ya he disfrutado de seis semanas de vacaciones.




Retomo la siembra de las semillas de lo que sé, de lo que soy.  Darán sus frutos en el otoño-invierno. O no... Confío ¡Y me río!

lunes, 19 de agosto de 2013

Preguntas y Respuestas


Casi nada nuevo bajo el sol. Y a partir de la quinta década, casi nada nuevo tampoco bajo la luna y las estrellas  ;-D

No hay que dejar, sin embargo, de venerar algunas verdades ciertas que -precisamente con la edad- uno ha tenido ocasión de testar en la realidad, cruda como una ensalada sin aliño.




Como saben, durante dos décadas trabajé como periodista de élite en los servicios informativos de  RTVE. Yo creía que hacía muchas cosas -y en verdad las hacía-, pero hoy me doy cuenta de que apenas se trataba más que de preguntar y escuchar, dos actividades que se han convertido en la esencia de mi versión profesional 2.0 como entrenadora de líderes y equipos de empresa. Preguntar y escuchar... pero ¡claro! no de cualquier manera.

Un periodista al que admiro, Iñaki Gabilondo -nacido en San Sebastián (mi ciudad de adopción) en 1942-, entrevistó a Rosalía Mera en un espacio al que tituló La vida por delante. El fantástico profesional que es Gabilondo supo danzar con la fuerza de esta mujer a la que algunas personas hemos descubierto en profundidad justo cuando se ha ido. Omito el contenido de la entrevista (entera en el link que facilito) y me quedo con dos cualidades de los grandes periodistas que también lo son de los grandes entrenadores empresariales: saber preguntar sin que lo más abrupto parezca inquisitorial, y saber preguntar sin que lo más suave parezca almibarado.

Ahora comprendo lo que siempre fue obvio: la coherencia de mi trayectoria profesional es la comunicación que vengo practicando durante 37 años como periodista y como entrenadora empresarial. Me ha hecho falta este largo recorrido para "conectar" con lo que una y otra vez repiten mis mentores.

Al cierre, un leve homenaje a Eugenio_Scalfari, director de La Repubblica, quien solía decir que una pregunta agresiva o demasiado inteligente no predice una buena entrevista. Tampoco una buena sesión de coaching, me permito añadir con respeto al gran Scalfari.


viernes, 16 de agosto de 2013

Reflexividad en clave Heidegger


Durante décadas mis emociones han sido un arpa oxidada. Ahora vibro casi con cualquier cosa. Hoy me ha dado por llorar visionando la película Hannah Arendt.


Se trata de la biografía de la filósofa, escritora, periodista y profesora Hannah Arendt -nacida en alemania y de origen judío- interesada por el bien y el mal más allá de las obviedades y los intereses contrapuestos.

Es un drama duro -dirigido por Margarethe Von Trotta- que llena de sentido la actriz Barbara Sukowa (en la fotografía superior) y se desarrolla a cámara lenta -acaso el complejo ritmo del pensamiento de la protagonista- que colma las expectativas de un espectador intelectual  amante de la historia. 



La que fuera una de las discípulas aventajadas del filósofo Martin Heidegger aporta una reflexión interesante: la filosofía es el diálogo silente del alma consigo misma, algo propio del ser humano

Para mi la filosofía -entendida como el ejercicio de un pensamiento articulado- está directamente en conexión con la reflexividad que caracteriza a las personas, los equipos, y las sociedades maduras. ¿Evolucionadas?

Vídeo sobre Heidegger. Seis minutos de duración.

jueves, 15 de agosto de 2013

Equipo, en Femenino Plural


Al atardecer leo en la terraza de casa el Scientific American donde se afirma que los pesticidas y plagicidas (que se utilizan en las grandes plantaciones) están acabando con la Apis Mellifera -entre nosotros, la abeja de la miel- lo que representa un desastre para el ecosistema con repercusión económica de calado.


Según Einstein, la Humanidad sólo sobrevivirá cuatro años tras la desaparición de las abejas.

La revista referencia datos publicados en un artículo de The New York Times en el que se alude a varios estudios realizados en América y Europa. Concretamente facilita estadísticas de Galicia donde según la Asociación de Apicultores Gallegos (AGA) en algunas zonas de esa comunidad autónoma se han perdido hasta el 90% de las colmenas. La cuantificación económica de lo que denomina "una catástrofe" alcanza los cincuenta y un millones de euros, si bien el valor polinizador perdido supera los mil millones de euros.  ¿¿¿!!!


Sin abejas desaparecerán la mayoría de las frutas y verduras.

Los plagicidas y pesticidas están acabando con las abejas -que ya existían en los tiempos de los dinosaurios y las glaciaciones- produciéndoles alteraciones irreversibles en el sistema nervioso e incluso la muerte. Ahora bien, la mayoría de los productos abrasados con química son ingeridos por los humanos. Así que me pregunto ¿qué tipo de daños y /o mutaciones estarán provocando en nosotros?

Me he puesto a leer entorno a las abejas buscando información sobre las propiedades del polen Bona Mel Organic que he comprado para mi madre con la pretensión de que añada un aporte energético a su alimentación. 

Sin abejas no habrá miel, ni polen, pero tampoco melocotones, cerezas, ciruelas, berenjenas, fresas, tomate, manzanas, pepinos... En fin, ¡penoso para quienes somos casi vegetarianos!

Mi fascinación por estos pequeños insectos se ha incrementado al saber de usos y costumbres en la colmena: se trata de un reino totalmente femenino, con un sentido vigoroso de comunidad, alta especialización en tareas y roles, perfecta organización interna, e intenso trabajo por parte de todos. Sin duda un modelo inspirador para los equipos empresariales.


lunes, 12 de agosto de 2013

Equipo Eficaz: Claves


En mitad del Pirineo entrevisto a algunos artistas del Festival de Música Antigua de Saint Savin, una población situada en el sur de Francia -con apenas mil habitantes- y un exquisito encanto para los amantes de la naturaleza y la montaña.


En este caso minimizo mis facetas de periodista y aficionada a la música barroca, y expando mi curiosidad de consultora artesana, al haber sido testigo del brillante comportamiento como equipo de la orquesta de cámara en dos conciertos distintos de difícil ejecución en menos de setenta y dos horas. 

La verdad es que considero un honor haber disfrutado de ambas experiencias a tan sólo dos metros de distancia de unos músicos que provienen de Estados Unidos, Sudamérica y Europa, que en algunos casos no se conocen entre sí, y que se reunen para trabajar juntos tan sólo una vez al año coincidiendo con este festival. Se trata de una extraña mezcla de americanos (4) brasileños (1) franceses (2) y españoles (1) que sanan el cuerpo y el alma con su música deliciosa.

Utilizo la música como pretexto y la palabra como elemento conector para averiguar las claves y secretos que permiten construir en horas (apenas dos días de ensayos antes del primer concierto público) lo que algunos llamarían un "equipo de alto rendimiento" y nosotros diremos con sencillez un "equipo eficaz".




El pianista norteamericano Seth Carlin (en la fotografía) otorga importancia a la concentración tanto en los ensayos como en la puesta en escena, una concentración intelectual máxima acompasada con una relajación física extrema ya que de otro modo no sería posible sostenerla durante años sin contracturas. También estima que la relación emocional entre los miembros del equipo ha de ser fluida y armónica porque de ese modo los profesionales se centran exclusivamente en la tarea, en la cooperación y en brillar y hacer brillar a otros, sintonizándose incluso en la respiración.

La violinista española Chandra Varona considera que uno de los secretos del excelente resultado de la orquesta consiste en presentarse tanto a los ensayos como a los conciertos con la intención de dar. También le parecen interesantes dos ideas: todos los músicos son muy buenos en su especialidad -diríase que controlan su oficio e instrumento- y que pese a su grandeza técnica y musical -casi todos son reconocidos solistas internacionales- viven y trabajan con humildad y respeto hacia el resto de profesionales. 

El chelista estadounidense Ken Kulosa  considera imprescindible confiar en los compañeros porque los sonidos se montan unos sobre otros en una interdependencia en la que la sola brillantez de uno no sirve de casi nada: "... has de confiar en que tu compañero hará su parte lo mejor posible y a tiempo para que a su vez puedas hacer la tuya y propiciar un resultado excelente de todos". También es habitual estar obsesionado con la perfección técnica tanto al comienzo como al final de tu carrera (ya que es difícil llegar pero más aún mantenerse en la cima) y sostener esa auto-exigencia concierto a concierto tanto en la Abadía de Saint Savin como en el Covent Garden.

Por mi parte pude observar que los propietarios del proyecto delegan la totalidad de las decisiones técnicas en quienes saben: los profesionales; que los roles y funciones de cada miembro del equipo están perfectamente delimitadas; que es preciso un liderazgo rotundo a veces compartido y otras no; que el protagonismo se reparte y rota propiciando que todos brillen reforzando la autoestima y el sentimiento de pertenencia; y desde luego, que trabajan duro de manera individual y conjunta. 

El talento, la formación, y la experiencia son necesarios ¡pero no suficientes! para trabar bien en equipo. Cero atajos.


sábado, 10 de agosto de 2013

Niebla merengue en los Pirineos


Me he despertado a las siete descansada y me ha costado unos segundos recordar dónde estaba. El silencio era total. Total. Hasta que un asno ha rebuznado con gracia ¡hay muchos en el Parque Nacional de los Pirineos donde descanso durante unos días antes de abordar el otoño laboral!

Me hospedo en una casita llamada La Maison de Béatrice -que recomiendo por su decoración, precio, hidro-masaje, mimos y atenciones-.  Además Beatrice tiene dos caballos negros bien cuidados (que monta siempre que el tiempo lo permite) y la casa está llena de sillas de montar, espuelas y otros artilugios que me recuerdan la etapa en la que nuestra familia tenía un caballo negro y noble llamado Faraón.

Aún medio dormida me he recostado en los mullidos cojines que adornan la cama para descubrir -a través de la ventana- una niebla tan densa que si la tocase quedaría adherida a mi dedo como el merengue. Bajo la niebla, se veía el entorno...


Hemos compartido el desayuno con dos belgas: croissants, pan de leña, mermelada casera de tres sabores -que hace la propia Béatrice- yogures de cabra, crèpes calentitos, té y melón de la Galia que ya estaba troceado y adornado con azúcar morena en unos cuencos que -como el resto de la casa- portaban un corazón.

Tras el festín, un poco antes de las ocho y media de la mañana, ha llegado el momento mágico: la inmersión en las 45.000 hectáreas del bosque catalogado desde el año 1967 como El Parque Nacional de los Pirineos. Hemos andado algunas horas descubriendo que los folletos de la oficina de turismo de Árgeles-Gazost no exageran:  fauna y flora -en estado salvaje- hasta saturar los sentidos por su belleza y un silencio casi religioso (propio del entorno de Lourdes, centro mundial de peregrinación). Más allá de las palabras sientes la pureza del aire y disfrutas de las construcciones de los siglos XI y sucesivos que tanto fascinan a los americanos.

Estoy aquí porque mi hija participa activamente en el Festival de Música Antigua de Saint Savin, pueblo en cuya Abadía tuvo lugar anoche el primero de una serie de conciertos de música barroca con artistas norteamericanos (4), brasileños (1), franceses (2) y españoles (1). El programa incluyó piezas de Caldara, Scarlatti, Zelenka y Bononcini, duró casi dos horas, recibió excelente acogida del público y hoy la crítica elogia una orquesta de cámara que ofrece un sonido bellísimo a partir del buen hacer de músicos que se reúnen tan sólo una vez al año para este festival.

Escucharles es como tomar media docena de melisas, un valium, un orfidal, un sedative (u otras drogas) junto con el masaje de un fisioterapeuta competente en un balneario de los que hay tantos por aquí.

Escucharles es conectarse a un mundo en el que los seres humanos esperaban semanas, meses, años, para reagruparse entorno a una abadía y paladear el mejor destilado de años de práctica y estudio musical de unos artistas que acarician  instrumentos delicados y centenarios gastados por la vida y por el uso. Para quien quiera escucharlo, el barroco y su fertilidad creativa se muestran tan vivos en el siglo XXI, como en el  XVII, una época en la que había tiempo para el placer por el placer, la sensibilidad, los detalles, el cortejo, el gusto y el matiz.

Dentro de unos días quizá no sea tan receptiva a la brutal belleza de los bosques situados a casi 3.000 metros de altitud, tal vez no me guste tanto la mermelada de Béatrice, acaso los músicos me aburran con su exquisita extravagancia, el purísimo aire habrá regenerado la totalidad de mis glóbulos rojos, me habré acostumbrado a que me llamen Madame, habré colapsado de fotografías la tarjeta de mi cámara, y habrá dejado de darme miedo la culebra (sí de verdad) que acaba de pasar bajo mis pies en el porche de la casita.

Inspirándome en el duro trabajo de los músicos antes y durante el concierto, observándoles durante horas, espero extraer algunas conclusiones válidas para los equipos de empresa a los que entreno. Mañana robaré un poco de tiempo a la montaña para escribir la síntesis de lo que hace funcionar con excelencia un equipo (en este caso de músicos). De momento alcanzo una certeza: técnica y talento son necesarios, pero no suficientes. 



Ahora me voy a Lourdes, a descubrir su castillo, la fortaleza, el jardín botánico y el funicular convirtiéndome en uno de los seis millones de turistas que visitan al año la ciudad de Bernardita Soubirous.

lunes, 5 de agosto de 2013

Cambiar el mundo


Hoy es un bonito día para mi, y el mar ha dejado esta mañana el regalo de una caracola a mis pies. Como una niña crédula he acercado la caracola a mi oreja izquierda para descubrir que no se oía el batir de olas marinas del que me hablaban mi padre y mi abuelo. ¡Claro que por el oído derecho entraba a raudales el sonido del Cantábrico y el rugido penetrante de la pleamar! 




Cumplo cincuenta y cinco años y comparto con Manuel Arango la idea de que "... mientras el dinero va y viene, el tiempo sólo va y por eso vale más". Arango es empresario y filántropo. Yo creo que también es filósofo porque pronuncia frases que no son habituales en las páginas de economía del suplemento Negocios de El País

"Con la edad uno aprende a conformarse con cada victoria. 
Todo cambio es satisfacción y demuestra que ¡se puede!"


Este empresario de setenta y siete años se considera una de las muchas personas que quieren cambiar el mundo aportando dinero, talento, entusiasmo, contactos o tiempo -verdadero oro líquido-.  

Aunque algunos llamen a la filantropía "lavar el alma" yo creo que tiene sentido levantarse cada mañana de un salto para impulsar cambios colectivos, aunque tus aportaciones sean tan pequeñas como los granos de arena de mi caracola ;-D

sábado, 3 de agosto de 2013

¿Cuál es tu Klout?


Son las nueve de la mañana del jueves 1 de agosto 2013 en el Palacio de Miramar (San Sebastián), a un minuto del salón de casa. La mitad del césped está segado desde la raíz, mientras la otra mitad permanece repleta de margaritas que lloran la masacre de sus compañeras de juegos. Huele a hierba fresca y la brisa de la cercana costa me alcanza. Hace falta una razón poderosa para recluirse toda la mañana en un espacio cerrado, aunque sea el bello palacio. Tengo claro mi impulso: en el primer piso, primera sala a la derecha, dos expertos del mundo digital impartirán en formato sintético sus conocimientos y experiencias profesionales. 



Carlos Ojeda y Rafael Benitez de Walnuters han conseguido congregar a cuarenta personas interesadas en descubrir  las oportunidades de negocio que ofrecen las redes sociales. Me siento en la última fila junto a dos amigas (el riesgo de trastear es alto) y  ¡comienza la fiesta!


Haré un barrido por las veinte caras de mi Moleskine repletas de anotaciones y de tareas a realizar durante las próximas semanas (acaso meses, dada mi torpeza digital) a partir de los aprendizajes. Permitan que me ría un poco en voz alta de mi misma como una válvula de escape ante la "impotencia" de una realidad que se me escapa de las manos como minúsculos granos de arena. Y no me justificaré con aquello del gap generacional.

Empecemos por el título del post ¿sabe usted lo que es un klout? Si no lo sabe ¡bienvenido al club de los analfabetos digitales!  aunque en esto ocurre como con la ley: el desconocimiento no exime de su cumplimiento o -en este caso- de que usted tenga en este momento un klout alto, bajo o inexistente. Todo depende de la "influencia social" que se le otorgue por la cantidad y calidad de intervenciones en Twitter, algo que se calcula a partir de fórmulas y estadísticas matemáticas. ¡Ya empezamos! dirán algunos. Sí, debajo de las "redes sociales" -que algunos confunden con fotos de la barbacoa familiar colgadas en Facebookexiste un apasionante (y complejo) mundo por descubrir de cuyas claves acaso dependa la prosperidad de los negocios. Acaso  ;-D

Como ha dicho Carlos Ojeda con vehemencia durante el curso "... las redes sociales son la punta de un iceberg debajo de las cuales late una revolución en el comunicar y compartir que pone a las personas en el centro de la escena...". 

Sin duda lo digital "huele" a imparable revolución. Cabe preguntarse, sin embargo, ¿cuál es la finalidad última de un fenómeno de semejantes dimensiones? Porque una cosa sí tengo clara: pone a las personas en el centro de la escena pero ¡en calidad de consumidores! y no estoy segura de que eso me complazca. ¿Y a usted? Por cierto, en este momento mi klout tiende a cero. Glub... Acaso no exista   ?!


viernes, 2 de agosto de 2013

El viejo y el mar


A las siete de la tarde he salido a bucear: marea baja, agua templada, cristalina, y muchos peces de colores. Cuando he comenzado a sentir frío, y ya estaba cerca de la costa, me he cruzado con una pareja: ella regordeta, él delgaducho, de la mano, apoyándose el uno en el otro. Tendrían la edad de mis padres la última vez que los vi así en la playa de Cadaqués (Gerona, España).



Hace veintiún años que él murió. Se me han empañado las gafas de buceo, las he enjuagado en el Cantábrico, y he seguido viendo peces... en blanco y negro.¡Ya no era lo mismo!