domingo, 29 de noviembre de 2015

El Talento no se compra ¡se cuida!


La compleja tarea de desarrollar el talento en las organizaciones pasa por la simple tarea de escuchar las necesidades de los profesionales y propiciar un entorno de armonía, acaso de felicidad. 

No se trata de una estéril utopía, sino de proponérselo con honestidad radical acompañada de conocimientos y tesón-persistencia gasta el logro. Ahora bien, la condición imprescindible es que sintamos los anhelos de los demás como propios y -en este sentido- los responsables del desarrollo del talento encarnan una posición de privilegio ya que está en sus manos propiciar una vida plena ¡también en el entorno laboral! que incluya la búsqueda de equilibrio entre la poliédrica constitución humana como seres físicos, mentales, emocionales y espirituales. 


Retener el Talento =
= Desarrollar a los Profesionales


Los más escépticos optarán por desestimar la búsqueda y hallazgo de fórmulas que hagan posible un vivir y trabajar en plenitud. Sin embargo, la empresa Great Place to Work analiza anualmente más de cinco mil empresas de cincuenta y dos países para descubrir las mejores prácticas laborales, aquellas que consiguen al mismo tiempo resultados empresariales y satisfacción de los trabajadores. Bien mirado tiene lógica que exista una mimética relación entre trabajadores y clientes satisfechos ¿no les parece?


Cuando las personas ¡son personas!
Descubriendo ¡lo obvio! en las organizaciones


La teoría internacional de creación de equipos de trabajo denomina "factores situacionales" a un conjunto de elementos que propician la consolidación de equipos -donde solo hay grupos- cuyo objetivo es la mejora del clima laboral, la satisfacción y los resultados. Pues bien, uno de esos factores es el sistema de reconocimiento asentado sobre cuestiones "blandas" como los planes internos de carrera, las políticas de aprendizaje y desarrollo (coaching / mentoring) y, en general, lo que se conoce como el "salario emocional".

Finalmente, parte del atractivo de las empresas para reclutar y retener el talento consiste en cultivar una reputación atractiva en la que los valores sean una práctica cotidiana en la toma de decisiones y no una frívola definición de la misión-visión corporativa.

Más allá de las buenas prácticas y de la responsabilidad social, las personas anhelan un trabajo con sentido (propósito) que contribuya al bien común. En fin, parece que re-descubrimos lo obvio: que los humanos somos humanos, que tenemos motivaciones trans... ¡trascendentes! y que nos motiva hallar sentido a nuestra vida y trabajo. Volviendo al origen... ¡Bienvenido sea! gracias a investigaciones como las de Great Place to Work.


jueves, 26 de noviembre de 2015

No es un ensayo general ¡la vida!


Microrrelato. Por segundo año consecutivo imparto un taller en el Palacio de Aiete (sí, un auténtico palacio) situado en el centro de un bosque urbano que incluye un pequeño lago en el que languidecen dos cisnes como el que sostiene la mano de Paloma.




Aunque el enfoque temático es similar -se trata de aportar algunas claves que propicien el liderazgo de la propia vida- el curso pasado fue altamente emotivo y (con su llanto) los participantes mostraron el dolor causado por la pérdida de un bebé, la fragilidad de quien vive en el umbral de la pobreza, o el padecimiento de una incurable enfermedad. Me sorprendió que en una formación organizada por el departamento de cultura del ayuntamiento de San Sebastián -y pensado para la ciudadanía- hubiera tanto sufrimiento.

El taller fue una vivencia hermosa para mi y guardo gratos recuerdos de todas y cada una de las personas que pusieron mucha alma en las dinámicas participativas que propuse. Por ejemplo, pedí que "cosificaran" un sueño personal eligiendo un objeto que lo representara de manera simbólica y que -al tenerlo cerca- les recordase que merecía la pena ¡luchar por ello! Paloma -afectada por un cáncer- eligió la pequeña figura de un cisne.  




Hoy me he enterado de que ya no está por estos mundos y por lo tanto no sostiene el sueño del cisne. Repaso las fotografías de aquel grupo y me resulta difícil ¡doloroso! pensar que no volveré a verla y adquiere especial sentido aquella frase de Jorge Bucay en la que afirma que "...tenemos el derecho y el deber de ser felices mientras gocemos del privilegio de estar vivos...".


martes, 24 de noviembre de 2015

¿Centrífugos o centrípetos? ¡Los que escuchan!




Escritura automática, a vuelapluma. Diez horas de trabajo a cien kilómetros de casa, lluvia racheada y viento que voltea el paraguas que no llevo, cinco grados de temperatura en la city y -al mediodía- dejo a unas amigas tiradas en el restaurante porque debido a una urgencia de un cliente no llego, no llego, no llego... Definitivamente no llego y me quedo sin comer. Tras el desayuno en casa (a las siete de la mañana) sobrevivo toda la jornada con una manzana reineta que llevo en el bolso y un americano con miel (que también llevo en el bolso de scout). Nueve de la noche, llego a casa: plomos levemente fundidos, hambre, frío, punteras de las botas mojadas, peso del maletín y una pregunta machacona en la retina del ojo cuántico ¡es un decir! ¿Has hecho bien tu trabajo, Azucena? Ya que te dejas trozos de piel y jirones de tiempo -de vida, porque la vida está hecha de tiempo- ¿lo haces bien, Azucena? repite el loro interior, el Golum, el saboteador, el diálogo interno, el censor ¡¡¡Basta!!!



Y el caso es que en una sola viñeta Forges lo dice todo: escuchar. La magia de mi oficio consiste en escuchar sin proyectar y sin juzgar; escuchar sin interrumpir; escuchar con asombro genuino ante la maravilla que es cada ser humano (despojado de coraza) que comparte sueños y muestra su vulnerabilidad. 


Hoy he pasado las diez horas entrenando a profesionales uno a uno y equipos y hemos hecho muchas cosas pero la esencia... ¡escuchar! lo que dicen, lo que callan, lo que muestran y disfrazan, lo que comparten y reprimen aunque el cuerpo revela las emociones atrapadas en los pliegues de la piel... Y tú, Azucena, ¿has hecho bien tu trabajo? Pues mira -querido Golum- eso tendrán que decirlo ellos, pero he puesto amor e intención y he puesto oficio y sí, también tengo que mejorar mi escucha. Once mil horas después de mi estreno en 2002 como entrenadora senior a jornada completa tengo mucho que aprender y mejorar. También en escucha. ¡Gracias Forges!

  

domingo, 22 de noviembre de 2015

La inteligencia colectiva del equipo


Un sueño, una cultura y un equipo ¡es cuanto se necesita para triunfar en los negocios! según el consejero delegado de AB Inbev Carlos Brito, informa el suplemento Negocios de El País dominical.

Casualmente "sueño, cultura y equipo" forman parte del temario que he desarrollado este fin de semana en Ibercaja (uno de los hosts de mi actividad docente) y auténtica incubadora de talento.



Un sueño, una cultura y un equipo 
¡es cuanto se necesita para triunfar en los negocios! 


Cada vez que planteo a las personas la elección de un sueño descubro que les resulta difícil conectar con el chispeante aleteo que produce un sueño en el alma de cualquier ser humano, y me pregunto si los adultos hemos perdido la capacidad de soñar despiertos, o si el realismo-pesimismo ha sepultado nuestro anhelo de belleza en estado puro, allá donde se encuentre. ¡Sería una pena porque la aportación de cada ser a través de un sueño aterrizado enriquece el planeta!

Después de ver el último vídeo del psicólogo y titiripeuta Fidel Delgado -que recoge su intervención hace unos días en  la localidad guipuzcoana de Zarautz- cobra mayor certeza la intuición de que la profesión (entendida como vocación al servicio de algo transcendente) forma parte del propósito del vivir y acaso la razón por la que nacemos. ?!



Equipo como Inteligencia Colectiva
¡al servicio de la totalidad!


Para soñar hay que atreverse a pensar-sentir en grande aunque después haya que trabajar en pequeño. La cultura empresarial marca el margen de maniobra que dificulta o facilita los cambios. Finalmente el equipo es el eslabón entre el yo y la totalidad; el puente entre el ego-system y el eco-system y el átomo suficientemente pequeño para encarnar el prototipo de la transformación organizacional, y suficientemente grande como para desarrollar el talento de cada persona, obtener resultados exponenciales, evitar errores innecesarios y disfrutar de la "inteligencia colectiva", muy bella cuando aflora: ayer (sábado 21), un ratito en Zaragoza, mientras mi grupo analizaba (con la metodología del "caso") cómo hacer evolucionar una pequeña empresa familiar liderada por Rosa.

Superadas las tres décadas de vida laboral construyo una visión global de conocimientos y experiencias al servicio de las  aulas o fábricas donde me otorgan el lujo de su atención y de su tiempo; y compruebo que la capacidad de escuchar de una manera global resulta esencial: escuchar las señales altas y las bajas, las del mercado y las personas, las que capturan el ojo y el oído y las que solo percibe la intuición. Sihhhhh! Escuchar.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Mi reino por ¡un gramo de consciencia!


Algunas mujeres son realmente inspiradoras y -vivas o muertas- su aroma nos llega si estamos en activa "búsqueda y captura" de impulsos que nos animen a avanzar sobre la duda o el miedo a lo desconocido. Pero avanzar exige eludir la complacencia previa a la decrepitud.

No es cuestión de edad ni condición, tampoco de género, aunque me motiva saber que otras profesionales han conseguido hacer oir su voz (acaso su vocación) por encima de algunos lastres añadidos. ¿Ídolos? ¿Modelos?  Referentes que alientan a seguir la propia senda, única e intransferible, donde se esconde el sentido de la vida. 




Conceden el Premio Cervantes al escritor Fernando del Paso (que dice vivir en la constelación de Andrómeda, en México) donde estos días mi hija y su orquesta han visitado el Museo de Frida Kahlo en lo que fue su propia casa -me explica sorprendida por la intensa carga emocional que alberga el recinto- donde la pintora luchó a brazo partido (en un sentido literal) por hacerse un destino artístico a pesar de los condicionantes extremos de su salud.




Por mi optimismo recalcitante tengo algunos apodos (quiero pensar que cariñosos) entre los profesionales a los que entreno, entre otros: alicia en el país de las maravillas y hoy resuena en mi cerebro aquella frase de Lewis Carol que tanto me gusta: "No puedo volver al ayer, porque ya soy una persona diferente". 

Quienes me conocen dicen que soy una persona diferente porque no utilizo movil en mi trabajo. Bueno, en realidad no utilizo movil salvo para hacer fotografías. El caso es que gracias a esa "rareza" libero tiempo de calidad para la vida y los negocios. Me explico: Sherry Turkle, del Instituo de Tecnología de Massachusetts (MIT) al que soy tan aficionada, acaba de publicar un libro en el que afirma que los estadounidenses consultan su móvil cada seis minutos y medio a lo largo de todo el día, incluso cuando están con su pareja en un restaurante, en casa con los niños, o trabajando. ¿Está en crisis el arte de conversar? se pregunta Turkle en Reclaiming Conversation.  

Desde que leí el artículo del Sunday Book Review no he dejado de pensar en el gran futuro que tiene mi profesión que se articula entorno al bello arte de conversar sin movil (ni tableta), en un espacio creativo de calidad -libre de interrupciones-, entorno seguro y confidencial, ausencia de juicios y foco-láser puesto totalmente en el desarrollo del potencial del cliente, su proyecto, competencias y habilidades.

En USA se consulta el móvil cada seis minutos, MIT.



Siendo pertinente la pregunta de Turkle: ¿está en crisis el arte de conversar? yo creo que está en crisis la consciencia de las personas que no conversan ni consigo mismas, ni con los demás (investigación a la que alude el MIT), ni con Dios para encontrar un gramo de trascendencia en la construcción de un futuro mejor y para todos -denominado la Sociedad 4.0-. 

Las conversaciones de calidad son "un medio" que propicia el incremento de la consciencia, el auténtico "fin" que se persigue. Consciencia, el futuro pasa por ahí. Creo... 


viernes, 13 de noviembre de 2015

Exitos del mañana en la empresa familiar


Dos, tres, cuatro largos de playa hoy a pie mientras la cresta del mar lame las rocas. Bajamar en el Cantábrico y un grillo de nostalgia que me acosa. Dedico la mañana a la contemplación como respuesta a una demanda -casi orgánica- del alma, y -sobre un fondo de olas- me concedo una tregua: observo el horizonte marino y tomo mi tiempo para masticar y digerir la jornada de ayer.




Conocido (y aceptado) es el vértigo de fracasar; sin embargo, casi nadie aceptará la hipótesis de que la auténtica nausea se produce ante un logro importante que en algún momento calibraste como imposible. ¡Pero ocurre! y entonces te preguntas: ¿es un milagro? ¿una lotería? ¿el azar? 

Esta mañana mis neuronas buscan las conexiones improbables que han hecho posible un encargo laboral potente en el que las posibilidades de mejorar son infinitas porque se encuentran en el llamado prime time organizacional, es decir: se trata de una empresa grande, saneada, en expansión y con unos ratios anuales de crecimiento y beneficio admirables cuyo mérito hay que atribuir a muchos factores sin que la propiedad y el comité de dirección sean ajenos a ello. 

Ayer al mediodía mi mentor y yo lo celebramos almorzando en Bedua, una casa-lonja medieval situada en Zumaia (Guipúzcoa) -con huerta propia- rodeada por un meandro del río Urola cerca de la desembocadura. 



Usted ¿cómo vive el éxito?


Rendimos honor a lo que hizo famoso el antiguo merendero: su tortilla de patatas, aunque mi mentor no quiso renunciar a otros placeres gastronómicos porque ¡estábamos de celebración! 

Alegría intensa ayer tras el logro profesional, y vértigo hoy ante el nuevo desafío: ¿cómo ordenar conocimiento y experiencia para aportar a un grupo empresarial ya excelente? ¿de qué manera articular un método tan eficaz como flexible que se adecué a la biología de una empresa familiar en segunda generación? ¿cuánto querrán conservar de los éxitos del ayer sin hipotecar los del mañana? ¿qué les impulsa y que les lastra? 

Buena parte de mis esfuerzos del 2016 estarán volcados en esa organización -cuya identidad protejo- y cuyo encargo se debe en buena parte a mis prácticas contemplativas donde refresco el frágil pocillo del alma del que todo brota.


lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Cómo se prepara una conferencia?


Un empresario al que entreno desde que era un emprendedor (hace cinco años) me preguntó la semana pasada cómo preparo las conferencias, mostrando un genuino interés y cierta admiración que cebó mi vanidad -a dieta de proteína animal y vegetal sin por ello adelgazar un gramo-.

Su pregunta llegó al cierre de nuestra sesión cuando otra persona ya esperaba en el recibidor. Explicó que tenía un compromiso dentro de su propia empresa -ciento cincuenta trabajadores en plantilla- y que deseaba hacerlo mejor que el año anterior. Sé de su perfeccionismo y también que en la última ocasión gran parte del speech (y hasta el power point) lo hizo su asistente, así que comencé por relatar que siempre preparo personalmente mis intervenciones por más ocupada que esté. 




Después cogí el libro que tenía encima de la mesa (en realidad el primero de la torreta de documentos en espera de ser procesados) y le mostré que subrayo el contenido e incluso hago anotaciones en los márgenes en la captura de contenidos relevantes que me ayuden en la fase posterior. ¿Otra fase? -preguntó-. Sí, después resumo el libro en dos o tres páginas y lo guardo en el ordenador de manera que cuando tengo que elaborar una ponencia puedo localizar un dato, una evidencia, la última investigación de un tema o lo que fuera. Entonces -me dijo renegando- le dedicas mucho trabajo ¿no? Sí, claro, porque una vez recopilados todos los materiales los coloco frente a mi y vuelco mi particular visión y experiencia. Finalmente lo escribo en su totalidad y lo ensayo hasta saberlo casi de memoria. Y ya está. Claro ¡ya está! repitió frustrado cuando se colocaba la americana. ¡Yo no tengo tanto tiempo! Bueno, -le contesté yo con suavidad- tienes más de veinte años que es la edad que nos separa...




Creo que se fue un poco contrariado y no sé si la naturalidad con la que le mostré mi ¿método? fue contraproducente en el sentido de que pareciese demasiado trabajoso. Claro que al fin y al cabo él puede encontrar un método (el suyo) más rápido y liviano. Hoy me he acordado del joven de la impecable americana al leer a Javier Cercas quien -en un artículo que recomiendo y pueden leer pinchando aquí- alude a grandes genios como Cervantes o Paco de Lucía y sintetiza:

Un genio es un monstruo que devora  cuanto halla entorno a él, lo mastica, lo digiere, y lo convierte en algo distinto, grande, superior e irreductiblemente propio. Imprimo el artículo y lo guardo en el dossier del empresario con la ilusión de que le inspire. ¡Gracias Javier!


(*)   Escrito con el consentimiento del empresario referido blindando la confidencialidad.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Cero Ego


Poco después de publicar mi segundo libro me pidieron un haiku para una antología. En el año 2000 se editó el volumen y hasta hoy no había vuelto a sentir la profundidad del texto diminuto:

Naturaleza y Silencio, la única medicina.


Sábado. Empacho de hojas secas aliñadas de musgo en salsa de boletus en el mágico hayedo cuyas coordenadas oculto al GPS de turistas y curiosos. ¡Siiihhh!  Silencio para no asustar a los ciervos. La retina capta los cien mil ocres sepultados en el sendero que desciende por un desnivel de quinientos metros, vertical algunos tramos, casi llano en otros. ¡Siihhh! Silencio para no asustar a las ardillas.




Juguetonas y secas las hojas vuelan hasta el río Nela cuya gélida agua rompe el silencio, despierta a las ardillas y calma la sed de los ciervos. Me siento en la orilla, cierro los ojos, escucho el rumor del agua, los pájaros y el murmullo de las gentes.

Lejos (muy lejos) quedan mis tareas cotidianas: el despacho y los clientes, las gestiones, las conferencias, los impuestos, los talleres... El último día en el Palacio de Aiete debatimos qué es un sueño: algo que te eriza, emociona, ilusiona, dijeron los alumnos. Algo intangible que puedes hacer tangible, dijo Luken. Sueño ¿algo inalcanzable? Algo que deseas.  De regreso a casa tras el taller -con extraña nostalgia en el ánimo- me dio por pensar que los humanos ni siquiera somos un medio al servicio de un fin trascendente cuyas coordenadas manejan los dioses paganos... ni siquiera. 

Los humanos solo somos pretextos para que las cosas sean hechas. Pretextos diminutos como un haiku: naturaleza y silencio, la única medicina.
  

viernes, 6 de noviembre de 2015

Un vídeo ¿para qué?


Hoy he tenido una sesión de vídeos y fotografías con Xabier, un profesional marchoso, ágil y joven, sobre todo joven. 

Aunque no nos conocíamos, hemos conectado y nos hemos reído mucho en la creencia compartida de que las cosas fluyen mejor con sentido del humor. De alguna manera su juventud y oficio me ha hecho recordar mis tiempos detrás del micrófono -en la radio- y detrás de la cámara -en la televisión- y aunque sé que ha mentido me ha halagado que dijera que hilvanaba frases con la precisión de una actriz. Majo. Amable. Sobre todo amable. 

Al mediodía le he sugerido que hiciéramos algunos planos exteriores y dado que un sol veraniego entonaba la ciudad le ha parecido estupendo acercarse al Urumea. Al llegar a la balaustrada se le ha escapado un ¡guau! y me ha preguntado si el río está siempre tan limpio y transparente. Casi siempre, le he contestado con naturalidad.




Ha sido agradable grabar con Xabier algunos audiovisuales con destino a un montaje que le ha encargado un cliente con el que ambos trabajamos: yo desde hace cinco años y él desde el 2013. Hemos cerrado nuestro encuentro en la terraza de una cafetería ante el glamouroso Hotel María Cristina donde ha insistido en que "un vídeo de más de dos minutos de duración ¡es infumable!" vamos... que todo el mundo desconecta antes de visionarlo por completo. También hemos compartido la peculiar situación de los autónomos en nuestro país y le ha sorprendido que un autónomo de cincuenta años viva en idéntica precariedad laboral que un autónomo de treinta. Nos hemos reído de casi todo y hemos brindado por la vida, el trabajo y el proyecto de post producción que ¡seguro! quedará estupendo porque me ha parecido que su auto-exigencia tiende al perfeccionismo. 



El cazador ¡cazado! je je... Xabier 


jueves, 5 de noviembre de 2015

Entrenamiento a un CEO


Un alto directivo al que entreno lidera un cambio de modelo organizacional en su empresa y en nuestro encuentro de hoy se ha mostrado: ¿apurado? ¿colapsado? ¿sobrecargado? ¿noqueado? Le he pedido que por favor verbalizase y volcara su sentir utilizando una metáfora. Entonces me ha dicho que en los últimos meses siente como si una avalancha de agua viniera hacia él (rió abajo) y no pudiera contenerla. Después ha permanecido un rato en silencio, nos hemos mirado, he sostenido su vulnerabilidad y apoyado su coraje para que siguiéramos juntos construyendo el porvenir de una empresa de la que dependen más de sesenta familias vascas. Ha sido un momento de radical honestidad -tan duro como hermoso- que nos ha permitido tocar una cuerda sensible a partir de la cual los dos hemos resonado mejor.

Nuestro trabajo conjunto ha durado un par de horas en las que hemos transitado del desahogo inicial de la metáfora al diagnóstico racional -basado en hechos, números y evidencias- alcanzando la exploración de opciones y el diseño de un plan de acción. Y ya en la despedida (de noche y agotados) hemos caminado juntos hacia el parking donde nos hemos despedido con cariño y aprecio mutuo. Al abrir la portezuela de su coche -muy cerca del mío- me ha dicho: Azucena ¡gracias por la barrera de sensatez! 




Barrera. Sensatez. Sensatez. Barrera. ¿Qué nos está pasando a los humanos?  He agradecido el cumplido y llegado a casa sin poder sacar de mi cabeza la expresión: barrera de sensatez. 


martes, 3 de noviembre de 2015

Medir la aportación "social" de la empresa


En la empresa lo que no se mide ¡¡no existe!! así que resulta esperanzador saber que se puede medir el valor social (y económico) que genera una organización para sus stakeholders. Novedoso, sorprendente e -insisto- ¡esperanzador!




De la mano de José Luis Retolaza, de la Deusto Business School conoceremos un modelo integrado de contabilidad elaborado por el Grupo de Investigación ECRI (Ethics in Finance & Social Value) junto con otros agentes sociales.





La jornada se desarrollará el día 26 de noviembre de 2015 (entre las ocho de la mañana y las cinco de la tarde) y es de acceso gratuito hasta llenar el aforo del Social Impact Lab de Madrid, situado en el número 22 de la calle Alameda. Inscripciones pinchando aquí.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Épica de la empresa familiar


Los dioses tienen sed, afirma Milan Kundera en el libro Un encuentro en el que aplica su bisturí intelectual a obras de escritores como Céline, Goytisolo y García Márquez, entre otros.

Alterno esa lectura con otras y en el atardecer del domingo -tras haber sorteado a nado una pléyade de medusas en el Cantábrico- profundizo en el pensamiento de Clara Janés (la décima mujer que ocupará uno de los sillones de la Real Academia de la Lengua) quien entiende la poesía como un átomo terrenal-sensorial, científico-racional, místico-pasional. La escritora ama la contemplación del universo como una totalidad pero los hombres... ¡ay los hombres! ya no son capaces de entregarse a la contemplación, afirma el filósofo Boris Groys, formado en la Universidad de Leningrado en Lógica, Filosofía y Matemáticas.  



Del pensamiento del filósofo rescato una inquietante afirmación: la mirada contemporánea es más marxista que freudiana porque hay más interés en la economía que en el sexo.



Sobre los escollos de la duda, las dificultades terrenales, la enfermedad y pérdida de seres queridos y golpes de la fortuna, los grandes no cesan en la búsqueda de la verdad y es a partir del puzzle que componen que la civilización avanza. Quiero pensar que avanza.

Observen que ambos pensadores portan pelo cano porque alcanzar la orilla del conocimiento exige la dedicación de la vida entera. Entonces -me pregunto- ¿por qué el común de los mortales busca días de treinta horas y la vacua pretensión de manipular el tiempo -en verdad una utopía-? Si bien la radical utopía no consiste en pretender gestionar el tiempo, sino en el anhelo del éxito inmediato basado en rápidas acciones exentas de reflexión-contemplación que pudiera hacernos más sabios y -seguramente- más felices. 

Y en medio de este caos existencial encuentro honrosas excepciones entre los clientes con los que trabajo y otros que descubro en las páginas de economía: Manuel Torres, murciano y fundador del Grupo MTorres, con una plantilla de setecientos trabajadores y presencia en setenta países. Manuel Torres ha dedicado la vida entera a su negocio que hoy es una próspera realidad pero que a mediados de los setenta era el sueño de un loco, un loco que reflexionaba y hacía números sin pretender que los días tuvieran treinta horas ni alcanzar el olimpo en un sputnik. La concreción de los sueños lleva tiempo, aunque no sólo tiempo sino: persistencia (cuarenta años), flexibilidad (del sector del papel al aeronáutico), coraje (de la sede en Pamplona a la expansión a Seattle, Estados Unidos), contratación de talento (el 60% de la plantilla es universitaria y la media es de 40 años), sentido del humor, innovación permanente  (en 2015, Premio Nacional por su trayectoria innovadora) y estusiasmo que agradecen los trabajadores de la fábrica de Torres de Elotz (Navarra) que el propietario visita con frecuencia con la humildad que caracteriza a los grandes profesionales.


Los que saben de los negocios familiares son los fundadores quienes en un momento de su propia biología -pegada de una manera casi orgánica a la de la empresa- han de querer y saber pasar el testigo a la segunda generación, transición delicada en la que casi todos sufren: el fundador carcomido por los miedos y los herederos lastrados por el estilo que les precede. Casi nunca hay mala intención, ni consciencia de la primacía del ego, sino puro desconocimiento ¡que se puede solventar!

Con cariño preparo talleres -que impartiré en 2016- centrados en la transición de la primera a la segunda generación de empresas familiares y que he titulado: Las fuerzas del cambio y la permanencia en la empresa familiar + Competencias de liderazgo en la empresa familiar + Los equipos como ventaja competetitiva en la empresa familiar. Me siento ilusionada ante la posibilidad de aportar un grano de arena del Cantábrico a los empresarios de primera generación y a los herederos porque -como ha afirmado esta misma semana en el Palacio Euskalduna de Bilbao Edurne Pasaban-: "... más heroico que subir un ochomil es crear, liderar, hacer rentable y expandir una empresa familiar."