Los hechos: las profesionales están agotadas, especialmente si son pequeñas empresarias, emprendedoras o autónomas al frente de proyectos que (en su origen) fueron ilusionantes y con el desgaste inherente a la actividad comienzan a pesar.
Las profesionales no llegan a todo lo que les gustaría: mejorar la página web, publicar en redes sociales, explorar nuevos proveedores, hacer balance, llevar al día los impuestos, la facturación, atender a la gestoría, cambiar la tinta a la impresora, modificar el escaparate, reciclarse, contratar a una persona en prácticas... la lista de cuestiones pendientes a las que las profesionales no alcanzan es interminable y esa acumulación hace que sientan culpabilidad y se cuestionen su propia valía. Cansancio externo debido al multitasking unido a la erosión interna al cuestionar su propia capacidad. Terrible... ¡e injusto consigo mismas!
El origen del cansancio es multifactorial y complejo de abordar dados sus variados alcances: familiar, social, cultural, de carácter, expectativas, sector, de habilidades y competencias para gestionar la complejidad...
No caeré en la generalización ni en la simplicidad, solo me propongo reflexionar en voz alta sobre un hecho que acontece: el agotamiento de numerosas profesionales al frente de sus proyectos. Abordo este asunto como un paso previo a la facilitación de varios talleres que impartiré durante los meses de octubre, noviembre y diciembre financiados por las instituciones y gratuitos para las participantes.
Se aplicará la metodología práctica de "aprender haciendo" para que las participantes puedan "llevarse puesto" el conocimiento al estilo del café "take away"... El enfoque será un 40% teórico (puro condensado) y un 60 % práctico, participativo, dinámico... El formato "píldoras" permitirá abordar en pocas horas diversos temas como: el diseño eficaz de objetivos, los planes de acción anclados en el tiempo, la estrategia, el desafío de mantener la motivación, la resiliencia, el arte de comunicar, el liderazgo y... ¡la red de apoyo!
La red de apoyo es una de las claves que contribuye a que la pequeña empresaria o emprendedora se mantenga a flote respondiendo a las exigencias del negocio y a salvo de la extenuación. En los talleres construiremos una red colaborativa tan bella y fuerte como sea posible, pero más allá de la actividad formativa emerge la espinosa cuestión de la red social y familiar que ha de asumir algunas tareas que liberen tiempo y energía para que la emprendedora pueda poner sus mejores fuerzas (y neuronas) a trabajan en el proyecto. Las profesionales necesitan la complicidad de su entorno más cercano para no acometer dobles y triples jornadas que agotan...
Con frecuencia detrás de una profesional extenuada hay un vacío de apoyo familiar y social que asuma ciertas tareas domésticas. Hacer frente a la complejidad de sacar adelante de un pequeño negocio al mismo tiempo que cuidar de los niños y la abuela es una sobrecarga que (con frecuencia) rompe el necesario (y difícil) equilibrio de quien trata de hacer florecer un sueño.
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