domingo, 27 de julio de 2008

La fórmula mágica

De vez en cuando me invitan a pronunciar conferencias en solitario o en compañía de otros ponentes. Recuerdo con especial cariño una en Vitoria (Caja Vital)arropada por tres colegas: uno de Madrid, uno de Bilbao y otro de la capital alavesa.

Yo estaba muy nerviosa, no quise pasearme por el escenario como recomiendan los gurus de la puesta en escena. Me quedé sentadita, formal, sin que pudiera verse el tembleque de mis piernas. Controlé la respiración como aprendí a hacerlo durante mis años de periodista televisiva y radiofónica, el tono, y los silencios...Y me dejé llevar por el bien entrenado guión (cuatro repeticiones completas en voz alta, en la habitación del hotel, minutos antes de la conferencia).

La sala estaba repleta de público y periodistas: ni una sola butaca en la que posar la mirada sin hallar un par de ojos expectantes, un par de oídos abiertos al descubrimiento del Coaching, el arte de mejorar la vida y los negocios. La megafonía probada, las luces bajas, el público callado y expectante...

¡¡Acción!! Comenzó mi amiga Inés, anfitriona y promotora del acto que aun un tanto dispersa consiguió caldear el ambiente a base de ternura. Después le tocó el turno a Fernando, más técnico en su desarrollo, con mejor movimiento coordinado sobre el escenario, buen power point y mejor traje. En tercer lugar llegó mi exposición.

No les aburriré con el trazado de mi conferencia. Tan sólo deseo hoy compartir la fórmula que encandiló a media sala con aplausos y petición de más. Ahí va:

Desempeño = Potencial - Ruido.

No parece gran cosa, soy consciente de ello y, sin embargo, nuestra vida puede mejorar muchísimo si detectamos qué es para nosotros el desempeño, cuál el potencial y, sobre todo, dónde se agazapa nuestro ruido. Por regla general entre las equivalencias conceptuales del desempeño encontramos las de éxito, logro, consecución y meta. Entre las traducciones ideológicas de potencial hallamos la inteligencia, las habilidades, los contactos, la formación y la experiencia. Y, por último, en el cajón de sastre del ruido suelen incluirse las creencias limitantes, los miedos, la pereza, la dispersión, la baja autoestima, el desánimo, la falta de conocimientos... Entonces resulta que la fórmula original se transforma en:

Éxito o logro de aquello que nos proponemos = nuestras capacidades, inteligencia, habilidades, formación...menos las ideas limitantes, actitud negativa, pereza, desidia... Pongamos por caso una inteligencia de 9 y una inseguridad de 6... el éxito que obtendremos será de 3, bajito, muy bajito para alguien tan bien dotado. Y, al revés, pongamos una inteligencia de 6 con una inseguridad de 1... obtendrá un logro de 5... muy superior al del primer caso.

¿Cuál será el atajo que nos aproxime más rápidamente al logro de nuestros objetivos? Les animo a ser interactivos, a opinar, a jugar... y otro día clarifico la respuesta ¿vale?

viernes, 25 de julio de 2008

Héroes de lo cotidiano

Camina o revienta. Hace algunos años un preso cuyo alias era El Lute escribió durante su cautiverio un libro titulado Camina o revienta. Él no lo sabía, o acaso sí, pero esa dicotomía contundente resume buena parte de la filosofía de los emprendedores.

Emprender no es otra cosa que marcar huellas sobre un territorio inexplorado.Conozco a Josune Bereziartua, varias veces campeona mundial de escalada. Asciende en vertical, líder de cordada aún cuando va con su compañero, avanza más allá de la extenuación, duerme colgada de una cuerda, se aferra a la montaña con las manos ensangrentadas. La posibilidad del "no puedo" queda lejos,tanto... que resulta inexistente. Abajo un precipicio dos mil metros, arriba el cielo inexplorado. Camina o revienta. La belleza del extremo desafío.

Emprender no es otra cosa sino caminar sobre doce ruedas diez horas al día por las carreteras españolas como autónomo en busca de horizonte y libertad. Lo hace Rafa Valdés, mi amigo transportista, con enorme éxito no exento de riesgo, de cansancio, desánimo y desgaste. Atrás quedó su trabajo por cuenta ajena, atrás la seguridad de un salario y catorce pagas... ahora responde de sí mismo, negocia tarifas con sus clientes, atiende, siempre, rápido, como el viento. Valdés Express. Camina o revienta.

Emprender es ser un caracol con la casita-negocio siempre a cuestas, incluso durante las vacaciones. Hoy, he recibido desde Canarias un email de Izaskun, propietaria de una ecotienda en Azpeitia (Guipúzcoa) cuya facturación triplica la más optimista de sus expectativas. Y, sin embargo, a ratos la ansiedad muerde sus codos. Se pregunta cuánto tiempo le seguirá yendo bien, se angustia ante la hipótesis de que la competencia abra otro negocio y le atormenta la idea de no ser capaz de responder a las demandas-necesidades de sus clientes actuales y futuros. Camina o revienta, con media pastilla de Alprazolam (ansiolítico)al día.

Un paso cada vez, hacia delante, en la dirección de nuestros sueños. Sin olvidar jamás el para qué, el sentido último que nos impulsó crear nuestros negocios, nuestros trabajos, nuestra actividad, nuestra opción espiritual de estar en este mundo. Sí, espiritual. Camina o revienta con Viktor Krankl y otros tantos supervivientes en un caos social que se fagozita a sí mismo.

domingo, 20 de julio de 2008

Vivir resulta agotador

Una siesta y cuatro galletas de chocolate después me siento a escribir. Es domingo en mi querida bahía de La Concha, San Sebastián. Fue Hemingway el que inmortalizó para el mundo en sus novelas la popular siesta española. Ahora, los neurocientíficos más avanzados prescriben sus bonanzas: la siesta repara el sistema nervioso central de los avatares a los que le sometemos: tensiones laborales, familiares, personales, económicas y emocionales. En mi opinión, estas últimas corroen hasta los huesos.

La mente se convierte en una turmick, una batidora, una madeja(Krishnamurti) que se enreda sobre sí misma cada vez con mayor complejidad. Nuestro poderoso ordenador personal, portátil e inalámbrico de 40, 50, 60 o más megabits, nuestra mente, no descansa nunca. Vivir resulta agotador.

Se preguntarán qué razones hacen necesaria una siesta y cuatro galletas de chocolate. Son placebos. A más carencias más tensión, a más tensión más necesidad de compensaciones. Yo, de momento, me quedo con dormir y los azucares, remedios caseros, accesibles, casi inócuos. Saldo mi deuda de sueño -concepto taoista de Juan Li- y me siento colmada por el sabor agridulce de mis galletitas. Me tomo un respiro (Terry Macmillan), una tregua en la batalla en la que se ha convertido el hecho de vivir.

Ser Coach 2.0 es duro. Cada jornada te asomas a dos o tres precipicios existenciales, apoyas a tu cliente en un pacto de sangre,sudor y lágrimas y pocas veces puedes irte a casa cerrando las dificultades tras la puerta del despacho. Es cierto que año tras año vas construyendo un máster de sabiduría. Sí, no quiero ser pedante, pero es sabiduría y no sólo conocimiento adquirido en las aulas y en los libros. Por eso, acaso, tiene algún sentido que los mejores Coaches del planeta tierra tengan entre 60 y 70 años: son cantos rodados, piedras que han perdido casi todos sus ángulos de tanto chocar contra los elementos arenosos, acuáticos, desérticos del camino. Ser Coach 2.0 quiere decir de última generación, de vanguardia: con dilatada experiencia y aún curiosidad por aprender.

Esta es una de las profesiones en las que se valora la antigüedad, como en los vinos, y con la edad, la curiosidad y la ingenuidad son difíciles de preservar, son delicadas rosas, como la del Principito de Saint Exupéry. Sin embargo, acaso sin ellas no merezca la pena vivir. En una cara de la moneda la ingenuidad, en la otra la desesperanza.

Hoy he necesitado una siesta y cuatro galletas de chocolate negro, intenso, con un café americano bien cargadito porque ser Coach es ser testigo de los cambios profundos que realizan las personas en sus vidas, cambios que a veces precisan cirugía (física o psicológica)y que, por lo tanto, dejan cicatrices. El Coach es testigo y resulta casi imposible permanecer inalterado, incombustible. Exige vocación de servicio, un concepto anticuado, ñoño, impopular. Es una bella y agotadora profesión.

sábado, 19 de julio de 2008

Liderazgo y Soledad

Los líderes son personas. Por extraño que resulte, sienten y padecen. Y allí arriba hace frío. A ratos sopla un viento gélido que congela las ideas.

Pánico. Desconcierto. Soledad. En la cumbre no se confiesan debilidades. Hay lobos. Malos compañeros de viaje, depredadores, trepas.

Los líderes necesitan Coaches, profesionales externos que, sin juzgar, aporten oxígeno, maná intelectual y lucidez allá donde escasea: en las alturas. Ánimo, apoyo, aliento, perspectiva, memoria, desafío... Sherpas de lujo.

Los Coaches impactamos en el futuro a través de los lideres del presente. Por eso Sir. John Whitmore habla del potencial revolucionario del Coaching.

Corremos en la línea temporal imaginando escenarios posibles, colmando la mochilas de herramientas útiles, imprescindibles, ligeras para el ascenso hacia la mejor versión de uno mismo. Establecemos con líderes relaciones de confianza y empatía,
acaso eso que los anglosajones llaman rapport. Preguntamos, escuchamos, desproporcionadamente. La ecuación es 90/ 10. Esto es, escuchamos durante un noventa por ciento del tiempo. Y hablamos o preguntamos el resto.

Y ofrecemos feedback.
Más desnudo cuanto más honesto. Más útil cuanto más desnudo. Feedback compartido con generosidad, recibido con madurez... avanzando hacia la cima. El feedback de calidad es un preciado tesoro, un espejito mágico en el que los líderes se ven como les ven los otros: sin maquillaje, desnudos, como los hijos de la mar. El feedback de calidad es como darle ojos a un ciego, así de valioso. Con lo que ven... los líderes pueden, si quieren, tomar la decisión de cambiar.

El Coach y el líder forman un tándem ágil, flexible, rápido, compacto, imbatible: el coach-sherpa y el líder, pareja de presente-futuro. Personas que sienten, padecen, aprenden, mejoran y transforman la realidad en una carrera de fondo sobre la línea temporal, a seis pistas, como las olimpiadas. Gana the inner game (el juego interior) Timothy Gallwey, el poder de la actitud. Siempre.

viernes, 4 de julio de 2008

Consejos de mi padre

Mi padre murió a los 56 años de un infarto.
Yo le quería muchísimo: me compraba tebeos, jugaba conmigo al parchís, me enseñó a nadar, andar en bicicleta y a jugar al ping pong.

Aunque era "la niña de sus ojos" me educó como a un chico y me ofreció grandes consejos como este: equilibra tu corazón con tu razón.

Durante décadas le he hecho caso y he sido una niña buena. Hasta que alguien me dijo que "las niñas buenas van al cielo y las malas a todas partes". Ahora voy a todas partes aunque no he dejado de creer en mi padre ni por un momento.
Acaso querer y creer (en alguien) sean sinónimos.

Trabajo con una mujer a la que llamaré Afrodita en honor al arquetipo junguiano centrado en al amor. Hacemos Coaching un par de veces al mes. Afrodita está dejando de querer a su pareja porque ya no cree en él. Sin alas para volar acompasados, ella se está rompiendo.

Esta mañana, tomando un cortadito en la terraza del Café de La Concha, frente al mar, le he puesto nombre a su sufrimiento: Afrodita se encuentra bajo su Línea de Plimsoll.

Todas las embarcaciones poseen una marca -llamada Línea de Plimsoll- que indica el máximo nivel de carga que puede soportar sin hundirse. Los psicólogos del ejército norteamericano hacían referencia a este concepto cuando algún soldado no podía resistir más emociones violentas. Decían que el individuo en cuestión se encontraba "bajo su Línea de Plimsoll".

En estas condiciones Afrodita se esfuerza mucho y logra poco. Ella planifica, se disciplina, lo intenta... sin embargo, su carga (peso descomunal del desamor)le impide avanzar hacia su destino.

El Coaching está evitando que se hunda. De veras que así lo creo y ella lo comparte conmigo una y otra vez.

Ahora bien, cuando me quedo a solas, no puedo evitar cierta tristeza al sentir lastrado el mágico potencial transformador del Coaching.

No conozco al padre de Afrodita, ni sé de sus consejos. Tal vez no sirva darle el mío: "Por favor, equilibra tu mente con tu corazón mientras juegas al parchís, vas en bicicleta o nadas frente al Cantábrico rozando embarcaciones y bellas Líneas de Plimsoll".

Por favor: No te hundas.

Comentarios bienvenidos en: azucenavega_coach@yahoo.es