viernes, 31 de enero de 2025

Ponga un filósofo en su empresa


Quienes me conocen preguntan con frecuencia cuál es mi trabajo con directores generales, empresarios y emprendedores bien posicionados en sus respectivas organizaciones.  Articular una respuesta honesta y con sentido me llevaría tiempo ya que cada persona, encuentro de trabajo y proceso son únicos y -por lo tanto- diferentes.

Sin embargo, hay algo que comparten y conecta de manera esencial con la fascinación que sentí con diecisiete años por la asignatura de Filosofía en mi Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón (Bilbao). Entonces me enamoré de los clásicos (Sócrates, Platon, Aristóteles) porque hacían preguntas que permitían explorar nuevos territorios de conocimiento, relación humana o enfoque existencial. 

Estructurar preguntas abiertas no dirigidas hacia ninguna respuesta predeterminada es el comienzo de cualquier aventura. Formular preguntas con genuina curiosidad es la manera natural que tienen los filósofos de interpretar el mundo; quizá por ello mi primera opción de carrera pasaba por ahí, pero mi padre desestimó la idea al entender que moriría de hambre y frío como "la pequeña vendedora de fósforos", el cuento de Hans Christian Andersen que tanto me gustaba.  

En este marco reflexivo descubro el último libro de Pilar LLácer: "Por qué deberías tener a un filósofo en tu empresa", un texto de doscientas páginas en el que la protagonista remite cartas a un director general cuajadas de preguntas que abren puertas e impulsan la exploración de nuevos territorios. 



Tanto Pilar LLácer como yo tenemos una larga trayectoria profesional que pivota sobre la formulación de preguntas incómodas cuyo objetivo es alumbrar los ángulos ciegos de las personas con las que trabajamos. Aunque ni el suyo ni el mío han sido un camino de rosas, ninguna de las dos hemos muerto de hambre ni de frío. ¡Esperanzador! ¿No les parece?


Último libro de Pilar Llácer. Páginas: 208. Precio: 19 euros.

Vídeo / Entrevista a Pilar Llácer Duración: 50 minutos.

viernes, 24 de enero de 2025

El Maestro García Márquez


Yo tenía cuatro años cuando Gabriel García Márquez tecleaba los primeros capítulos de Cien años de soledad, novela que alcanza 379 ediciones, ha sido traducida a veinticinco idiomas, y merecido numeroso galardones internacionales. 

La primera edición de "Cien años de soledad" vendió ocho mil ejemplares tan solo en la primera semana. Fue el comienzo del gran éxito de Gabo quien se alzaría con el Premio Nobel de Literatura en el año 1982. Pero todo no fue un camino de rosas. 





García Márquez tardó veinte años en gestar lo que inicialmente llamó "el mamotreto", más tarde "historia de la casa", y -finalmente- Cien años de soledad. Según dejó escrito, el proceso de redacción fue similar a la arqueología: cuanto más profundizaba en la historia de su familia, más tesoros encontraba.

Durante dos décadas el escritor dio trozos del manuscrito a sus amigos de manera que podía pulsar qué historias funcionaban y cuáles no encajaban o resultaban sosas. Después modificaba algún capítulo o personaje y seguía escribiendo cada jornada de ocho y media a dos y media.

Aunque trabajó escribiendo guiones y como periodista, no le alcanzaba para cubrir las necesidades de la familia que durante años transitó épocas de penuria, viéndose obligado a vender su coche e incluso el colchón en el que dormía con su esposa Mercedes. 

La persistencia / resiliencia de Gabriel García Márquez es una lección magistral para todo aprendiz de escritor, y parte de las reflexiones que hoy compartiré en el Taller de Escritura Creativa que facilito cada quince días. También pondré énfasis en la utilidad de someter nuestros relatos a la opinión de los lectores para comprobar su comprensión e incorporar mejoras. Les dejo ahora porque comienza el Taller de Escritura Creativa que coordino dos viernes al mes ¡mi tribu! 


Curiosidades sobre Cien años de soledad. BBC

lunes, 20 de enero de 2025

Modificar la cultura empresarial ¡un desafío!

 

En el origen de una empresa de éxito alguien tomo decisiones valientes sobre la manera de hacer las cosas. Quizá no había leído a Peter Drucker ni asistido a la Universidad de Standford, pero tenía instinto para otorgar importancia a ciertos valores y creencias, algunas normas y comportamientos. Esa mezcla entre sentido común, principios y claridad mental es lo que conocemos como "cultura empresarial" y ha consolidado algunas de las principales compañías del planeta. 

El término abarca un amplio abanico de cuestiones que oscilan desde la manera de tomar decisiones en la compañía hasta la política de retribución pasando por las relaciones con los trabajadores, clientes y proveedores. 



A veces llego a una empresa que se encuentra en proceso de revisión de su cultura y encuentro desconcierto en la mayoría de los empleados, sensación de perdida de tiempo en los directivos y cierta desesperación en la propiedad. 

La reflexión estratégica sobre la cultura es farragosa, lenta, compleja y a veces infructuosa. Buscando lo que se quiere cambiar no se tiene en cuenta lo que se necesita conservar (a veces el ADN de la empresa y la clave del éxito). Buscando lo que se quiere cambiar no se calibra la fuerza de quienes se han beneficiado de posiciones jerárquicas que con la transformación serán cuestionadas: digamos no se ha calibrado la intensidad de la oposición interna a los cambios. Finalmente la propiedad pocas veces calcula el movimiento sísmico que conlleva un cambio en la cultura organizacional y se lleva las manos a la cabeza cuando la maquinaria ya está en marcha y las consecuencias son imparables. 

Antes de modificar la cultura de una empresa recomiendo una honesta reflexión que clarifique: por qué y para qué, los riesgos que estamos dispuestos a asumir, las presuntas ventajas del cambio, cómo haremos frente a las "fuerzas de la permanencia", y de qué manera mediremos el éxito de la iniciativa.

Nunca se pueden prever todas las variables porque la vida no es una fórmula exacta, pero habremos recorrido un sendero que se convertirá en atajo para implementar cambios, evitar sorpresas y equilibrar lo antiguo y lo nuevo. A veces ayuda un cambio generacional en la propiedad, un relevo del CEO, e incluso un nuevo socio.


Artículo del Banco Santander sobre la cultura empresarial. TL 4 minutos.

domingo, 12 de enero de 2025

Escribir es Arriesgar

 

De origen griego -aunque residente la mayor parte de sus 86 años de existencia en Suecia- Theodor Kallifatides es sobre todo escritor. 

Menudo en apariencia, es robusto al mantener principios y creencias que le sostienen en el mar de cambios que nos zarandean. Su delicadeza interior salta a las páginas de Otra vida por vivir, volumen que compartiré en el taller de escritura creativa que facilito.




Preguntado por el proceso de la escritura el experto considera que "... la falta de pudor transforma a un ciudadano en escritor...", idea que surge con frecuencia en el taller donde las personas quieren expresar sin asumir riesgos. Pero escribir es desnudarse, poco o mucho, es compartir lo que hay y anhelar aquello de lo que carecemos. Escribir es poner tu vulnerabilidad en las páginas de un libro al que otros se asomarán con ternura o crueldad para quererte o despiezarte. Escribir es de locos, excepto para los amantes de la literatura y aquellos que no queremos renunciar a esta parcela de la existencia.

Cuando vivía en Suecia el escritor tenía un estudio en la parte alta de Estocolmo al que llamaba "la guarida del lobo". Allí se forjaron muchos de los relatos, poesías, novelas y ensayos que recibieron premios y honores. Poco le importaban los fastos al lobo cuyo instinto sigue el rastro de la Historia en la que se perpetúa el sufrimiento humano. Comprometido con su tiempo, el escritor pone el dedo en la llaga de la pobreza esparcida por el planeta. Lidia Jorge rescata en El País una de las reflexiones del escritor: "... Se libra una guerra contra los pobres y no contra la pobreza...". El olfato de Theodor registra la estela de una sociedad que camina sin saber si se acerca o aleja al precipicio.


lunes, 6 de enero de 2025

Objetivos 2025: de la retórica a la realidad

 

Los comienzos despiertan el dragón dormido de los sueños. Cuando aterrizan en el marco profesional reciben el nombre de "objetivos". En los Comités de Dirección las primeras semanas del 2025 se centran en la planificación anual, y en esas estamos: entretenidos en descubrir cómo avanzar de la retórica a la realidad.

El dragón dormido de los sueños despierta con la ilusión (acaso la esperanza) de alcanzar algunas cimas personales, profesionales o empresariales. Planificar con precisión exige buen pulso y coraje para ir un poco más lejos de lo sensato: algo desafiante pero no imposible. Ahí radica el quid de la cuestión. El acierto es más probable si aplicamos método. ¡Allá vamos!

El profesor de la Universidad de Michigan, Dave Ulrich, propone cuatro fases para planificar con éxito: pensar en grande, probar en pequeño, fallar rápido y aprender siempre. Lo detalla en este artículo (tiempo de lectura 8 minutos).

Hay quien piensa que fallar está fuera de la ecuación. Conviene sin embargo recordar que la perfección solo existe en el reino del dragón, no en el territorio de los humanos. Para quienes sean reacios a caminar por la etapa del fracaso, recordemos que la autora de Harry Potter (en la fotografía) recibió el rechazo de doce editoriales antes de publicar su primer libro, o que Walt Disney afrontó la ruina económica antes de convertirse en un genio reconocido...




La exitosa planificación empresarial conlleva pulsar la opinión de los principales directivos de la compañía y esperar que sus respuestas sean radicalmente honestas, basadas en datos/ evidencias, con una sensata ponderación entre lo deseable y lo alcanzable y -sobre todo- que pongan sobre la mesa el necesario coraje y esfuerzo para perseguir los objetivos que finalmente decidan entre todos. 

El resto del año haremos seguimiento y -para evitar innecesaria frustración- será preciso recordar que "planificar es un proceso interactivo que se adapta todo el tiempo a las circunstancias".


miércoles, 1 de enero de 2025

Los mediocres dominan el mundo

 

Alain Deneault es un pensador y escritor francocanadiense que da clases en la Universidad de Montreal. Es también el hombre que aparece en la fotografía. 

Se cuela en el blog porque acabo de descubrir su libro Mediocracia, cuando los mediocres llegan al poder. Aunque el volumen no es nuevo -fue editado en castellano en el año 2019 por la Editorial Turner- no me he asomado a la lucidez de sus páginas hasta ahora. Lo comparto con los seguidores del blog porque pone nítidas palabras a lo que acontece en la sociedad, la política, la economía y ¡la empresa! mi ámbito de trabajo. 




Merece la pena descubrir y analizar los mensajes de Alain Deneault recopilados en sus libros. Si desea algo más corto, le recomiendo el artículo publicado por el rotativo El Mundo titulado La sociedad del sándwich mixto: por qué los mediocres dominan el mundo. Si prefiere una versión aún más breve, destaco esta frase: 


"La mediocracia nos anima a amodorrarnos antes que a pensar,
a ver como inevitable lo que resulta inaceptable
y como necesario lo repugnante."