En la empresa es habitual referirse a los principales directivos con la nomenclatura propia de un zoo: unicornios, tiburones y peces gordos. Se supone que el salario (a partir de 150.000 euros anuales) va en consonancia con las cualidades inherentes a lo exótico, voraz y/o directamente agresivo en el logro de ambiciosos objetivos vinculados al desarrollo del negocio.
El peso de las retribuciones solía estar a la altura del retorno en la cuenta de resultados, pero la tendencia cambia primero en Estados Unidos e inmediatamente después en Europa (sabido es que si ellos estornudan, nosotros nos constipamos).
Los pesos pesados de las organizaciones (profesionales senior con altas retribuciones) están siendo paulatinamente sustituidos por dos clases de trabajadores: aquellos que durante un tiempo limitado prestan sus servicios externos aportando conocimiento y experiencia (interim management), y profesionales junior de la compañía promocionados a posiciones de poder tras un período de formación (coaching, reskilling). Las sillas de los peces gordos se mueven.
El juego empresarial se complica si asoman los fondos de inversión cuya voracidad económica fuerza los ritmos productivos, cuestiona los salarios de los principales directivos, mueve algunas sillas o -directamente- prescinde de ellas.
Si no hay un plan de sucesión que planifique la transferencia de conocimiento, el futuro se torna incierto. También peligran la pervivencia del ADN empresarial y la seguridad psicológica de la plantilla que entra en pánico cuando se destituye a las vacas sagradas de la compañía. ¿Qué hacer en este contexto?
Sea cual fuere nuestra posición jerárquica y salarial, ser austeros es sinónimo de libertad frente a las servidumbres del consumo. Austeridad en usos y costumbres, gastos, fastos y apariencias. También dará tranquilidad el permanente reciclaje de conocimientos, habilidades y competencias profesionales. Me encantará conocer su opinión: su secreto para sobrevivir a las cambiantes modas y tendencias, así como descubrir el color del salvavidas que utiliza ante el maremoto empresarial.