martes, 20 de febrero de 2018

¿Qué premian las organizaciones?



Microrrelato: He desayunado con mi mentor de ética -Catedrático de Psicología Social y del Trabajo de la Universidad del País Vasco-. Después hemos dado un paseo hasta mi despacho.

El viento ha roto su paraguas. Yo he sacado una fotografía del Cantábrico y ambos hemos pivotado un rato sobre la frase que ha traído al encuentro:"... Una organización comienza a morir cuando vive de los mediocres leales y prescinde de los brillantes críticos...".




Tras un ventoso debate a la intemperie hemos acordado que nos gustaba más la idea reformulada: "... Una organización comienza a morir cuando promociona a los mediocres sumisos y castiga a los críticos brillantes...". ¿Qué les parece? ¿Cuál es su experiencia?


jueves, 15 de febrero de 2018

Hacer simple lo complejo = Visual Thinking



Estoy bajo el síndrome del entusiasmo. Lo padezco desde que decidí asistir a un curso de Visual Thinking que impartirá Miryam Artola, en Bilbao. Aunque me di prisa... no me pude inscribir en la primera edición -organizada por Emana (María Carrascal)- porque las plazas se llenaron en unas horas. En la segunda edición ¡lo he conseguido! y estoy muy contenta ya que se trata  de un taller repleto de "vitaminas para el alma": juego, colores, metáforas...




Con el paso de los días -y la búsqueda de información sobre el tema- mi estusiasmo se desata y alcanza niveles altos de cortisol. Afortunadamente, no es mi único foco de interés y los proyectos laborales dejan poco margen de maniobra.

Visual Thinking ¿qué es? se trata de realizar marcas significativas que nos ayudan a pensar, resolver problemas complejos, conectar ideas y sintetizar la información ¡no está mal! para una actividad que consiste -afirma Shantell Martin (en la fotografía)- en dejar que el rotulador se desplace por el espacio confiando en que sabrá dónde tiene que ir. En  The New Yorker la artista de origen japonés afirma que ella practica el visual thinking en un estado meditativo que se despliega por paredes y objetos hasta completar estancias, libros, cuadernos, ropa, zapatos, techos y ventanas...




Las marcas significativas que ayudan a pensar despiertan la creatividad que llevamos dentro aunque nos hayan dicho lo contrario durante décadas. Finalmente, según otra experta en la materia, Sunni Brown, garabateando retenemos un 29% más de información al mismo tiempo que ponemos en  funcionamiento simultáneo cuatro canales: el visual, auditivo, lector-escritor y kinestésico a lo que también se añade una placentera experiencia emocional. No veo el momento de que lleguen el 15 y 16 de marzo para participar en el taller de Miryam Artola, aunque temo (un poco) cómo puedo "decorar" después las paredes del nuevo despacho de San Sebastián... 



domingo, 11 de febrero de 2018

Contra la celeridad



La imagen representa un bot -programa informático que realiza tareas básicas poco complejas- que en breve será utilizado por los humanos. Entre las clases de bots (aféresis de robot) los hay "conversacionales" y quizá puedan echarme una mano cuando mi agenda no alcance con los clientes privados, aunque me pregunto si serán capaces de generar un mínimo de empatía para que un profesional abra su mente y su corazón en un primer o segundo encuentro de trabajo. 




Ciertamente no los contrataría para atender a los clientes, aunque me encantaría me facilitasen la vida con temas prosaicos como mantener en forma la impresora, gestionar algunos documentos y contestar llamadas telefónicas. 

Los bots carecen de consciencia y reflexividad y -por lo tanto- de contexto que permita una interpretación profunda, original o sencillamente no programada de la realidad. Pueden ser prácticos pero no sabios, claro que quizá se pretenda que los humanos involucionemos hacia algo semejante: cero consciencia y cero reflexividad para ser totalmente predecibles como consumidores de productos, servicios, modas y tendencias. En definitiva ¡pura economía!




El dilema contemporáneo pivota sobre el uso del tiempo, ese bien limitado que poseemos los humanos y administramos con frivolidad. Tomar consciencia de la vida y practicar la reflexividad conlleva tiempo y es algo que va contracorriente. Hay, sin embargo, algunos personajes que dan un paso al frente y muestran su desacuerdo con la celeridad: el periodista James Harding ha dimitido como director de BBC News porque quiere gestar "noticias lentas". ¿Qué son noticias lentas? aquellas que permiten profundizar, contextualizar y entender nuestro mundo. ¡Fuera del alcance de un bot!  


Inteligencia Artificial aplicada a la robótica.
Limor Schweitzer, propietarios de una decena de patentes y conferenciante en más de ochenta foros internacionales, además de Ceo at Robosavvy.


jueves, 8 de febrero de 2018

La sociedad del cansancio



Cuando las torres de libros y papeles que rodean mi ordenador superan los diecisiete centímetros me aproximo al desbordamiento.




Es uno de los síntomas que me obligo a observar para ponerme en marcha en otra dirección o -lo que es lo mismo- sacar la cabeza de la caja, frenar la rueda de hámster o -en bonito y positivo- poner consciencia en la actividad que ocupa mi tiempo. 

El tiempo ha sido una obsesión en mi vida hasta el punto que durante años reusé utilizar reloj, y cuando renuncié a mi trabajo por cuenta ajena lo hice por dos razones que ya entonces -hace veintidós años- tenía claras: quería comprar tiempo e independencia, que acaso sean lo mismo. Al fin y al cabo, la vida está hecha de tiempo ¡y es todo lo que tenemos!




Una de las montañas de papeles contiene el último libro del filósofo surcoreano (residente en Alemania)  Byung-Chul Han titulado: La expulsión de lo distinto. El volumen aguarda su momento de lectura láser (enérgica y concentrada) porque los textos de Byung son un golpe en el estómago de la sociedad contemporánea (recomendable como una purga).

Byung-Chu Han ha estado en Barcelona, ha hablado de la sociedad del cansancio y ha ofrecido un titular contundente del que se ha hecho eco el rotativo El País: Ahora uno se explota a sí mismo, y cree que está autorealizándose.

Contrasto las brutales afirmaciones del filósofo con la realidad que me confronta a diario en fábricas y despachos. Encuentro que no es menos brutal, ya que la mayoría de los profesionales están por encima de las cincuenta horas semanales a las que hay que añadir viajes, algunos informes que se completan los fines de semana, y llamadas que atienden incluso en vacaciones. Suponiendo que no haya una exigencia empresarial directa, ¿qué hay detrás de esta autoexplotación? De momento alcanzo algunas hipótesis -y me gustará saber qué opinan ustedes-... Lo que hay detrás es miedo a ser visto como "flojo", percibido como "poco comprometido" con la compañía, sensación de que las once horas diarias son imprescindibles para hacer carrera, terror a ser despedido y -a veces- cierto vacío existencial fuera del trabajo que narra magistralmente en sus libros nuestro personaje y recomiendo.


domingo, 4 de febrero de 2018

Diseño para el Cambio


Algunos asuntos merecen un seguimiento. Siendo radicalmente honesta ¡pocos asuntos! y cada uno de nosotros ha de elegir con mimo las cuestiones que realmente merecen nuestra energía y nuestro tiempo (pilares de nuestra vida efímera).

Pero... algunos asuntos merecen un seguimiento y algunas personas inspiran. Es el caso de Kiran Bir Sethi, fundadora de Desing for Change, y primera entrevistada por la plataforma Aprendemos Juntos -un proyecto entorno a la educación como palanca de cambio- impulsada por El País, BBVA y la editorial Santillana.


Plataforma digital de referencia: Aprendemos Juntos


"Aprender juntos" es un slogan -casi un mantra- que repito en lugares donde entreno a adultos receptivos a los planteamientos que planteo en fábricas, aulas y despachos y a los que llamo "disruptivos" porque buscan romper la inercia y alejarse de los caminos trillados, el pesimismo, el cansancio, la monotonía...

Afirma Kiran Bir Sethi: "... es necesario entrenar los músculos de la empatía y el superpoder del "yo puedo" para cambiar el presente de las personas (niños y adultos)...". Ya tenemos un gramo de inspiración. Ahora toca ¡llevarlo a la vida!