domingo, 28 de julio de 2019

El liderazgo es... ¡una decisión!



No sé si la simplicidad es la máxima sofisticación -frase atribuida a Leonardo da Vinci- pero cuando en una conferencia, taller o formación me hablan de la sencillez con la que se entiende lo que explico y de la facilidad  con la que hago las cosas me siento un poco tonta porque lo que fluye con aparente espontaneidad lleva muchas horas de trabajo y un diseño artesanal de cada una de mis intervenciones en público.




Doy los últimos retoques al power point que utilizaré mañana (lunes 29) en la Universidad del País Vasco, ensayo la narrativa que ilustra las slides, repaso los apuntes de oratoria, preparo los identificadores de los participantes, me aseguro de llevar materiales para todos y, finalmente, dibujo un canon de contra-normas para colgar en la pared con la intención de que propicie un clima de apertura al aprendizaje y la experimentación en aula. No sé si lo conseguiré, pero me afano en la intencionalidad de conectar con los alumnos, despertar su curiosidad y -en mi modestia- aportar algunas experiencias testadas en el mundo real por si pudieran servir de atajo a quien quiera transitarlo.




Dicen que un buen taller experiencial deja en los alumnos tres o cuatro ideas germinales: semillas que florecerán semanas, meses o años después. No aspiro a más.

¿Cuál es la propuesta esencial del taller que impartiré en el Palacio de Miramar (San Sebastián)? Que el liderazgo es ¡una decisión! ¿Otras ideas complementarias? Liderar es apostar por tus propios sueños minimizando las influencias limitantes de tu entorno social. Apostar por tus sueños, transformarlos en objetivos alcanzables, persistir -como Demóstenes- hasta el logro y celebrar... Celebrar la vida. ¿Qué más? Liderar es movilizar la totalidad de tu potencial dejando marchar el miedo, la inercia, los juicios, los prejuicios… ¿Algo más? Inspirarte en modelos referenciales (personas que lo han conseguido) y buscar un mentor que acompañe tu desarrollo porque "... el límite es el cielo..." (Anthony Robbins).



jueves, 25 de julio de 2019

Tener razón o... ¿solventar las diferencias?



En la vida -como en la literatura- existen personajes redondos y planos. La semana pasada trabajé como mediadora en un conflicto entre dos directivos: la experiencia resultó dolorosa para los tres. Y -aunque encauzada por lo que se refiere al canon profesional y las tareas- tengo la sensación de que el argumentario que cruzaron durante cuatro horas -con breves intervenciones mías- no llegó a medirse en el mismo plano. Quiero sin embargo imaginar que sus discursos convergerán en algún punto del infinito laboral que les espera tras el verano.



La escritora veterana Espido Freire 
charla con la escritora novel, Adriana,
en un descanso del curso de verano de la UPV. Palacio de Miramar.


El personaje plano no aprende de la experiencia sino que se aferra a un conjunto de creencias en una huida hacia adelante que no modifica la hoja de ruta inicial. Puede dar la sensación de seguridad o criterio, si bien lo que hay detrás de semejante cerrazón es pura terquedad y soberbia. Los personajes planos que no digieren la experiencia no son coacheables (*) porque con independencia de los hallazgos del proceso realmente no contemplan modificaciones de conducta: prefieren tener razón que solventar sus diferencias o mejorar los resultados y -en este sentido- su sufrimiento es estéril porque no conduce a aprendizajes. 

Por el contrario los personajes redondos de la literatura y de la vida modifican sus criterios, comportamientos y creencias en sintonía con la experiencia que acontece. Diríase que evolucionan y se acompasan a los quiebros de la existencia. Estas personas son receptivas a los descubrimientos que propicia un proceso de coaching y muestran predisposición a los cambios de los que se derivan nuevos (y esperanzadores) resultados. Cuando los profesionales de perfil "redondo" sufren contratiempos saben transformar los traspiés en aprendizaje y por lo tanto se hacen más sabios.



(*) Ser / No ser coacheable: algunas personas son inmunes a los beneficios de un proceso de coaching que exige receptividad a nuevos descubrimientos y predisposición al cambio.  

martes, 23 de julio de 2019

¿Cuál es tu visión del mundo? ¡Escríbe!



La recurrencia de los temas que me esperan -agazapados como alimañas en las esquinas de mi mente- se repiten. La recurrencia de las acciones pendientes se acumulan: dos décadas más tarde de la muerte de mi padre aún no he llorado su ausencia. De la misma manera persiste mi interés por la escritura como un oficio que permite afinar la visión propia del mundo.

Vuelvo a los temas que me configuran desde que me alcanza el recuerdo; entre otros el deseo de escribir -anhelo narcisista de que te lean- y abreviado psicoanálisis del pensamiento.

Escribir es un arte-facto ¡hay que hacer (facto) algo! afirma la escritora Espido Freire en el curso de verano de la Universidad del País Vasco al que asisto para aprender la "pedagogía de la creación literaria".

La sala noble del Palacio de Miramar (San Sebastián), las arañas del techo, la visión de la bahía, los turistas asiáticos fuera del recinto, la voz culta y modulada de Espido Freire narra el conocimiento, la experiencia y el criterio de quien ha hecho de la escritura un oficio vocacional y rentable. Admirable.

Sesenta bolígrafos galopan sobre los cuadernos para seguir el verbo rápido y preciso de Espido que insiste en que la escritura es un proceso al que hay que dotar de estructura. ¿Estructura? Narrador + Punto de vista + Personajes + Trama + Espacio + Tiempo + Atmósfera + Simbología. Me ha gustado especialmente el concepto "atmósfera": destilado del tono, estilo, descripciones, datos, hechos y circunstancias... 




No puedo evitar que mi mente establezca paralelismos con la empresa y la necesaria creación de atmósferas para que las cosas ocurran: conversaciones pendientes, disolución de conflictos, normas consensuadas, comunicación empática... Bien mirado la empresa también es un arte-facto ¡han de ocurrir cosas!

Después cita muchos autores que conoce y párrafos de obras clásicas. Finalmente recomienda Seda de Baricco, Lluvia amarilla de Llamazares y Crónicas marcianas de Ray Bradbury... Tan pronto llego a casa cojo el taburete de la biblioteca y me topo con una treintena de volúmenes especializados en el bello arte de escribir. Vuelvo: si mi vida fuese una noria esta sería una nueva rotación. Comienzo con F.Scott Fitzgerald: "... Uno ha de escribir para los jóvenes de su generación, los críticos de la siguiente y los maestros de todas las generaciones posteriores...".  Espido estaría contenta: ganó el Premio Planeta a los 25 años, los críticos le siguen y los maestros de literatura llenaban hoy la sala noble del Palacio de Miramar.


domingo, 21 de julio de 2019

El exceso de ambición amenaza la empresa



El nada dudoso y bien trajeado Colin Mayer se atreve a poner palabras a lo que los consultores senior encontramos en las empresas cotizadas: los altos directivos solo piensan en su bonus y la gobernanza cortoplacista está motivada por la búsqueda del incremento del precio de la acción derivado de la mejora del Ebitda.

Cuando promuevo en las organizaciones conceptos vinculados a la "Teoría del Bien Común" (Christian Felber) a "Reinventar las Organizaciones" (Frederic Laloux) o más recientemente a "El valor de las cosas" de la profesora Mariana Mazzucato, me colocan algunas etiquetas de mayor o menor intensidad despectiva, según el rango del emisor y el grado de confianza que tengamos. El más duro de mis ceos me dijo que esos planteamientos eran propios de los "perro-flauta" eufemismo de "vagabundos". El más blando de mis ceos me tildó de "idealista", término que asocia a la poesía.

Así que hoy me alegra leer al profesor de la Universidad de Oxford, Colin Mayer, veterano experto en gobernanza empresarial y en el rol que juegan las corporaciones en la sociedad contemporánea. Nacido hace 66 años el reputado experto afirma que la ambición de los directivos y accionistas pone en riesgo a la empresa.




Desde la atalaya de quien ha cosechado el reconocimiento mundial de su conocimiento, experiencia y talento, Colin Mayer recuerda que las empresas han de tener un propósito trascendente y complementario a la generación de riqueza. "Los negocios han de dar soluciones a los problemas y necesidades de la gente de una forma rentable", afirma el experto. Para quien su propuesta resulte poco creíble, cita a la compañía danesa Novo Nordisk, líder en el segmento de insulinas, capaz de ganar dinero y de crear tratamientos alternativos baratos para los diabéticos de países emergentes que no pueden permitirse su producto estrella.  


lunes, 15 de julio de 2019

Liderar = Freir el pollito del miedo



Faltan dos semanas para el curso Liderazgo en Femenino que impartiré -junto con Miren Gabantxo y Esther Torres- en la Universidad del País Vasco (Palacio de Miramar, San Sebastián), así que me afano por focalizar el mensaje que quiero transmitir. 

Tengo la mesa llena de libros, carpetas, apuntes, papeles... y desde que se anunció el curso recopilo todo lo que encuentro del mundo de la empresa y el liderazgo. Mucha información a la que quiero dar auténtico sentido desde la experiencia de cuarenta años de vida laboral por cuenta propia y ajena.





Las plazas del curso se completaron en dos semanas (lo que se considera un éxito al ser la primera vez que se realiza) y hubo que abrir una lista de espera. Ahora toca colmar las expectativas.

Para ajustar el contenido he repasado la lista de asistentes y descubierto que tendremos en aula un tercio de profesionales de la administración pública, un tercio de emprendedoras-empresarias-profesionales que trabajan por cuenta propia y un tercio por cuenta ajena. Parece trazado con tiralíneas en una representación a escala de la población activa de nuestro entorno con la peculiaridad de que algunos asistentes provienen de otras comunidades autónomas (Galicia, Aragón...).

Considero que liderar es alcanzar el máximo desarrollo de tu potencial y -en este sentido-  el liderazgo hay que aplicarlo en primer lugar a la propia vida. Quizá después se pueda liderar a otros, e incluso llegar a impactar a nivel planetario como algunos de mis referentes: Frederic Laloux, Sir John Whitmore, Otto Scharmer, Alain Cardon, Shinoda Bolen o Brené Brown. Tres fases que durante el curso explicaré como: fluir (con uno mismo), confluir (con los demás) e influir (a la totalidad).




El liderazgo de la vida implica conectar con tu propósito-vocación (anhelo del alma), transformarlo  en un objetivo y diseñar un plan de acción que te permita alcanzarlo. Parece fácil pero no lo es porque los adultos aceptamos como propias muchas "creencias limitantes" de nuestro entorno social. Creencias limitantes como "no eres creativo" y entorno social que nunca te animó a emprender, por ejemplo.

Vivo este curso como una  nueva y apasionante aventura en la que habrá teoría (40%), práctica (60%), dinámicas en aula,  construcciones colectivas (paneles) y alta participación en un taller que aspira a ser un espacio de exploración que se regirá por un decálogo que comparto: No juicio + No prejuicio + No miedo + No inercia + No imposibles + No victimismo + No pudor + No tristeza + No seriedad + No peso. ¿No peso? Sí, ¡alas para volar!


Vídeo relacionado. Evento Mujer y Emprendimiento en Tolosa (4 de julio de 2019). Organizado por Woman Sarea (Gemma Zelaia) con el patrocinio de la Diputación Foral de Guipúzcoa y Emakunde. Duración del vídeo: 2´20".

viernes, 12 de julio de 2019

Economía innovadora, verde e inclusiva



Una mujer arrolladora sobre el estrado de la sala de conferencias de Tabakalera, el Centro Internacional de Cultura Contemporánea de San Sebastián: Mariana Mazzucato, impulsora principal del Instituto para la Innovación y el Propósito Público, con sede en Londres. 

Doscientas personas -la totalidad del aforo- expectantes ante lo que se anunciaba como una conferencia de alto nivel intelectual, económico y político con traducción simultánea a cuatro idiomas: castellano, inglés, euskera y el idioma universal de los humanos que permite comprender la actual asimetría entre los "productores" (makers) del mundo y los "consumidores" (takers) o -como prefiere Mazzucato- entre making y taking, acepciones verbales que apuntan a la posibilidad de cambiar los desequilibrios planetarios.

La investigadora, profesora y escritora acaba de publicar El valor de las cosas -quién produce y quién gana en la economía global-.




¿Por qué es importante la teoría del valor? Como apreciamos en la slide que utilizó la ponente, podemos abordar el "valor" a partir de sus componentes: desigualdad, PIB (GOP en inglés), gobernanza de las organizaciones, precio de las medicinas, control de datos digitales y rol del estado. ¿Qué propone la experta para salir del atolladero mundial en el que nos encontramos? Sugiere que re-pensemos el concepto "creación de valor" vinculado al crecimiento innovador, verde e inclusivo.



Un propósito en el centro de la economía mundial


Cada palabra de Mazzucato va cargada de contenido. Imposible resumir todo su conocimiento en un post. Rescato una idea de alta intensidad: cuando las empresas sacan demasiados beneficios (que no invierten en la organización para subir el precio de las acciones) se vuelven estériles (no reproducen valor) lo que provoca efectos colaterales como el incremento de la productividad que no se traduce en incremento salarial. La investigadora afirma que "... Los estados y las empresas están poniendo tiritas ante los problemas que tenemos, hemos de pensar la manera de co-crear juntos una nueva realidad...".

Salgo de la sala antes de que termine su intervención. Oigo las últimas palabras de Mazzucato: Hemos de crear una economía orientada por un propósito. Me quedo con eso: un propósito en el eje de todo proyecto público o privado, empresarial, gubernamental... Un propósito. ¡Lo compro! Me lo llevo puesto. 



Video relacionado. Duración: 12 minutos. La CNN entrevista a Mariana Mazzucato.

viernes, 5 de julio de 2019

Redes Sociales ¿Bendición o Maldición?



Tolosa (Guipúzcoa) reunió a un puñado de mujeres que corren con lobos. Algunos hombres acompañaron la aventura: Joanillo, Luis, Mario, Joseba... Las silenciosas invitadas del mural del Bide Bide contemplaban la escena. Al principio con curiosidad,  más tarde con asombro, y al final cómplices con las palabras e imágenes que acompañaron los relatos de los asistentes: largos, cortos, fríos y calientes, como el día: 35 grados en la plaza del pueblo y 16 en la sala donde pudimos compartir experiencias vinculadas a la vocación, ese instinto que algunas personas seguimos hasta materializar en un proyecto rentable, sostenible y transformador. 




¿Qué tienen en común una profesional del visual thinking, la propietaria de una tienda de lanas, una facilitadora del cambio organizacional y una dibujante de viñetas?

Mi ponencia fue la primera y durante ese tiempo volqué toda mi atención en compartir mi experiencia emprendedora de una manera tierna, honesta, basada en evidencias, arropada con algunos datos relevantes y tratando de no perder el hilo cada vez que el power point se desconectaba de la red eléctrica... Creo que estuvo bien porque despertó el interés de los asistentes, hubo preguntas difíciles cuya respuesta exigió que movilizase todos mis recursos y me aplaudieron con ganas. Tras mi intervención pude dedicarme a escuchar al resto de las participantes tomando el pulso a algunas realidades que desconozco.

¿Qué tienen en común las ocho experiencias empresariales compartidas en Tolosa?




El trabajo por cuenta ajena aporta conocimiento del mundo empresarial con sus reglas tácitas y expresas. Transitar por organizaciones cuyas estructuras (y normas) nos vienen dadas resulta un excelente aprendizaje para abordar proyectos por cuenta propia.

Contar con un mentor experimentado es una extraordinaria ventaja competitiva que aporta valiosas orientaciones (atajos) a quienes emprenden (yo misma trabajo como mentora empresarial).

La financiación suele ser un escollo inicial que muchos emprendedores solventan de manera creativa: mediante el truque de servicios con otros profesionales, la recaudación de fondos de padres, tíos, primos y demás familia y -en menor medida- con apoyo bancario.

Curiosamente la mayoría de los testimonios son lo que yo denomino "empresas-bonsái": unipersonales o constituidas por tres o cuatro personas. 

Los negocios presentados tienen al frente a profesionales con coraje, resiliencia, gran capacidad de trabajo, instinto, versatilidad, pasión, conocimiento experto y una red de conocidos y amigos que alientan y apoyan sin los cuales la experiencia resultaría muy dura.

Quienes lideran un negocio sienten que no llegan al sin número de tareas que han de realizar y se añaden a los servicios que ofrecen. Este fue uno de los temas calientes de la jornada. Un emprendedor ha de saber hacer, hacerlo, contarlo, mostrarlo, embellecerlo y ser visible todo el tiempo en un sinfín de plataformas: Facebook, Instagram, LinkedIn, Twitter... ¿Cuándo trabajamos? -se preguntan la mayoría de los emprendedores-.

Si en las empresas grandes el mal endémico son las reuniones, en las empresas pequeñas la bestia son las redes sociales cuya voracidad amenaza con absorber todo nuestro tiempo y energía. Ahora bien, ¿es posible sobrevivir como autónomo, freelance o emprendedor sin visibilidad en redes sociales? Hará falta otra jornada para responder a esa pregunta que se quedó flotando en el aire de Tolosa, hermosa localidad guipuzcoana a la que volveré para ejercer de mentora en un proyecto al otro lado del puente, en Ibarra.


Post relacionado: Emprender es jugarse la piel.