martes, 31 de mayo de 2022
Proyectos y Rentabilidad: Binomio Inseparable
domingo, 22 de mayo de 2022
¿Qué te llevará a la cima profesional?
Hay actitudes, tácticas y comportamientos que llevan a la cima profesional: funcionan como atajos. Del mismo modo hay hábitos y comportamientos que anclan a los profesionales en posiciones intermedias: funcionan como desvíos.
Aunque hablar de sesgo (masculino el atajo y femenino el desvió) pudiera ser atractivo, fácil y popular, mi reflexión es otra.
Creo que hay profesionales que operan con ambos estilos en los dos géneros. Merece la pena descubrir cuál es el nuestro porque de ello depende el desarrollo profesional. Por ejemplo, hay personas que dedican tiempo de su jornada a cambiar el filtro de la cafetera comunitaria, apoyar a los miembros más vulnerables del equipo, enseñar, pulir las hojas excel y -en general- a realizar un conjunto de tareas imprescindibles (alguien ha de hacerlas) que, sin embargo, no llevan a la cima. Es lo que se conoce como "non promotable work".
Bien sea por educación, entorno social o carácter, es cierto que encuentro más mujeres que hombres que encarnan este perfil -y eso en parte explica que alcancen menos posiciones de poder / status/ influencia en las empresas- pero también hay hombres que encarnan ese modelo y se ven igualmente afectados por el estancamiento de su carrera profesional.
Aunque ya en el año 2010 cuatro académicas de Pittsburgh (Pensilvania) quedaron en un restaurante para compartir el exceso de tareas extras que acumulaban y crearon el "Club que dice No", el debate se reaviva con la publicación (en inglés) del libro homónimo.
Dada mi ya larga experiencia profesional con hombres y mujeres de casi todos los sectores en empresas de todos los tamaños y fórmulas societarias insisto en que el fenómeno alcanza también a los varones ya que hay más factores que añadir a la coctelera como son: el entrenamiento en asertividad, la capacidad de priorizar las tareas que "puntúan", el enfoque a resultados individuales, la cultura organizacional (en un modelo genuinamente humanista se produce la espontánea rotación de tareas no puntuables) etc.
Desglosemos algunos aspectos. La asertividad, también conocida como expresión de una sana autoestima, propicia que podamos informar sin perjudicarnos de aquello que no queremos hacer porque no es adecuado para nosotros debido a nuestra lista de prioridades, roles y funciones, cargo, descripción de puesto etc. La asertividad se aprende y entrena.
El enfoque a resultados individuales exige tener claras las metas profesionales e ir a por ellas con férrea disciplina lo que en ocasiones exige dejar de lado el filtro de la cafetera.
Finalmente hay un asunto espinoso en casi todo lo que tiene que ver con las personas en el marco laboral: hay quien vive exclusivamente para el "yo" y quien vive para el "nosotros". Este es un tema trascendente que excede el alcance de este post y que está en casi todos los dilemas empresariales.
miércoles, 18 de mayo de 2022
Plan de Carrera... ¿Y de lo mío qué?
No todos los profesionales planifican de igual manera su carrera. De hecho, algunos de los mejores no piensan en sí mismos: se vuelcan por completo en sacar adelante los proyectos, liderar los equipos y aportar valor a la compañía. Nada más (y nada menos).
Siendo cierto que en la variedad (de planteamientos existenciales y laborales) está la belleza humana, observo que con frecuencia aquellos que planifican sus carreras profesionales alcanzan mejores posiciones. -Quizá sea cierto aquello de que "ningún viento es favorable para quien no sabe a qué puerto se dirige" por lo que en algún momento del proceso de entrenamiento planteo la cuestión de la carrera profesional que muchos imaginan como una escalera...-.
domingo, 15 de mayo de 2022
Letrados en los Comités de Dirección. Tendencia
Durante una década tuve dos mentores: uno era franciscano y el otro un profesional que ejercía lo que ahora se denomina interim management en varias empresas guipuzcoanas. Curiosamente eran amigos desde la infancia y de vez en cuando comíamos juntos los tres hasta que el etílico alcanzaba el nivel que impedía conducir y entonces yo me retiraba.
Los dos sabían mucho de empresa y era una gozada debatir cualquier tema entre manteles si bien yo dirigía mis preguntas filosófico-éticas al franciscano y las económico-financieras al otro. Llegamos a tener tal grado de complicidad que un día terminaron por decirme que cambiásemos el rol porque yo sabía más que ellos. Por supuesto era un efecto secundario del alcohol, pero desde aquel día lo repitieron tanto que parecían pensarlo de verdad.
Veinte años después -según avanzo en experiencia profesional- adquiere aún mayor sentido aquella vieja pregunta que le hice al franciscano: ¿cuáles son los alcances de la ética en el marco empresarial? Al igual que antaño entiendo que la legalidad es un enfoque minimalista que ha de estar en la base de los comportamientos, las negociaciones y los contratos, pero que la ética es de índole superior porque algo puede ser legal y no ser justo; puede ser legal e inhumano; legal e inapropiado e incluso legal y ruinoso...
En los últimos años los comités de dirección se están llenando de abogados -diríase que es una tendencia- especialmente si la empresa realiza proyectos internacionales. Puedo entender la complejidad de los contratos desde la fase de oferta, la diversidad de normas tributarias para los expatriados, la variedad de penalizaciones que establecen los clientes y un largo etc. que hace necesaria la presencia de los letrados en todas las salsas. Ahora bien, el peso de las opiniones de los abogados en temas de negocio es tan relevante que en ocasiones me parece que estamos "judicializando" la vida (y las empresas) en detrimento de otros enfoques que yo vinculo a la ética y que (acaso) tengan que ver con el buen funcionamiento de las organizaciones... Finalmente, cuando observo en acción a los abogados empresariales me acuerdo del obrero del chiste que poseyendo un martillo solo veía clavos... clavos por todas partes... Textos relacionados, de reciente publicación: Artículo + Artículo
viernes, 13 de mayo de 2022
Honorabilidad o la lección de la encina
Hubo un tiempo en el que las encinas cubrían el 80% de la Península Ibérica por lo que el insigne burgalés Félix Rodríguez De la Fuente llegó a sugerir que en el escudo de España debiera figurar una encina -llamada quercus por los expertos-.
En los últimos meses me he acostumbrado a rozar las encinas con manos y mochila y a cobijarme bajo su sombra para tomar el bocadillo. Digamos que acompañan el descubrimiento de viejos senderos y de bellas historias. La zona por la que me muevo es conocida como Las Merindades, un área que descubrí en la niñez.