Las empresas poseen un "coeficiente intelectual" que el filósofo norteamericano Johannes Ziegler es capaz de medir tras cinco años de investigación y análisis de 164 empresas entre las que se encuentran Hwelett-Packard, Nokia o Sun Microsystems.
La metodología de Ziegler se explica en el libro Los cuatro principios de la empresa inteligente (publicado por Deusto). Para el consultor de Silicon Valley la principal consecuencia entre ser una empresa inteligente o tonta es sencillamente sobrevivir o desaparecer.
Los líderes anclados en la era industrial operan bajo el viejo paradigma de que la información es poder por lo que la restringen y acaparan toda para sí mismos. Ahora bien, la información que no circula en las fábricas y los despachos produce un efecto devastador equivalente a una anemia que provoca lentitud y malas decisiones. En palabras de Ziegler se produce una "estupidización" de la empresa que acaba en crisis.
Los líderes que gestionan con criterios de la era industrial lo hacen bajo un paradigma obsoleto ya el siglo XXI se caracteriza por ser la era de la información y -por lo tanto- cuanto más y mejor circulen los datos más alto será el "coeficiente intelectual" de la compañía y más posibilidades tendrá de triunfar en los mercados.
Además el experto Johannes Ziegler tiene claro que en una empresa tonta campa la frustración porque los empleados que saben cómo hacer las cosas no pueden hacer oír su voz (imposible transferencia de información de abajo hacia arriba), en tanto que quienes tienen poder carecen de datos relevantes actualizados (en tiempo real) para tomar decisiones acertadas: quien sabe y quien manda no se relacionan y todos pierden. Ver la Pirámide de la Ignorancia de Yoshida y estudiar los principios sistémicos de las organizaciones productivas según los cuales la eficiencia de una organización se deriva de la manera en la que se toman decisiones y se gestionan el poder y la información.
Finalmente, a la aportación de Johannes Ziegler (cuanta más información, mejor) yo añadiría matices tales como la sincronicidad (información compartida en tiempo real) y que se elijan bien los destinatarios: a quién, por qué, para qué etc.
Entrevista de Lluís Amiguet a Johannes Ziegler en La Contra, de La Vanguardia pinchando aquí. Reseña en el rotativo Cinco Días pinchando aquí.