martes, 26 de marzo de 2019

Mi trabajo en un Comité de Dirección



Hago noche en el Hotel Domine (de mi querido Bilbao) donde me siento como en casa. Hoy me han adjudicado una habitación con las espectaculares vistas que comparto: el Museo Guggenheim, la Universidad de Deusto, Puppy custodiando la pinacoteca y la Torre de Iberdrola. ¿Qué hago aquí? Descanso tras una maratoniana jornada de trabajo que continuará mañana en una empresa cliente que diseña infraestructuras complejas en remotos lugares del planeta. Tengo el placer de entrenar individualmente a algunos de los principales directivos del grupo y de asistir a los comités de dirección. Mi amiga Sara -con quien he tomado un café hace una hora- me ha preguntado cuál es -exactamente- mi trabajo. Quizá por el cansancio le he contestado con torpeza. Trato ahora de completar mi respuesta.





Cuando me contratan para acompañar a un comité de dirección es porque algo no va bien. Parte del trabajo consiste en observar el proceso que se despliega en el comité, escuchar con precisión lo que se dice y silencia, las relaciones interpersonales tácitas o expresas entre los principales directivos, las polaridades tensionales que se manifiestan, las desviaciones del eje temático o de la duración del encuentro, el equilibrio en las intervenciones en favor-detrimento de unos u otros, los grupúsculos, la mala gestión del ego, la ausencia de cohesión, la fase en la que se encuentra el equipo directivo, el estilo de liderazgo que se practica y -por extensión- el modelo organizacional del sistema que se manifiesta en cuatro principios rectores: autoridad, orden, equilibrio entre dar y recibir y orgullo de pertenencia. También hago feedback (algo que aprecian y dicen que les ayuda).

Es un trabajo reflexivo cuya profundidad-calidad-utilidad depende de la formación y experiencia del facilitador-entrenador. También de su ética y yo diría que de su bondad para no juzgar sino comprender, para no afear sino sugerir áreas de mejora, para no herir sino arropar con método y -sobre todo- para mantenerse neutral y equilibrado en la infinitud de turbulencias que agitan las organizaciones poniendo el foco en el Todo frente a las Partes. Confío en que Sara lea este post y quede un poco más claro mi trabajo en los comités de dirección.

martes, 19 de marzo de 2019

Entrenar la Mirada y la Consciencia



Aunque Construir Equipos para Transformar Organizaciones es una metodología que alcanza la décimo sexta edición (y pudiera considerarse un curso consolidado) la siento "in progress". ¿Qué quiero decir exactamente? que la metodología se acompasa de manera orgánica a mis aprendizajes (lecturas y empresas-cliente donde probamos lo que realmente funciona).

El destilado académico de las ediciones anteriores, junto con mi trayectoria en las empresas, ofrecen una cosecha concentrada -y quiero pensar que precisa- en el fantástico desafío de construir equipos en las organizaciones que aspiran a un triple objetivo: obtener beneficios, desarrollar a los profesionales y crecer a través de la innovación en productos, servicios y mercados.


Cuadro de El Bosco. Detalle.


El curso tiene seis módulos, se desarrolla de noviembre a abril y va cogiendo intensidad, cuerpo y profundidad según avanza. El pasado viernes día 15 (quinto módulo) incluí en el manual algunas fotografías para su análisis y estudio cuya única pretensión era incrementar la consciencia de los participantes y educar la mirada en el contexto profesional. El experimento resultó muy interesante y quizá lo integre de manera permanente. 

Vinculado a la observación del mundo y sus imágenes me llama la atención descubrir que El Jardín de las Delicias (El Bosco) incluye en su tabla un drago dibujado con semejante precisión que permite constatar sus cuatro floraciones, según el botánico Eduardo Barba, experto en todas las plantas que contienen los cuadros que alberga  El Prado ¿no les parece fascinante?



Construir Equipos para Transformar Organizaciones se ofrece en formato largo (presencial en seis encuentros) y corto (presencial en una sola jornada a modo "menú degustación"). La cita más cercana en el tiempo es el 14 de junio de 2019, en Zaragoza. Toda la información pinchando aquí.


sábado, 16 de marzo de 2019

Terminar con las Reuniones = Acabar con la Participación


El debate entorno a las reuniones de trabajo -tal y como se está formulando en las redes sociales- me parece falaz. Plantear la dicotomía: reuniones si / reuniones no es tan absurdo como si en una empresa nos cuestionásemos producción si / producción no. ¡Impensable!

Salvo que la propuesta pase por involucionar en la historia del management para volver a los modelos llamados "feudales" -control unipersonal del poder, información y toma de decisiones- las reuniones se presentan como la opción para compartir información en tiempo real, cotejar datos, realizar preguntas, aportar soluciones, detectar riesgos y oportunidades y tomar decisiones juntos. Las reuniones son la representación a escala del funcionamiento empresarial y -en este sentido- encuentro peligrosa la hipótesis de eliminarlas porque equivaldría a silenciar las voces del sistema alejándonos del liderazgo compartido. 



Sabido es que una buena pregunta es la mitad de una respuesta. Comparto con ustedes algunos interrogantes que quizá pueden orientan el debate: ¿Cómo hacer una reunión eficaz? ¿Qué es una reunión eficaz? ¿Quién debe acudir a la misma? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cuál es el objetivo último de la reunión? ¿Qué se hará con las decisiones que se tomen? ¿Cuánto ha de durar una buena reunión de trabajo? ¿Cuál es el número óptimo de profesionales que han de ser convocados? ¿Cada cuánto tiempo ha de hacerse una reunión? ¿Qué método de trabajo utilizaremos?...

Cada mañana no hay que inventar el amanecer. Personalmente he entrenado a decenas de profesionales con la metodología "Reuniones Delegadas" y hemos obtenido resultados muy satisfactorios para los participantes, la empresa y la cuenta de resultados. Se aprende y mejora con la práctica. Es algo que enseño. Próxima edición el 17 de mayo de 2019 en un bello lugar de San Sebastián. Horario de 9 a 19.00 (comeremos juntos). Parking gratuito. Los alumnos de ediciones anteriores apoyarán la experiencia como asistentes y facilitarán las prácticas en sala. Información y reserva:   azucenavega_coach@yahoo.es 

     

domingo, 10 de marzo de 2019

La naturaleza te aleja del ego



La pisada sobre el musgo ha vuelto a ser gozosa porque ha llovido (un poco) durante la noche. Poroso y acogedor, el musgo acompaña mis incursiones en el bosque cuando me tomo unas horas de descanso de la tiranía digital. Los domingos. Normalmente tomo un "baño de bosque" los domingos. Hoy las aliagas mostraban un amarillo intenso sobre el fondo verde de los arbustos espinosos y algunos brotes se alzaban de puntillas en la profundidad del hayedo. No me he cruzado con ninguna persona y es algo que me agrada porque intensifica mi conexión con el mundo natural del que formo parte y al que pertenezco. Tengo un árbol favorito donde termina el sendero y ya no es posible avanzar. Allí suelo sentarme a respirar y orar. Me gusta mucho este sitio.




La naturaleza me aleja un paso más de mi ego. El tiempo transcurre con dulce lentitud. El silencio me devuelve más de lo que doy. Regreso a casa renovada, plena de energía y esperanza.

Estoy deseando leer "Loa a la tierra", última creación literaria del filósofo y ensayista surcoreano Byung Chul Han quien me acompaña como referente en algunas de mis conferencias y clases en la universidad. Hasta el viernes día 15 no sale a la venta el libro en España. En las reseñas aparece un destacado que me ha hecho pensar: "... la cultura digital se basa en el dedo que enumera, pero la historia es una narración, algo que se cuenta...".  


jueves, 7 de marzo de 2019

Más mujeres / Más Innovación



Aunque hay muchas formas de organizar el capitalismo -según el profesor de la Universidad de Cambridge Ha-Joon Chang- todas se afanan en la búsqueda de rentabilidad. Por eso estos días que se airean a los cuatro vientos proclamas en favor de las mujeres profesionales no hemos de caer en bobalicona credulidad.


Ha-Joon Chang, profesor de la Universidad de Cambridge.


Las mujeres estamos de moda. No solo por la cercanía del 8 de marzo, sino por la cantidad de investigaciones que revelan obviedades que, siendo bienvenidas, no responden a una evolución ideológica de la clase política y económica dominante sino a una vuelta de tuerca en el sistema capitalista.

Tomemos uno de los doce informes que tengo sobre la mesa para preparar mi intervención en el curso de verano que impartiré los días 29 y 30 de julio próximo en el Palacio de Miramar (San Sebastián) organizado por la Universidad del País Vasco. La investigación de Accenture -basada en 18.000 encuestas realizadas en 27 países- revela que las empresas que practican una cultura corporativa paritaria entre hombres y mujeres son siete veces más innovadoras que el resto. La cultura igualitaria impacta en la innovación de manera más relevante que factores geográficos, demográficos, sectoriales o de tamaño empresarial. Sabido es que tanto la sostenibilidad de los negocios como su competitividad se basan en la capacidad de innovar. No parece por lo tanto una cuestión baladí. Accenture asegura que el PIB mundial podría aumentar hasta ocho billones de dólares si la mentalidad innovadora en las compañías creciese un 10% en la próxima década. 

Estamos de moda, pero sin espejismos: las mujeres primero ante el riesgo de hundimiento del titanic económico-financiero mundial. 

Celebremos los no cumpleaños. Los no ocho de marzo. Los no techos de cristal y las no brechas salariales, pero orillemos la ingenuidad de pensar que son consecuencias de una humanidad que evoluciona. No, no. Sin acritud: negocio puro y duro.


lunes, 4 de marzo de 2019

El hombre y el personaje ¿se parecen?



Podría querer a este hombre. Por muchas razones: es posible ver el precipicio de su alma a través de unos ojos claros -diríase limpios- propios de las personas que viven en coherencia los cuatro verbos cardinales: pienso-siento-digo-hago. Hay pocas personas que vivan una pasión desmesurada por su oficio con independencia de la prosperidad o el prestigio. Sin duda hay algo heroico en el personaje que encarna Willem Dafoe en  Van Gogh, a las puertas de la eternidad.

La aparente fragilidad de Van Gogh alberga la determinación de quien conoce su vocación y está dispuesto a sufrir humillación, pobreza, desprecio, burla y finalmente fracaso en vida para volar alto (como el ave fénix) tras su muerte.




Podría querer a este hombre huesudo y pelirrojo porque en su desgarro -diríase vulnerabilidad- manifiesta una ternura de otro tiempo que ya no encuentro en los niños.

Dice el intérprete: "... Actuar es básicamente aprender a ser una persona decente. Un ejercicio de empatía...". ¿No les parece hermoso?

Van Gogh a las puertas de la eternidad es una película dura, bella, poética, lenta e inspiradora. Si pueden, vayan al cine más cercano y disfruten de este actor que -a sus 63 años- ha comenzado a pintar bajo la inspiración del personaje que encarna y la tutela de  Julian Schnabel, cotizado pintor y director del film.