martes, 26 de junio de 2012

Colecciono experiencias


En Aquitania, a las 21.30 de hoy (martes 26 de junio 2012), los girasoles aún rinden pleitesía a su rey: el sol se niega a ocupar un discreto segundo plano tras el horizonte, porque desea seguir contemplando la basta campiña francesa sembrada casi en su totalidad, en un maridaje perfecto entre el hombre y la tierra. 

Llegando a la frontera española, ya cerca de casa, inicio la recolección de metáforas que me permitan tejer un tapiz con las experiencias -acaso aprendizajes- de las últimas cincuenta horas en formato blog.


Empujada por su ímpetu de juventud, una violinista de 27 años -designada concertino de una prestigiosa orquesta de cámara- marca un acelerado ritmo de mejora que incomoda a los veteranos del lugar. Yo le pido tolerancia a la diversidad, persistencia en el empeño de mejora, y paciencia para ir llevando a buen puerto los cambios. Verás, le digo, la diferencia entre un jefe y un líder es que al primero se le obedece, y al segundo se le sigue (desde el convencimiento) y después se le obedece (desde el respeto). Que te sigan -apostillo- llevará tiempo.


Se queda un rato en silencio rumiando los conceptos, me mira, nos sentamos en un banco junto al canal, toma la foto que ilustra el post y sigo con "mi rollo de entrenadora". Aunque el cambio es lo único permanente, tiende a provocar rechazo porque exige esfuerzo, gestión de la incertidumbre, y coraje-esperanza-osadía. Después centramos la conversación en Nanette Glushak (conocida coloquialmente como "la rusa") la directora del prestigioso Ballet du Capitole cuyo espectáculo hemos disfrutado: la joven violinista interpretando música y dirigiendo su orquesta, y yo como espectadora gracias a las invitaciones de Nanette, una mujer madura que se hizo famosa como bailarina del Ballet de la ciudad de Nueva York y que será sustituida por Kader Belarbi en la temporada 2012-2013. Asistimos a la última representaicón del Ballet du Capitole (en el Casino) bajo la dirección de Nanette quien se mantiene digna sobre el escenario mientras se despide de bailarines y público y se aferra a un gigantesco ramo de rosas rojas. El cambio es inherente a la vida de las personas sean músicos, bailarines, directores o gerentes.  


Al día siguiente, ajena como un sordo al mundanal ruído, me sumerjo en el bosque de Pibrac, un soberbio robledal en cuyo centro -siguiendo mi instinto boy scout- descubro el precioso lago de Bordette. Fuera de foco, lejos del oropel y su glamour, me quedo con el núcleo duro de mis existencia, las dos personas entorno a las que gira mi globo terráqueo y hasta la mi globo ocular. Y aunque ellos cambian y yo cambio, hay algo que se mantiene y acrecienta: el apoyo mutuo desde un afecto sólido que construimos palmo a palmo sobre el terreno y que también exige: tolerancia ante la diversidad, persistencia en la mejora, y paciencia para levantarnos una y mil veces de los tropezones en el bosque del vivir.

sábado, 23 de junio de 2012

Los cerezos en diciembre


















   Acaso porque es verano. O tal vez porque he pasado la tarde sentada en la arena mirando al mar en soledad (está cubierto y el termómetro apenas alcanza los dieciséis grados), el caso es que he leído de una tirada Los cerezos en diciembre,  la segunda edición de un libro de 94 páginas y pequeño formato editado por Comanegra con la misma delicadeza-simplicidad que ha sido escrito por Ariel A.Almada.

Tras su lectura, miro al océano -plano como una natilla-, suspiro, y repaso mentalmente el argumento: bajo el pretexto del aprendizaje del tiro con arco, la protagonista, una adolescente llamada Saki, descubre los secretos del buen vivir entendido como armónico aprendizaje e integración entre lo que ocurre fuera (el mundo exterior) y lo que ocurre dentro (el interior).   Me ha gustado tanto que recojo la mochila, me limpio la arena de las pantorrillas, y me acerco a la librería en busca de La Ley del Espejo, de Yoshinori Noguchi (Hiroshima 1963), publicado por la misma editorial con trama motivacional que se acerca a mi profesión de entrenadora de líderes y equipos. En la noche de San Juan, hay libros que son refresco, que son aroma, que levantan suspiros, que fertilizan. En fin, ¡una delicia!

jueves, 21 de junio de 2012

Pantone para la Mujer Otoño


A veces me siento densa como un luchador de sumo. 
En ocasiones me siento ligera como una gheisa.


Seguramente ambas percepciones (y otras tantas) son ciertas y al igual que un poliedro me muevo como una luchadora de sumo, como una gheisa y -según acabo de descubrir, gracias a María- como una "mujer otoño". La broma  fácil consiste en pensar que estoy en el otoño de mi vida y sí: se me caen algunas hojas del calendario, y algunas canas de la cabellera, pero no es eso. María Uranga dice que es una extraña mutación de mujer de la que ella misma y yo formamos parte. 

Se trata de una personal shopper con la que he disfrutado la tarde entera de un viernes en su despacho-caja-mágica de secretos situado en un lujoso piso de Bilbao a cien metros de Artecalle (donde vivió mi abuela) y a cien pasos de Somera (donde tuve mi primer piso en propiedad). Entre hermosos recuerdos del pasado, risas, preguntas, pruebas y consejos de belleza, la jornada ha dejado en mí una sutil alerta, una coqueta llamada de atención sobre la manera en que cuido mi cuerpo, me maquillo, aplico una u otra barra de labios y -finalmente- me visto teniendo en cuenta el pantone vip que me regaló. 









El muestrario diminuto de telas recopila los colores que favorecen a una "mujer otoño". Básicamente los vinculados a tonalidades cálidas como el rojo, el naranja y el marrón en toda su gama. La teoría es que utilizando la recomendación cromática estaré más guapa, algo que puede incidir incluso en mis ingresos ya que según Daniel Hamermesh (economista de la Universidad de Tejas) los guapos ganan un 17% más que los demás. En fin, más allá de la practicidad de los consejos de María, el contacto con ella me aporta un gusto por la vida desde el ángulo estético-sensual-juguetón de la apariencia, algo a lo que he otorgado poquísima importancia a lo largo de mi existencia. Nunca es tarde si la propuesta es bonita, creativa y amorosa, adjetivos que calzan a la perfección con el trabajo que realiza Uranga y recomiendo. http://mariauranga.com/

lunes, 18 de junio de 2012

El néctar de la práctica

No he hallado el momento de tomar una foto al cuenco tibetano que utiliza Fernando Rodriguez Bornaetxea para indicar el comienzo de la meditación (con tres golpecitos) y el cierre de la misma (con uno). No he hallado el momento de hacerlo sin incomodar, razón por la que ilustro el post con una foto googeliana.

Hubiera podido "forzar" la situación e imponerme al ritmo pausado de la enseñanza compartida de este doctor en Psicología de la UPV, pero ya no soy la reportera más dicharachera de Barrio Sésamo. Hoy estaba de soldado raso y de paisano, con el yo desnudo delaprendiz, un papel que disfruto cada vez con mayor intensidad en el teatrillo del vivir.

A través de la red social LinlkedIn me enteré de la jornada mindfullness (atención plena) en Bilbao y -aunque iba un poco a contrapié familiar- sondee con honesta mirada la receptividad a mi propuesta dado que que me paso la vida trabajando fuera de casa y lejos de mi ciudad. La mirada recibió apoyo incondicional por lo que  ahí estaba yo (sábado 16, a las 10.00 de la mañana) en la sala de meditación mientras en el exterior un Bilbao radiante, soleado y festivo tentaba los sentidos.  


Tras un re-encuadre teórico de mínimos, hemos practicado tandas de meditación sentada, en movimiento (caminar lento) y de pie. Cada uno de los participantes hemos profundizado en la singularidad de nuestro momento, estado, carácter, energía, emociones, concentración o dispersión. Y si no hay dos seres humanos iguales, tampoco dos estados meditativos similares. Personalmente he disfrutado mucho al volver a conectar con prácticas que fueron habituales en mi vida durante décadas y últimamente había abandonado. Mi cuerpo ha recuperado una memoria casi celular de la relajación, del vacío, del bienestar, del movimiento casi flotante. Ha sido gozoso "darme cuenta" (re-descubrir) que todo está dentro de mí esperando ser actualizado sin perder un gramo de frescura. Diríase que el caudal sereno está siempre disponible en cualquier momento, lugar o circunstancia... esperándonos. 

Cuando la jornada de meditación ha terminado, he salido a la calle y -aunque llovía- me he dado un paseo por la pérgola del parque donde he tomado una foto a la belleza de lo simple: una flor. Horas más tarde se ha desatado la "madeja del pensamiento" en busca de información sobre la meditación vipassana, sobre Fernando y su libro... En realidad son conceptos que conozco: no son nuevos para mí. ¿Entonces? Una vez más soy testigo de la magia que sólo se produce cuando pasamos del Know How (saber hacer) al Do How (hacer). El néctar está siempre del lado de la práctica.

viernes, 15 de junio de 2012

Mindfulness



La tercera vez que duermo en la misma habitación de un hotel tiendo a sentir que es "mi habitación", percepción tan real como absurda. Estoy en la 706 del Melia-Bilbao cuyas vistas (en la fotografía) concuerdan con la exquisitez del trato personal, los detalles, y el buffet del desayuno que me vuelve loca. Lamento una expresión tan frívola pero... es lo que siento.

La razón por la que me encuentro en Bilbao es que he terminado muy tarde de trabajar (al filo de las 21 horas de un viernes) y mañana deseo participar como alumna en una jornada de meditación que dirige Fernando Rodríguez Bornaetxea en Alameda de Rekalde 1. Se trata de observar los procesos físicos, emocionales y mentales con técnicas tan poderosas como simples que permiten un "darse cuenta", clave filosofal también de mi trabajo con personas, equipos y organizaciones.

Ayer mismo, un gerente a quien entreno en Adegi puso encima de la mesa del despacho el desafío de que le ayudase al auto-control emocional tanto en contextos fríos (laborales) como en contextos cálidos (familiares). El hombre mostró desconcierto -casi perplejidad- cuando desde mis preguntas fuimos avanzando hacia la importancia del cuerpo, la respiración, el descanso, la influencia de los tóxicos (alcohol, tabaco), las adicciones (teléfono, ordenador)...

Somos cuerpo, mente, emociones y espíritu, y puesto que es un hombre intensamente religioso, aceptó mi propuesta de que todo comienza y acaba en el espíritu aunque -durante un tiempo- habitamos un cuerpo cuya salud (en un sentido pleno) influye en qué, cómo y cuándo sentimos.  También qué circunstancias propician el descontrol emocional.

Buda llamó a la "atención plena" el camino directo a la iluminación; Blay Foncurberta hablaba del "darse cuenta"; y Fernando (mi instructor de mañana) lo denomina mindfulness (para quienes no sepan inglés, algo así como plenitud mental ?!). Ya les contaré.

Por cierto, ¿recuerdan el post Desafío Ético?  Pues bien, el desenlace es que ¡no me han cortado la cabeza! y estoy muy contenta no sólo porque permanezco vinculada a un proyecto que me apasiona, sino porque ha sido posible mantener mis principios desde una posición de David sin que me aplaste Goliat. Resulta esperanzador ¿no les parece?  También por ellos. Habitamos un mundo en el que la ética pervive. ¡Una gran noticia!

lunes, 11 de junio de 2012

48 horas de viaje ¿submarino?

Vivo dos días en Tolouse (Francia) con la persona que más quiero, así que alcanzo "momentos" de éxtasis que de manera telegráfica escribo desde un ordenador que me resulta ajeno en el teclado, la marca y la velocidad de reacción.

La expresión "vivir momentos" la aprendí de Stela -una lectora habitual del blog, que durante un tiempo mantuvo un amor clandestino con un hombre casado-. Cada vez que ella pretendía empujar la relación un poquito más allá de la alcoba, él le decía: Cariño, no te compliques la existencia, vivamos "momentos". Siendo una mujer despierta, lo contaba con el desdén-tristeza propio de quien niega lo evidente.

Puesto que es tarde, dispongo de poco tiempo y utilizo un ordenador que me resulta extraño, comparto  apuntes fugaces de mi viaje.

PRIMER DÍA

Paseo por el río Garoña y aledaños (canales), al atardecer.
El metro indica el nivel del agua.
Dicen que en la empresa lo que no se mide no existe. ¿O si?


Buscando una heladería, hallamos  un corazón entre las estrechas calles de Tolouse, una ciudad-casco-antiguo en su totalidad.
Sólo el amor puede salvarnos. De casi todo.


La mejor manera de desplazarse por la ciudad, hacer la compra, 
y volver a casa, es en bicicleta. 


SEGUNDO DÍA

Trasladamos la sede experiencial a Tournefeville -a veinte minutos de Tolouse, en coche- donde el castillo-casa de cultura inspira tan pronto conoces su nombre: Utopia. Al llegar, te deslumbran la exuberante vegetación, los parasoles blancos, y un despliegue de desayuno (9.30 de un domingo) que incluye los mejores croissants y brioches -huecos como algunas cabezas (y más esponjosos que la mayoría de ellas)-, plum cakes con y sin pasas, y bizcochos caseros con rallado de zanahoria (mi favorito). Después comienza el espectáculo-fiesta de la Orquesta de Cámara de Tolouse con un programa-degustación que durante una hora nos hace volar directamente al cielo a dos centenares largos de personas entre los que se encuentran Schubert, Teleman, Mendelssohn, Bach y el resto del ancient-team.

El concierto hace honor a  la nomenclatura del lugar, Utopía, y -entre compases de Juan Sebastian Bach- me visita la diosa inspiración. Comprendo que venimos a esta tierra con un alma blanca, y que nuestra misión es terminar (morir) con un alma blanca. En medio de la historia transcurren algunas décadas y cien mil batallas: barro, sudor, lágrimas, heridas, desamores, éxitos, fiestas, bautizos, entierros, dramas y comedias. Viajes. Todo son viajes. El encargo es simple: conservar el estado primigenio del ser a pesar de... Lamento no tener foto del evento musical (los organizadores lo prohiben).

jueves, 7 de junio de 2012

Ya no corro...


Ya no corro cuando estoy en la canceladora del metro de Bilbao y escucho la inminente llegada de mi tren (en la planta baja), dirección Abandoibarra. No corro. Respiro serenamente, miro el reloj que hay en la propia estación de San Mamés, y tomo un par de decisiones: ¿prescindo del café? ¿lo tomo en la barra del Moyúa sin leer el periódico? ¿llego un par de minutos tarde a la primera cita de la jornada?  El caso es que no corro porque en el hit parade de mis prioridades está "mantener la serenidad" pase lo que pase, esté donde esté,  e implique a quien implique el asunto, la decisión, el drama o la comedia. En mí, esto es un cambio de dimensiones gigantescas dado que soy bastante nerviosa y muy diligente (casi servicial): durante años he prescindido de mis prioridades a,b,c en favor de casi cualquier pretexto que implicase a terceros. Entiéndanme, sigo respetando honestamente a los demás, pero me centro en lo que importa: mantener el eje, la consciencia corporal, la línea de hara, la respiración serena, la armonía.  

Vivir centrada (zen, que diría mi amigo Iñaki) tiene algunas ventajas. Ayer descubrí las deliciosas muñecas de lino y espuma construidas por peccata minuta Beruta. Apenas miden quince centímetros y sin embargo recorren el mundo puntada a puntada y hasta tienen nombre. En la imagen, Plush Lady. Yo propongo desacelerar y los artesanos de Beruta sugieren bajar un poco el punto de vista hasta los quince centímetros de sus muñecas.

Vivir conscientemente incrementa la creatividad (algo que me apasiona). Por eso me alegra leer en EL PAÍS que los trabajadores de Google experimentan a diario entrenamientos -bajo la tutela de Chade-Meng Tan, ingeniero budista, criado en Singapur- que les anima a BDT = Busca Dentro de Ti. Google cotiza en bolsa, es muy rentable para sus accionistas y ha revolucionado el mundo mediático, de la información y los negocios. No juegan por jugar. En esta línea de pensamiento, el sábado 16 tendrá lugar en Bilbao una jornada entorno a la atención plena -leo en un cartel adosado a una farola-. Lo imparte Fernando Rodríguez Bornaetxea (ver link al final del post).

Ya no corro porque al igual que las muñecas de Beruta me interesa mirar, sentir y escuchar antes de dar la última puntada. Y...no teman por mí: aunque no me precipito, no pierdo trenes.

http://bit.ly/K7QVA3


martes, 5 de junio de 2012

Momento Puzzle

Esta ha sido la semana del rompecabezas. En primer lugar, porque una clienta muy querida definió su presente como "momento puzzle" explicando que trata de juntar las piezas de su vida con la intención de componer una imagen completa y definitiva para enmarcarla y colgarla en la pared ?! 

Comprendo su grado de desasosiego, y aporto mi solidaridad, pero me parece imposible poner laca (imagen definitiva) al despeinado natural de la existencia.

Tras el entrenamiento -en el que ordenamos un poco sus ideas- me quedé con algunas preguntas en el tintero:

¿Es la vida un puzzle? ¿El dibujo cambia con el tiempo?
¿Empequeñece o se agiganta? ¿De qué dependen las mutaciones?
¿Cuántas piezas tiene mi puzzle? ¿Y el tuyo?
¿Qué pasa si perdemos alguna de ellas? ¿Son reemplazables?
¿Existe algún store, outlet o lo que fuera, en el intercambiar el puzzle con que el llegamos al nacer?

Cuaderno II Icaro Think Tank
http://www.noviasalcedo.es/es/publicaciones/publicacion,cuadernos-icaro/

El miércoles mi hija compartió en facebook la fotografía de un gigantesco puzzle que construye sobre  una vieja colcha alemana que utiliza como alfombra en el salón. ¡¡¡1.500 piezas!!! (ver foto). Ella dice que le relaja tras los conciertos y explica que cuando llega a casa a las 12.30 de la noche -con la adrenalina y los aplausos en el tímpano- reagrupar piezas por colores se convierte en un bálsamo que calma su mente, le permite desacelerar, y dormir...

Finalmente el viernes quedé fascinada por algunos documentos publicados por la Fundación Novia Salcedo cuyo Think Tank Icaro recoge las reflexiones de un grupo de sabios sobre la innovación social en las organizaciones. El logo que aparece en la portada está construído por piezas de puzzle (cada una de las cuales representa a un participante de Icaro, tanque de ideas que intelectualmente vuela alto).  

Hay quien pensará que se trata de casualidades; a mi me parece que el azar no existe (como afirma Robert H. Hopcke en su libro homónimo). Creo que son más bien causalidades. Así que si no me han escondido la pieza, o la he perdido, pronto averiguaré el quid del "momento puzzle" en mi propia vida. Ya les contaré.

sábado, 2 de junio de 2012

Desafío Ético

Mi día fantástico ha comenzado a las nueve de la mañana en el despacho donde he tenido un entrenamiento de dos horas con un gerente que me ha aplicado el tercer grado tratando de sonsacar información sobre los empleados de su empresa a los que entreno. Con excelentes resultados, dicho sea de paso.

Con amabilidad rotunda (e impecable asertividad) he recordado la parte de las "condiciones de contorno" aceptadas por ambos, y escritas en la Hoja de Encargo en la que -como hago siempre- profundizo en la rigurosa confidencialidad del proceso de entrenamiento en todas las direcciones. Yo no transfiero información estratégica -ni de ningún tipo- sobre la organización (inversiones, productos, nuevas líneas de negocio, situación financiera etc.) y ellos (la dirección) se mantiene rigurosamente al margen de las sesiones de entrenamiento uno a uno, respetando lo que las personas comparten en ese útero protector que son mis despachos -por algunos llamados territorio zen-.

El caso es que la frustración del gerente ha ido en aumento en el transcurso del encuentro. Al comienzo con cierta diplomacia, sonrisa parcial y tono controlado, y al final con la amenaza de no prorrogar el encargo durante seis meses si no transfería información confidencial. Dado que no he cedido un palmo, y he blindado casi con mi propio cuerpo a las personas que entreno, doy por hecho que he perdido el segundo contrato (sobre la mesa del gerente) por una cantidad que representa un tercio de mis ingresos anuales.

Mi día ha sido fantástico a pesar del gerente porque me he mantenido alineada con mis valores, con la persona que soy, con mis canas, con el ejercicio de la independencia-libertad, y sobre todo con la lealtad a las personas que entreno a quienes realmente aprecio. Fantástico también porque al mediodía he comido en Botarri http://botarri-jatetxea.vipgourmet.com/  situado en los bajos del Hotel Oria (Tolosa) donde Txemari Esteban ha ejercido como un chef excepcional. Tras el surtido de postres (que ha roto mi esforzada dieta) hemos dado un paseo en paralelo al río durante algo más de una hora al término de la cual nos hemos sentado un banco de madera en la trasera de la plaza de toros de la localidad, momento que recoge la fotografía y que comparto ;-D