lunes, 14 de julio de 2014

The lunchbox


Hacía años que mi hermana y yo no salíamos de cafeterías, pero hace unas semanas compartimos unas horas tras la muerte de la tía Luisa. Sentadas en la terraza de un céntrico establecimiento de Bilbao me miró perpleja cuando saqué del bolso mi pequeño tupper con fruta, el tarrito de miel con el que viajo y un trozo de queso envuelto en papel de aluminio. Sin inmutarme ante la fuerza de su reproche gestual le conté con la mirada que -tras muchas horas sin tregua en el hospital- no había comido y estaba sencillamente ¡hambrienta y agotada!

Cierto es que nos encontrábamos en una zona lujosa de la capital vizcaína y que nuestra economía permitía algún capricho, sin embargo, me atuve al guión de mis convicciones: siempre que puedo tomo mis propios alimentos lo que me mantiene sana y enérgica durante largas jornadas laborales lejos de mi casa y mi ciudad.

Además de sorpresa, la cara de mi hermana proyectaba un gesto de reproche -tal vez de vergüenza social- que no verbalizó -porque conoce la terquedad de mi carácter- pero no pudo evitar un movimiento de cabeza hacia la derecha y la izquierda como si negase la mayor mientras me preguntaba si también llevaba en el bolso una tienda de campaña. Le contesté que no y apuré el último sorbo de mi café americano. Hoy -leyendo prensa internacional- me he acordado de la escena y de mi hermana ¡y me ha entrado la risa!




Desde hace 120 años funciona en Bombay (India) un sistema de distribución de alimentos -protagonizado por los dabbawalas- que permite a los profesionales disfrutar en la oficina de la comida hecha por sus esposas (aún humeante y calentita) justo a la hora del almuerzo. ¿De qué se trata y cómo lo hacen en una ciudad con once millones de habitantes? 

La dabba es una tartera de varios pisos en la que las mujeres depositan la comida de sus maridos y la entregan a un repartidor que la instala junto a otras muchas en un carrito de madera para llevarlas hasta las oficinas del centro de la ciudad con extrema precisión: siempre a tiempo y con un ratio de equivocación inferior al uno de cada millón de entregas, lo que en las escuelas de negocios se conoce como "seis sigma". Semejante eficacia ha merecido investigaciones y artículos de las más prestigiosas universidades del planeta. Entre otras, de la The Harvard Business Review y The Economist. Además ahora se ha puesto de moda el drama romántico The lunchbox, premio del público en el Festival de Cannes, basado en el sistema tradicional de los dabbawalas. Por mi parte -y dado que cada vez viajo con mayor frecuencia- estoy pensando si incorporo la tienda de campaña ?!


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