No sé ustedes... pero yo deseo pasar el resto de mi existencia en el futuro mientras goce del privilegio de estar viva. Y dado que el presente resulta gris tirando a negro, me gustaría que el futuro hacia el que me dirijo fuese mejor. Mejor. ¿En qué sentido? ¿Desde qué perspectiva? ¿En qué contexto?
Soy consciente de mi pequeñez -menos que un grano de avena en un silo boliviano- por lo que me ajusto a la mesura de mi área de influencia ¡mi oficio!
En los últimos trece años me he especializado en desarrollar el liderazgo de las organizaciones, los equipos y los directivos en sectores industriales.
Esta expertise -unida a once mil horas de trabajo directo con profesionales- ha propiciado que el mercado me "detecte" como una consultora senior que posee algunas hipótesis contrastadas ¡que funcionan! Ahora bien, he de confesar que mis ideas están en permanente revisión sometidas al vaivén del cambio y la permanencia, dos fuerzas de las que pende el equilibrio individual y colectivo.
¿Qué me apasiona de este oficio? ¿Por qué me desfondo en la tarea? Además de ser una actividad remunerada, es una vocación cuyo propósito es mejorar el mundo desde el área empresarial, evitando el sufrimiento innecesario en la certeza de que sus efectos ¡son devastadores!
En primer lugar, porque donde hay sufrimiento no hay gozo y por lo tanto no se propicia el desarrollo del talento ¡que tanta falta hace! En segundo lugar, porque el sufrimiento deriva con facilidad hacia el desánimo -más contagioso que la peste- que corroe el clima laboral de los equipos y las organizaciones. En tercer y último lugar, porque se transforma en absentismo que en 2014 alcanzó pérdidas económicas por valor de 9.200 millones de euros, informa Adecco.
Anhelando encontrar soluciones a esta "hemorragia", he buscado los mejores expertos y metodologías, las he llevado a las empresas y probado hasta alcanzar unos patrones de eficacia. Es de éstas "prácticas virtuosas" de lo que hablaré en Zaragoza el viernes día 23 de este mes por encargo de Ibercide-Ibercaja cuyos rostros son Mayte Santos y Alberto Pérez volcados en contribuir al desarrollo de un vigoroso tejido industrial aragonés.
El taller (de tres horas de duración) es abierto y cualquier empresario, directivo, emprendedor o profesional que quiera acercarse será bienvenido. Voy con la intención de enseñar y aprender, de dar y recibir, de hablar y escuchar. Escuchar como una de las claves de aproximación al futuro que emerge. Escuchar las tendencias del mercado. Escuchar la necesidad de transferir la gestión empresarial de la primera a la segunda generación. Escuchar las necesidades de los profesionales para detectar el talento y ubicarlo en el lugar de máxima eficacia (rendimiento y satisfacción). Escuchar la pulsión de los equipos que lideramos y están vivos como un átomo que evoluciona o involuciona dependiendo en gran parte del líder, porque hasta un 45% de los resultados que alcanza una empresa dependen de la calidad del liderazgo...
Preparo el taller con primor porque acudiran algunos empresarios y directivos que ya han pasado por las formaciones que he impartido en Ibercide, así como muchos de los amigos que he venido cultivando en Zaragoza. Y pongo esmero en la certeza de que también descubriré a otras personas cuyas inquietudes y zozobras importan.
Finalmente irán conmigo mis creencias: entre el cielo y la tierra... ¡el hombre! El hombre y una maleta de sueños en espera de hacerse realidad. En mi maleta (y entre otros) el sueño de erradicar el sufrimiento innecesario en las empresas ¿cómo? potenciando el desarrollo de la "inteligencia colectiva" de los equipos, descubriendo cómo se contruyen y lideran. ¡Nos vemos el viernes 23 de octubre en el Monasterio de Cogullada, Zaragoza! (*)
(*) El taller servirá de "muestra" y presentación al curso de seis meses que se desarrollará en Zaragoza un fin de semana al mes -entre noviembre 2015 y abril 2016- centrado en los equipos de trabajo como elemento clave de la transformación empresarial. Toda la información pinchando aquí.
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