Tengo manías. No pocas. Y -aunque trato de domesticarlas- a veces se imponen con la fuerza de lo atávico, cuyas raíces se hunden en décadas de rituales paganos que pautan mi existencia.
Leer los periódicos el domingo por la mañana en mi cafetería favorita es una cita a ciegas a la que no fallo, salvo excepciones.
Parece que estoy sola, pero no es cierto. Siempre me acompañan tres bolígrafos: azul, rojo y verde marca pilot G-2 07, otra manía que selecciona contenidos según el grado de interés o practicidad para mis proyectos. Puro código sin algoritmo ¿o si? ¡Poco importa!
Como si bajase a una mina, leo los rotativos dominicales y extraigo minerales que estimulan mi cerebro y aportan no solo información sino materia prima que robustece proyectos o sugiere nuevas líneas de negocio para el ecosistema en el que me muevo: empresas eólicas, biotecnológicas, hosteleras, medioambientales, de construcción, alimentarias... Los periódicos también nutren el blog, mi newsletter y Linkedin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario