Hace dos décadas leía a mi hija un cuento titulado Jeruso quiere ser "gente" del que me he acordado al escribir el título de esta entrada. En realidad ¿de qué gente hablo? de los jóvenes de nuestro paisito a los que los sociólogos denominan millennials o generación Y (entre los 20 y los 34 años).
No es solo que el paro les arañe las piernas como ortigas salvajes; no es solo que los mejores se vean obligados a emigrar a países receptivos al talento, la creatividad, iniciativa, preparación, fuerza y alegría; no es solo que el llamado "estado de bienestar" pertenezca al pasado de nuestra historia reciente, sino que además la mayoría de los bienes de consumo son inaccesibles para ellos. Pero es que ¡hay más! Pobre gente.
La banca despide a los empleados peor pagados que -en la mayoría de los casos- son también los más jóvenes y que menos tiempo llevan en la entidad, preservando a los empleados senior cuya indemnización por despido inclina negativamente la cuenta de resultados.
Curiosamente hasta hace poco tiempo la llamada Generación Y no daba preponderancia al salario frente a otras variables laborales como el buen ambiente, el horario, la posibilidad de aprender o promocionar. Sin embargo, en la última encuesta realizada por Manpower entre 19.000 profesionales de 25 países se pone por primera vez de manifiesto que los jóvenes de entre 20 y 34 años comienzan a priorizar el salario. ¿Qué ha pasado? ¿Se hacen mayores? ¿Se independizan y necesitan liquidez para pagar el alquiler? Sí... algo de eso ocurre y también que les estrujan como a un limón con largas jornadas, exigencias ilimitadas, presión y bajo reconocimiento. Ya que les exprimen ¡al menos quieren la recompensa salarial!
Ya que les estrujan como a limones,
los jóvenes comienzan a priorizar el salario.
En la página 11 del citado informe los jóvenes consideran que para pasar al siguiente nivel profesional lo que necesitan es mejorar habilidades. Hasta un 47% de los encuestados considera que la mejora de sus habilidades incrementaría sus posibilidades de promocionar en su empresa o en otra. También resulta curioso que al menos un 17% de ellos estima trascendente para su carrera contar con un mentor, un profesional senior ajeno a su empresa que le ayude a tener una visión global, le alerte de errores y facilite el incremento de su networking.
Y para terminar, en la prensa económica del fin de semana descubro que el "vuca" se ceba especialmente en los jóvenes. Se trata del un acrónimo que viene a significar que la vida laboral alcanza intensos niveles de incertidumbre, inestabilidad y complejidad.
Afirma en su artículo Ramón Oliver que si bien antes mantenías tu puesto de trabajo mientras obedecieses ordenes y te portaras bien, ahora resulta imprescindible tener una visión global de tu empresa, sector y competencia, además de aportar valor a la compañía de manera permanente, superar las expectativas de tus directores y saber tanto competir como colaborar. En fin... como en el circo ¡más difícil todavía!
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