El caso es que algunas personas consiguen hacer de su pasión un oficio y estar en el planeta en plenitud. Por ejemplo, Gary Snyder ganador del premio Pulizer de Poesía en el año 1974, prolífico escritor, filósofo, ecologista y estudioso de las enseñanzas de Thoreau y Dogen, entre otros.
Si la poesía es la alta montaña de la literatura -leo en el volumen que tengo entre mis manos- la poesía en lengua extranjera es un lago glaciar en sus cotas más elevadas... Página 13 de La mente salvaje.
Nado en las frías aguas del lago descubriendo los recovecos de la vida de este hombre octogenario que aún transita las montañas sintiendo los árboles como amigos y los animales como maestros. La lectura completa dos días de senderismo -que me regalo los fines de semana que no trabajo- y sus mensajes acompasan el latido de mis pies dentro de unas botas ya desgastadas por las rocas, el barro y las historias que en silencio cuenta el musgo del hayedo.
Me siento dichosa al vivir de un oficio que amo sorteando los obstáculos que parece acechan a los autónomos como lobos en el desfiladero. A la precariedad de nuestras condiciones laborales: ausencia de paro, jubilación minimalista... se añade la estadística del Eustat en mayo de 2016 reflejando que somos el tercer colectivo con mayor riesgo de pobreza ?¿!¡!
Milagro. La vida me parece un milagro inabarcable. No solo porque desconozco la manera en la que se ha trazado mi destino hasta el hoy, sino porque no he seguido ninguna de las sendas que aconsejan las escuelas de negocios. Sorteo el riesgo de pobreza material y espiritual hallando satisfacción plena en lo que hago sin encontrar más claves que las de confiar -creer para crear-, dar lo mejor de mí misma en cada ocasión, leer con voracidad y sembrar lo que tengo en todas las direcciones...
Finalmente la propuesta de Gary Snyder es "Crecer con menos". ¿Qué es crecer? y ¿Qué es menos? Crecer es vivir de la práctica de un oficio que amas en el que encuentras sentido al desánimo y el cansancio. Menos es menos: la absoluta gratuidad de dos días de senderismo con una pequeña mochila en la espalda y las viejas botas que avanzan sobre el musgo del hayedo.
Equipo de Trabajo en Bilbao. Junio 2016.
Participativos. Generosos. Chispeantes.
¡Fantásticos!
Como en la naturaleza, el dar y el recibir forman una pareja inseparable que acompasa el latido de mis pies dentro de unos zapatos ya desgastados por las moquetas de los despachos y el cemento de las fábricas donde aprendo de paneles y lantegis gracias a profesionales como Ibon... (en la fotografía) mientras la mente salvaje busca la naturaleza para calmar la sed de silencio y de verdad.
La naturaleza de un emprendedor avanza contracorriente fortalecida por la persistencia, el mimo en los detalles, la ilusión y el humor que tejen una sólida red de afectos, relaciones y proyectos que por tercer año consecutivo me llevarán este mes a Granada de la mano de Estrella, una directiva que apuesta por el cambio intencional en la vida y los negocios.
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